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-
Y EN el
primer año de Ciro rey de Persia,
para que se cumpliese la palabra de
Jehová por boca de Jeremías, excitó
Jehová el espíritu de Ciro rey de
Persia, el cual hizo pasar pregón
por todo su reino, y también por
escrito, diciendo:
-
Así ha
dicho Ciro rey de Persia: Jehová
Dios de los cielos me ha dado todos
los reinos de la tierra, y me ha
mandado que le edifique casa en
Jerusalem, que está en Judá.
-
¿Quién
hay entre vosotros de todo su
pueblo? Sea Dios con él, y suba á
Jerusalem que está en Judá, y
edifique la casa á Jehová Dios de
Israel, (él es el Dios,) la cual
está en Jerusalem.
-
Y á
cualquiera que hubiere quedado de
todos los lugares donde peregrinare,
los hombres de su lugar le ayuden
con plata, y oro, y hacienda, y con
bestias; con dones voluntarios para
la casa de Dios, la cuál está en
Jerusalem.
-
Entonces
se levantaron los cabezas de las
familias de Judá y de Benjamín, y
los sacerdotes y Levitas, todos
aquellos cuyo espíritu despertó Dios
para subir á edificar la casa de
Jehová, la cual está en Jerusalem.
-
Y todos
los que estaban en sus alrededores
confortaron las manos de ellos con
vasos de plata y de oro, con
hacienda y bestias, y con cosas
preciosas, á más de lo que se
ofreció voluntariamente.
-
Y el rey
Ciro sacó los vasos de la casa de
Jehová, que Nabucodonosor había
traspasado de Jerusalem, y puesto en
la casa de sus dioses.
-
Sacólos
pues Ciro rey de Persia, por mano de
Mitrídates tesorero, el cual los dió
por cuenta á Sesbassar príncipe de
Judá.
-
Y esta
es la cuenta de ellos: treinta
tazones de oro, mil tazones de
plata, veinte y nueve cuchillos,
-
Treinta
tazas de oro, cuatrocientas y diez
otras tazas de plata, y mil otros
vasos.
-
Todos
los vasos de oro y de plata, cinco
mil y cuatrocientos. Todos los hizo
llevar Sesbassar con los que
subieron del cautiverio de Babilonia
á Jerusalem.
-
Y ÉSTOS
son los hijos de la provincia que
subieron de la cautividad, de la
transmigración que Nabucodonosor rey
de Babilonia hizo traspasar á
Babilonia, y que volvieron á
Jerusalem y á Judá, cada uno á su
ciudad:
-
Los
cuales vinieron con Zorobabel, Jesuá,
Nehemías, Seraías, Reelaías,
Mardochêo, Bilsán, Mispar, Bigvai,
Rehum y Baana. La cuenta de los
varones del pueblo de Israel:
-
Los
hijos de Paros, dos mil ciento
setenta y dos;
-
Los
hijos de Sephatías, trescientos
setenta y dos;
-
Los
hijos de Ara, setecientos setenta y
cinco;
-
Los
hijos de Pahath-moab, de los hijos
de Josué y de Joab, dos mil
ochocientos y doce;
-
Los
hijos de Elam, mil doscientos
cincuenta y cuatro;
-
Los
hijos de Zattu, novecientos cuarenta
y cinco;
-
Los
hijos de Zachâi, setecientos y
sesenta;
-
Los
hijos de Bani, seiscientos cuarenta
y dos;
-
Los
hijos de Bebai, seiscientos veinte y
tres;
-
Los
hijos de Azgad, mil doscientos
veinte y dos;
-
Los
hijos de Adonicam, seiscientos
sesenta y seis;
-
Los
hijos de Bigvai, dos mil cincuenta y
seis;
-
Los
hijos de Adin, cuatrocientos
cincuenta y cuatro;
-
Los
hijos de Ater, de Ezechîas, noventa
y ocho;
-
Los
hijos de Besai, trescientos veinte y
tres;
-
Los
hijos de Jora, ciento y doce;
-
Los
hijos de Hasum, doscientos veinte y
tres;
-
Los
hijos de Gibbar, noventa y cinco;
-
Los
hijos de Beth-lehem, ciento veinte y
tres;
-
Los
varones de Nethopha, cincuenta y
seis;
-
Los
varones de Anathoth, ciento veinte y
ocho;
-
Los
hijos de Asmeveth, cuarenta y dos;
-
Los
hijos de Chîriath-jearim, Cephira, y
Beeroth, setecientos cuarenta y
tres;
-
Los
hijos de Rama y Gabaa, seiscientos
veinte y uno;
-
Los
varones de Michmas, ciento veinte y
dos;
-
Los
varones de Beth-el y Hai, doscientos
veinte y tres;
-
Los
hijos de Nebo, cincuenta y dos;
-
Los
hijos de Magbis, ciento cincuenta y
seis;
-
Los
hijos del otro Elam, mil doscientos
cincuenta y cuatro;
-
Los
hijos de Harim, trescientos y
veinte;
-
Los
hijos de Lod, Hadid, y Ono,
setecientos veinte y cinco;
-
Los
hijos de de Jericó, trescientos
cuarenta y cinco;
-
Los
hijos de Senaa, tres mil seiscientos
y treinta;
-
Los
sacerdotes: los hijos de Jedaía, de
la casa de Jesuá, novecientos
setenta y tres;
-
Los
hijos de Immer, mil cincuenta y dos;
-
Los
hijos de Pashur, mil doscientos
cuarenta y siete;
-
Los
hijos de Harim, mil diez y siete.
-
Los
Levitas: los hijos de Jesuá y de
Cadmiel, de los hijos de Odovías,
setenta y cuatro.
-
Los
cantores: los hijos de Asaph, ciento
veinte y ocho.
