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VISIÓN
de Isaías hijo de Amoz, la cual vió
sobre Judá y Jerusalem, en días de
Uzzías, Jotham, Achâz y Ezechîas,
reyes de Judá.
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Oid,
cielos, y escucha tú, tierra; porque
habla Jehová: Crié hijos, y
engrandecílos, y ellos se rebelaron
contra mí.
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El buey
conoce á su dueño, y el asno el
pesebre de su señor: Israel no
conoce, mi pueblo no tiene
entendimiento.
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¡Oh
gente pecadora, pueblo cargado de
maldad, generación de malignos,
hijos depravados! Dejaron á Jehová,
provocaron á ira al Santo de Israel,
tornáronse atrás.
-
¿Para
qué habéis de ser castigados aún?
todavía os rebelaréis. Toda cabeza
está enferma, y todo corazón
doliente.
-
Desde la
planta del pie hasta la cabeza no
hay en él cosa ilesa, sino herida,
hinchazón y podrida llaga: no están
curadas, ni vendadas, ni suavizadas
con aceite.
-
Vuestra
tierra está destruída, vuestras
ciudades puestas á fuego, vuestra
tierra delante de vosotros comida de
extranjeros, y asolada como
asolamiento de extraños.
-
Y queda
la hija de Sión como choza en viña,
y como cabaña en melonar, como
ciudad asolada.
-
Si
Jehová de los ejércitos no hubiera
hecho que nos quedasen muy cortos
residuos, como Sodoma fuéramos, y
semejantes á Gomorra.
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Príncipes de Sodoma, oid la palabra
de Jehová; escuchad la ley de
nuestro Dios, pueblo de Gomorra.
-
¿Para
qué á mí, dice Jehová, la multitud
de vuestros sacrificios? Harto estoy
de holocaustos de carneros, y de
sebo de animales gruesos: no quiero
sangre de bueyes, ni de ovejas, ni
de machos cabríos.
-
¿Quién
demandó esto de vuestras manos,
cuando vinieseis á presentaros
delante de mí, para hollar mis
atrios?
-
No me
traigáis más vano presente: el
perfume me es abominación: luna
nueva y sábado, el convocar
asambleas, no las puedo sufrir: son
iniquidad vuestras solemnidades.
-
Vuestras
lunas nuevas y vuestras solemnidades
tiene aborrecidas mi alma: me son
gravosas; cansado estoy de
llevarlas.
-
Cuando
extendiereis vuestras manos, yo
esconderé de vosotros mis ojos:
asimismo cuando multiplicareis la
oración, yo no oiré: llenas están de
sangre vuestras manos.
-
Lavad,
limpiaos; quitad la iniquidad de
vuestras obras de ante mis ojos;
dejad de hacer lo malo:
-
Aprended
á hacer bien: buscad juicio,
restituid al agraviado, oid en
derecho al huérfano, amparad á la
viuda.
-
Venid
luego, dirá Jehová, y estemos á
cuenta: si vuestros pecados fueren
como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos: si fueren rojos como
el carmesí, vendrán á ser como
blanca lana.
-
Si
quisiereis y oyereis, comieréis el
bien de la tierra:
-
Si no
quisiereis y fuereis rebeldes,
seréis consumidos á espada: porque
la boca de Jehová lo ha dicho.
-
¿Cómo te
has tornado ramera, oh ciudad fiel?
Llena estuvo de juicio, en ella
habitó equidad; mas ahora,
homicidas.
-
Tu plata
se ha tornado escorias, tu vino
mezclado está con agua.
-
Tus
príncipes, prevaricadores y
compañeros de ladrones: todos aman
las dádivas, y van tras las
recompensas: no oyen en juicio al
huérfano, ni llega a ellos la causa
de la viuda.
