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Índice:
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-
DESPUÉS
de la muerte de Achâb rebelóse Moab
contra Israel.
-
Y
Ochôzías cayó por las celosías de
una sala de la casa que tenía en
Samaria; y estando enfermo envió
mensajeros, y díjoles: Id, y
consultad á Baal-zebub dios de Ecrón,
si tengo de sanar de esta mi
enfermedad.
-
Entonces
el ángel de Jehová habló á Elías
Thisbita, diciendo: Levántate, y
sube á encontrarte con los
mensajeros del rey de Samaria, y les
dirás: ¿No hay Dios en Israel, que
vosotros vais á consultar á Baal-zebub
dios de Ecrón?
-
Por
tanto así ha dicho Jehová: Del lecho
en que subiste no descenderás, antes
morirás ciertamente. Y Elías se fue.
-
Y como
los mensajeros se volvieron al rey,
él les dijo: ¿Por qué pues os habéis
vuelto?
-
Y ellos
le respondieron: Encontramos un
varón que nos dijo: Id, y volveos al
rey que os envió, y decidle: Así ha
dicho Jehová: ¿No hay Dios en
Israel, que tú envías á consultar á
Baal-zebub dios de Ecrón? Por tanto,
del lecho en que subiste no
descenderás, antes morirás de
cierto.
-
Entonces
él les dijo: ¿Qué hábito era el de
aquel varón que encontrasteis, y os
dijo tales palabras?
-
Y ellos
le respondieron: Un varón velloso, y
ceñía sus lomos con un cinto de
cuero. Entonces él dijo: Elías
Thisbita es.
-
Y envió
luego á él un capitán de cincuenta
con sus cincuenta, el cual subió á
él; y he aquí que él estaba sentado
en la cumbre del monte. Y él le
dijo: Varón de Dios, el rey ha dicho
que desciendas.
-
Y Elías
respondió, y dijo al capitán de
cincuenta: Si yo soy varón de Dios,
descienda fuego del cielo, y
consúmate con tus cincuenta. Y
descendió fuego del cielo, que lo
consumió á él y á sus cincuenta.
-
Volvió
el rey á enviar á él otro capitán de
cincuenta con sus cincuenta; y
hablóle, y dijo: Varon de Dios, el
rey ha dicho así: Desciende presto.
-
Y
respondióle Elías, y dijo: Si yo soy
varón de Dios, descienda fuego del
cielo, y consúmate con tus
cincuenta. Y descendió fuego del
cielo, que lo consumió á él y á sus
cincuenta.
-
Y volvió
á enviar el tercer capitán de
cincuenta con sus cincuenta: y
subiendo aquel tercer capitán de
cincuenta, hincóse de rodillas
delante de Elías, y rogóle,
diciendo: Varón de Dios, ruégote que
sea de valor delante de tus ojos mi
vida y la vida de estos tus
cincuenta siervos.
-
He aquí
ha descendido fuego del cielo, y ha
consumido los dos primeros capitanes
de cincuenta, con sus cincuenta; sea
ahora mi vida de valor delante de
tus ojos.
-
Entonces
el ángel de Jehová dijo á Elías:
Desciende con él; no hayas de él
miedo. Y él se levantó, y descendió
con él al rey.
-
Y
díjole: Así ha dicho Jehová: Pues
que enviaste mensajeros á consultar
á Baal-zebub dios de Ecrón, ¿no hay
Dios en Israel para consultar en su
palabra? No descenderás, por tanto,
del lecho en que subiste, antes
morirás de cierto.
-
Y murió
conforme á la palabra de Jehová que
había hablado Elías; y reinó en su
lugar Joram, en el segundo año de
Joram, hijo de Josaphat rey de Judá;
porque Ochôzías no tenía hijo.
-
Y lo
demás de los hechos de Ochôzías, ¿no
está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel?
-
Y
ACONTECIÓ que, cuando quiso Jehová
alzar á Elías en un torbellino al
cielo, Elías venía con Eliseo de
Gilgal.
-
Y dijo
Elías á Eliseo: Quédate ahora aquí,
porque Jehová me ha enviado á Beth-el.
Y Eliseo dijo: Vive Jehová, y vive
tu alma, que no te dejaré.
Descendieron pues á Beth-el.
-
Y
saliendo á Eliseo los hijos de los
profetas que estaban en Beth-el,
dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová
quitará hoy á tu señor de tu cabeza?
Y él dijo: Sí, yo lo sé; callad.
-
Y Elías
le volvió á decir: Eliseo, quédate
aquí ahora, porque Jehová me ha
enviado á Jericó. Y él dijo: Vive
Jehová, y vive tu alma, que no te
dejaré. Vinieron pues á Jericó.
-
Y
llegáronse á Eliseo los hijos de los
profetas que estaban en Jericó, y
dijéronle: ¿Sabes cómo Jehová
quitará hoy á tu señor de tu cabeza?
Y él respondió: Sí, yo lo sé;
callad.
-
Y Elías
le dijo: Ruégote que te quedes aquí,
porque Jehová me ha enviado al
Jordán. Y él dijo: Vive Jehová, y
vive tu alma, que no te dejaré.
Fueron pues ambos á dos.
-
Y
vinieron cincuenta varones de los
hijos de los profetas, y paráronse
enfrente á lo lejos: y ellos dos se
pararon junto al Jordán.
-
Tomando
entonces Elías su manto, doblólo, é
hirió las aguas, las cuales se
apartaron á uno y á otro lado, y
pasaron ambos en seco.
-
Y como
hubieron pasado, Elías dijo á
Eliseo: Pide lo que quieres que haga
por ti, antes que sea quitado de
contigo. Y dijo Eliseo: Ruégote que
las dos partes de tu espíritu sean
sobre mí.
-
Y él le
dijo: Cosa difícil has pedido. Si me
vieres cuando fuere quitado de ti,
te será así hecho; mas si no, no.
-
Y
aconteció que, yendo ellos hablando,
he aquí, un carro de fuego con
caballos de fuego apartó á los dos:
y Elías subió al cielo en un
torbellino.
-
Y
viéndolo Eliseo, clamaba: ¡Padre
mío, padre mío, carro de Israel y su
gente de á caballo! Y nunca más le
vió, y trabando de sus vestidos,
rompiólos en dos partes.
-
Alzó
luego el manto de Elías que se le
había caído, y volvió, y paróse á la
orilla del Jordán.
-
Y
tomando el manto de Elías que se le
había caído, hirió las aguas, y
dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de
Elías? Y así que hubo del mismo modo
herido las aguas, apartáronse á uno
y á otro lado, y pasó Eliseo.
-
Y
viéndole los hijos de los profetas
que estaban en Jericó de la otra
parte, dijeron: El espíritu de Elías
reposó sobre Eliseo. Y viniéronle á
recibir, é inclináronse á él hasta
la tierra.
-
Y
dijéronle: He aquí hay con tus
siervos cincuenta varones fuertes:
vayan ahora y busquen á tu señor;
quizá lo ha levantado el espíritu de
Jehová, y lo ha echado en algún
monte ó en algún valle. Y él les
dijo: No enviéis.
-
Mas
ellos le importunaron, hasta que
avergonzándose, dijo: Enviad.
Entonces ellos enviaron cincuenta
hombres, los cuales lo buscaron tres
días, mas no lo hallaron.
-
Y cuando
volvieron á él, que se había quedado
en Jericó, él les dijo: ¿No os dije
yo que no fueseis?
-
Y los
hombres de la ciudad dijeron á
Eliseo: He aquí el asiento de esta
ciudad es bueno, como mi señor ve;
mas las aguas son malas, y la tierra
enferma.
-
Entonces
él dijo: Traedme una botija nueva, y
poned en ella sal. Y trajéronsela.
-
Y
saliendo él á los manaderos de las
aguas, echó dentro la sal, y dijo:
Así ha dicho Jehová: Yo sané estas
aguas, y no habrá más en ellas
muerte ni enfermedad.
-
Y fueron
sanas las aguas hasta hoy, conforme
á la palabra que habló Eliseo.
-
Después
subió de allí á Beth-el; y subiendo
por el camino, salieron los
muchachos de la ciudad, y se
burlaban de él, diciendo: ¡Calvo,
sube! ¡calvo, sube!
-
Y
mirando él atrás, viólos, y
maldíjolos en el nombre de Jehová. Y
salieron dos osos del monte, y
despedazaron de ellos cuarenta y dos
muchachos.
-
De allí
fué al monte de Carmelo, y de allí
volvió á Samaria.
-
Y JORAM
hijo de Achâb comenzó á reinar en
Samaria sobre Israel el año
dieciocho de Josaphat rey de Judá; y
reinó doce años.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, aunque no
como su padre y su madre; porque
quitó las estatuas de Baal que su
padre había hecho.
-
Mas
allegóse á los pecados de Jeroboam,
hijo de Nabat, que hizo pecar á
Israel; y no se apartó de ellos.
-
Entonces
Mesa rey de Moab era propietario de
ganados, y pagaba al rey de Israel
cien mil corderos y cien mil
carneros con sus vellones.
-
Mas
muerto Achâb, el rey de Moab se
rebeló contra el rey de Israel.
-
Y salió
entonces de Samaria el rey Joram, é
inspeccionó á todo Israel.
-
Y fué y
envió á decir á Josaphat rey de
Judá: El rey de Moab se ha rebelado
contra mí: ¿irás tú conmigo á la
guerra contra Moab? Y él respondió:
Iré, porque como yo, así tú; como mi
pueblo, así tu pueblo; como mis
caballos, así también tus caballos.
-
Y dijo:
¿Por qué camino iremos? Y él
respondió: Por el camino del
desierto de Idumea.
-
Partieron pues el rey de Israel, y
el rey de Judá, y el rey de Idumea;
y como anduvieron rodeando por el
desierto siete días de camino,
faltóles el agua para el ejército, y
para las bestias que los seguían.
-
Entonces
el rey de Israel dijo: ¡Ah! que ha
llamado Jehová estos tres reyes para
entregarlos en manos de los
Moabitas.
-
Mas
Josaphat dijo: ¿No hay aquí profeta
de Jehová, para que consultemos á
Jehová por él? Y uno de los siervos
del rey de Israel respondió y dijo:
Aquí está Eliseo hijo de Saphat, que
daba agua á manos á Elías.
-
Y
Josaphat dijo: Este tendrá palabra
de Jehová. Y descendieron á él el
rey de Israel, y Josaphat, y el rey
de Idumea.
-
Entonces
Eliseo dijo al rey de Israel: ¿Qué
tengo yo contigo? Ve á los profetas
de tu padre, y á los profetas de tu
madre. Y el rey de Israel le
respondió: No; porque ha juntado
Jehová estos tres reyes para
entregarlos en manos de los
Moabitas.
-
Y Eliseo
dijo: Vive Jehová de los ejércitos,
en cuya presencia estoy, que si no
tuviese respeto al rostro de
Josaphat rey de Judá, no mirara á
ti, ni te viera.
-
Mas
ahora traedme un tañedor. Y mientras
el tañedor tocaba, la mano de Jehová
fué sobre Eliseo.
-
Y dijo:
Así ha dicho Jehová: Haced en este
valle muchas acequias.
-
Porque
Jehová ha dicho así: No veréis
viento, ni veréis lluvia, y este
valle será lleno de agua, y beberéis
vosotros, y vuestras bestias, y
vuestros ganados.
-
Y esto
es cosa ligera en los ojos de
Jehová; dará también á los Moabitas
en vuestras manos.
-
Y
vosotros heriréis á toda ciudad
fortalecida y á toda villa hermosa,
y talaréis todo buen árbol, y
cegaréis todas las fuentes de aguas,
y destruiréis con piedras toda
tierra fértil.
-
Y
aconteció que por la mañana, cuando
se ofrece el sacrificio, he aquí
vinieron aguas por el camino de
Idumea, y la tierra fué llena de
aguas.
-
Y todos
los de Moab, como oyeron que los
reyes subían á pelear contra ellos,
juntáronse desde todos los que
ceñían talabarte arriba, y
pusiéronse en la frontera.
-
Y como
se levantaron por la mañana, y lució
el sol sobre las aguas, vieron los
de Moab desde lejos las aguas rojas
como sangre;
-
Y
dijeron: ¡Sangre es esta de espada!
Los reyes se han revuelto, y cada
uno ha muerto á su compañero. Ahora
pues, ¡Moab, á la presa!
-
Mas
cuando llegaron al campo de Israel,
levantáronse los Israelitas é
hirieron á los de Moab, los cuales
huyeron delante de ellos: siguieron
empero hiriendo todavía á los de
Moab.
-
Y
asolaron las ciudades, y en todas
las heredades fértiles echó cada uno
su piedra, y las llenaron; cegaron
también todas las fuentes de las
aguas, y derribaron todos los buenos
árboles; hasta que en Kir-hareseth
solamente dejaron sus piedras;
porque los honderos la cercaron, y
la hirieron.
-
Y cuando
el rey de Moab vió que la batalla lo
vencía, tomó consigo setecientos
hombres que sacaban espada, para
romper contra el rey de Idumea: mas
no pudieron.
-
Entonces
arrebató á su primogénito que había
de reinar en su lugar, y sacrificóle
en holocausto sobre el muro. Y hubo
grande enojo en Israel; y
retiráronse de él, y volviéronse á
su tierra.
-
UNA
mujer, de las mujeres de los hijos
de los profetas, clamó á Eliseo,
diciendo: Tu siervo mi marido es
muerto; y tú sabes que tu siervo era
temeroso de Jehová: y ha venido el
acreedor para tomarse dos hijos míos
por siervos.
-
Y Eliseo
le dijo: ¿Qué te haré yo? Declárame
qué tienes en casa. Y ella dijo: Tu
sierva ninguna cosa tiene en casa,
sino una botija de aceite.
-
Y él le
dijo: Ve, y pide para ti vasos
prestados de todos tus vecinos,
vasos vacíos, no pocos.
-
Entra
luego, y cierra la puerta tras ti y
tras tus hijos; y echa en todos los
vasos, y en estando uno lleno, ponlo
aparte.
-
Y
partióse la mujer de él, y cerró la
puerta tras sí y tras sus hijos; y
ellos le llegaban los vasos, y ella
echaba del aceite.
-
Y como
los vasos fueron llenos, dijo á un
hijo suyo: Tráeme aún otro vaso. Y
él dijo: No hay más vasos. Entonces
cesó el aceite.
-
Vino
ella luego, y contólo al varón de
Dios, el cual dijo: Ve, y vende el
aceite, y paga á tus acreedores; y
tú y tus hijos vivid de lo que
quedare.
-
Y
aconteció también que un día pasaba
Eliseo por Sunem; y había allí una
mujer principal, la cual le
constriñó á que comiese del pan: y
cuando por allí pasaba, veníase á su
casa á comer del pan.
-
Y ella
dijo á su marido: He aquí ahora, yo
entiendo que éste que siempre pasa
por nuestra casa, es varón de Dios
santo.
-
Yo te
ruego que hagas una pequeña cámara
de paredes, y pongamos en ella cama,
y mesa, y silla, y candelero, para
que cuando viniere á nosotros, se
recoja en ella.
-
Y
aconteció que un día vino él por
allí, y recogióse en aquella cámara,
y durmió en ella.
-
Entonces
dijo á Giezi su criado: Llama á esta
Sunamita. Y como él la llamó,
pareció ella delante de él.
-
Y dijo
él á Giezi: Dile: He aquí tú has
estado solícita por nosotros con
todo este esmero: ¿qué quieres que
haga por ti? ¿has menester que hable
por ti al rey, ó al general del
ejército? Y ella respondió: Yo
habito en medio de mi pueblo.
-
Y él
dijo: ¿Qué pues haremos por ella? Y
Giezi respondió: He aquí ella no
tiene hijo, y su marido es viejo.
-
Dijo
entonces: Llámala. Y él la llamó, y
ella se paró á la puerta.
-
Y él le
dijo: A este tiempo según el tiempo
de la vida, abrazarás un hijo. Y
ella dijo: No, señor mío, varón de
Dios, no hagas burla de tu sierva.
-
Mas la
mujer concibió, y parió un hijo á
aquel tiempo que Eliseo le había
dicho, según el tiempo de la vida.
-
Y como
el niño fué grande, aconteció que un
día salió á su padre, á los
segadores.
-
Y dijo á
su padre: ¡Mi cabeza, mi cabeza! Y
él dijo á un criado: Llévalo á su
madre.
-
Y
habiéndole él tomado, y traídolo á
su madre, estuvo sentado sobre sus
rodillas hasta medio día, y murióse.
-
Ella
entonces subió, y púsolo sobre la
cama del varón de Dios, y cerrándole
la puerta, salióse.
-
Llamando
luego á su marido, díjole: Ruégote
que envíes conmigo á alguno de los
criados y una de las asnas, para que
yo vaya corriendo al varón de Dios,
y vuelva.