-
Los
hijos de los porteros: los hijos de
Sallum, los hijos de Ater, los hijos
de Talmón, los hijos de Accub, los
hijos de Hatita, los hijos de Sobai;
en todos, ciento treinta y nueve.
-
Los
Nethineos: los hijos de Siha, los
hijos de Hasupha, los hijos de
Thabaoth,
-
Los
hijos de Chêros, los hijos de Siaa,
los hijos de Phadón;
-
Los
hijos de Lebana, los hijos de
Hagaba, los hijos de Accub;
-
Los
hijos de Hagab, los hijos de Samlai,
los hijos de Hanán;
-
los
hijos de Giddel, los hijos de Gaher,
los hijos de Reaía;
-
Los
hijos de Resin, los hijos de Necoda,
los hijos de Gazam;
-
Los
hijos de Uzza, los hijos de Phasea,
los hijos de Besai;
-
Los
hijos de Asena, los hijos de Meunim,
los hijos de Nephusim;
-
Los
hijos de Bacbuc, los hijos de
Hacusa, los hijos de Harhur;
-
Los
hijos de Basluth, los hijos de
Mehida, los hijos de Harsa;
-
Los
hijos de Barcos, los hijos de
Sisera, los hijos de Thema;
-
Los
hijos de Nesía, los hijos de
Hatipha.
-
Los
hijos de los siervos de Salomón: los
hijos de Sotai, los hijos de
Sophereth, los hijos de Peruda;
-
Los
hijos de Jaala, lo hijos de Darcón,
los hijos de Giddel;
-
Los
hijos de Sephatías, los hijos de
Hatil, los hijos de
Phochêreth-hassebaim, los hijos de
Ami.
-
Todos
los Nethineos, é hijos de los
siervos de Salomón, trescientos
noventa y dos.
-
Y estos
fueron los que subieron de Tel-mela,
Tel-harsa, Chêrub, Addan, é Immer,
los cuales no pudieron mostrar la
casa de sus padres, ni su linaje, si
eran de Israel.
-
Los
hijos de Delaía, los hijos de
Tobías, los hijos de Necoda,
seiscientos cincuenta y dos.
-
Y de los
hijos de los sacerdotes: los hijos
de Abaía, los hijos de Cos, los
hijos de Barzillai, el cual tomó
mujer de las hijas de Barzillai
Galaadita, y fué llamado del nombre
de ellas.
-
Estos
buscaron su registro de genealogías,
y no fué hallado; y fueron echados
del sacerdocio.
-
Y el
Tirsatha les dijo que no comiesen de
las cosas más santas, hasta que
hubiese sacerdote con Urim y
Thummim.
-
Toda la
congregación, unida como un solo
hombre, era de cuarenta y dos mil
trescientos y sesenta,
-
Sin sus
siervos y siervas, los cuales eran
siete mil trescientos treinta y
siete: y tenían doscientos cantores
y cantoras.
-
Sus
caballos eran setecientos treinta y
seis; sus mulos, doscientos cuarenta
y cinco;
-
Sus
camellos, cuatrocientos treinta y
cinco; asnos, seis mil setecientos y
veinte.
-
Y
algunos de los cabezas de los
padres, cuando vinieron á la casa de
Jehová la cual estaba en Jerusalem,
ofrecieron voluntariamente para la
casa de Dios, para levantarla en su
asiento.
-
Según
sus fuerzas dieron al tesorero de la
obra sesenta y un mil dracmas de
oro, y cinco mil libras de plata, y
cien túnicas sacerdotales.
-
Y
habitaron los sacerdotes, y los
Levitas, y los del pueblo, y los
cantores, y los porteros y los
Nethineos, en sus ciudades; y todo
Israel en sus ciudades.
-
Y
LLEGADO el mes séptimo, y ya los
hijos de Israel en las ciudades,
juntóse el pueblo como un solo
hombre en Jerusalem.
-
Entonces
se levantó Jesuá hijo de Josadec, y
sus hermanos los sacerdotes, y
Zorobabel hijo de Sealthiel, y sus
hermanos, y edificaron el altar del
Dios de Israel, para ofrecer sobre
él holocaustos como está escrito en
la ley de Moisés varón de Dios.
-
Y
asentaron el altar sobre sus basas,
bien que tenían miedo de los pueblos
de las tierras, y ofrecieron sobre
él holocaustos á Jehová, holocaustos
á la mañana y á la tarde.
-
Hicieron
asimismo la solemnidad de las
cabañas, como está escrito, y
holocaustos cada día por cuenta,
conforme al rito, cada cosa en su
día;
-
Y á más
de esto, el holocausto continuo, y
las nuevas lunas, y todas las
fiestas santificadas de Jehová, y
todo sacrificio espontáneo, toda
ofrenda voluntaria á Jehova.
-
Desde el
primer día del mes séptimo
comenzaron á ofrecer holocaustos á
Jehová; mas el templo de Jehová no
estaba aún fundado.
-
Y dieron
dinero á los carpinteros y
oficiales; asimismo comida y bebida
y aceite á los Sidonios y Tirios,
para que trajesen madera de cedro
del Líbano á la mar de Joppe,
conforme á la voluntad de Ciro rey
de Persia acerca de esto.
-
Y en el
año segundo de su venida á la casa
de Dios en Jerusalem, en el mes
segundo, comenzaron Zorobabel hijo
de Sealthiel, y Jesuá hijo de
Josadec, y los otros sus hermanos,
los sacerdotes y los Levitas, y
todos los que habían venido de la
cautividad á Jerusalem; y pusieron á
los Levitas de veinte años arriba
para que tuviesen cargo de la obra
de la casa de Jehová.
-
Jesuá
también, sus hijos y sus hermanos,
Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá,
como un solo hombre asistían para
dar priesa á los que hacían la obra
en la casa de Dios: los hijos de
Henadad, sus hijos y sus hermanos,
Levitas.