-
Por
tanto, dice el Señor Jehová de los
ejércitos, el Fuerte de Israel: Ea,
tomaré satisfacción de mis enemigos,
vengaréme de mis adversarios:
-
Y
volveré mi mano sobre ti, y limpiaré
hasta lo más puro tus escorias, y
quitaré todo tu estaño:
-
Y
restituiré tus jueces como al
principio, y tus consejeros como de
primero: entonces te llamarán Ciudad
de justicia, Ciudad fiel.
-
Sión con
juicio será rescatada, y los
convertidos de ella con justicia.
-
Mas los
rebeldes y pecadores á una serán
quebrantados, y los que dejan á
Jehová serán consumidos.
-
Entonces
os avergonzarán los olmos que
amasteis, y os afrentarán los
bosques que escogisteis.
-
Porque
seréis como el olmo que se le cae la
hoja, y como huerto que le faltan
las aguas.
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Y el
fuerte será como estopa, y lo que
hizo como centella; y ambos serán
encendidos juntamente, y no habrá
quien apague.
-
LO que
vió Isaías, hijo de Amoz, tocante á
Judá y a Jerusalem.
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Y
acontecerá en lo postrero de los
tiempos, que será confirmado el
monte de la casa de Jehová por
cabeza de los montes, y será
ensalzado sobre los collados, y
correrán á él todas las gentes.
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Y
vendrán muchos pueblos, y dirán:
Venid, y subamos al monte de Jehová,
á la casa del Dios de Jacob; y nos
enseñará en sus caminos, y
caminaremos por sus sendas. Porque
de Sión saldrá la ley, y de
Jerusalem la palabra de Jehová.
-
Y
juzgará entre las gentes, y
reprenderá á muchos pueblos; y
volverán sus espadas en rejas de
arado, y sus lanzas en hoces: no
alzará espada gente contra gente, ni
se ensayarán más para la guerra.
-
Venid,
oh casa de Jacob, y caminemos á la
luz de Jehová.
-
Ciertamente tú has dejado tu pueblo,
la casa de Jacob, porque son
henchidos de oriente, y de agoreros,
como los Filisteos; y en hijos
ajenos descansan.
-
Su
tierra está llena de plata y oro,
sus tesoros no tienen fin. También
está su tierra llena de caballos; ni
sus carros tienen número.
-
Además
está su tierra llena de ídolos, y á
la obra de sus manos se han
arrodillado, á lo que fabricaron sus
dedos.
-
Y hase
inclinado el hombre, y el varón se
ha humillado: por tanto no los
perdonarás.
-
Métete
en la piedra, escóndete en el polvo,
de la presencia espantosa de Jehová
y del resplandor de su majestad.
-
La
altivez de los ojos del hombre será
abatida, y la soberbia de los
hombres será humillada; y Jehová
solo será ensalzado en aquel día.
-
Porque
día de Jehová de los ejércitos
vendrá sobre todo soberbio y altivo,
y sobre todo ensalzado; y será
abatido:
-
Y sobre
todos los cedros del Líbano altos y
sublimes, y sobre todos los
alcornoques de Basán;
-
Y sobre
todos los montes altos, y sobre
todos los collados levantados;
-
Y sobre
toda torre alta, y sobre todo muro
fuerte;
-
Y sobre
todas las naves de Tarsis, y sobre
todas pinturas preciadas.
-
Y la
altivez del hombre será abatida, y
la soberbia de los hombres será
humillada; y solo Jehová será
ensalzado en aquel día.
-
Y
quitará totalmente los ídolos.
-
Y
meteránse en las cavernas de las
peñas, y en las aberturas de la
tierra, por la presencia espantosa
de Jehová, y por el resplandor de su
majestad, cuando se levantare él
para herir la tierra.
-
Aquel
día arrojará el hombre, á los topos
y murciélagos, sus ídolos de plata y
sus ídolos de oro, que le hicieron
para que adorase;
-
Y se
entrarán en las hendiduras de las
rocas y en las cavernas de las
peñas, por la presencia formidable
de Jehová, y por el resplandor de su
majestad, cuando se levantare para
herir la tierra.