-
Y él
dijo: ¿Para qué has de ir á él hoy?
No es nueva luna, ni sábado. Y ella
respondió: Paz.
-
Después
hizo enalbardar una borrica, y dijo
al mozo: Guía y anda; y no me hagas
detener para que suba, sino cuando
yo te lo dijere.
-
Partióse
pues, y vino al varón de Dios al
monte del Carmelo. Y cuando el varón
de Dios la vió de lejos, dijo á su
criado Giezi: He aquí la Sunamita:
-
Ruégote
que vayas ahora corriendo á
recibirla, y dile: ¿Tienes paz? ¿y
tu marido, y tu hijo? Y ella dijo:
Paz.
-
Y luego
que llegó al varón de Dios en el
monte, asió de sus pies. Y llegóse
Giezi para quitarla; mas el varón de
Dios le dijo: Déjala, porque su alma
está en amargura, y Jehová me ha
encubierto el motivo, y no me lo ha
revelado.
-
Y ella
dijo: ¿Pedí yo hijo á mi señor? ¿No
dije yo, que no me burlases?
-
Entonces
dijo él á Giezi: Ciñe tus lomos, y
toma mi bordón en tu mano, y ve; y
si alguno te encontrare, no lo
saludes; y si alguno te saludare, no
le respondas: y pondrás mi bordón
sobre el rostro del niño.
-
Y dijo
la madre del niño: Vive Jehová, y
vive tu alma, que no te dejaré.
-
El
entonces se levantó, y siguióla. Y
Giezi había ido delante de ellos, y
había puesto el bordón sobre el
rostro del niño, mas ni tenía voz ni
sentido; y así se había vuelto para
encontrar á Eliseo; y declaróselo,
diciendo: El mozo no despierta.
-
Y venido
Eliseo á la casa, he aquí el niño
que estaba tendido muerto sobre su
cama.
-
Entrando
él entonces, cerró la puerta sobre
ambos, y oró á Jehová.
-
Después
subió, y echóse sobre el niño,
poniendo su boca sobre la boca de
él, y sus ojos sobre sus ojos, y sus
manos sobre las manos suyas; así se
tendió sobre él, y calentóse la
carne del joven.
-
Volviéndose luego, paséose por la
casa á una parte y á otra, y después
subió, y tendióse sobre él; y el
joven estornudó siete veces, y abrió
sus ojos.
-
Entonces
llamó él á Giezi, y díjole: Llama á
esta Sunamita. Y él la llamó. Y
entrando ella, él le dijo: Toma tu
hijo.
-
Y así
que ella entró, echóse á sus pies, é
inclinóse á tierra: después tomó su
hijo, y salióse.
-
Y Eliseo
se volvió á Gilgal. Había entonces
grande hambre en la tierra. Y los
hijos de los profetas estaban con
él, por lo que dijo á su criado: Pon
una grande olla, y haz potaje para
los hijos de los profetas.
-
Y salió
uno al campo á coger hierbas, y
halló una como parra montés, y cogió
de ella una faldada de calabazas
silvestres: y volvió, y cortólas en
la olla del potaje: porque no sabía
lo que era.
-
Echóse
después para que comieran los
hombres; pero sucedió que comiendo
ellos de aquel guisado, dieron
voces, diciendo: ¡Varón de Dios, la
muerte en la olla! Y no lo pudieron
comer.
-
El
entonces dijo: Traed harina. Y
esparcióla en la olla, y dijo: Echa
de comer á la gente. Y no hubo más
mal en la olla.
-
Vino
entonces un hombre de Baal-salisa,
el cual trajo al varón de Dios panes
de primicias, veinte panes de
cebada, y trigo nuevo en su espiga.
Y él dijo: Da á la gente para que
coman.
-
Y
respondió su sirviente: ¿Cómo he de
poner esto delante de cien hombres?
Mas él tornó á decir: Da á la gente
para que coman, porque así ha dicho
Jehová: Comerán, y sobrará.
-
Entonces
él lo puso delante de ellos, y
comieron, y sobróles, conforme á la
palabra de Jehová.
-
NAAMAN,
general del ejército del rey de
Siria, era gran varón delante de su
señor, y en alta estima, porque por
medio de él había dado Jehová
salvamento á la Siria. Era este
hombre valeroso en extremo, pero
leproso.
-
Y de
Siria habían salido cuadrillas, y
habían llevado cautiva de la tierra
de Israel una muchacha; la cual
sirviendo á la mujer de Naamán,
-
Dijo á
su señora: Si rogase mi señor al
profeta que está en Samaria, él lo
sanaría de su lepra.
-
Y
entrando Naamán á su señor,
declaróselo, diciendo: Así y así ha
dicho una muchacha que es de la
tierra de Israel.
-
Y díjole
el rey de Siria: Anda, ve, y yo
enviaré letras al rey de Israel.
Partió pues él, llevando consigo
diez talentos de plata, y seis mil
piezas de oro, y diez mudas de
vestidos.
-
Tomó
también letras para el rey de
Israel, que decían así: Luego en
llegando á ti estas letras, sabe por
ellas que yo envío á ti mi siervo
Naamán, para que lo sanes de su
lepra.
-
Y luego
que el rey de Israel leyó las
cartas, rasgó sus vestidos, y dijo:
¿Soy yo Dios, que mate y dé vida,
para que éste envíe á mí á que sane
un hombre de su lepra? Considerad
ahora, y ved cómo busca ocasión
contra mí.
-
Y como
Eliseo, varón de Dios oyó que el rey
de Israel había rasgado sus
vestidos, envió á decir al rey: ¿Por
qué has rasgado tus vestidos? Venga
ahora á mí, y sabrá que hay profeta
en Israel.
-
Y vino
Naamán con sus caballos y con su
carro, y paróse á las puertas de la
casa de Eliseo.
-
Entonces
Eliseo le envió un mensajero,
diciendo: Ve, y lávate siete veces
en el Jordán, y tu carne se te
restaurará, y serás limpio.
-
Y Naamán
se fué enojado, diciendo: He aquí yo
decía para mí: Saldrá él luego, y
estando en pie invocará el nombre de
Jehová su Dios, y alzará su mano, y
tocará el lugar, y sanará la lepra.
-
Abana y
Pharphar, ríos de Damasco, ¿no son
mejores que todas las aguas de
Israel? Si me lavare en ellos, ¿no
seré también limpio? Y volvióse, y
fuése enojado.
-
Mas sus
criados se llegaron á él, y
habláronle, diciendo: Padre mío, si
el profeta te mandara alguna gran
cosa, ¿no la hicieras? ¿cuánto más,
diciéndote: Lávate, y serás limpio?
-
El
entonces descendió, y zambullóse
siete veces en el Jordán, conforme á
la palabra del varón de Dios: y su
carne se volvió como la carne de un
niño, y fué limpio.
-
Y volvió
al varón de Dios, él y toda su
compañía, y púsose delante de él, y
dijo: He aquí ahora conozco que no
hay Dios en toda la tierra, sino en
Israel. Ruégote que recibas algún
presente de tu siervo.
-
Mas él
dijo: Vive Jehová, delante del cual
estoy, que no lo tomaré. E
importunándole que tomase, él nunca
quiso.
-
Entonces
Naamán dijo: Ruégote pues, ¿no se
dará á tu siervo una carga de un par
de acémilas de aquesta tierra?
porque de aquí adelante tu siervo no
sacrificará holocausto ni sacrificio
á otros dioses, sino á Jehová.
-
En esto
perdone Jehová á tu siervo: que
cuando mi señor entrare en el templo
de Rimmón, y para adorar en él se
apoyare sobre mi mano, si yo también
me inclinare en el templo de Rimmón,
si en el templo de Rimmón me
inclino, Jehová perdone en esto á tu
siervo.
-
Y él le
dijo: Vete en paz. Partióse pues de
él, y caminó como el espacio de una
milla.
-
Entonces
Giezi, criado de Eliseo el varón de
Dios, dijo entre sí: He aquí mi
señor estorbó á este Siro Naamán, no
tomando de su mano las cosas que
había traído. Vive Jehová, que
correré yo tras él, y tomaré de él
alguna cosa.
-
Y siguió
Giezi á Naamán: y como le vió Naamán
que venía corriendo tras él, apeóse
del carro para recibirle, y dijo:
¿Va bien?
-
Y él
dijo: Bien. Mi señor me envía á
decir: He aquí vinieron á mí en esta
hora del monte de Ephraim dos
mancebos de los hijos de los
profetas: ruégote que les des un
talento de plata, y sendas mudas de
vestidos.
-
Y Naamán
dijo: Ruégote que tomes dos
talentos. Y él le constriñó, y ató
dos talentos de plata en dos sacos,
y dos mudas de vestidos, y púsolo á
cuestas á dos de sus criados, que lo
llevasen delante de él.
-
Y
llegado que hubo á un lugar secreto,
él lo tomó de mano de ellos, y
guardólo en casa: luego mandó á los
hombres que se fuesen.
-
Y él
entró, y púsose delante de su señor.
Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes,
Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha
ido á ninguna parte.
-
El
entonces le dijo: ¿No fué también mi
corazón, cuando el hombre volvió de
su carro á recibirte? ¿es tiempo de
tomar plata, y de tomar vestidos,
olivares, viñas, ovejas, bueyes,
siervos y siervas?
-
La lepra
de Naamán se te pegará á ti, y á tu
simiente para siempre. Y salió de
delante de él leproso, blanco como
la nieve.
-
LOS
hijos de los profetas dijeron á
Eliseo: He aquí, el lugar en que
moramos contigo nos es estrecho.
-
Vamos
ahora al Jordán, y tomemos de allí
cada uno una viga, y hagámonos allí
lugar en que habitemos. Y él dijo:
Andad.
-
Y dijo
uno: Rogámoste que quieras venir con
tus siervos. Y él respondió: Yo iré.
-
Fuése
pues con ellos; y como llegaron al
Jordán, cortaron la madera.
-
Y
aconteció que derribando uno un
árbol, cayósele el hacha en el agua;
y dió voces, diciendo: ¡Ah, señor
mío, que era emprestada!
-
Y el
varón de Dios dijo: ¿Dónde cayó? Y
él le mostró el lugar. Entonces
cortó él un palo, y echólo allí; é
hizo nadar el hierro.
-
Y dijo:
Tómalo. Y él tendió la mano, y
tomólo.
-
Tenía el
rey de Siria guerra contra Israel, y
consultando con sus siervos, dijo:
En tal y tal lugar estará mi
campamento.
-
Y el
varón de Dios envió á decir al rey
de Israel: Mira que no pases por tal
lugar, porque los Siros van allí.
-
Entonces
el rey de Israel envió á aquel lugar
que el varón de Dios había dicho y
amonestádole; y guardóse de allí, no
una vez ni dos.
-
Y el
corazón del rey de Siria fué turbado
de esto; y llamando á sus siervos,
díjoles: ¿No me declararéis vosotros
quién de los nuestros es del rey de
Israel?
-
Entonces
uno de los siervos dijo: No, rey,
señor mío; sino que el profeta
Eliseo está en Israel, el cual
declara al rey de Israel las
palabras que tú hablas en tu más
secreta cámara.
-
Y él
dijo: Id, y mirad dónde está, para
que yo envíe á tomarlo. Y fuéle
dicho: He aquí él está en Dothán.
-
Entonces
envió el rey allá gente de á
caballo, y carros, y un grande
ejército, los cuales vinieron de
noche, y cercaron la ciudad.
-
Y
levantándose de mañana el que servía
al varón de Dios, para salir, he
aquí el ejército que tenía cercada
la ciudad, con gente de á caballo y
carros. Entonces su criado le dijo:
¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?
-
Y él le
dijo: No hayas miedo: porque más son
los que están con nosotros que los
que están con ellos.
-
Y oró
Eliseo, y dijo: Ruégote, oh Jehová,
que abras sus ojos para que vea.
Entonces Jehová abrió los ojos del
mozo, y miró: y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de á caballo,
y de carros de fuego alrededor de
Eliseo.
-
Y luego
que los Siros descendieron á él, oró
Eliseo á Jehová, y dijo: Ruégote que
hieras á esta gente con ceguedad. E
hiriólos con ceguedad, conforme al
dicho de Eliseo.
-
Después
les dijo Eliseo: No es este el
camino, ni es esta la ciudad;
seguidme, que yo os guiaré al hombre
que buscáis. Y guiólos á Samaria.
-
Y así
que llegaron á Samaria, dijo Eliseo:
Jehová, abre los ojos de éstos, para
que vean. Y Jehová abrió sus ojos, y
miraron, y halláronse en medio de
Samaria.
-
Y cuando
el rey de Israel los hubo visto,
dijo á Eliseo: ¿Herirélos, padre
mío?
-
Y él le
respondió: No los hieras; ¿herirías
tú á los que tomaste cautivos con tu
espada y con tu arco? Pon delante de
ellos pan y agua, para que coman y
beban, y se vuelvan á sus señores.
-
Entonces
les fué aparejada grande comida: y
como hubieron comido y bebido,
enviólos, y ellos se volvieron á su
señor. Y nunca más vinieron
cuadrillas de Siria á la tierra de
Israel.
-
Después
de esto aconteció, que Ben-adad rey
de Siria juntó todo su ejército, y
subió, y puso cerco á Samaria.
-
Y hubo
grande hambre en Samaria, teniendo
ellos cerco sobre ella; tanto, que
la cabeza de un asno era vendida por
ochenta piezas de plata, y la cuarta
de un cabo de estiércol de palomas
por cinco piezas de plata.
-
Y
pasando el rey de Israel por el
muro, una mujer le dió voces, y
dijo: Salva, rey señor mío.
-
Y él
dijo: Si no te salva Jehová, ¿de
dónde te tengo de salvar yo? ¿del
alfolí, ó del lagar?
-
Y díjole
el rey: ¿Qué tienes? Y ella
respondió: Esta mujer me dijo: Da
acá tu hijo, y comámoslo hoy, y
mañana comeremos el mío.
-
Cocimos
pues mi hijo, y le comimos. El día
siguiente yo le dije: Da acá tu
hijo, y comámoslo. Mas ella ha
escondido su hijo.
-
Y como
el rey oyó las palabras de aquella
mujer, rasgó sus vestidos, y pasó
así por el muro: y llegó á ver el
pueblo el saco que traía
interiormente sobre su carne.
-
Y él
dijo: Así me haga Dios, y así me
añada, si la cabeza de Eliseo hijo
de Saphat quedare sobre él hoy.
-
Estaba á
la sazón Eliseo sentado en su casa,
y con él estaban sentados los
ancianos: y el rey envió á él un
hombre. Mas antes que el mensajero
viniese á él, dijo él á los
ancianos: ¿No habéis visto como este
hijo del homicida me envía á quitar
la cabeza? Mirad pues, y cuando
viniere el mensajero, cerrad la
puerta, é impedidle la entrada: ¿no
viene tras él el ruido de los pies
de su amo?
-
Aun
estaba él hablando con ellos, y he
aquí el mensajero que descendía á
él; y dijo: Ciertamente este mal de
Jehová viene. ¿Para qué tengo de
esperar más á Jehová?
-
DIJO
entonces Eliseo: Oid palabra de
Jehová: Así dijo Jehová: Mañana á
estas horas valdrá el seah de flor
de harina un siclo, y dos seah de
cebada un siclo, á la puerta de
Samaria.
-
Y un
príncipe sobre cuya mano el rey se
apoyaba, respondió al varón de Dios,
y dijo: Si Jehová hiciese ahora
ventanas en el cielo, ¿sería esto
así? Y él dijo: He aquí tú lo verás
con tus ojos, mas no comerás de
ello.
-
Y había
cuatro hombres leprosos á la entrada
de la puerta, los cuales dijeron el
uno al otro: ¿Para qué nos estamos
aquí hasta que muramos?
-
Si
tratáremos de entrar en la ciudad,
por el hambre que hay en la ciudad
moriremos en ella; y si nos quedamos
aquí, también moriremos. Vamos pues
ahora, y pasémonos al ejército de
los Siros: si ellos nos dieren la
vida, viviremos; y si nos dieren la
muerte, moriremos.
-
Levantáronse pues en el principio de
la noche, para irse al campo de los
Siros; y llegando á las primeras
estancias de los Siros, no había
allí hombre.
-
Porque
el Señor había hecho que en el campo
de los Siros se oyese estruendo de
carros, ruido de caballos, y
estrépito de grande ejército; y
dijéronse los unos á los otros: He
aquí el rey de Israel ha pagado
contra nosotros á los reyes de los
Heteos, y á los reyes de los
Egipcios, para que vengan contra
nosotros.
-
Y así se
habían levantado y huído al
principio de la noche, dejando sus
tiendas, sus caballos, sus asnos, y
el campo como se estaba; y habían
huído por salvar las vidas.