-
Y cuando
los albañiles del templo de Jehová
echaban los cimientos, pusieron á
los sacerdotes vestidos de sus
ropas, con trompetas, y á Levitas
hijos de Asaph con címbalos, para
que alabasen á Jehová, según
ordenanza de David rey de Israel.
-
Y
cantaban, alabando y confesando á
Jehová, y decían: Porque es bueno,
porque para siempre es su
misericordia sobre Israel. Y todo el
pueblo aclamaba con grande júbilo,
alabando á Jehová, porque á la casa
de Jehová se echaba el cimiento.
-
Y muchos
de los sacerdotes y de los Levitas y
de los cabezas de los padres,
ancianos que habían visto la casa
primera, viendo fundar esta casa,
lloraban en alta voz, mientras
muchos otros daban grandes gritos de
alegría.
-
Y no
podía discernir el pueblo el clamor
de los gritos de alegría, de la voz
del lloro del pueblo: porque clamaba
el pueblo con grande júbilo, y oíase
el ruido hasta de lejos.
-
Y OYENDO
los enemigos de Judá y de Benjamín,
que los venidos de la cautividad
edificaban el templo de Jehová Dios
de Israel,
-
Llegáronse á Zorobabel, y á los
cabezas de los padres, y dijéronles:
Edificaremos con vosotros, porque
como vosotros buscaremos á vuestro
Dios, y á él sacrificamos desde los
días de Esar-haddón rey de Asiria,
que nos hizo subir aquí.
-
Y
dijóles Zorobabel, y Jesuá, y los
demás cabezas de los padres de
Israel: No nos conviene edificar con
vosotros casa á nuestro Dios, sino
que nosotros solos la edificaremos á
Jehová Dios de Israel, como nos
mandó el rey Ciro, rey de Persia.
-
Mas el
pueblo de la tierra debilitaba las
manos del pueblo de Judá, y los
arredraban de edificar.
-
Cohecharon además contra ellos
consejeros para disipar su consejo,
todo el tiempo de Ciro rey de
Persia, y hasta el reinado de Darío
rey de Persia.
-
Y en el
reinado de Assuero, en el principio
de su reinado, escribieron
acusaciones contra los moradores de
Judá y de Jerusalem.
-
Y en
días de Artajerjes, Bislam,
Mitrídates, Tabeel, y los demás sus
compañeros, escribieron á Artajerjes
rey de Persia; y la escritura de la
carta estaba hecha en siriaco, y
declarada en siriaco.
-
Rehum
canciller, y Simsai secretario,
escribieron una carta contra
Jerusalem al rey Artajerjes, como se
sigue.
-
Entonces
Rehum canciller, y Simsai
secretario, y los demás sus
compañeros, los Dineos, y los
Apharsathachêos, Thepharleos,
Apharseos, los Erchûeos, los
Babilonios, Susaschêos, Dieveos, y
Elamitas;
-
Y los
demás pueblos que el grande y
glorioso Asnappar trasportó, é hizo
habitar en las ciudades de Samaria,
y los demás de la otra parte del
río, etcétera, escribieron.
-
Este es
el traslado de la carta que
enviaron: Al rey Artajerjes: Tus
siervos de otra la parte del río,
etcétera.
-
Sea
notorio al rey, que los Judíos que
subieron de tí á nosotros, vinieron
á Jerusalem; y edifican la ciudad
rebelde y mala, y han erigido los
muros; y compuesto los fundamentos.
-
Ahora,
notorio sea al rey, que si aquella
ciudad fuere reedificada, y los
muros fueren establecidos, el
tributo, pecho, y rentas no darán, y
el catastro de lo reyes será
menoscabado.
-
Ya pues
que estamos mantenidos de palacio,
no nos es justo ver el menosprecio
del rey: hemos enviado por tanto, y
hécho lo saber al rey,
-
Para que
busque en el libro de las historias
de nuestros padres; y hallarás en el
libro de las historias, y sabrás que
esta ciudad es ciudad rebelde, y
perjudicial á los reyes y á las
provincias, y que de tiempo antiguo
forman en medio de ella rebeliones;
por lo que esta ciudad fué destruída.
-
Hacemos
saber al rey, que si esta ciudad
fuere edificada, y erigidos sus
muros, la parte allá del río no será
tuya.
-
El rey
envió esta respuesta á Rehum
canciller, y á Simsai secretario, y
á los demás sus compañeros que
habitan en Samaria, y á los demás de
la parte allá del río: Paz, etc.
-
La carta
que nos enviasteis claramente fué
leída delante de mí.
-
Y por mí
fué dado mandamiento, y buscaron; y
hallaron que aquella ciudad de
tiempo antiguo se levanta contra los
reyes, y se rebela, y se forma en
ella sedición:
-
Y que
reyes fuertes hubo en Jerusalem,
quienes señorearon en todo lo que
está á la parte allá del río; y que
tributo, y pecho, y rentas se les
daba.
-
Ahora
pues dad orden que cesen aquellos
hombres, y no sea esa ciudad
edificada, hasta que por mí sea dado
mandamiento.
-
Y mirad
bien que no hagáis error en esto:
¿por qué habrá de crecer el daño
para perjuicio de los reyes?
-
Entonces, cuando el traslado de la
carta del rey Artajerjes fué leído
delante de Rehum, y de Simsai
secretario, y sus compañeros, fueron
prestamente á Jerusalem á los
Judíos, é hiciéronles cesar con
poder y fuerza.
-
Cesó
entonces la obra de la casa de Dios,
la cual estaba en Jerusalem: y cesó
hasta el año segundo del reinado de
Darío rey de Persia.
-
Y
PROFETIZARON Haggeo profeta, y
Zacarías hijo de Iddo, profetas, á
los Judíos que estaba en Judá y en
Jerusalem yendo en nombre del Dios
de Israel á ellos.