-
Dejaos
del hombre, cuyo hálito está en su
nariz; porque ¿de qué es él
estimado?
-
PORQUE
he aquí que el Señor Jehová de los
ejércitos quita de Jerusalem y de
Judá el sustentador y el fuerte,
todo sustento de pan y todo socorro
de agua;
-
El
valiente y el hombre de guerra, el
juez y el profeta, el adivino y el
anciano;
-
El
capitán de cincuenta, y el hombre de
respeto, y el consejero, y el
artífice excelente, y el hábil
orador.
-
Y
pondréles mozos por príncipes, y
muchachos serán sus señores.
-
Y el
pueblo hará violencia los unos á los
otros, cada cual contra su vecino:
el mozo se levantará contra el
viejo, y el villano contra el noble.
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Cuando
alguno trabare de su hermano, de la
familia de su padre, y le dijere,
Que vestir tienes, tú serás nuestro
príncipe, y sea en tu mano esta
ruina;
-
El
jurará aquel día, diciendo: No
tomaré ese cuidado; porque en mi
casa ni hay pan, ni qué vestir: no
me hagáis príncipe del pueblo.
-
Pues
arruinada está Jerusalem, y Judá ha
caído; porque la lengua de ellos y
sus obras han sido contra Jehová,
para irritar los ojos de su
majestad.
-
La
apariencia del rostro de ellos los
convence: que como Sodoma predican
su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del
alma de ellos! porque allegaron mal
para sí.
-
Decid al
justo que le irá bien: porque comerá
de los frutos de sus manos.
-
¡Ay del
impío! mal le irá: porque según las
obras de sus manos le será pagado.
-
Los
exactores de mi pueblo son
muchachos, y mujeres se enseñorearon
de él. Pueblo mío, los que te guían
te engañan, y tuercen la carrera de
tus caminos.
-
Jehová
está en pie para litigar, y está
para juzgar los pueblos.
-
Jehová
vendrá á juicio contra los ancianos
de su pueblo y contra sus príncipes;
porque vosotros habéis devorado la
viña, y el despojo del pobre está en
vuestras casas.
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¿Qué
pensáis vosotros que majáis mi
pueblo, y moléis las caras de los
pobres? dice el Señor Jehová de los
ejércitos.
-
Asimismo
dice Jehová: Por cuanto las hijas de
Sión se ensoberbecen, y andan
cuellierguidas y los ojos
descompuestos; cuando andan van
danzando, y haciendo son con los
pies:
-
Por
tanto, pelará el Señor la mollera de
las hijas de Sión, y Jehová
descubrirá sus vergüenzas.
-
Aquel
día quitará el Señor el atavío de
los calzados, y las redecillas, y
las lunetas;
-
Los
collares, y los joyeles, y los
brazaletes;
-
Las
escofietas, y los atavíos de las
piernas, los partidores del pelo,
los pomitos de olor, y los
zarcillos;
-
Los
anillos, y los joyeles de las
narices;
-
Las
ropas de remuda, los mantoncillos,
los velos, y los alfileres;
-
Los
espejos, los pañizuelos, las gasas,
y los tocados.
-
Y será
que en lugar de los perfumes
aromáticos vendrá hediondez; y
desgarrón en lugar de cinta; y
calvez en lugar de la compostura del
cabello; y en lugar de faja
ceñimiento de saco; y quemadura en
vez de hermosura.
-
Tus
varones caerán á cuchillo, y tu
fuerza en la guerra.
-
Sus
puertas se entristecerán y
enlutarán, y ella, desamparada,
sentaráse en tierra.
-
Y
ECHARAN mano de un hombre siete
mujeres en aquel tiempo, diciendo:
Nosotras comeremos de nuestro pan, y
nos vestiremos de nuestras ropas;
solamente sea llamado tu nombre
sobre nosotras, quita nuestro
oprobio.