-
Y como
los leprosos llegaron á las primeras
estancias, entráronse en una tienda,
y comieron y bebieron, y tomaron de
allí plata, y oro, y vestido, y
fueron, y escondiéronlo: y vueltos,
entraron en otra tienda, y de allí
también tomaron, y fueron, y
escondieron.
-
Y
dijéronse el uno al otro: No hacemos
bien: hoy es día de buena nueva, y
nosotros callamos: y si esperamos
hasta la luz de la mañana, nos
alcanzará la maldad. Vamos pues
ahora, entremos, y demos la nueva en
casa del rey.
-
Y
vinieron, y dieron voces á los
guardas de la puerta de la ciudad, y
declaráronles, diciendo: Nosotros
fuimos al campo de los Siros, y he
aquí que no había allí hombre, ni
voz de hombre, sino caballos atados,
asnos también atados, y el campo
como se estaba.
-
Y los
porteros dieron voces, y
declaráronlo dentro, en el palacio
del rey.
-
Y
levantóse el rey de noche, y dijo á
sus siervos: Yo os declararé lo que
nos han hecho los Siros. Ellos saben
que tenemos hambre, y hanse salido
de las tiendas y escondídose en el
campo, diciendo: Cuando hubieren
salido de la ciudad, los tomaremos
vivos, y entraremos en la ciudad.
-
Entonces
respondió uno de sus siervos, y
dijo: Tomen ahora cinco de los
caballos que han quedado en la
ciudad, (porque ellos también son
como toda la multitud de Israel que
ha quedado en ella; también ellos
son como toda la multitud de Israel
que ha perecido;) y enviemos, y
veamos qué hay.
-
Tomaron
pues dos caballos de un carro, y
envió el rey tras el campo de los
Siros, diciendo: Id, y ved.
-
Y ellos
fueron, y siguiéronlos hasta el
Jordán: y he aquí, todo el camino
estaba lleno de vestidos y enseres
que los Siros habían arrojado con la
premura. Y volvieron los mensajeros,
é hiciéronlo saber al rey.
-
Entonces
el pueblo salió, y saquearon el
campo de los Siros. Y fué vendido un
seah de flor de harina por un siclo,
y dos seah de cebada por un siclo,
conforme á la palabra de Jehová.
-
Y el rey
puso á la puerta a aquel príncipe
sobre cuya mano él se apoyaba: y
atropellóle el pueblo á la entrada,
y murió, conforme á lo que había
dicho el varón de Dios, lo que habló
cuando el rey descendió á él.
-
Aconteció pues de la manera que el
varón de Dios había hablado al rey,
diciendo: Dos seah de cebada por un
siclo, y el seah de flor de harina
será vendido por un siclo mañana á
estas horas, á la puerta de Samaria.
-
A lo
cual aquel príncipe había respondido
al varón de Dios, diciendo: Aunque
Jehová hiciese ventanas en el cielo,
¿pudiera ser eso? Y él dijo: He aquí
tú lo verás con tus ojos, mas no
comerás de ello.
-
Y vínole
así; porque el pueblo le atropelló á
la entrada, y murió.
-
Y HABLó
Eliseo á aquella mujer á cuyo hijo
había hecho vivir, diciendo:
Levántate, vete tú y toda tu casa á
vivir donde pudieres; porque Jehová
ha llamado el hambre, la cual vendrá
también sobre la tierra siete años.
-
Entonces
la mujer se levantó, é hizo como el
varón de Dios le dijo: y partióse
ella con su familia, y vivió en
tierra de los Filisteos siete años.
-
Y como
fueron pasados los siete años, la
mujer volvió de la tierra de los
Filisteos: después salió para clamar
al rey por su casa, y por sus
tierras.
-
Y había
el rey hablado con Giezi, criado del
varón de Dios, diciéndole: Ruégote
que me cuentes todas las maravillas
que ha hecho Eliseo.
-
Y
contando él al rey cómo había hecho
vivir á un muerto, he aquí la mujer,
á cuyo hijo había hecho vivir, que
clamaba al rey por su casa y por sus
tierras. Entonces dijo Giezi: Rey
señor mío, esta es la mujer, y este
es su hijo, al cual Eliseo hizo
vivir.
-
Y
preguntando el rey á la mujer, ella
se lo contó. Entonces el rey le dió
un eunuco, diciéndole: Hazle volver
todas las cosas que eran suyas, y
todos los frutos de la tierras desde
el día que dejó el país hasta ahora.
-
Eliseo
se fué luego á Damasco, y Ben-adad
rey de Siria estaba enfermo, al cual
dieron aviso, diciendo: El varón de
Dios ha venido aquí.
-
Y el rey
dijo á Hazael: Toma en tu mano un
presente, y ve á recibir al varón de
Dios, y consulta por él á Jehová,
diciendo: ¿Tengo de sanar de esta
enfermedad?
-
Tomó
pues Hazael en su mano un presente
de todos los bienes de Damasco,
cuarenta camellos cargados, y
saliólo á recibir: y llegó, y púsose
delante de él, y dijo: Tu hijo
Ben-adad, rey de Siria, me ha
enviado á ti, diciendo: ¿Tengo de
sanar de esta enfermedad?
-
Y Eliseo
le dijo: Ve, dile: Seguramente
vivirás. Empero Jehová me ha
mostrado que él ha de morir
ciertamente.
-
Y el
varón de Dios le volvió el rostro
afirmadamente, y estúvose así una
gran pieza; y lloró el varón de
Dios.
-
Entonces
díjole Hazael: ¿Por qué llora mi
señor? Y él respondió: Porque sé el
mal que has de hacer á los hijos de
Israel: á sus fortalezas pegarás
fuego, y á sus mancebos matarás á
cuchillo, y estrellarás á sus niños,
y abrirás á sus preñadas.
-
Y Hazael
dijo: ¿Por qué? ¿es tu siervo perro,
que hará esta gran cosa? Y respondió
Eliseo: Jehová me ha mostrado que tú
has de ser rey de Siria.
-
Y él se
partió de Eliseo, y vino á su señor,
el cual le dijo: ¿Qué te ha dicho
Eliseo? Y él respondió: Díjome que
seguramente vivirás.
-
El día
siguiente tomó un paño basto, y
metiólo en agua, y tendiólo sobre el
rostro de Ben-adad, y murió: y reinó
Hazael en su lugar.
-
En el
quinto año de Joram hijo de Achâb
rey de Israel, y siendo Josaphat rey
de Judá, comenzó á reinar Joram hijo
de Josaphat rey de Judá.
-
De
treinta y dos años era cuando
comenzó á reinar, y ocho años reinó
en Jerusalem.
-
Y anduvo
en el camino de los reyes de Israel,
como hizo la casa de Achâb, porque
una hija de Achâb fué su mujer; é
hizo lo malo en ojos de Jehová.
-
Con todo
eso, Jehová no quiso cortar á Judá,
por amor de David su siervo, como le
había prometido darle lámpara de sus
hijos perpetuamente.
-
En su
tiempo se rebeló Edom de debajo de
la mano de Judá, y pusieron rey
sobre sí.
-
Joram
por tanto pasó á Seir, y todos sus
carros con él: y levantándose de
noche hirió á los Idumeos, los
cuales le habían cercado, y á los
capitanes de los carros: y el pueblo
huyó á sus estancias.
-
Sustrájose no obstante Edom de bajo
la mano de Judá, hasta hoy. Rebelóse
además Libna en el mismo tiempo.
-
Lo demás
de los hechos de Joram, y todas las
cosas que hizo, ¿no está escrito en
el libro de las crónicas de los
reyes de Judá?
-
Y durmió
Joram con sus padres, y fué
sepultado con sus padres en la
ciudad de David: y reinó en lugar
suyo Ochôzías, su hijo.
-
En el
año doce de Joram hijo de Achâb rey
de Israel, comenzó á reinar Ochôzías
hijo de Joram rey de Judá.
-
De
veintidós años era Ochôzías cuando
comenzó á reinar, y reinó un año en
Jerusalem. El nombre de su madre fué
Athalía hija de Omri rey de Israel.
-
Y anduvo
en el camino de la casa de Achâb, é
hizo lo malo en ojos de Jehová, como
la casa de Achâb: porque era yerno
de la casa de Achâb.
-
Y fué á
la guerra con Joram hijo de Achâb á
Ramoth de Galaad, contra Hazael rey
de Siria; y los Siros hirieron á
Joram.
-
Y el rey
Joram se volvió á Jezreel, para
curarse de las heridas que los Siros
le hicieron delante de Ramoth,
cuando peleó contra Hazael rey de
Siria. Y descendió Ochôzías hijo de
Joram rey de Judá, á visitar á Joram
hijo de Achâb en Jezreel, porque
estaba enfermo.
-
ENTONCES
el profeta Eliseo llamó á uno de los
hijos de los profetas, y díjole:
Ciñe tus lomos, y toma esta alcuza
de aceite en tu mano, y ve á Ramoth
de Galaad.
-
Y cuando
llegares allá, verás allí á Jehú
hijo de Josaphat hijo de Nimsi; y
entrando, haz que se levante de
entre sus hermanos, y mételo en la
recámara.
-
Toma
luego la alcuza de aceite, y
derrámala sobre su cabeza, y di: Así
dijo Jehová: Yo te he ungido por rey
sobre Israel. Y abriendo la puerta,
echa á huir, y no esperes.
-
Fué pues
el mozo, el mozo del profeta, á
Ramoth de Galaad.
-
Y como
él entró, he aquí los príncipes del
ejército que estaban sentados. Y él
dijo: Príncipe, una palabra tengo
que decirte. Y Jehú dijo: ¿A cuál de
todos nosotros? Y él dijo: A ti,
príncipe.
-
Y él se
levantó, y entróse en casa; y el
otro derramó el aceite sobre su
cabeza, y díjole: Así dijo Jehová
Dios de Israel: Yo te he ungido por
rey sobre el pueblo de Jehová, sobre
Israel.
-
Y
herirás la casa de Achâb tu señor,
para que yo vengue la sangre de mis
siervos los profetas, y la sangre de
todos los siervos de Jehová, de la
mano de Jezabel.
-
Y
perecerá toda la casa de Achâb, y
talaré de Achâb todo meante á la
pared, así al guardado como al
desamparado en Israel.
-
Y yo
pondré la casa de Achâb como la casa
de Jeroboam hijo de Nabat, y como la
casa de Baasa hijo de Ahía.
-
Y á
Jezabel comerán perros en el campo
de Jezreel, y no habrá quien la
sepulte. En seguida abrió la puerta,
y echó á huir.
-
Después
salió Jehú á los siervos de su
señor, y dijéronle: ¿Hay paz? ¿para
qué entró á ti aquel loco? Y él les
dijo: Vosotros conocéis al hombre y
sus palabras.
-
Y ellos
dijeron: Mentira; decláranoslo
ahora. Y él dijo: Así y así me
habló, diciendo: Así ha dicho
Jehová: Yo te he ungido por rey
sobre Israel.
-
Entonces
tomaron prestamente su ropa, y
púsola cada uno debajo de él en un
trono alto, y tocaron corneta, y
dijeron: Jehú es rey.
-
Así
conjuró Jehú hijo de Josaphat hijo
de Nimsi, contra Joram. (Estaba
Joram guardando á Ramoth de Galaad
con todo Israel, por causa de Hazael
rey de Siria.
-
Habíase
empero vuelto el rey Joram á
Jezreel, para curarse de las heridas
que los Siros le habían hecho,
peleando contra Hazael rey de
Siria.) Y Jehú dijo: Si es vuestra
voluntad, ninguno escape de la
ciudad, para ir á dar las nuevas en
Jezreel.
-
Entonces
Jehú cabalgó, y fuése á Jezreel,
porque Joram estaba allí enfermo.
También Ochôzías rey de Judá había
descendido á visitar á Joram.
-
Y el
atalaya que estaba en la torre de
Jezreel, vió la cuadrilla de Jehú,
que venía, y dijo: Yo veo una
cuadrilla. Y Joram dijo: Toma uno de
á caballo, y envía á reconocerlos, y
que les diga: ¿Hay paz?
-
Fué pues
el de á caballo á reconocerlos, y
dijo: El rey dice así: ¿Hay paz? Y
Jehú le dijo: ¿Qué tienes tú que ver
con la paz? vuélvete tras mí. El
atalaya dió luego aviso, diciendo:
El mensajero llegó hasta ellos, y no
vuelve.
-
Entonces
envió otro de á caballo, el cual
llegando á ellos, dijo: El rey dice
así: ¿Hay paz? Y Jehú respondió:
¿Qué tienes tú que ver con la paz?
vuélvete tras mí.
-
El
atalaya volvió á decir: También éste
llegó á ellos y no vuelve: mas el
marchar del que viene es como el
marchar de Jehú hijo de Nimsi,
porque viene impetuosamente.
-
Entonces
Joram dijo: Unce. Y uncido que fué
su carro, salió Joram rey de Israel,
y Ochôzías rey de Judá, cada uno en
su carro, y salieron á encontrar á
Jehú, al cual hallaron en la heredad
de Naboth de Jezreel.
-
Y en
viendo Joram á Jehú, dijo: ¿Hay paz,
Jehú? Y él respondió: ¿Qué paz, con
las fornicaciones de Jezabel tu
madre, y sus muchas hechicerías?
-
Entonces
Joram volviendo la mano huyó, y dijo
á Ochôzías: ¡Traición, Ochôzías!
-
Mas Jehú
flechó su arco, é hirió á Joram
entre las espaldas, y la saeta salió
por su corazón, y cayó en su carro.
-
Dijo
luego Jehú á Bidkar su capitán:
Tómalo y échalo á un cabo de la
heredad de Naboth de Jezreel.
Acuérdate que cuando tú y yo íbamos
juntos con la gente de Achâb su
padre, Jehová pronunció esta
sentencia sobre él, diciendo:
-
Que yo
he visto ayer las sangres de Naboth,
y las sangres de sus hijos, dijo
Jehová; y tengo de darte la paga en
esta heredad, dijo Jehová. Tómale
pues ahora, y échalo en la heredad,
conforme á la palabra de Jehová.
-
Y viendo
esto Ochôzías rey de Judá, huyó por
el camino de la casa del huerto. Y
siguiólo Jehú, diciendo: Herid
también á éste en el carro. Y le
hirieron á la subida de Gur, junto á
Ibleam. Y él huyó á Megiddo, y murió
allí.
-
Y sus
siervos le llevaron en un carro á
Jerusalem, y allá le sepultaron con
sus padres, en su sepulcro en la
ciudad de David.
-
En el
undécimo año de Joram hijo de Achâb,
comenzó á reinar Ochôzías sobre
Judá.
-
Vino
después Jehú á Jezreel: y como
Jezabel lo oyó, adornó sus ojos con
alcohol, y atavió su cabeza, y
asomóse á una ventana.
-
Y como
entraba Jehú por la puerta, ella
dijo: ¿Sucedió bien á Zimri, que
mató á su señor?
-
Alzando
él entonces su rostro hacia la
ventana, dijo: ¿Quién es conmigo?
¿quién? Y miraron hacia él dos ó
tres eunucos.
-
Y él les
dijo: Echadla abajo. Y ellos la
echaron: y parte de su sangre fué
salpicada en la pared, y en los
caballos; y él la atropelló.
-
Entró
luego, y después que comió y bebió,
dijo: Id ahora á ver aquella
maldita, y sepultadla; que es hija
de rey.
-
Empero
cuando fueron para sepultarla, no
hallaron de ella más que la
calavera, y los pies, y las palmas
de las manos.
-
Y
volvieron, y dijéronselo. Y él dijo:
La palabra de Dios es ésta, la cual
él habló por mano de su siervo Elías
Thisbita, diciendo: En la heredad de
Jezreel comerán los perros las
carnes de Jezabel.
-
Y el
cuerpo de Jezabel fué cual estiércol
sobre la faz de la tierra en la
heredad de Jezreel; de manera que
nadie pueda decir: Esta es Jezabel.
-
Y TENíA
Achâb en Samaria setenta hijos; y
escribió letras Jehú, y enviólas á
Samaria á los principales de Jezreel,
á los ancianos y á los ayos de Achâb,
diciendo:
-
Luego en
llegando estas letras á vosotros lo
que tenéis los hijos de vuestro
señor, y los que tenéis carros y
gente de á caballo, la ciudad
pertrechada, y las armas,
-
Mirad
cuál es el mejor y él más recto de
los hijos de vuestro señor, y
ponedlo en el trono de su padre, y
pelead por la casa de vuestro señor.
-
Mas
ellos tuvieron gran temor, y
dijeron: He aquí dos reyes no
pudieron resistirle, ¿cómo le
resistiremos nosotros?