-
Entonces
se levantaron Zorobabel hijo de
Sealthiel, y Jesuá hijo de Josadec;
y comenzaron á edificar la casa de
Dios que estaba en Jerusalem; y con
ellos los profetas de Dios que les
ayudaban.
-
En aquel
tiempo vino á ellos Tatnai, capitán
de la parte allá del río, y
Setharboznai y sus compañeros, y
dijéronles así: ¿Quién os dió
mandamiento para edificar esta casa,
y restablecer estos muros?
-
Entonces
les dijimos en orden á esto cuáles
eran los nombres de los varones que
edificaban este edificio.
-
Mas los
ojos de su Dios fueron sobre los
ancianos de los Judíos, y no les
hicieron cesar hasta que el negocio
viniese á Darío: y entonces
respondieron por carta sobre esto.
-
Traslado
de la carta que Tatnai, capitán de
la parte allá del río, y Sethar-boznai,
y sus compañeros los Apharsachêos,
que estaban á la parte allá del río,
enviaron al rey Darío.
-
Enviáronle carta, y de esta manera
estaba escrito en ella. Al rey Darío
toda paz.
-
Sea
notorio al rey, que fuimos á la
provincia de Judea, á la casa del
gran Dios, la cual se edifica de
piedra de mármol; y los maderos son
puestos en las paredes, y la obra se
hace apriesa, y prospera en sus
manos.
-
Entonces
preguntamos á los ancianos,
diciéndoles así: ¿Quién os dió
mandameinto para edificar esta casa,
y para restablecer estos muros?
-
Y
también les preguntamos sus nombres
para hacértelo saber, para escribir
te los nombres de los varones que
estaban por cabezas de ellos.
-
Y
respondiéronnos, diciendo así:
Nosotros somos siervos de Dios del
cielo y de la tierra, y reedificamos
la casa que ya muchos años antes
había sido edificada, la cual
edificó y fundó el gran rey de
Israel.
-
Mas
después que nuestros padres
ensañaron al Dios de los cielos, él
los entregó en mano de Nabucodonosor
rey de Babilonia, Caldeo, el cual
destruyó esta casa, é hizo
trasportar el pueblo á Babilonia.
-
Empero
el primer año de Ciro rey de
Babilonia, el mismo rey Ciro dió
mandamiento para que esta casa de
Dios fuese edificada.
-
Y
también los vasos de oro y de plata
de la casa de Dios, que
Nabucodonosor había sacado del
templo que estaba en Jerusalem, y
los había metido en el templo de
Babilonia, el rey Ciro los sacó del
templo de Babilonia, y fueron
entregados á Sesbassar, al cual
había puesto por gobernador;
-
Y le
dijo: Toma estos vasos, ve y ponlos
en el templo que está en Jerusalem;
y la casa de Dios sea edificada en
su lugar.
-
Entonces
este Sesbassar vino, y puso los
fundamentos de la casa de Dios que
estaba en Jerusalem, y desde
entonces hasta ahora se edifica, y
aun no está acabada.
-
Y ahora,
si al rey parece bien, búsquese en
la casa de los tesoros del rey que
está allí en Babilonia, si es así
que por el rey Ciro había sido dado
mandamiento para edificar esta casa
de Dios en Jerusalem, y envíenos á
decir la voluntad del rey sobre
esto.
-
ENTONCES
el rey Darío dió mandamiento, y
buscaron en la casa de los libros,
donde guardaban los tesoros allí en
Babilonia.
-
Y fué
hallado en Achmetta, en el palacio
que está en la provincia de Media,
un libro, dentro del cual estaba
escrito así: Memoria:
-
En el
año primero del rey Ciro, el mismo
rey Ciro dió mandamiento acerca de
la casa de Dios que estaba en
Jerusalem, que fuese la casa
edificada para lugar en que
sacrifiquen sacrificios, y que sus
paredes fuesen cubiertas; su altura
de sesenta codos, y de sesenta codos
su anchura;
-
Los
órdenes, tres de piedra de mármol, y
un orden de madera nueva y que el
gasto sea dado de la casa del rey.
-
Y
también los vasos de oro y de plata
de la casa de Dios, que
Nabucodonosor sacó del templo que
estaba en Jerusalem y los pasó á
Babilonia, sean devueltos y vayan al
templo que está en Jerusalem, á su
lugar, y sean puestos en la casa de
Dios.
-
Ahora
pues, Tatnai, jefe del lado allá del
río, Sethar-boznai, y sus compañeros
los Apharsachêos que estáis á la
otra parte del río, apartaos de ahí.
-
Dejad la
obra de la casa de este Dios al
principal de los Judíos, y á sus
ancianos, para que edifiquen la casa
de este Dios en su lugar.
-
Y por mí
es dado mandamiento de lo que habéis
de hacer con los ancianos de estos
Judíos, para edificar la casa de
este Dios: que de la hacienda del
rey, que tiene del tributo de la
parte allá del río, los gastos sean
dados luego á aquellos varones, para
que no cesen.
-
Y lo que
fuere necesario, becerros y carneros
y corderos, para holucaustos al Dios
del cielo, trigo, sal, vino y
aceite, conforme á lo que dijeren
los sacerdotes que están en
Jerusalem, déseles cada un día sin
obstáculo alguno;
-
Para que
ofrezcan olores de holganza al Dios
del cielo, y oren por la vida del
rey y por sus hijos.
-
También
es dado por mí mandamiento, que
cualquiera que mudare este decreto,
sea derribado un madero de su casa,
y enhiesto, sea colgado en él: y su
casa sea hecha muladar por esto.
-
Y el
Dios que hizo habitar allí su
nombre, destruya todo rey y pueblo
que pusiere su mano para mudar ó
destruir esta casa de Dios, la cual
está en Jerusalem. Yo Darío puse el
decreto: sea hecho prestamente.
-
Entonces
Tatnai, gobernador del otro lado del
río, y Sethar-boznai, y sus
compañeros, hicieron prestamente
según el rey Darío había enviado.