-
En aquel
tiempo el renuevo de Jehová será
para hermosura y gloria, y el fruto
de la tierra para grandeza y honra,
á los librados de Israel.
-
Y
acontecerá que el que quedare en
Sión, y el que fuere dejado en
Jerusalem, será llamado santo; todos
los que en Jerusalem están escritos
entre los vivientes;
-
Cuando
el Señor lavare las inmundicias de
las hijas de Sión, y limpiare las
sangres de Jerusalem de en medio de
ella, con espíritu de juicio y con
espíritu de ardimiento.
-
Y criará
Jehová sobre toda la morada del
monte de Sión, y sobre los lugares
de sus convocaciones, nube y
oscuridad de día, y de noche
resplandor de fuego que eche llamas:
porque sobre toda gloria habrá
cobertura.
-
Y habrá
sombrajo para sombra contra el calor
del día, para acogida y escondedero
contra el turbión y contra el
aguacero.
-
AHORA
cantaré por mi amado el cantar de mi
amado á su viña. Tenía mi amado una
viña en un recuesto, lugar fértil.
-
Habíala
cercado, y despedregádola, y
plantádola de vides escogidas: había
edificado en medio de ella una
torre, y también asentado un lagar
en ella: y esperaba que llevase
uvas, y llevó uvas silvestres.
-
Ahora
pues, vecinos de Jerusalem y varones
de Judá, juzgad ahora entre mí y mi
viña.
-
¿Qué más
se había de hacer á mi viña, que yo
no haya hecho en ella? ¿Cómo,
esperando yo que llevase uvas, ha
llevado uvas silvestres?
-
Os
mostraré pues ahora lo que haré yo á
mi viña: Quitaréle su vallado, y
será para ser consumida; aportillaré
su cerca, y será para ser hollada;
-
Haré que
quede desierta; no será podada ni
cavada, y crecerá el cardo y las
espinas: y aun á las nubes mandaré
que no derramen lluvia sobre ella.
-
Ciertamente la viña de Jehová de los
ejércitos es la casa de Israel, y
los hombres de Judá planta suya
deleitosa. Esperaba juicio, y he
aquí vileza; justicia, y he aquí
clamor.
-
¡Ay de
los que juntan casa con casa, y
allegan heredad á heredad hasta
acabar el término! ¿Habitaréis
vosotros solos en medio de la
tierra?
-
Ha
llegado á mis oídos de parte de
Jehová de los ejércitos, que las
muchas casas han de quedar asoladas,
sin morador las grandes y hermosas.
-
Y diez
huebras de viña producirán un zaque,
y treinta modios de simiente darán
tres modios.
-
¡Ay de
los que se levantan de mañana para
seguir la embriaguez; que se están
hasta la noche, hasta que el vino
los enciende!
-
Y en sus
banquetes hay arpas, vihuelas,
tamboriles, flautas, y vino; y no
miran la obra de Jehová, ni
consideran la obra de sus manos.
-
Por
tanto mi pueblo fué llevado cautivo,
porque no tuvo ciencia: y su gloria
pereció de hambre, y su multitud se
secó de sed.
-
Por eso
ensanchó su interior el sepulcro, y
sin medida extendió su boca; y allá
descenderá la gloria de ellos, y su
multitud, y su fausto, y el que en
él se holgaba.
-
Y el
hombre será humillado, y el varón
será abatido, y bajados serán los
ojos de los altivos.
-
Mas
Jehová de los ejércitos será
ensalzado en juicio, y el Dios Santo
será santificado con justicia.
-
Y los
corderos serán apacentados según su
costumbre; y extraños comerán las
gruesas desamparadas.
-
¡Ay de
los que traen la iniquidad con
cuerdas de vanidad, y el pecado como
con coyundas de carreta,
-
Los
cuales dicen: Venga ya, apresúrese
su obra, y veamos: acérquese, y
venga el consejo del Santo de
Israel, para que lo sepamos!