-
Y el
mayordomo, y el presidente de la
ciudad, y los ancianos, y los ayos,
enviaron á decir á Jehú: Siervos
tuyos somos, y haremos todo lo que
nos mandares: no elegiremos por rey
á ninguno; tú harás lo que bien te
pareciere.
-
El
entonces les escribió la segunda vez
diciendo: Si sois míos, y queréis
obedecerme, tomad las cabezas de los
varones hijos de vuestro señor, y
venid mañana á estas horas á mí á
Jezreel. Y los hijos del rey,
setenta varones, estaban con los
principales de la ciudad, que los
criaban.
-
Y como
las letras llegaron á ellos, tomaron
á los hijos del rey, y degollaron
setenta varones, y pusieron sus
cabezas en canastillos, y
enviáronselas á Jezreel.
-
Y vino
un mensajero que le dió las nuevas,
diciendo: Traído han las cabezas de
los hijos del rey. Y él le dijo:
Ponedlas en dos montones á la
entrada de la puerta hasta la
mañana.
-
Venida
la mañana, salió él, y estando en
pie dijo á todo el pueblo: Vosotros
sois justos: he aquí yo he
conspirado contra mi señor, y lo he
muerto: ¿mas quién ha muerto á todos
estos?
-
Sabed
ahora que de la palabra de Jehová
que habló sobre la casa de Achâb,
nada caerá en tierra: y que Jehová
ha hecho lo que dijo por su siervo
Elías.
-
Mató
entonces Jehú á todos los que habían
quedado de la casa de Achâb en
Jezreel, y á todos sus príncipes, y
á todos sus familiares, y á sus
sacerdotes, que no le quedó ninguno.
-
Y
levantóse de allí, y vino á Samaria;
y llegando él en el camino á una
casa de esquileo de pastores,
-
Halló
allí á los hermanos de Ochôzías rey
de Judá, y díjoles: ¿Quién sois
vosotros? Y ellos dijeron: Somos
hermanos de Ochôzías, y hemos venido
á saludar á los hijos del rey, y á
los hijos de la reina.
-
Entonces
él dijo: Prendedlos vivos. Y después
que los tomaron vivos, degolláronlos
junto al pozo de la casa de
esquileo, cuarenta y dos varones,
sin dejar ninguno de ellos.
-
Partiéndose luego de allí encontróse
con Jonadab hijo de Rechâb; y
después que lo hubo saludado,
díjole: ¿Es recto tu corazón, como
el mío es recto con el tuyo? Y
Jonadab dijo: Lo es. Pues que lo es,
dame la mano. Y él le dió su mano.
Hízolo luego subir consigo en el
carro.
-
Y
díjole: Ven conmigo, y verás mi celo
por Jehová. Pusiéronlo pues en su
carro.
-
Y luego
que hubo Jehú llegado á Samaria,
mató á todos los que habían quedado
de Achâb en Samaria, hasta
extirparlos, conforme á la palabra
de Jehová, que había hablado por
Elías.
-
Y juntó
Jehú todo el pueblo, y díjoles:
Achâb sirvió poco á Baal; mas Jehú
lo servirá mucho.
-
Llamadme
pues luego á todos los profetas de
Baal, á todos sus siervos, y á todos
sus sacerdotes; que no falte uno,
porque tengo un gran sacrifico para
Baal; cualquiera que faltare, no
vivirá. Esto hacía Jehú con astucia,
para destruir á los que honraban á
Baal.
-
Y dijo
Jehú: Santificad un día solemne á
Baal. Y ellos convocaron.
-
Y envió
Jehú por todo Israel, y vinieron
todos los siervos de Baal, que no
faltó ninguno que no viniese. Y
entraron en el templo de Baal, y el
templo de Baal se llenó de cabo á
cabo.
-
Entonces
dijo al que tenía el cargo de las
vestiduras: Saca vestiduras para
todos lo siervos de Baal. Y él les
sacó vestimentas.
-
Y entró
Jehú con Jonadab hijo de Rechâb en
el templo de Baal, y dijo á los
siervos de Baal: Mirad y ved que por
dicha no haya aquí entre vosotros
alguno de los siervos de Jehová,
sino solos los siervos de Baal.
-
Y como
ellos entraron para hacer
sacrificios y holocaustos, Jehú puso
fuera ochenta hombres, y díjoles:
Cualquiera que dejare vivo alguno de
aquellos hombres que yo he puesto en
vuestras manos, su vida será por la
del otro.
-
Y
después que acabaron ellos de hacer
el holocausto, Jehú dijo á los de su
guardia y á los capitanes: Entrad, y
matadlos; que no escape ninguno. Y
los hirieron á cuchillo: y
dejáronlos tendidos los de la
guardia y los capitanes, y fueron
hasta la ciudad del templo de Baal.
-
Y
sacaron las estatuas de la casa de
Baal, y quemáronlas.
-
Y
quebraron la estatua de Baal, y
derribaron la casa de Baal, é
hiciéronla necesaria, hasta hoy.
-
Así
extinguió Jehú á Baal de Israel.
-
Con todo
eso Jehú no se apartó de los pecados
de Jeroboam hijo de Nabat, que hizo
pecar á Israel; á saber, de en pos
de los becerros de oro que estaban
en Beth-el y en Dan.
-
Y Jehová
dijo á Jehú: Por cuanto has hecho
bien ejecutando lo recto delante de
mis ojos, é hiciste á la casa de
Achâb conforme á todo lo que estaba
en mi corazón, tus hijos se sentarán
en el trono de Israel hasta la
cuarta generación.
-
Mas Jehú
no cuidó de andar en la ley de
Jehová Dios de Israel con todo su
corazón, ni se apartó de los pecados
de Jeroboam, el que había hecho
pecar á Israel.
-
En
aquellos días comenzó Jehová á talar
en Israel: é hiriólos Hazael en
todos los términos de Israel,
-
Desde el
Jordán al nacimiento del sol, toda
la tierra de Galaad, de Gad, de
Rubén, y de Manasés, desde Aroer que
está junto al arroyo de Arnón, á
Galaad y á Basán.
-
Lo demás
de los hechos de Jehú, y todas las
cosas que hizo, y toda su valentía,
¿no está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel?
-
Y durmió
Jehú con sus padres, y sepultáronlo
en Samaria: y reinó en su lugar
Joachâz su hijo.
-
El
tiempo que reinó Jehú sobre Israel
en Samaria, fué veintiocho años.
-
Y
ATHALIA madre de Ochôzías, viendo
que su hijo era muerto, levantóse, y
destruyó toda la simiente real.
-
Pero
tomando Josaba hija del rey Joram,
hermana de Ochôzías, á Joas hijo de
Ochôzías, sacólo furtivamente de
entre los hijos del rey, que se
mataban, y ocultólo de delante de
Athalía, á él y á su ama, en la
cámara de las camas, y así no lo
mataron.
-
Y estuvo
con ella escondido en la casa de
Jehová seis años: y Athalía fué
reina sobre el país.
-
Mas al
séptimo año envió Joiada, y tomó
centuriones, capitanes, y gente de
la guardia, y metiólos consigo en la
casa de Jehová: é hizo con ellos
liga, juramentándolos en la casa de
Jehová; y mostróles al hijo del rey.
-
Y
mandóles, diciendo: Esto es lo que
habéis de hacer: la tercera parte de
vosotros, los que entrarán el
sábado, tendrán la guardia de la
casa del rey;
-
Y la
otra tercera parte estará á la
puerta del sur, y la otra tercera
parte á la puerta del postigo de los
de la guardia: así guardaréis la
casa, para que no sea allanada.
-
Y las
dos partes de vosotros, es á saber,
todos los que salen el sábado,
tendréis la guarda de la casa de
Jehová junto al rey.
-
Y
estaréis alrededor del rey de todas
partes, teniendo cada uno sus armas
en las manos, y cualquiera que
entrare dentro de estos órdenes, sea
muerto. Y habéis de estar con el rey
cuando saliere, y cuando entrare.
-
Los
centuriones pues, hicieron todo como
el sacerdote Joiada les mandó: y
tomando cada uno los suyos, es á
saber, los que habían de entrar el
sábado, y los que habían salido el
sábado, viniéronse á Joiada el
sacerdote.
-
Y el
sacerdote dió á los centuriones las
picas y los escudos que habían sido
del rey David, que estaban en la
casa de Jehová.
-
Y los de
la guardia se pusieron en orden,
teniendo cada uno sus armas en sus
manos, desde el lado derecho de la
casa hasta el lado izquierdo, junto
al altar y el templo, en derredor
del rey.
-
Sacando
luego Joiada al hijo del rey, púsole
la corona y el testimonio, é
hiciéronle rey ungiéndole; y
batiendo las manos dijeron: ¡Viva el
rey!
-
Y oyendo
Athalía el estruendo del pueblo que
corría, entró al pueblo en el templo
de Jehová;
-
Y como
miró, he aquí el rey que estaba
junto á la columna, conforme á la
costumbre, y los príncipes y los
trompetas junto al rey; y que todo
el pueblo del país hacía alegrías, y
que tocaban las trompetas. Entonces
Athalía, rasgando sus vestidos,
clamó á voz en grito: ¡Traición,
traición!
-
Mas el
sacerdote Joiada mandó á los
centuriones que gobernaban el
ejército, y díjoles: Sacadla fuera
del recinto del templo, y al que la
siguiere, matadlo á cuchillo.
(Porque el sacerdote dijo que no la
matasen en el templo de Jehová.)
-
Diéronle
pues lugar, y como iba el camino por
donde entran los de á caballo á la
casa del rey, allí la mataron.
-
Entonces
Joiada hizo alianza entre Jehová y
el rey y el pueblo, que serían
pueblo de Jehová: y asimismo entre
el rey y el pueblo.
-
Y todo
el pueblo de la tierra entró en el
templo de Baal, y derribáronlo:
asimismo despedazaron enteramente
sus altares y sus imágenes, y
mataron á Mathán sacerdote de Baal
delante de los altares. Y el
sacerdote puso guarnición sobre la
casa de Jehová.
-
Después
tomó los centuriones, y capitanes, y
los de la guardia, y á todo el
pueblo de la tierra, y llevaron al
rey desde la casa de Jehová, y
vinieron por el camino de la puerta
de los de la guardia á la casa del
rey; y sentóse el rey sobre el trono
de los reyes.
-
Y todo
el pueblo de la tierra hizo
alegrías, y la ciudad estuvo en
reposo, habiendo sido Athalía muerta
á cuchillo junto á la casa del rey.
-
Era Joas
de siete años cuando comenzó á
reinar.
-
EN el
séptimo año de Jehú comenzó á reinar
Joas, y reinó cuarenta años en
Jerusalem. El nombre de su madre fué
Sibia, de Beer-seba.
-
Y Joas
hizo lo recto en ojos de Jehová todo
el tiempo que le dirigió el
sacerdote Joiada.
-
Con todo
eso los altos no se quitaron; que
aún sacrificaba y quemaba el pueblo
perfumes en los altos.
-
Y Joas
dijo á los sacerdotes: Todo el
dinero de las santificaciones que se
suele traer á la casa de Jehová, el
dinero de los que pasan en cuenta,
el dinero por las personas, cada
cual según su tasa, y todo el dinero
que cada uno de su propia voluntad
mete en la casa de Jehová,
-
Recíbanlo los sacerdotes, cada uno
de sus familiares, y reparen los
portillos del templo donde quiera
que se hallare abertura.
-
Pero el
año veintitrés del rey Joas, no
habían aún reparado los sacerdotes
las aberturas del templo.
-
Llamando
entonces el rey Joas al pontífice
Joiada y á los sacerdotes, díjoles:
¿Por qué no reparáis las aberturas
del templo? Ahora pues, no toméis
más el dinero de vuestros
familiares, sino dadlo para reparar
las roturas del templo.
-
Y los
sacerdotes consintieron en no tomar
más dinero del pueblo, ni tener
cargo de reparar las aberturas del
templo.
-
Mas el
pontífice Joiada tomó un arca, é
hízole en la tapa un agujero, y
púsola junto al altar, á la mano
derecha como se entra en le templo
de Jehová; y los sacerdotes que
guardaban la puerta, ponían allí
todo el dinero que se metía en la
casa de Jehová.
-
Y cuando
veían que había mucho dinero en el
arca, venía el notario del rey y el
gran sacerdote, y contaban el dinero
que hallaban en el templo de Jehová,
y guardábanlo.
-
Y daban
el dinero suficiente en mano de los
que hacían la obra, y de los que
tenían el cargo de la casa de
Jehová; y ellos lo expendían en
pagar los carpinteros y maestros que
reparaban la casa de Jehová,
-
Y los
albañiles y canteros; y en comprar
la madera y piedra de cantería para
reparar las aberturas de la casa de
Jehová; y en todo lo que se gastaba
en la casa para repararla.
-
Mas de
aquel dinero que se traía á la casa
de Jehová, no se hacían tazas de
plata, ni salterios, ni jofainas, ni
trompetas; ni ningún otro vaso de
oro ni de plata se hacía para el
templo de Jehová:
-
Porque
lo daban á los que hacían la obra, y
con él reparaban la casa de Jehová.
-
Y no se
tomaba en cuenta á los hombres en
cuyas manos el dinero era entregado,
para que ellos lo diesen á los que
hacían la obra: porque lo hacían
ellos fielmente.
-
El
dinero por el delito, y el dinero
por los pecados, no se metía en la
casa de Jehová; porque era de los
sacerdotes.
-
Entonces
subió Hazael rey de Siria, y peleó
contra Gath, y tomóla: y puso Hazael
su rostro para subir contra
Jerusalem;
-
Por lo
que tomó Joas rey de Judá todas las
ofrendas que había dedicado
Josaphat, y Joram y Ochôzías sus
padres, reyes de Judá, y las que él
había dedicado, y todo el oro que se
halló en los tesoros de la casa de
Jehová, y en la casa del rey, y
enviólo á Hazael rey de Siria: y él
se partió de Jerusalem.
-
Lo demás
de los hechos de Joas, y todas las
cosas que hizo, ¿no está escrito en
el libro de las crónicas de los
reyes de Judá?
-
Y
levantáronse sus siervos, y
conspiraron en conjuración, y
mataron á Joas en la casa de Millo,
descendiendo él á Silla;
-
Pues
Josachâr hijo de Simaath, y Jozabad
hijo de Somer, sus siervos,
hiriéronle, y murió. Y sepultáronle
con sus padres en la ciudad de
David, y reinó en su lugar Amasías
su hijo.
-
EN el
año veintitrés de Joas hijo de
Ochôzías, rey de Judá, comenzó á
reinar Joachâz hijo de Jehú sobre
Israel en Samaria; y reinó
diecisiete años.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, y siguió
los pecados de Jeroboam hijo de
Nabat, el que hizo pecar á Israel; y
no se apartó de ellos.
-
Y
encendióse el furor de Jehová contra
Israel, y entrególos en mano de
Hazael rey de Siria, y en mano de
Ben-adad hijo de Hazael, por largo
tiempo.
-
Mas
Joachâz oró á la faz de Jehová, y
Jehová lo oyó: porque miró la
aflicción de Israel, pues el rey de
Siria los afligía.
-
(Y dió
Jehová salvador á Israel, y salieron
de bajo la mano de los Siros; y
habitaron los hijos de Israel en sus
estancias, como antes.
-
Con todo
eso no se apartaron de los pecados
de la casa de Jeroboam, el que hizo
pecar á Israel: en ellos anduvieron;
y también el bosque permaneció en
Samaria.)
-
Porque
no le había quedado gente á Joachâz,
sino cincuenta hombres de á caballo,
y diez carros, y diez mil hombres de
á pié; pues el rey de Siria los
había destruído, y los había puesto
como polvo para hollar.
-
Lo demás
de los hechos de Joachâz, y todo lo
que hizo, y sus valentías, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Israel?
-
Y durmió
Joachâz con sus padres, y
sepultáronlo en Samaria: y reinó en
su lugar Joas su hijo.
-
El año
treinta y siete de Joas rey de Judá,
comenzó á reinar Joas hijo de
Joachâz sobre Israel en Samaria; y
reinó dieciséis años.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová: no se
apartó de todos los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar á Israel; en ellos anduvo.
-
Lo demás
de los hechos de Joas, y todas las
cosas que hizo, y su esfuerzo con
que guerreó contra Amasías rey de
Judá, ¿no está escrito en el libro
de las crónicas de los reyes de
Israel?
-
Y durmió
Joas con sus padres, y sentóse
Jeroboam sobre su trono: y Joas fué
sepultado en Samaria con los reyes
de Israel.
-
Estaba
Eliseo enfermo de aquella su
enfermedad de que murió. Y descendió
á él Joas rey de Israel, y llorando
delante de él, dijo: ¡Padre mío,
padre mío, carro de Israel y su
gente de á caballo!