-
Y los
ancianos de los Judíos edificaban y
prosperaban, conforme á la profecía
de Haggeo profeta, y de Zacarías
hijo de Iddo. Edificaron pues, y
acabaron, por el mandamiento del
Dios de Israel, y por el mandamiento
de Ciro, y de Darío, y de Artajerjes
rey de Persia.
-
Y esta
casa fué acabada al tercer día del
mes de Adar, que era el sexto año
del reinado del rey Darío.
-
Y los
hijos de Israel, los sacerdotes y
los Levitas, y los demás que habían
venido de la trasportación, hicieron
la dedicación de esta casa de Dios
con gozo.
-
Y
ofrecieron en la dedicación de esta
casa de Dios cien becerros,
doscientos carneros, cuatrocientos
corderos; y machos de cabrío en
expiación por todo Israel, doce,
conforme al número de las tribus de
Israel.
-
Y
pusieron á los sacerdotes en sus
clases, y á los Levitas en sus
divisiones, sobre la obra de Dios
que está en Jerusalem, conforme á lo
escrito en el libro de Moisés.
-
Y los de
la transmigración hicieron la pascua
á los catorce del mes primero.
-
Porque
los sacerdotes y los Levitas se
habían purificado á una; todos
fueron limpios: y sacrificaron la
pascua por todos los de la
transmigración, y por sus hermanos
los sacerdotes, y por sí mismos.
-
Y
comieron los hijos de Israel que
habían vuelto de la transmigración,
y todos los que se habían apartado á
ellos de la inmundicia de las gentes
de la tierra, para buscar á Jehová
Dios de Israel.
-
Y
celebraron la solemnidad de los
panes ázimos siete días con
regocijo, por cuanto Jehová los
había alegrado, y convertido el
corazón del rey de Asiria á ellos,
para esforzar sus manos en la obra
de la casa de Dios, del Dios de
Israel.
-
PASADAS
estas cosas, en el reinado de
Artajerjes rey de Persia, Esdras,
hijo de Seraías, hijo de Azarías,
hijo de Hilcías,
-
Hijo de
Sallum, hijo de Sadoc, hijo de
Achîtob,
-
Hijo de
Amarías, hijo de Azarías, hijo de
Meraioth,
-
Hijo de
Zeraías, hijo de Uzzi, hijo de Bucci,
-
Hijo de
Abisue, hijo de Phinees, hijo de
Eleazar, hijo de Aarón, primer
sacerdote:
-
Este
Esdras subió de Banilonia, el cual
era escriba diligente en la ley de
Moisés, que Jehová Dios de Israel
había dado; y concedióle el rey,
según la mano de Jehová su Dios
sobre él, todo lo que pidió.
-
Y
subieron con él á Jerusalem de los
hijos de Israel, y de los
sacerdotes, y Levitas, y cantores, y
porteros, y Nethineos, en el séptimo
año del rey Artajerjes.
-
Y llegó
á Jerusalem en el mes quinto, el año
séptimo del rey.
-
Porque
el día primero del primer mes fué el
principio de la partida de
Babilonia, y al primero del mes
quinto llegó á Jerusalem, según la
buena mano de su Dios sobre él
-
Porque
Esdras había preparado su corazón
para inquirir la ley de Jehová, y
para hacer y enseñar á Israel
mandamientos y juicios.
-
Y este
es el traslado de la carta que dió
el rey Artajerjes á Esdras,
sacerdote escriba, escriba de las
palabras mandadas de Jehová, y de
sus estatutos á Israel:
-
Artajerjes, rey de los reyes, á
Esdras sacerdote, escriba perfecto
de la ley del Dios del cielo: Salud,
etc.
-
Por mí
es dado mandamiento, que cualquiera
que quisiere en mi reino, del pueblo
de Israel y de sus sacerdotes y
Levitas, ir contigo á Jerusalem,
vaya.
-
Porque
de parte del rey y de sus siete
consultores eres enviado á visitar á
Judea y á Jerusalem, conforme á la
ley de tu Dios que está en tu mano;
-
Y á
llevar la plata y el oro que el rey
y sus consultores voluntariamente
ofrecen al Dios de Israel, cuya
morada está en Jerusalem;
-
Y toda
la plata y el oro que hallares en
toda la provincia de Babilonia, con
las ofrendas voluntarias del pueblo
y de los sacerdotes, que de su
voluntad ofrecieren para la casa de
su Dios que está en Jerusalem.
-
Comprarás pues prestamente con esta
plata becerros, carneros, corderos,
con sus presentes y sus libaciones,
y los ofrecerás sobre el altar de la
casa de vuestro Dios que está en
Jerusalem.
-
Y lo que
á ti y á tus hermanos pluguiere
hacer de la otra plata y oro,
hacedlo conforme á la voluntad de
vuestro Dios.
-
Y los
vasos que te son entregados para el
servicio de la casa de tu Dios, los
restituirás delante de Dios en
Jerusalem.
-
Y lo
demás necesario para la casa de tu
Dios que te fuere menester dar,
daráslo de la casa de los tesoros
del rey.
-
Y por mí
el rey Artajerjes es dado
mandamiento á todos los tesoreros
que están al otro lado del río, que
todo lo que os demandare Esdras
sacerdote, escriba de la ley del
Dios del cielo, concédase le luego,
-
Hasta
cien talentos de plata, y hasta cien
coros de trigo, y hasta cien batos
de vino, y hasta cien batos de
aceite; y sal sin tasa.
-
Todo lo
que es mandado por el Dios del
cielo, sea hecho prestamente para la
casa del Dios del cielo: pues, ¿por
qué habría de ser su ira contra el
reino del rey y de sus hijos?
-
Y á
vosotros os hacemos saber, que á
todos los sacerdotes y Levitas,
cantores, porteros, Nethineos y
ministros de la casa de Dios,
ninguno pueda imponerles tributo, ó
pecho, ó renta.
-
Y tú,
Esdras, conforme á la sabiduría de
tu Dios que tienes, pon jueces y
gobernadores, que gobiernen á todo
el pueblo que está del otro lado del
río, á todos los que tienen noticia
de las leyes de tu Dios; y al que no
la tuviere le enseñaréis.
-
Y
cualquiera que no hiciere la ley de
tu Dios, y la ley del rey,
prestamente sea juzgado, ó á muerte,
ó á dasarraigo, ó á pena de la
hacienda, ó á prisión.
-
Bendito
Jehová, Dios de nuestros padres, que
puso tal cosa en el corazón del rey,
para honrar la casa de Jehová que
está en Jerusalem.
-
E
inclinó hacia mí su misericordia
delante del rey y de sus
consultores, y de todos los
príncipes poderosos del rey. Y yo,
confortado según la mano de mi Dios
sobre mí, junté los principales de
Israel para que subiesen conmigo.
-
Y ESTOS
son los cabezas de sus familias, y
genealogía de aquellos que subieron
conmigo de Babilonia, reinando el
rey Artajerjes:
-
De los
hijos de Phinees, Gersón; de los
hijos de Ithamar, Daniel; de los
hijos de David, Hattus;
-
De los
hijos de Sechânías y de los hijos de
Pharos, Zacarías, y con él, en la
línea de varones, ciento y
cincuenta;
-
De los
hijos de Pahath-moab, Elioenai, hijo
de Zarahi, y con él doscientos
varones;
-
De los
hijos de Sechânías, el hijo de
Jahaziel, y con él trescientos
varones;
-
De los
hijos de Adín, Ebed, hijo de
Jonathán, y con él cincuenta
varones;
-
De los
hijos de Elam, Isaía, hijo de
Athalías, y con él setenta varones;
-
Y de los
hijos de Sephatías, Zebadías, hijo
de Michâel, y con él ochenta
varones;
-
De los
hijos de Joab, Obadías, hijo de
Jehiel, y con él doscientos diez y
ocho varones;
-
Y de los
hijos de Solomith, el hijo de
Josiphías, y con él ciento y sesenta
varones;
-
Y de los
hijos de Bebai, Zacarías, hijo de
Bebai, y con él veintiocho varones;
-
Y de los
hijos de Azgad, Johanán, hijo de
Catán, y con él ciento y diez
varones;
-
Y de los
hijos de Adonicam, los postreros,
cuyos nombres son estos, Eliphelet,
Jeiel, y Semaías, y con ellos
sesenta varones;
-
Y de los
hijos de Bigvai, Utai y Zabud, y con
ellos sesenta varones.
-
Y
juntélos junto al río que viene á
Ahava, y reposamos allí tres días: y
habiendo buscado entre el pueblo y
entre los sacerdotes, no hallé allí
de los hijos de Leví.
-
Entonces
despaché á Eliezer, y á Ariel, y á
Semaías, y á Elnathán, y á Jarib, y
á Elnathán, y á Nathán, y á
Zacarías, y á Mesullam, principales;
asimismo á Joiarib y á Elnathán,
hombres doctos;
-
Y
enviélos á Iddo, jefe en el lugar de
Casipia, y puse en boca de ellos las
palabras que habían de hablar á Iddo,
y á sus hermanos los Nethineos en el
lugar de Casipia, para que nos
trajesen ministros para la casa de
nuestro Dios.
-
Y
trajéronnos, según la buena mano de
nuestro Dios sobre nosotros, un
varón entendido de los hijos de
Mahalí, hijo de Leví, hijo de
Israel; y á Serabías con sus hijos y
sus hermanos, dieciocho;
-
Y á
Hasabías, y con él á Isaía de los
hijos de Merari, á sus hermanos y á
sus hijos, veinte;
-
Y de los
Nethineos, á quienes David con los
príncipes puso para el ministerio de
los Levitas, doscientos y veinte
Nethineos: todos los cuales fueron
declarados por sus nombres.
-
Y
publiqué ayuno allí junto al río de
Ahava, para afligirnos delante de
nuestro Dios, para solicitar de él
camino derecho para nosotros, y para
nuestros niños, y para toda nuestra
hacienda.
-
Porque
tuve vergüenza de pedir al rey tropa
y gente de á caballo que nos
defendiesen del enemigo en el
camino: porque habíamos hablado al
rey, diciendo: La mano de nuestro
Dios es para bien sobre todos los
que le buscan; mas su fortaleza y su
furor sobre todos los que le dejan.
-
Ayunamos
pues, y pedimos á nuestro Dios sobre
esto, y él nos fué propicio.
-
Aparté
luego doce de los principales de los
sacerdotes, á Serebías y á Hasabías,
y con ellos diez de sus hermanos;
-
Y
peséles la plata, y el oro, y los
vasos, la ofrenda que para la casa
de nuestro Dios habían ofrecido el
rey, y sus consultores, y sus
príncipes, todos los que se hallaron
en Israel.
-
Pesé
pues en manos de ellos seiscientos y
cincuenta talentos de plata, y vasos
de plata por cien talentos, y cien
talentos de oro;
-
Además
veinte tazones de oro, de mil
dracmas; y dos vasos de metal limpio
muy bueno, preciados como el oro.
-
Y
díjeles: Vosotros sois consagrados á
Jehová, y santos los vasos; y la
plata y el oro ofrenda voluntaria á
Jehová, Dios de nuestros padres.
-
Velad, y
guardadlos, hasta que los peséis
delante de los príncipes de los
sacerdotes y Levitas, y de los jefes
de los padres de Israel en Jerusalem,
en las cámaras de la casa de Jehová.
-
Los
sacerdotes pues y Levitas recibieron
el peso de la plata y del oro y de
los vasos, para traerlo á Jerusalem
á la casa de nuestro Dios.