-
Y díjole
Eliseo: Toma un arco y unas saetas.
Tomóse él entonces un arco y unas
saetas.
-
Y dijo
Eliseo al rey de Israel: Pon tu mano
sobre el arco. Y puso él su mano
sobre el arco. Entonces puso Eliseo
sus manos sobre las manos del rey,
-
Y dijo:
Abre la ventana de hacia el oriente.
Y como él la abrió dijo Eliseo:
Tira. Y tirando él, dijo Eliseo:
Saeta de salud de Jehová, y saeta de
salud contra Siria: porque herirás á
los Siros en Aphec, hasta
consumirlos.
-
Y
tornóle á decir: Toma las saetas. Y
luego que el rey de Israel las hubo
tomado, díjole: Hiere la tierra. Y
él hirió tres veces, y cesó.
-
Entonces
el varón de Dios, enojado con él, le
dijo: A herir cinco ó seis veces,
herirías á Siria, hasta no quedar
ninguno: empero ahora tres veces
herirás á Siria.
-
Y murió
Eliseo, y sepultáronlo. Entrado el
año vinieron partidas de Moabitas á
la tierra.
-
Y
aconteció que al sepultar unos un
hombre, súbitamente vieron una
partida, y arrojaron al hombre en el
sepulcro de Eliseo: y cuando llegó á
tocar el muerto los huesos de
Eliseo, revivió, y levantóse sobre
sus pies.
-
Hazael
pues, rey de Siria, afligió á Israel
todo el tiempo de Joachâz.
-
Mas
Jehová tuvo misericordia de ellos, y
compadecióse de ellos, y mirólos,
por amor de su pacto con Abraham,
Isaac y Jacob; y no quiso
destruirlos ni echarlos de delante
de sí hasta ahora.
-
Y murió
Hazael rey de Siria, y reinó en su
lugar Ben-adad su hijo.
-
Y volvió
Joas hijo de Joachâz, y tomó de mano
de Ben-adad hijo de Hazael, las
ciudades que él había tomado de mano
de Joachâz su padre en guerra. Tres
veces lo batió Joas, y restituyó las
ciudades á Israel.
-
EN el
año segundo de Joas hijo de Joachâz
rey de Israel, comenzó á reinar
Amasías hijo de Joas rey de Judá.
-
Cuando
comenzó á reinar era de veinticinco
años, y veintinueve años reinó en
Jerusalem: el nombre de su madre fué
Joaddan, de Jerusalem.
-
Y él
hizo lo recto en ojos de Jehová,
aunque no como David su padre: hizo
conforme á todas las cosas que había
hecho Joas su padre.
-
Con todo
eso los altos no fueron quitados;
que el pueblo aun sacrificaba y
quemaba perfumes en los altos.
-
Y luego
que el reino fué confirmado en su
mano, hirió á sus siervos, los que
habían muerto al rey su padre.
-
Mas no
mató á los hijos de los que le
mataron, conforme á lo que está
escrito en el libro de la ley de
Moisés, donde Jehová mandó,
diciendo: No matarán á los padres
por los hijos, ni á los hijos por
los padres: mas cada uno morirá por
su pecado.
-
Este
hirió asimismo diez mil Idumeos en
el valle de las Salinas, y tomó á
Sela por guerra, y llamóla Jocteel,
hasta hoy.
-
Entonces
Amasías envió embajadores á Joas,
hijo de Joachâz hijo de Jehú, rey de
Israel, diciendo: Ven, y veámonos de
rostro.
-
Y Joas
rey de Israel envió á Amasías rey de
Judá esta respuesta: El cardillo que
está en el Líbano envió á decir al
cedro que está en el Líbano: Da tu
hija por mujer á mi hijo. Y pasaron
las bestias fieras que están en el
Líbano, y hollaron el cardillo.
-
Ciertamente has herido á Edom, y tu
corazón te ha envanecido: gloríate
pues, mas estáte en tu casa. ¿Y por
qué te entrometerás en un mal, para
que caigas tú, y Judá contigo?
-
Mas
Amasías no dió oídos; por lo que
subió Joas rey de Israel, y viéronse
de rostro él y Amasías rey de Judá,
en Beth-semes, que es de Judá.
-
Y Judá
cayó delante de Israel, y huyeron
cada uno á sus estancias.
-
Además
Joas rey de Israel tomó á Amasías
rey de Judá, hijo de Joas hijo de
Ochôzías, en Beth-semes: y vino á
Jerusalem, y rompió el muro de
Jerusalem desde la puerta de Ephraim
hasta la puerta de la esquina,
cuatrocientos codos.
-
Y tomó
todo el oro y la plata, y todos los
vasos que fueron hallados en la casa
de Jehová, y en los tesoros de la
casa del rey, y los hijos en
rehenes, y volvióse á Samaria.
-
Lo demás
de los hechos de Joas que ejecutó, y
sus hazañas, y cómo peleó contra
Amasías rey de Judá, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Israel?
-
Y durmió
Joas con sus padres, y fué sepultado
en Samaria con los reyes de Israel;
y reinó en su lugar Jeroboam su
hijo.
-
Y
Amasías hijo de Joas rey de Judá,
vivió después de la muerte de Joas
hijo de Joachâz rey de Israel,
quince años.
-
Lo demás
de los hechos de Amasías, ¿no está
escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Judá?
-
E
hicieron conspiración contra él en
Jerusalem, y él huyó á Lachîs; mas
enviaron tras él á Lachîs, y allá lo
mataron.
-
Trajéronlo luego sobre caballos, y
sepultáronlo en Jerusalem con sus
padres, en la ciudad de David.
-
Entonces
todo el pueblo de Judá tomó á
Azarías, que era de diez y seis
años, é hiciéronlo rey en lugar de
Amasías su padre.
-
Edificó
él á Elath, y la restituyó á Judá,
después que el rey durmió con sus
padres.
-
El año
quince de Amasías hijo de Joas rey
de Judá, comenzó á reinar Jeroboam
hijo de Joas sobre Israel en
Samaria; y reinó cuarenta y un años.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, y no se
apartó de todos los pecados de
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar á Israel.
-
El
restituyó los términos de Israel
desde la entrada de Amath hasta la
mar de la llanura, conforme á la
palabra de Jehová Dios de Israel, la
cual había él hablado por su siervo
Jonás hijo de Amittai, profeta que
fué de Gath-hepher.
-
Por
cuanto Jehová miró la muy amarga
aflicción de Israel; que no había
guardado ni desamparado, ni quien
diese ayuda á Israel;
-
Y Jehová
no había determinado raer el nombre
de Israel de debajo del cielo: por
tanto, los salvó por mano de
Jeroboam hijo de Joas.
-
Y lo
demás de los hechos de Jeroboam, y
todas las cosas que hizo, y su
valentía, y todas las guerras que
hizo, y cómo restituyó á Judá en
Israel á Damasco y á Hamath, ¿no
está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel?
-
Y durmió
Jeroboam con sus padres, los reyes
de Israel, y reinó en su lugar
Zachârías su hijo.
-
EN el
año veintisiete de Jeroboam, rey de
Israel, comenzó á reinar Azarías
hijo de Amasías rey de Judá.
-
Cuando
comenzó á reinar era de dieciséis
años, y cincuenta y dos años reinó
en Jerusalem; el nombre de su madre
fué Jecolía, de Jerusalem.
-
E hizo
lo recto en ojos de Jehová, conforme
á todas las cosas que su padre
Amasías había hecho.
-
Con todo
eso los altos no se quitaron; que el
pueblo sacrificaba aún y quemaba
perfumes en los altos.
-
Mas
Jehová hirió al rey con lepra, y fué
leproso hasta el día de su muerte, y
habitó en casa separada, y Jotham
hijo del rey tenía el cargo del
palacio, gobernando al pueblo de la
tierra.
-
Lo demás
de los hechos de Azarías, y todas
las cosas que hizo, ¿no está escrito
en el libro de las crónicas de los
reyes de Judá?
-
Y durmió
Azarías con sus padres, y
sepultáronlo con sus padres en la
ciudad de David: y reinó en su lugar
Jotham su hijo.
-
En el
año treinta y ocho de Azarías rey de
Judá, reinó Zachârías hijo de
Jeroboam sobre Israel seis meses.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, como
habían hecho sus padres: no se
apartó de los pecados de Jeroboam
hijo de Nabat, el que hizo pecar á
Israel.
-
Contra
él se conjuró Sallum hijo de Jabes,
y lo hirió en presencia de su
pueblo, y matólo, y reinó en su
lugar.
-
Lo demás
de los hechos de Zachârías, he aquí
está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel.
-
Y esta
fué la palabra de Jehová que había
hablado á Jehú, diciendo: Tus hijos
hasta la cuarta generación se
sentarán en el trono de Israel. Y
fué así.
-
Sallum
hijo de Jabes comenzó á reinar en el
año treinta y nueve de Uzzía rey de
Judá, y reinó el tiempo de un mes en
Samaria;
-
Pues
subió Manahem hijo de Gadi, de
Thirsa, y vino á Samaria, é hirió á
Sallum hijo de Jabes en Samaria, y
matólo, y reinó en su lugar.
-
Lo demás
de los hechos de Sallum, y su
conjuración con que conspiró, he
aquí está escrito en el libro de las
crónicas de los reyes de Israel.
-
Entonces
hirió Manahem á Tiphsa, y á todos
los que estaban en ella, y también
sus términos desde Thirsa; é hirióla
porque no le habían abierto; y abrió
á todas sus preñadas.
-
En el
año treinta y nueve de Azarías rey
de Judá, reinó Manahem hijo de Gadi
sobre Israel diez años, en Samaria.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová: no se
apartó en todo su tiempo de los
pecados de Jeroboam hijo de Nabat,
el que hizo pecar á Israel.
-
Y vino
Phul rey de Asiria á la tierra; y
dió Manahem á Phul mil talentos de
plata porque le ayudara á
confirmarse en el reino.
-
E impuso
Manahem este dinero sobre Israel,
sobre todos los poderosos y
opulentos: de cada uno cincuenta
siclos de plata, para dar al rey de
Asiria, y el rey de Asiria se
volvió, y no se detuvo allí en la
tierra.
-
Lo demás
de los hechos de Manahem, y todas
las cosas que hizo, ¿no está escrito
en el libro de las crónicas de los
reyes de Israel?
-
Y durmió
Manahem con sus padres, y reinó en
su lugar Pekaía su hijo.
-
En el
año cincuenta de Azarías rey de
Judá, reinó Pekaía hijo de Manahem
sobre Israel en Samaria, dos años.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová: no se
apartó de los pecados de Jeroboam
hijo de Nabat, el que hizo pecar á
Israel.
-
Y
conspiró contra él Peka hijo de
Remalías, capitán suyo, é hiriólo en
Samaria, en el palacio de la casa
real, en compañía de Argob y de
Ariph, y con cincuenta hombres de
los hijos de los Galaaditas; y
matólo, y reinó en su lugar.
-
Lo demás
de los hechos de Pekaía, y todas las
cosas que hizo, he aquí está escrito
en el libro de las crónicas de los
reyes de Israel.
-
En el
año cincuenta y dos de Azarías rey
de Judá, reinó Peka hijo de Remalías
sobre Israel en Samaria; y reinó
veinte años.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová; no se
apartó de los pecados de Jeroboam
hijo de Nabat, el que hizo pecar á
Israel.
-
En los
días de Peka rey de Israel, vino
Tiglath-pileser rey de los Asirios,
y tomó á Ahión, Abel-beth-maachâ, y
Janoa, y Cedes, y Asor, y Galaad, y
Galilea, y toda la tierra de
Nephtalí; y trasportólos á Asiria.
-
Y Oseas
hijo de Ela hizo conjuración contra
Peka hijo de Remalías, é hiriólo, y
matólo, y reinó en su lugar, á los
veinte años de Jotham hijo de Uzzía.
-
Lo demás
de los hechos de Peka, y todo lo que
hizo, he aquí está escrito en el
libro de las crónicas de los reyes
de Israel.
-
En el
segundo año de Peka hijo de Remalías
rey de Israel, comenzó á reinar
Jotham hijo de Uzzía rey de Judá.
-
Cuando
comenzó á reinar era de veinticinco
años, y reinó dieciséis años en
Jerusalem. El nombre de su madre fué
Jerusa hija de Sadoc.
-
Y él
hizo lo recto en ojos de Jehová;
hizo conforme á todas las cosas que
había hecho su padre Uzzía.
-
Con todo
eso los altos no fueron quitados;
que el pueblo sacrificaba aún, y
quemaba perfumes en los altos.
Edificó él la puerta más alta de la
casa de Jehová.
-
Lo demás
de los hechos de Jotham, y todas las
cosas que hizo, ¿no está escrito en
el libro de las crónicas de los
reyes de Judá?
-
En aquel
tiempo comenzó Jehová á enviar
contra Judá á Resín rey de Siria, y
á Peka hijo de Remalías.
-
Y durmió
Jotham con sus padres, y fué
sepultado con sus padres en la
ciudad de David su padre: y reinó en
su lugar Achâz su hijo.
-
EN el
año diecisiete de Peka hijo de
Remalías, comenzó á reinar Achâz
hijo de Jotham rey de Judá.
-
Cuando
comenzó á reinar Achâz, era de
veinte años, y reinó en Jerusalem
dieciséis años: y no hizo lo recto
en ojos de Jehová su Dios, como
David su padre;
-
Antes
anduvo en el camino de los reyes de
Israel, y aun hizo pasar por el
fuego á su hijo, según las
abominaciones de las gentes que
Jehová echó de delante de los hijos
de Israel.
-
Asimismo
sacrificó, y quemó perfumes en los
altos, y sobre los collados, y
debajo de todo árbol umbroso.
-
Entonces
Resín rey de Siria, y Peka hijo de
Remalías rey de Israel, subieron á
Jerusalem para hacer guerra, y
cercar á Achâz; mas no pudieron
tomarla.
-
En aquel
tiempo Resín rey de Siria restituyó
Elath á Siria, y echó á los Judíos
de Elath; y los Siros vinieron á
Elath, y habitaron allí hasta hoy.
-
Entonces
Achâz envió embajadores á Tiglath-pileser
rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu
siervo y tu hijo: sube, y defiéndeme
de mano del rey de Siria, y de mano
del rey de Israel, que se han
levantado contra mí.
-
Y
tomando Achâz la plata y el oro que
se halló en la casa de Jehová, y en
los tesoros de la casa real, envió
al rey de Asiria un presente.
-
Y
atendióle el rey de Asiria; pues
subió el rey de Asiria contra
Damasco, y tomóla, y trasportó los
moradores á Kir, y mató á Resín.
-
Y fué el
rey Achâz á encontrar á
Tiglath-pileser rey de Asiria en
Damasco; y visto que hubo el rey
Achâz el altar que estaba en
Damasco, envió á Urías sacerdote el
diseño y la descripción del altar,
conforme á toda su hechura.
-
Y Urías
el sacerdote edificó el altar;
conforme á todo lo que el rey Achâz
había enviado de Damasco, así lo
hizo el sacerdote Urías, entre tanto
que el rey Achâz venía de Damasco.
-
Y luego
que vino el rey de Damasco, y hubo
visto el altar, acercóse el rey á
él, y sacrificó en él;
-
Y
encendió su holocausto, y su
presente, y derramó sus libaciones,
y esparció la sangre de sus
pacíficos junto al altar.
-
Y el
altar de bronce que estaba delante
de Jehová, hízolo acercar delante de
la frontera de la casa, entre el
altar y el templo de Jehová, y
púsolo al lado del altar hacia el
aquilón.
-
Y mandó
el rey Achâz al sacerdote Urías,
diciendo: En el gran altar
encenderás el holocausto de la
mañana y el presente de la tarde, y
el holocausto del rey y su presente,
y asimismo el holocausto de todo el
pueblo de la tierra y su presente y
sus libaciones: y esparcirás sobre
él toda la sangre de holocausto, y
toda la sangre de sacrificio: y el
altar de bronce será mío para
preguntar en él.
-
E hizo
el sacerdote Urías conforme á todas
las cosas que el rey Achâz le mandó.
-
Y cortó
el rey Achâz las cintas de las
basas, y quitóles las fuentes; quitó
también el mar de sobre los bueyes
de bronce que estaban debajo de él,
y púsolo sobre el solado de piedra.
-
Asimismo
la tienda del sábado que habían
edificado en la casa, y el pasadizo
de afuera del rey, mudólos del
templo de Jehová, por causa del rey
de Asiria.
-
Lo demás
de los hechos de Achâz que puso por
obra, ¿no está todo escrito en el
libro de las crónicas de los reyes
de Judá?
-
Y durmió
el rey Achâz con sus padres y fué
sepultado con sus padres en la
ciudad de David: y reinó en su lugar
Ezechîas su hijo.
-
EN el
año duodécimo de Achâz rey de Judá,
comenzó á reinar Oseas hijo de Ela
en Samaria sobre Israel; y reinó
nueve años.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, aunque no
como los reyes de Israel que antes
de él habían sido.
-
Contra
éste subió Salmanasar rey de los
Asirios; y Oseas fué hecho su
siervo, y pagábale tributo.
-
Mas el
rey de Asiria halló que Oseas hacía
conjuración: porque había enviado
embajadores á So, rey de Egipto, y
no pagaba tributo al rey de Asiria,
como cada año: por lo que el rey de
Asiria le detuvo, y le aprisionó en
la casa de la cárcel.
-
Y el rey
de Asiria partió contra todo el
país, y subió contra Samaria, y
estuvo sobre ella tres años.
-
En el
año nueve de Oseas tomó el rey de
Asiria á Samaria, y trasportó á
Israel á Asiria, y púsolos en Hala,
y en Habor, junto al río de Gozán, y
en las ciudades de los Medos.
-
Porque
como los hijos de Israel pecasen
contra Jehová su Dios, que los sacó
de tierra de Egipto de bajo la mano
de Faraón rey de Egipto, y temiesen
á dioses ajenos,
-
Y
anduviesen en los estatutos de las
gentes que Jehová había lanzado
delante de los hijos de Israel, y en
los de los reyes de Israel, que
hicieron;
-
Y como
los hijos de Israel paliasen cosas
no rectas contra Jehová su Dios,
edificándose altos en todas sus
ciudades, desde las torres de las
atalayas hasta las ciudades fuertes,
-
Y se
levantasen estatuas y bosques en
todo collado alto, y debajo de todo
árbol umbroso,
-
Y
quemasen allí perfumes en todos los
altos, á la manera de las gentes que
había Jehová traspuesto delante de
ellos, é hiciesen cosas muy malas
para provocar á ira á Jehová,
-
Pues
servían á los ídolos, de los cuales
Jehová les había dicho: Vosotros no
habéis de hacer esto;
-
Jehová
protestaba entonces contra Israel y
contra Judá, por mano de todos los
profetas, y de todos los videntes,
diciendo: Volveos de vuestros malos
caminos, y guardad mis mandamientos
y mis ordenanzas, conforme á todas
las leyes que yo prescribí á
vuestros padres, y que os he enviado
por mano de mis siervos los
profetas.
-
Mas
ellos no obedecieron, antes
endurecieron su cerviz, como la
cerviz de sus padres, los cuales no
creyeron en Jehová su Dios.
-
Y
desecharon sus estatutos, y su pacto
que él había concertado con sus
padres, y sus testimonios que él
había protestado contra ellos; y
siguieron la vanidad, y se hicieron
vanos, y fueron en pos de las gentes
que estaban alrededor de ellos, de
las cuales les había Jehová mandado
que no hiciesen á la manera de
ellas:
-
Y
dejaron todos los mandamientos de
Jehová su Dios, é hiciéronse
vaciadizos dos becerros, y también
bosques, y adoraron á todo el
ejército del cielo, y sirvieron á
Baal:
-
E
hicieron pasar á sus hijos y á sus
hijas por fuego; y diéronse á
adivinaciones y agüeros, y
entregáronse á hacer lo malo en ojos
de Jehová, provocándole á ira.
-
Jehová
por tanto se airó en gran manera
contra Israel, y quitólos de delante
de su rostro; que no quedó sino sólo
la tribu de Judá.
-
Mas ni
aun Judá guardó los mandamientos de
Jehová su Dios; antes anduvieron en
los estatutos de Israel, los cuales
habían ellos hecho.
-
Y
desechó Jehová toda la simiente de
Israel, y afligiólos, y entrególos
en manos de saqueadores, hasta
echarlos de su presencia.
-
Porque
cortó á Israel de la casa de David,
y ellos se hicieron rey á Jeroboam
hijo de Nabat; y Jeroboam rempujó á
Israel de en pos de Jehová, é
hízoles cometer gran pecado.
-
Y los
hijos de Israel anduvieron en todos
los pecados de Jeroboam que él hizo,
sin apartarse de ellos;
-
Hasta
tanto que Jehová quitó á Israel de
delante de su rostro, como lo había
él dicho por mano de todos los
profetas sus siervos: é Israel fué
trasportado de su tierra á Asiria,
hasta hoy.
-
Y trajo
el rey de Asiria gente de Babilonia,
y de Cutha, y de Ava, y de Hamath, y
de Sepharvaim, y púsolos en las
ciudades de Samaria, en lugar de los
hijos de Israel; y poseyeron á
Samaria, y habitaron en sus
ciudades.
-
Y
aconteció al principio, cuando
comenzaron á habitar allí, que no
temiendo ellos á Jehová, envió
Jehová contra ellos leones que los
mataban.
-
Entonces
dijeron ellos al rey de Asiria: Las
gentes que tú traspasaste y pusiste
en las ciudades de Samaria, no saben
la costumbre del Dios de aquella
tierra, y él ha echado leones en
ellos, y he aquí los matan, porque
no saben la costumbre del Dios de la
tierra.
-
Y el rey
de Asiria mandó, diciendo: Llevad
allí á alguno de los sacerdote que
trajisteis de allá, y vayan y
habiten allí, y enséñenles la
costumbre del Dios del país.
-
Y vino
uno de los sacerdotes que habían
trasportado de Samaria, y habitó en
Beth-el, y enseñóles cómo habían de
temer á Jehová.
-
Mas cada
nación se hizo sus dioses, y
pusiéronlos en los templos de los
altos que habían hecho los de
Samaria; cada nación en su ciudad
donde habitaba.
-
Los de
Babilonia hicieron á Succoth-benoth,
y los de Cutha hicieron á Nergal, y
los de Hamath hicieron á Asima;
-
Los
Heveos hicieron á Nibhaz y á
Tharthac; y los de Sepharvaim
quemaban sus hijos al fuego á
Adra-melech y á Anamelech, dioses de
Sepharvaim.
-
Y temían
á Jehová; é hicieron del pueblo bajo
sacerdotes de los altos, quienes
sacrificaban para ellos en los
templos de los altos.
-
Temían á
Jehová, y honraban á sus dioses,
según la costumbre de las gentes de
donde habían sido trasladados.
-
Hasta
hoy hacen como primero; que ni temen
á Jehová, ni guardan sus estatutos,
ni sus ordenanzas, ni hacen según la
ley y los mandamientos que
prescribió Jehová á los hijos de
Jacob, al cual puso el nombre de
Israel;
-
Con los
cuales había Jehová hecho pacto, y
les mandó, diciendo: No temeréis á
otros dioses, ni los adoraréis, ni
les serviréis, ni les sacrificaréis:
-
Mas á
Jehová, que os sacó de tierra de
Egipto con grande poder y brazo
extendido, á éste temeréis, y á éste
adoraréis, y á éste haréis
sacrificio.
-
Los
estatutos y derechos y ley y
mandamientos que os dió por escrito,
cuidaréis siempre de ponerlos por
obra, y no temeréis dioses ajenos.
-
Y no
olvidaréis el pacto que hice con
vosotros; ni temeréis dioses ajenos:
-
Mas
temed á Jehová vuestro Dios, y él os
librará de mano de todos vuestros
enemigos.
-
Empero
ellos no escucharon; antes hicieron
según su costumbre antigua.
-
Así
temieron á Jehová aquellas gentes, y
juntamente sirvieron á sus ídolos: y
también sus hijos y sus nietos,
según que hicieron sus padres, así
hacen hasta hoy.
-
EN el
tercer año de Oseas hijo de Ela rey
de Israel, comenzó á reinar Ezechîas
hijo de Achâz rey de Judá.
-
Cuando
comenzó á reinar era de venticinco
años, y reinó en Jerusalem
veintinueve años. El nombre de su
madre fué Abi hija de Zachârías.
-
Hizo lo
recto en ojos de Jehová, conforme á
todas las cosas que había hecho
David su padre.
-
El quitó
los altos, y quebró las imágenes, y
taló los bosques, é hizo pedazos la
serpiente de bronce que había hecho
Moisés, porque hasta entonces le
quemaban perfumes los hijos de
Israel; y llamóle por nombre
Nehustán.
-
En
Jehová Dios de Israel puso su
esperanza: después ni antes de él no
hubo otro como él en todos los reyes
de Judá.
-
Porque
se llegó á Jehová, y no se apartó de
él, sino que guardó los mandamientos
que Jehová prescribió á Moisés.
-
Y Jehová
fué con él; y en todas las cosas á
que salía prosperaba. El se rebeló
contra el rey de Asiria, y no le
sirvió.
-
Hirió
también á los Filisteos hasta Gaza y
sus términos, desde las torres de
las atalayas hasta la ciudad
fortalecida.
-
En el
cuarto año del rey Ezechîas, que era
el año séptimo de Oseas hijo de Ela
rey de Israel, subió Salmanasar rey
de los Asirios contra Samaria, y
cercóla.
-
Y
tomáronla al cabo de tres años: esto
es, en el sexto año de Ezechîas, el
cual era el año nono de Oseas rey de
Israel, fué Samaria tomada.
-
Y el rey
de Asiria traspuso á Israel á
Asiria, y púsolos en Hala, y en
Habor, junto al río de Gozán, y en
las ciudades de los Medos:
-
Por
cuanto no habían atendido la voz de
Jehová su Dios, antes habían
quebrantado su pacto; y todas las
cosas que Moisés siervo de Jehová
había mandado, ni las habían
escuchado, ni puesto por obra.
-
Y á los
catorce años del rey Ezechîas, subió
Sennachêrib rey de Asiria contra
todas las ciudades fuertes de Judá,
y tomólas.
-
Entonces
Ezechîas rey de Judá envió á decir
al rey de Asiria en Lachîs: Yo he
pecado: vuélvete de mí, y llevaré
todo lo que me impusieres. Y el rey
de Asiria impuso á Ezechîas rey de
Judá trescientos talentos de plata,
y treinta talentos de oro.
-
Dió por
tanto Ezechîas toda la plata que fué
hallada en la casa de Jehová, y en
los tesoros de la casa real.
-
Entonces
descompuso Ezechîas las puertas del
templo de Jehová, y los quiciales
que el mismo rey Ezechîas había
cubierto de oro, y diólo al rey de
Asiria.
-
Después
el rey de Asiria envió al rey
Ezechîas, desde Lachîs contra
Jerusalem, á Thartán y á Rabsaris y
á Rabsaces, con un grande ejército:
y subieron, y vinieron á Jerusalem.
Y habiendo subido, vinieron y
pararon junto al conducto del
estanque de arriba, que es en el
camino de la heredad del batanero.
-
Llamaron
luego al rey, y salió á ellos
Eliacim hijo de Hilcías, que era
mayordomo, y Sebna escriba, y Joah
hijo de Asaph, canciller.
-
Y
díjoles Rabsaces: Decid ahora á
Ezechîas: Así dice el gran rey de
Asiria: ¿Qué confianza es esta en
que tú estás?
-
Dices,
(por cierto palabras de labios):
Consejo tengo y esfuerzo para la
guerra. Mas ¿en qué confías, que te
has rebelado contra mí?
-
He aquí
tú confías ahora en este bordón de
caña cascada, en Egipto, en el que
si alguno se apoyare, entrarále por
la mano, y se le pasará. Tal es
Faraón rey de Egipto, para todos los
que en él confían.
-
Y si me
decís: Nosotros confiamos en Jehová
nuestro Dios: ¿no es aquél cuyos
altos y altares ha quitado Ezechîas,
y ha dicho á Judá y á Jerusalem:
Delante de este altar adoraréis en
Jerusalem?
-
Por
tanto, ahora yo te ruego que des
rehenes á mi señor, el rey de
Asiria, y yo te daré dos mil
caballos, si tú pudieres dar jinetes
para ellos.
-
¿Cómo
pues harás volver el rostro de un
capitán el menor de los siervos de
mi señor, aunque estés confiado en
Egipto por sus carros y su gente de
á caballo?
-
Además,
¿he venido yo ahora sin Jehová á
este lugar, para destruirlo? Jehová
me ha dicho: Sube á esta tierra, y
destrúyela.
-
Entonces
dijo Eliacim hijo de Hilcías, y
Sebna y Joah, á Rabsaces: Ruégote
que hables á tus siervos siriaco,
porque nosotros lo entendemos, y no
hables con nosotros judaico á oídos
del pueblo que está sobre el muro.
-
Y
Rabsaces les dijo: ¿Hame enviado mi
señor á ti y á tu señor para decir
estas palabras, y no antes á los
hombres que están sobre el muro,
para comer su estiércol, y beber el
agua de sus pies con vosotros?
-
Paróse
luego Rabsaces, y clamó á gran voz
en judaico, y habló, diciendo: Oid
la palabra del gran rey, el rey de
Asiria.
-
Así ha
dicho el rey: No os engañe Ezechîas,
porque no os podrá librar de mi
mano.
-
Y no os
haga Ezechîas confiar en Jehová,
diciendo: De cierto nos librará
Jehová, y esta ciudad no será
entregada en mano del rey de Asiria.
-
No
oigáis á Ezechîas, porque así dice
el rey de Asiria: Haced conmigo paz,
y salid á mí, y cada uno comerá de
su vid, y de su higuera, y cada uno
beberá las aguas de su pozo;
-
Hasta
que yo venga, y os lleve á una
tierra como la vuestra, tierra de
grano y de vino, tierra de pan y de
viñas, tierra de olivas, de aceite,
y de miel; y viviréis, y no
moriréis. No oigáis á Ezechîas,
porque os engaña cuando dice: Jehová
nos librará.
-
¿Acaso
alguno de los dioses de las gentes
ha librado su tierra de la mano del
rey de Asiria?
-
¿Dónde
está el dios de Hamath, y de Arphad?
¿dónde el dios de Sepharvaim, de
Hena, y de Hiva? ¿pudieron éstos
librar á Samaria de mi mano?
-
¿Qué
dios de todos los dioses de las
provincias ha librado á su provincia
de mi mano, para que libre Jehová de
mi mano á Jerusalem?
-
Y el
pueblo calló, que no le respondieron
palabra: porque había mandamiento
del rey, el cual había dicho: No le
respondáis.
-
Entonces
Eliacim hijo de Hilcías, que era
mayordomo, y Sebna el escriba, y
Joah hijo de Asaph, canciller,
vinieron á Ezechîas, rotos sus
vestidos, y recitáronle las palabras
de Rabsaces.
-
Y COMO
el rey Ezechîas lo oyó, rasgó sus
vestidos, y cubrióse de saco, y
entróse en la casa de Jehová.
-
Y envió
á Eliacim el mayordomo, y á Sebna
escriba, y á los ancianos de los
sacerdotes, vestidos de sacos á
Isaías profeta hijo de Amós,
-
Que le
dijesen: Así ha dicho Ezechîas: Este
día es día de angustia, y de
reprensión, y de blasfemia; porque
los hijos han venido hasta la
rotura, y la que pare no tiene
fuerzas.
-
Quizá
oirá Jehová tu Dios todas las
palabras de Rabsaces, al cual el rey
de los Asirios su señor ha enviado
para injuriar al Dios vivo, y á
vituperar con palabras, las cuales
Jehová tu Dios ha oído: por tanto,
eleva oración por las reliquias que
aun se hallan.
-
Vinieron
pues los siervos del rey Ezechîas á
Isaías.
-
E Isaías
les respondió: Así diréis á vuestro
señor: Así ha dicho Jehová; No temas
por las palabras que has oído, con
las cuales me han blasfemado los
siervos del rey de Asiria.
-
He aquí
pondré yo en él un espíritu, y oirá
rumor, y volveráse á su tierra: y yo
haré que en su tierra caiga á
cuchillo.
-
Y
regresando Rabsaces, halló al rey de
Asiria combatiendo á Libna; porque
había oído que se había partido de
Lachîs.
-
Y oyó
decir de Thiraca rey de Ethiopía: He
aquí es salido para hacerte guerra.
Entonces volvió él, y envió
embajadores á Ezechîas, diciendo:
-
Así
diréis á Ezechîas rey de Judá: No te
engañe tu Dios en quien tú confías,
para decir: Jerusalem no será
entregada en mano del rey de Asiria.
-
He aquí
tú has oído lo que han hecho los
reyes de Asiria á todas las tierras,
destruyéndolas; ¿y has tú de
escapar?
-
¿Libráronlas los dioses de las
gentes, que mis padres destruyeron,
es á saber, Gozán, y Harán, y
Reseph, y los hijos de Edén que
estaban en Thalasar?
-
¿Dónde
está el rey de Hamath, el rey de
Arphad, el rey de la ciudad de
Sepharvaim, de Hena, y de Hiva?