-
Y
partimos del río de Ahava el doce
del mes primero, para ir á Jerusalem:
y la mano de nuestro Dios fué sobre
nosotros, el cual nos libró de mano
de enemigo y de asechador en el
camino.
-
Y
llegamos á Jerusalem, y reposamos
allí tres días.
-
Al
cuarto día fué luego pesada la
plata, y el oro, y los vasos, en la
casa de nuestro Dios, por mano de
Meremoth hijo de Urías sacerdote, y
con él Eleazar hijo de Phinees; y
con ellos Jozabad hijo de Jesuá, y
Noadías hijo de Binnui, Levitas;
-
Por
cuenta y por peso todo: y se apuntó
todo aquel peso en aquel tiempo.
-
Los que
habían venido de la cautividad, los
hijos de la transmigración,
ofrecieron holocaustos al Dios de
Israel, doce becerros por todo
Israel, noventa y seis carneros,
setenta y siete corderos, doce
machos cabríos por expiación: todo
el holocausto á Jehová.
-
Y dieron
los despachos del rey á sus
gobernadores y capitanes del otro
lado del río, los cuales
favorecieron al pueblo y á la casa
de Dios.
-
Y
ACABADAS estas cosas, los príncipes
se llegaron á mí, diciendo: El
pueblo de Israel, y los sacerdotes y
levitas, no se han apartado de los
pueblos de las tierras, de los
Cananeos, Hetheos, Pherezeos,
Jebuseos, Ammonitas, y Moabitas,
Egipcios, y Amorrheos, haciendo
conforme á sus abominaciones.
-
Porque
han tomado de sus hijas para sí y
para sus hijos, y la simiente santa
ha sido mezclada con los pueblos de
las tierras; y la mano de los
príncipes y de los gobernadores ha
sido la primera en esta
prevaricación.
-
Lo cual
oyendo yo, rasgué mi vestido y mi
manto, y arranqué de los cabellos de
mi cabeza y de mi barba, y sentéme
atónito.
-
Y
juntáronse á mí todos los temerosos
de las palabras del Dios de Israel,
á causa de la prevaricación de los
de la transmigración; mas yo estuve
sentado atónito hasta el sacrificio
de la tarde.
-
Y al
sacrificio de la tarde levantéme de
mi aflicción; y habiendo rasgado mi
vestido y mi manto, postréme de
rodillas, y extendí mis palmas á
Jehová mi Dios,
-
Y dije:
Dios mío, confuso y avergonzado
estoy para levantar, oh Dios mío, mi
rostro á ti: porque nuestras
iniquidades se han multiplicado
sobre nuestra cabeza, y nuestros
delitos han crecido hasta el cielo.
-
Desde
los días de nuestros padres hasta
este día estamos en grande culpa; y
por nuestras iniquidades nosotros,
nuestros reyes, y nuestros
sacerdotes, hemos sido entregados en
manos de los reyes de las tierras, á
cuchillo, á cautiverio, y á robo, y
á confusión de rostro, como hoy día.
-
Y ahora
como por un breve momento fué la
misericordia de Jehová nuestro Dios,
para hacer que nos quedase un resto
libre, y para darnos estaca en el
lugar de su santuario, á fin de
alumbrar nuestros ojos nuestro Dios,
y darnos una poca de vida en nuestra
servidumbre.
-
Porque
siervos éramos: mas en nuestra
servidumbre no nos desamparó nuestro
Dios, antes inclinó sobre nosotros
misericordia delante de los reyes de
Persia, para que se nos diese vida
para alzar la casa de nuestro Dios,
y para hacer restaurar sus
asolamientos, y para darnos vallado
en Judá y en Jerusalem.
-
Mas
ahora, ¿qué diremos, oh Dios
nuestro, después de esto? porque
nosotros hemos dejado tus
mandamientos,
-
Los
cuales prescribiste por mano de tus
siervos los profetas, diciendo: La
tierra á la cual entráis para
poseerla, tierra inmunda es á causa
de la inmundicia de los pueblos de
aquellas regiones, por las
abominaciones de que la han henchido
de uno á otro extremo con su
inmundicia.
-
Ahora
pues, no daréis vuestras hijas á los
hijos de ellos, ni sus hijas
tomaréis para vuestros hijos, ni
procuraréis su paz ni su bien para
siempre; para que seáis
corroborados, y comáis el bien de la
tierra, y la dejéis por heredad á
vuestros hijos para siempre.
-
Mas
después de todo lo que nos ha
sobrevenido á causa de nuestras
malas obras, y á causa de nuestro
grande delito, ya que tú, Dios
nuestro, estorbaste que fuésemos
oprimidos bajo de nuestras
iniquidades, y nos diste este tal
efugio;
-
¿Hemos
de volver á infringir tus
mandamientos, y á emparentar con los
pueblos de estas abominaciones? ¿No
te ensañarías contra nosotros hasta
consumirnos, sin que quedara resto
ni escapatoria?
-
Jehová,
Dios de Israel, tú eres justo: pues
que hemos quedado algunossalvos,
como este día, henos aquí delante de
ti en nuestros delitos; porque no es
posible subsistir en tu presencia á
causa de esto.
-
Y ORANDO
Esdras y confesando, llorando y
postrándose delante de la casa de
Dios, juntóse á él una muy grande
multitud de Israel, hombres y
mujeres y niños; y lloraba el pueblo
con gran llanto.
-
Entonces
respondió Sechânías hijo de Jehiel,
de los hijos Elam, y dijo á Esdras:
Nosotros hemos prevaricado contra
nuestro Dios, pues tomamos mujeres
extranjeras de los pueblos de la
tierra: mas hay aún esperanza para
Israel sobre esto.
-
Ahora
pues hagamos pacto con nuestro Dios,
que echaremos todas las mujeres y
los nacidos de ellas, según el
consejo del Señor, y de los que
temen el mandamiento de nuestro
Dios: y hágase conforme á la ley.
-
Levántate, porque á ti toca el
negocio, y nosotros seremos contigo;
esfuérzate, y ponlo por obra.
-
Entonces
se levantó Esdras, y juramentó á los
príncipes de los sacerdotes y de los
Levitas, y á todo Israel, que harían
conforme á esto; y ellos juraron.
-
Levantóse luego Esdras de delante la
casa de Dios, y fuése á la cámara de
Johanán hijo de Eliasib: é ido allá,
no comió pan ni bebió agua, porque
se entristeció sobre la
prevaricación de los de la
transmigración.
-
É
hicieron pasar pregón por Judá y por
Jerusalem á todos los hijos de la
transmigración, que se juntasen en
Jerusalem:
-
Y que el
que no viniera dentro de tres días,
conforme al acuerdo de los príncipes
y de los ancianos, perdiese toda su
hacienda, y él fuese apartado de la
compañía de los de la
transmigración.
-
Así
todos los hombres de Judá y de
Benjamín se reunieron en Jerusalem
dentro de tres días, á los veinte
del mes, el cual era el mes noveno;
y sentóse todo el pueblo en la plaza
de la casa de Dios, temblando con
motivo de aquel negocio, y á causa
de las lluvias.
-
Y
levantóse Esdras el sacerdote, y
díjoles: Vosotros habéis
prevaricado, por cuanto tomasteis
mujeres extrañas, añadiendo así
sobre el pecado de Israel.
-
Ahora
pues, dad gloria á Jehová Dios de
vuestros padres, y haced su
voluntad, y apartaos de los pueblos
de las tierras, y de las mujeres
extranjeras.
-
Y
respondió todo aquel concurso, y
dijeron en alta voz: Así se haga
conforme á tu palabra.
-
Mas el
pueblo es mucho, y el tiempo
lluvioso, y no hay fuerza para estar
en la calle: ni la obra es de un día
ni de dos, porque somos muchos los
que hemos prevaricado en este
negocio.
-
Estén
ahora nuestro príncipes, los de toda
la congregación; y todos aquellos
que en nuestras ciudades hubieren
tomado mujeres extranjeras, vengan á
tiempos aplazados, y con ellos los
ancianos de cada ciudad, y los
jueces de ellas, hasta que apartemos
de nosotros el furor de la ira de
nuestro Dios sobre esto.
-
Fueron
pues puestos sobre este negocio
Jonathán hijo de Asael, y Jaazías
hijo de Tikvah; y Mesullam y
Sabethai, Levitas, les ayudaron.
-
É
hicieron así los hijos de la
transmigración. Y apartados que
fueron luego Esdras sacerdote, y los
varones cabezas de familias en la
casa de sus padres, todos ellos por
sus nombres, sentáronse el primer
día del mes décimo para inquirir el
negocio.
-
Y
concluyeron, con todos aquellos que
habían tomado mujeres extranjeras,
al primer día del mes primero.
-
Y de los
hijos de los sacerdotes que habían
tomado mujeres extranjeras, fueron
hallados estos: De los hijos de
Jesuá hijo de Josadec, y de sus
hermanos: Maasías, y Eliezer, y
Jarib, y Gedalías;
-
Y dieron
su mano en promesa de echar sus
mujeres, y ofrecieron como culpados
un carnero de los rebaños por su
delito.
-
Y de los
hijos de Immer: Hanani y Zebadías.
-
Y de lo
hijos de Harím, Maasiás, y Elías, y
Semeías, y Jehiel, y Uzzías.
-
Y de los
hijos de Phasur: Elioenai, Maasías,
Ismael, Nathanael, Jozabad, y Elasa.
-
Y de los
hijos de los Levitas: Jozabad, y
Simi, Kelaía (este es Kelita),
Pethaía, Judá y Eliezer.
-
Y de los
cantores, Eliasib; y de los
porteros: Sellum, y Telem, y Uri.
-
Asimismo
de Israel: De los hijos de Pharos:
Ramía é Izzías, y Malchías, y Miamim,
y Eleazar, y Malchías, y Benaías.
-
Y de los
hijos de Elam: Mathanías, Zachârías,
y Jehiel, y Abdi, y Jeremoth, y
Elía.
-
Y de los
hijos de Zattu: Elioenai, Eliasib,
Mathanías, y Jeremoth, y Zabad, y
Aziza.
-
Y de los
hijos de Bebai: Johanán, Hananías,
Zabbai, Atlai.
-
Y de los
hijos de Bani: Mesullam, Malluch, y
Adaías, Jasub, Y Seal, y Ramoth.
-
Y de los
hijos de Pahath-moab: Adna, y
Chêleal, Benaías, Maasías, Mathanías,
Besaleel, Binnui y Manasés.
-
Y de los
hijos de Harim: Eliezer, Issia,
Malchîas, Semeía, Simeón,
-
Benjamín, Malluch, Semarías.
-
De los
hijos de Hasum: Mathenai, Mathatha,
Zabad, Eliphelet, Jeremai, Manasés,
Sami.
-
De los
hijos de Bani: Maadi, Amram y Uel,
-
Benaías,
Bedías, Chêluhi,
-
Vanías,
Meremoth, Eliasib,
-
Mathanías, Mathenai, y Jaasai,
-
Y Bani,
y Binnui, Simi,
-
Y
Selemías y Nathán y Adaías,
-
Machnadbai, Sasai, Sarai,
-
Azareel,
y Selamías, Semarías,
-
Sallum,
Amarías, Joseph.
-
Y de los
hijos de Nebo: Jehiel, Matithías,
Zabad, Zebina, Jadau, y Joel,
Benaías.
-
Todos
estos habían tomado mujeres
extranjeras; y había mujeres de
ellos que habían parido hijos
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