-
Y tomó
Ezechîas las letras de mano de los
embajadores; y después que las hubo
leído, subió á la casa de Jehová, y
extendiólas Ezechîas delante de
Jehová.
-
Y oró
Ezechîas delante de Jehová,
diciendo: Jehová Dios de Israel, que
habitas entre los querubines, tú
solo eres Dios de todos los reinos
de la tierra; tú hiciste el cielo y
la tierra.
-
Inclina,
oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh
Jehová, tus ojos, y mira: y oye las
palabras de Sennachêrib, que ha
enviado á blasfemar al Dios
viviente.
-
Es
verdad, oh Jehová, que los reyes de
Asiria han destruído las gentes y
sus tierras;
-
Y que
pusieron en el fuego á sus dioses,
por cuanto ellos no eran dioses,
sino obra de manos de hombres,
madera ó piedra, y así los
destruyeron.
-
Ahora
pues, oh Jehová Dios nuestro,
sálvanos, te suplico, de su mano,
para que sepan todos los reinos de
la tierra que tú solo, Jehová, eres
Dios.
-
Entonces
Isaías hijo de Amós envió á decir á
Ezechîas: Así ha dicho Jehová, Dios
de Israel: Lo que me rogaste acerca
de Sennachêrib rey de Asiria, he
oído.
-
Esta es
la palabra que Jehová ha hablado
contra él: Hate menospreciado, hate
escarnecido la virgen hija de Sión;
ha movido su cabeza detrás de ti la
hija de Jerusalem.
-
¿A quién
has injuriado y á quién has
blasfemado? ¿y contra quién has
hablado alto, y has alzado en alto
tus ojos? Contra el Santo de Israel.
-
Por mano
de tus mensajeros has proferido
injuria contra el Señor, y has
dicho: Con la multitud de mis carros
he subido á las cumbres de los
montes, á las cuestas del Líbano; y
cortaré sus altos cedros, sus hayas
escogidas; y entraré á la morada de
su término, al monte de su Carmel.
-
Yo he
cavado y bebido las aguas ajenas, y
he secado con las plantas de mis
pies todos los ríos de lugares
bloqueados.
-
¿Nunca
has oído que mucho tiempo ha yo lo
hice, y de días antiguos lo he
formado? Y ahora lo he hecho venir,
y fué para desolación de ciudades
fuertes en montones de ruinas.
-
Y sus
moradores, cortos de manos,
quebrantados y confusos, fueron cual
hierba del campo, como legumbre
verde, y heno de los tejados, que
antes que venga á madurez es seco.
-
Yo he
sabido tu asentarte, tu salir y tu
entrar, y tu furor contra mí.
-
Por
cuanto te has airado contra mí, y tu
estruendo ha subido á mis oídos, yo
por tanto pondré mi anzuelo en tus
narices, y mi bocado en tus labios,
y te haré volver por el camino por
donde viniste.
-
Y esto
te será por señal Ezechîas: Este año
comerás lo que nacerá de suyo, y el
segundo año lo que nacerá de suyo; y
el tercer año haréis sementera, y
segaréis, y plantaréis viñas, y
comeréis el fruto de ellas.
-
Y lo que
hubiere escapado, lo que habrá
quedado de la casa de Judá, tornará
á echar raíz abajo, y hará fruto
arriba.
-
Porque
saldrán de Jerusalem reliquias, y
los que escaparán, del monte de
Sión: el celo de Jehová de los
ejércitos hará esto.
-
Por
tanto, Jehová dice así del rey de
Asiria: No entrará en esta ciudad,
ni echará saeta en ella; ni vendrá
delante de ella escudo, ni será
echado contra ella baluarte.
-
Por el
camino que vino se volverá, y no
entrará en esta ciudad, dice Jehová.
-
Porque
yo ampararé á esta ciudad para
salvarla, por amor de mí, y por amor
de David mi siervo.
-
Y
aconteció que la misma noche salió
el ángel de Jehová, é hirió en el
campo de los Asirios ciento ochenta
y cinco mil; y como se levantaron
por la mañana, he aquí los cuerpos
de los muertos.
-
Entonces
Sennachêrib, rey de Asiria se
partió, y se fué y tornó á Nínive,
donde se estuvo.
-
Y
aconteció que, estando él adorando
en el templo de Nisroch su dios,
Adramelech y Saresar sus hijos lo
hirieron á cuchillo; y huyéronse á
tierra de Ararat. Y reinó en su
lugar Esar-hadón su hijo.
-
EN
aquellos días cayó Ezechîas enfermo
de muerte, y vino á él Isaías
profeta hijo de Amós, y díjole:
Jehová dice así: Dispón de tu casa,
porque has de morir, y no vivirás.
-
Entonces
volvió él su rostro á la pared, y
oró á Jehová, y dijo:
-
Ruégote,
oh Jehová, ruégote hagas memoria de
que he andado delante de ti en
verdad é íntegro corazón, y que he
hecho las cosas que te agradan. Y
lloró Ezechîas con gran lloro.
-
Y antes
que Isaías saliese hasta la mitad
del patio, fué palabra de Jehová á
Isaías, diciendo:
-
Vuelve,
y di á Ezechîas, príncipe de mi
pueblo: Así dice Jehová, el Dios de
David tu padre: Yo he oído tu
oración, y he visto tus lágrimas: he
aquí yo te sano; al tercer día
subirás á la casa de Jehová.
-
Y
añadiré á tus días quince años, y te
libraré á ti y á esta ciudad de mano
del rey de Asiria; y ampararé esta
ciudad por amor de mí, y por amor de
David mi siervo.
-
Y dijo
Isaías: Tomad masa de higos. Y
tomándola, pusieron sobre la llaga,
y sanó.
-
Y
Ezechîas había dicho á Isaías: ¿Qué
señal tendré de que Jehová me
sanará, y que subiré á la casa de
Jehová al tercer día?
-
Y
respondió Isaías: Esta señal tendrás
de Jehová, de que hará Jehová esto
que ha dicho: ¿Avanzará la sombra
diez grados, ó retrocederá diez
grados?
-
Y
Ezechîas respondió: Fácil cosa es
que la sombra decline diez grados:
pero, que la sombra vuelva atrás
diez grados.
-
Entonces
el profeta Isaías clamó á Jehová; é
hizo volver la sombra por los grados
que había descendido en el reloj de
Achâz, diez grados atrás.
-
En aquel
tiempo Berodach-baladán hijo de
Baladán, rey de Babilonia, envió
letras y presentes á Ezechîas,
porque había oído que Ezechîas había
caído enfermo.
-
Y
Ezechîas los oyó, y mostróles toda
la casa de las cosas preciosas,
plata, oro, y especiería, y
preciosos ungüentos; y la casa de
sus armas, y todo lo que había en
sus tesoros: ninguna cosa quedó que
Ezechîas no les mostrase, así en su
casa como en todo su señorío.
-
Entonces
el profeta Isaías vino al rey
Ezechîas, y díjole: ¿Qué dijeron
aquellos varones, y de dónde
vinieron á ti? Y Ezechîas le
respondió: De lejanas tierras han
venido, de Babilonia.
-
Y él le
volvió á decir: ¿Qué vieron en tu
casa? Y Ezechîas respondió: Vieron
todo lo que había en mi casa; nada
quedó en mis tesoros que no les
mostrase.
-
Entonces
Isaías dijo á Ezechîas: Oye palabra
de Jehová:
-
He aquí
vienen días, en que todo lo que está
en tu casa, y todo lo que tus padres
han atesorado hasta hoy, será
llevado á Babilonia, sin quedar
nada, dijo Jehová.
-
Y de tus
hijos que saldrán de ti, que habrás
engendrado, tomarán; y serán eunucos
en el palacio del rey de Babilonia.
-
Entonces
Ezechîas dijo á Isaías: La palabra
de Jehová que has hablado, es buena.
Después dijo: ¿Mas no habrá paz y
verdad en mis días?
-
Lo demás
de los hechos de Ezechîas, y todo su
vigor, y cómo hizo el estanque, y el
conducto, y metió las aguas en la
ciudad, ¿no está escrito en el libro
de las crónicas de los reyes de
Judá?
-
Y durmió
Ezechîas con sus padres, y reinó en
su lugar Manasés su hijo.
-
DE doce
años era Manasés cuando comenzó á
reinar, y reinó en Jerusalem
cincuenta y cinco años: el nombre de
su madre fué Hepsiba.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, según las
abominaciones de las gentes que
Jehová había echado delante de los
hijos de Israel.
-
Porque
él volvió á edificar los altos que
Ezechîas su padre había derribado, y
levantó altares á Baal, é hizo
bosque, como había hecho Achâb rey
de Israel: y adoró á todo el
ejército del cielo, y sirvió á
aquellas cosas.
-
Asimismo
edificó altares en la casa de
Jehová, de la cual Jehová había
dicho: Yo pondré mi nombre en
Jerusalem.
-
Y
edificó altares para todo el
ejército del cielo en los dos atrios
de la casa de Jehová.
-
Y pasó á
su hijo por fuego, y miró en
tiempos, y fué agorero, é instituyó
pythones y adivinos, multiplicando
así el hacer lo malo en ojos de
Jehová, para provocarlo á ira.
-
Y puso
una entalladura del bosque que él
había hecho, en la casa de la cual
había Jehová dicho á David y á
Salomón su hijo: Yo pondré mi nombre
para siempre en esta casa, y en
Jerusalem, á la cual escogí de todas
las tribus de Israel:
-
Y no
volveré á hacer que el pie de Israel
sea movido de la tierra que dí á sus
padres, con tal que guarden y hagan
conforme á todas las cosas que yo
les he mandado, y conforme á toda la
ley que mi siervo Moisés les mandó.
-
Mas
ellos no escucharon; y Manasés los
indujo á que hiciesen más mal que
las gentes que Jehová destruyó
delante de los hijos de Israel.
-
Y habló
Jehová por mano de sus siervos los
profetas, diciendo:
-
Por
cuanto Manasés rey de Judá ha hecho
estas abominaciones, y ha hecho más
mal que todo lo que hicieron los
Amorrheos que fueron antes de él, y
también ha hecho pecar á Judá en sus
ídolos;
-
Por
tanto, así ha dicho Jehová el Dios
de Israel: He aquí yo traigo tal mal
sobre Jerusalem y sobre Judá, que el
que lo oyere, le retiñirán ambos
oídos.
-
Y
extenderé sobre Jerusalem el cordel
de Samaria, y el plomo de la casa de
Achâb: y yo limpiaré á Jerusalem
como se limpia una escudilla, que
después que la han limpiado, la
vuelven sobre su haz.
-
Y
desampararé las reliquias de mi
heredad, y entregarlas he en manos
de sus enemigos; y serán para saco y
para robo á todos sus adversarios;
-
Por
cuanto han hecho lo malo en mis
ojos, y me han provocado á ira,
desde el día que sus padres salieron
de Egipto hasta hoy.
-
Fuera de
esto, derramó Manasés mucha sangre
inocente en gran manera, hasta
henchir á Jerusalem de cabo á cabo:
además de su pecado con que hizo
pecar á Judá, para que hiciese lo
malo en ojos de Jehová.
-
Lo demás
de los hechos de Manasés, y todas
las cosas que hizo, y su pecado que
cometió, ¿no está todo escrito en el
libro de las crónicas de los reyes
de Judá?
-
Y durmió
Manasés con sus padres, y fué
sepultado en el huerto de su casa,
en el huerto de Uzza; y reinó en su
lugar Amón su hijo.
-
De
veinte y dos años era Amón cuando
comenzó á reinar, y reinó dos años
en Jerusalem. El nombre de su madre
fué Mesalemeth hija de Harus de
Jotba.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, como
había hecho Manasés su padre.
-
Y anduvo
en todos los caminos en que su padre
anduvo, y sirvió á las inmundicias á
las cuales había servido su padre, y
á ellas adoró;
-
Y dejó á
Jehová el Dios de sus padres, y no
anduvo en el camino de Jehová.
-
Y los
siervos de Amón conspiraron contra
él, y mataron al rey en su casa.
-
Entonces
el pueblo de la tierra hirió á todos
los que habían conspirado contra el
rey Amón; y puso el pueblo de la
tierra por rey en su lugar á Josías
su hijo.
-
Lo demás
de los hechos de Amón, que
efectuara, ¿no está todo escrito en
el libro de las crónicas de los
reyes de Judá?
-
Y fué
sepultado en su sepulcro en el
huerto de Uzza, y reinó en su lugar
Josías su hijo.
-
CUANDO
Josías comenzó á reinar era de ocho
años, y reinó en Jerusalem treinta y
un años. El nombre de su madre fué
Idida hija de Adaía de Boscath.
-
E hizo
lo recto en ojos de Jehová, y anduvo
en todo el camino de David su padre,
sin apartarse á diestra ni á
siniestra.
-
Y á los
dieciocho años del rey Josías, fué
que envió el rey á Saphán hijo de
Azalía, hijo de Mesullam, escriba, á
la casa de Jehová, diciendo:
-
Ve á
Hilcías, sumo sacerdote: dile que
recoja el dinero que se ha metido en
la casa de Jehová, que han juntado
del pueblo los guardianes de la
puerta,
-
Y que lo
pongan en manos de los que hacen la
obra, que tienen cargo de la casa de
Jehová, y que lo entreguen á los que
hacen la obra de la casa de Jehová,
para reparar las aberturas de la
casa:
-
A los
carpinteros, á los maestros y
albañiles, para comprar madera y
piedra de cantería para reparar la
casa;
-
Y que no
se les cuente el dinero cuyo manejo
se les confiare, porque ellos
proceden con fidelidad.
-
Entonces
dijo el sumo sacerdote Hilcías á
Saphán escriba: El libro de la ley
he hallado en la casa de Jehová. E
Hilcías dió el libro á Saphán, y
leyólo.
-
Viniendo
luego Saphán escriba al rey, dió al
rey la respuesta, y dijo: Tus
siervos han juntado el dinero que se
halló en el templo, y lo han
entregado en poder de los que hacen
la obra, que tienen cargo de la casa
de Jehová.
-
Asimismo
Saphán escriba declaró al rey,
diciendo: Hilcías el sacerdote me ha
dado un libro. Y leyólo Saphán
delante del rey.
-
Y cuando
el rey hubo oído las palabras del
libro de la ley, rasgó sus vestidos.
-
Luego
mandó el rey á Hilcías el sacerdote,
y á Ahicam hijo de Saphán, y á
Achbor hijo de Michâía, y á Saphán
escriba, y á Asaía siervo del rey,
diciendo:
-
Id, y
preguntad á Jehová por mí, y por el
pueblo, y por todo Judá, acerca de
las palabras de este libro que se ha
hallado: porque grande ira de Jehová
es la que ha sido encendida contra
nosotros, por cuanto nuestros padres
no escucharon las palabras de este
libro, para hacer conforme á todo lo
que nos fué escrito.
-
Entonces
fué Hilcías el sacerdote, y Ahicam y
Achbor y Saphán y Asaía, á Hulda
profetisa, mujer de Sallum hijo de
Ticva hijo de Araas, guarda de las
vestiduras, la cual moraba en
Jerusalem en la segunda parte de la
ciudad, y hablaron con ella.
-
Y ella
les dijo: Así ha dicho Jehová el
Dios de Israel: Decid al varón que
os envió á mí:
-
Así dijo
Jehová: He aquí yo traigo mal sobre
este lugar, y sobre los que en él
moran, á saber, todas las palabras
del libro que ha leído el rey de
Judá:
-
Por
cuanto me dejaron á mí, y quemaron
perfumes á dioses ajenos,
provocándome á ira en toda obra de
sus manos; y mi furor se ha
encendido contra este lugar, y no se
apagará.
-
Mas al
rey de Judá que os ha enviado para
que preguntaseis á Jehová, diréis
así: Así ha dicho Jehová el Dios de
Israel: Por cuanto oíste las
palabras del libro,
-
Y tu
corazón se enterneció, y te
humillaste delante de Jehová, cuando
oíste lo que yo he pronunciado
contra este lugar y contra sus
moradores, que vendrían á ser
asolados y malditos, y rasgaste tus
vestidos, y lloraste en mi
presencia, también yo te he oído,
dice Jehová.
-
Por
tanto, he aquí yo te recogeré con
tus padres, y tú serás recogido á tu
sepulcro en paz, y no verán tus ojos
todo el mal que yo traigo sobre este
lugar. Y ellos dieron al rey la
respuesta.
-
ENTONCES
el rey envió, y juntaron á él todos
los ancianos de Judá y de Jerusalem.
-
Y subió
el rey á la casa de Jehová con todos
los varones de Judá, y con todos los
moradores de Jerusalem, con los
sacerdotes y profetas y con todo el
pueblo, desde el más chico hasta el
más grande; y leyó, oyéndolo ellos,
todas las palabras del libro del
pacto que había sido hallado en la
casa de Jehová.
-
Y
poniéndose el rey en pie junto á la
columna, hizo alianza delante de
Jehová, de que irían en pos de
Jehová, y guardarían sus
mandamientos, y sus testimonios, y
sus estatutos, con todo el corazón y
con toda el alma, y que cumplirían
las palabras de la alianza que
estaban escritas en aquel libro. Y
todo el pueblo confirmó el pacto.
-
Entonces
mandó el rey al sumo sacerdote
Hilcías, y á los sacerdotes de
segundo orden, y á los guardianes de
la puerta, que sacasen del templo de
Jehová todos los vasos que habían
sido hechos para Baal, y para el
bosque, y para toda la milicia del
cielo; y quemólos fuera de Jerusalem
en el campo de Cedrón, é hizo llevar
las cenizas de ellos á Beth-el.
-
Y quitó
á los Camoreos, que habían puesto
los reyes de Judá para que quemasen
perfumes en los altos en las
ciudades de Judá, y en los
alrededores de Jerusalem; y asimismo
á los que quemaban perfumes á Baal,
al sol y á la luna, y á los signos,
y á todo el ejército del cielo.
-
Hizo
también sacar el bosque fuera de la
casa de Jehová, fuera de Jerusalem,
al torrente de Cedrón, y quemólo en
el torrente de Cedrón, y tornólo en
polvo, y echó el polvo de él sobre
los sepulcros de los hijos del
pueblo.
-
Además
derribó las casas de los sodomitas
que estaban en la casa de Jehová, en
las cuales tejían las mujeres
pabellones para el bosque.
-
E hizo
venir todos los sacerdotes de las
ciudades de Judá, y profanó los
altos donde los sacerdotes quemaban
perfumes, desde Gabaa hasta
Beer-seba; y derribó los altares de
las puertas que estaban á la entrada
de la puerta de Josué, gobernador de
la ciudad, que estaban á la mano
izquierda, á la puerta de la ciudad.
-
Empero
los sacerdotes de los altos no
subían al altar de Jehová en
Jerusalem, mas comían panes sin
levadura entre sus hermanos.
-
Asimismo
profanó á Topheth, que está en el
valle del hijo de Hinnom, porque
ninguno pasase su hijo ó su hija por
fuego á Moloch.
-
Quitó
también los caballos que los reyes
de Judá habían dedicado al sol á la
entrada del templo de Jehová, junto
á la cámara de Nathan-melech eunuco,
el cual tenía cargo de los ejidos; y
quemó al fuego los carros del sol.
-
Derribó
además el rey los altares que
estaban sobre la techumbre de la
sala de Achâz, que los reyes de Judá
habían hecho, y los altares que
había hecho Manasés en los dos
atrios de la casa de Jehová; y de
allí corrió y arrojó el polvo en el
torrente de Cedrón.
-
Asimismo
profanó el rey los altos que estaban
delante de Jerusalem, á la mano
derecha del monte de la destrucción,
los cuales Salomón rey de Israel
había edificado á Astharoth,
abominación de los Sidonios, y á
Chêmos abominación de Moab, y á
Milcom abominación de los hijos de
Ammón.
-
Y quebró
las estatuas, y taló los bosques, é
hinchió el lugar de ellos de huesos
de hombres.
-
Igualmente el altar que estaba en
Beth-el, y el alto que había hecho
Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo
pecar á Israel, aquel altar y el
alto destruyó; y quemó el alto, y lo
tornó en polvo, y puso fuego al
bosque.
-
Y
volvióse Josías, y viendo los
sepulcros que estaban allí en el
monte, envió y sacó los huesos de
los sepulcros, y quemólos sobre el
altar para contaminarlo, conforme á
la palabra de Jehová que había
profetizado el varón de Dios, el
cual había anunciado estos negocios.
-
Y
después dijo: ¿Qué título es este
que veo? Y los de la ciudad le
respondieron: Este es el sepulcro
del varón de Dios que vino de Judá,
y profetizó estas cosas que tú has
hecho sobre el altar de Beth-el.
-
Y él
dijo: Dedjadlo; ninguno mueva sus
huesos: y así fueron preservados sus
huesos, y los huesos del profeta que
había venido de Samaria.
-
Y todas
las casas de los altos que estaban
en las ciudades de Samaria, las
cuales habían hecho los reyes de
Israel para provocar á ira, quitólas
también Josías, é hizo de ellas como
había hecho en Beth-el.
-
Mató
además sobre los altares á todos los
sacerdotes de los altos que allí
estaban, y quemó sobre ellos huesos
de hombres, y volvióse á Jerusalem.
-
Entonces
mandó el rey á todo el pueblo,
diciendo: Haced la pascua á Jehová
vuestro Dios, conforme á lo que está
escrito en el libro de esta alianza.
-
No fué
hecha tal pascua desde los tiempos
de los jueces que gobernaron á
Israel, ni en todos los tiempos de
los reyes de Israel, y de los reyes
de Judá.
-
A los
diez y ocho años del rey Josías fué
hecha aquella pascua á Jehová en
Jerusalem.
-
Asimismo
barrió Josías los pythones,
adivinos, y terapheos, y todas las
abominaciones que se veían en la
tierra de Judá y en Jerusalem, para
cumplir las palabras de la ley que
estaban escritas en el libro que el
sacerdote Hilcías había hallado en
la casa de Jehová.
-
No hubo
tal rey antes de él que se
convirtiese á Jehová de todo su
corazón, y de toda su alma, y de
todas su fuerzas, conforme á toda la
ley de Moisés; ni después de él
nació otro tal.
-
Con todo
eso, no se volvió Jehová del ardor
de su grande ira, con que se había
encendido su enojo contra Judá, por
todas las provocaciones con que
Manasés le había irritado.
-
Y dijo
Jehová: También he de quitar de mi
presencia á Judá, como quité á
Israel, y abominaré á esta ciudad
que había escogido, á Jerusalem, y á
la casa de la cual había yo dicho:
Mi nombre será allí.
-
Lo demás
de los hechos de Josías, y todas las
cosas que hizo, ¿no está todo
escrito en el libro de las crónicas
de los reyes de Judá?
-
En
aquellos días Faraón Nechâo rey de
Egipto subió contra el rey de Asiria
al río Eufrates, y salió contra él
el rey Josías; pero aquél así que le
vió, matólo en Megiddo.
-
Y sus
siervos lo pusieron en un carro, y
trajéronlo muerto de Megiddo á
Jerusalem, y sepultáronlo en su
sepulcro. Entonces el pueblo de la
tierra tomó á Joachâz hijo de
Josías, y ungiéronle y pusiéronlo
por rey en lugar de su padre.
-
De
veintitrés años era Joachâz cuando
comenzó á reinar, y reinó tres meses
en Jerusalem. El nombre de su madre
fué Amutal, hija de Jeremías de
Libna.
-
Y él
hizo lo malo en ojos de Jehová,
conforme á todas las cosas que sus
padres habían hecho.
-
Y echólo
preso Faraón Nechâo en Ribla en la
provincia de Hamath, reinando él en
Jerusalem; é impuso sobre la tierra
una multa de cien talentos de plata,
y uno de oro.
-
Entonces
Faraón Nechâo puso por rey á Eliacim
hijo de Josías, en lugar de Josías
su padre, y mudóle el nombre en el
de Joacim; y tomó á Joachâz, y
llevólo á Egipto, y murió allí.
-
Y Joacim
pagó á Faraón la plata y el oro; mas
hizo apreciar la tierra para dar el
dinero conforme al mandamiento de
Faraón, sacando la plata y oro del
pueblo de la tierra, de cada uno
según la estimación de su hacienda,
para dar á Faraón Nechâo.
-
De
veinticinco años era Joacim cuando
comenzó á Reinar, y once años reinó
en Jerusalem. El nombre de su madre
fué Zebuda hija de Pedaia, de Ruma.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, conforme
á todas las cosas que sus padres
habían hecho.
-
EN su
tiempo subió Nabucodonosor rey de
Babilonia, al cual sirvió Joacim
tres años; volvióse luego, y se
rebeló contra él.
-
Jehová
empero envió contra él tropas de
Caldeos, y tropas de Siros, y tropas
de Moabitas, y tropas de Ammonitas;
los cuales envió contra Judá para
que la destruyesen, conforme á la
palabra de Jehová que había hablado
por sus siervos los profetas.
-
Ciertamente vino esto contra Judá
por dicho de Jehová, para quitarla
de su presencia, por los pecados de
Manasés, conforme á todo lo que
hizo;
-
Asimismo
por la sangre inocente que derramó,
pues hinchió á Jerusalem de sangre
inocente: Jehová por tanto, no quiso
perdonar.
-
Lo demás
de los hechos de Joacim, y todas las
cosas que hizo, ¿no está escrito en
el libro de las crónicas de los
reyes de Judá?
-
Y durmió
Joacim con sus padres, y reinó en su
lugar Joachîn su hijo.
-
Y nunca
más el rey de Egipto salió de su
tierra: porque el rey de Babilonia
le tomó todo lo que era suyo, desde
el río de Egipto hasta el río de
Eufrates.
-
De
dieciocho años era Joachîn cuando
comenzó á reinar, y reinó en
Jerusalem tres meses. El nombre de
su madre fué Neusta hija de
Elnathán, de Jerusalem.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, conforme
á todas las cosas que había hecho su
padre.
-
En aquel
tiempo subieron los siervos de
Nabucodonosor rey de Babilonia
contra Jerusalem y la ciudad fué
cercada.
-
Vino
también Nabucodonosor rey de
Babilonia contra la ciudad, cuando
sus siervos la tenían cercada.
-
Entonces
salió Joachîn rey de Judá al rey de
Babilonia, él, y su madre, y sus
siervos, y sus príncipes, y sus
eunucos: y prendiólo el rey de
Babilonia en el octavo año de su
reinado.
-
Y sacó
de allí todos los tesoros de la casa
de Jehová, y los tesoros de la casa
real, y quebró en piezas todos los
vasos de oro que había hecho Salomón
rey de Israel en la casa de Jehová,
como Jehová había dicho.
-
Y llevó
en cautiverio á toda Jerusalem, á
todos los príncipes, y á todos los
hombres valientes, hasta diez mil
cautivos, y á todos los oficiales y
herreros; que no quedó nadie,
excepto los pobres del pueblo de la
tierra.
-
Asimismo
trasportó á Joachîn á Babilonia, y á
la madre del rey, y á las mujeres
del rey, y á sus eunucos, y á los
poderosos de la tierra; cautivos los
llevó de Jerusalem á Babilonia.
-
A todos
los hombre de guerra, que fueron
siete mil, y á los oficiales y
herrreros, que fueron mil, y á todos
los valientes para hacer la guerra,
llevó cautivos el rey de Babilonia.
-
Y el rey
de Babilonia puso por rey en lugar
de Joachîn á Mathanías su tío, y
mudóle el nombre en el de Sedecías.
-
De
veintiún años era Sedecías cuando
comenzó á reinar, y reinó en
Jerusalem once años. El nombre de su
madre fué Amutal hija de Jeremías,
de Libna.
-
E hizo
lo malo en ojos de Jehová, conforme
á todo lo que había hecho Joacim.
-
Fué pues
la ira de Jehová contra Jerusalem y
Judá, hasta que los echó de su
presencia. Y Sedecías se rebeló
contra el rey de Babilonia.
-
Y
ACONTECIÓ á los nueve años de su
reinado, en el mes décimo, á los
diez del mes, que Nabucodonosor rey
de Babilonia vino con todo su
ejército contra Jerusalem, y cercóla;
y levantaron contra ella ingenios
alrededor.
-
Y estuvo
la ciudad cercada hasta el undécimo
año del rey Sedecías.
-
A los
nueve del mes prevaleció el hambre
en la ciudad, que no hubo pan para
el pueblo de la tierra.
-
Abierta
ya la ciudad, huyeron de noche todos
los hombres de guerra por el camino
de la puerta que estaba entre los
dos muros, junto á los huertos del
rey, estando los Caldeos alrededor
de la ciudad; y el rey se fué camino
de la campiña.
-
Y el
ejército de los Caldeos siguió al
rey, y tomólo en las llanuras de
Jericó, habiéndose esparcido de él
todo su ejército.
-
Tomado
pues el rey, trajéronle al rey de
Babilonia á Ribla, y profirieron
contra él sentencia.
-
Y
degollaron á los hijos de Sedecías
en presencia suya; y á Sedecías
sacaron los ojos, y atado con
cadenas lleváronlo á Babilonia.
-
En el
mes quinto, á los siete del mes,
siendo el año diecinueve de
Nabucodonosor rey de Babilonia, vino
á Jerusalem Nabuzaradán, capitán de
los de la guardia, siervo del rey de
Babilonia.
-
Y quemó
la casa de Jehová, y la casa del
rey, y todas las casas de Jerusalem;
y todas las casas de los príncipes
quemó á fuego.
-
Y todo
el ejército de los Caldeos que
estaba con el capitán de la guardia,
derribó los muros de Jerusalem
alrededor.
-
Y á los
del pueblo que habían quedado en la
ciudad, y á los que se habían
juntado al rey de Babilonia, y á los
que habían quedado del vulgo,
trasportólo Nabuzaradán, capitán de
los de la guardia.
-
Mas de
los pobres de la tierra dejó
Nabuzaradán, capitán de los de la
guardia, para que labrasen las viñas
y las tierras.
-
Y
quebraron los Caldeos las columnas
de bronce que estaban en la casa de
Jehová, y las basas, y el mar de
bronce que estaba en la casa de
Jehová, y llevaron el metal de ello
á Babilonia.
-
Lleváronse también los calderos, y
las paletas, y las tenazas, y los
cucharones, y todos los vasos de
metal con que ministraban.
-
Incensarios, cuencos, los que de
oro, en oro, y los que de plata, en
plata, todo lo llevó el capitán de
los de la guardia;
-
Las dos
columnas, un mar, y las basas que
Salomón había hecho para la casa de
Jehová: no había peso de todos estos
vasos.
-
La
altura de la una columna era diez y
ocho codos y tenía encima un capitel
de bronce, y la altura del capitel
era de tres codos; y sobre el
capitel había un enredado y granadas
alrededor, todo de bronce: y
semejante obra había en la otra
columna con el enredado.
-
Tomó
entonces el capitán de los de la
guardia á Saraías primer sacerdote,
y á Sophonías segundo sacerdote, y
tres guardas de la vajilla;
-
Y de la
ciudad tomó un eunuco, el cual era
maestre de campo, y cinco varones de
los continuos del rey, que se
hallaron en la ciudad; y al
principal escriba del ejército, que
hacía la reseña de la gente del
país; y sesenta varones del pueblo
de la tierra, que se hallaron en la
ciudad.
-
Estos
tomó Nabuzaradán, capitán de los de
la guardia, y llevólos á Ribla al
rey de Babilonia.
-
Y el rey
de Babilonia los hirió y mató en
Ribla, en tierra de Hamath. Así fué
trasportado Judá de sobre su tierra.
-
Y al
pueblo que Nabucodonosor rey de
Babilonia dejó en tierra de Judá,
puso por gobernador á Gedalías, hijo
de Ahicam hijo de Saphán.
-
Y oyendo
todos los príncipes del ejército,
ellos y su gente, que el rey de
Babilonia había puesto por
gobernador á Gedalías, viniéronse á
él en Mizpa, es á saber, Ismael hijo
de Nathanías, y Johanán hijo de
Carea, y Saraía hijo de Tanhumet
Netofatita, y Jaazanías hijo de
Maachâti, ellos con los suyos.
-
Entonces
Gedalías les hizo juramento, á ellos
y á los suyos, y díjoles: No temáis
de ser siervos de los Caldeos;
habitad en la tierra, y servid al
rey de Babilonia, y os irá bien.
-
Mas en
el mes séptimo vino Ismael hijo de
Nathanías, hijo de Elisama, de la
estirpe real, y con él diez varones,
é hirieron á Gedalías, y murió: y
también á los Judíos y Caldeos que
estaban con él en Mizpa.
-
Y
levantándose todo el pueblo, desde
el menor hasta el mayor, con los
capitanes del ejército, fuéronse á
Egipto por temor de los Caldeos.
-
Y
aconteció á los treinta y siete años
de la trasportación de Joachîn rey
de Judá, en el mes duodécimo, á los
veinte y siete del mes, que
Evil-merodach rey de Babilonia, en
el primer año de su reinado, levantó
la cabeza de Joachîn rey de Judá,
sacándolo de la casa de la cárcel;
-
Y
hablóle bien, y puso su asiento
sobre el asiento de los reyes que
con él estaban en Babilonia.
-
Y mudóle
los vestidos de su prisión, y comió
siempre delante de él todos los días
de su vida.
-
Y fuéle
diariamente dada su comida de parte
del rey de continuo, todos los días
de su vida.
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