-
¡Ay de
los que á lo malo dicen bueno, y á
lo bueno malo; que hacen de la luz
tinieblas, y de las tinieblas luz;
que ponen lo amargo por dulce, y lo
dulce por amargo!
-
¡Ay de
los sabios en sus ojos, y de los que
son prudentes delante de sí mismos!
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¡Ay de
los que son valientes para beber
vino, y hombres fuertes para mezclar
bebida;
-
Los que
dan por justo al impío por cohechos,
y al justo quitan su justicia!
-
Por
tanto, como la lengua del fuego
consume las aristas, y la llama
devora la paja, así será su raíz
como pudrimiento, y su flor se
desvanecerá como polvo: porque
desecharon la ley de Jehová de los
ejércitos, y abominaron la palabra
del Santo de Israel.
-
Por esta
causa se encendió el furor de Jehová
contra su pueblo, y extendió contra
él su mano, é hirióle; y se
estremecieron los montes, y sus
cadáveres fueron arrojados en medio
de las calles. Con todo esto no ha
cesado su furor, antes está su mano
todavía extendida.
-
Y alzará
pendón á gentes de lejos, y silbará
al que está en el cabo de la tierra;
y he aquí que vendrá pronto y
velozmente.
-
No habrá
entre ellos cansado, ni que vacile;
ninguno se dormirá ni le tomará
sueño; á ninguno se le desatará el
cinto de los lomos, ni se le romperá
la correa de sus zapatos.
-
Sus
saetas amoladas, y todos sus arcos
entesados; las uñas de sus caballos
parecerán como de pedernal, y las
ruedas de sus carros como
torbellino.
-
Su
bramido como de león; rugirá á
manera de leoncillos, rechinará los
dientes, y arrebatará la presa; la
apañara, y nadie se la quitará.
-
Y
bramará sobre él en aquel día como
bramido de la mar: entonces mirará
hacia la tierra, y he aquí tinieblas
de tribulación, y en sus cielos se
oscurecerá la luz.
-
EN el
año que murió el rey Uzzías vi yo al
Señor sentado sobre un trono alto y
sublime, y sus faldas henchían el
templo.
-
Y encima
de él estaban serafines: cada uno
tenía seis alas; con dos cubrían sus
rostros, y con dos cubrían sus pies,
y con dos volaban.
-
Y el uno
al otro daba voces, diciendo: Santo,
santo, santo, Jehová de los
ejércitos: toda la tierra está llena
de su gloria.
-
Y los
quiciales de las puestas se
estremecieron con la voz del que
clamaba, y la casa se hinchió de
humo.
-
Entonces
dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que
siendo hombre inmundo de labios, y
habitando en medio de pueblo que
tiene labios inmundos, han visto mis
ojos al Rey, Jehová de los
ejércitos.
-
Y voló
hacia mí uno de los serafines,
teniendo en su mano un carbón
encendido, tomado del altar con unas
tenazas:
-
Y
tocando con él sobre mi boca, dijo:
He aquí que esto tocó tus labios, y
es quitada tu culpa, y limpio tu
pecado.
-
Después
oí la voz del Señor, que decía: ¿A
quién enviaré, y quién nos irá?
Entonces respondí yo: Heme aquí,
envíame á mí.
-
Y dijo:
Anda, y di á este pueblo: Oid bien,
y no entendáis; ved por cierto, mas
no comprendáis.
-
Engruesa
el corazón de aqueste pueblo, y
agrava sus oídos, y ciega sus ojos;
porque no vea con sus ojos, ni oiga
con sus oídos, ni su corazón
entienda, ni se convierta, y haya
para él sanidad.
-
Y yo
dije: ¿Hasta cuándo, Señor? Y
respondió él: Hasta que las ciudades
estén asoladas, y sin morador, ni
hombre en las casas, y la tierra sea
tornada en desierto;
-
Hasta
que Jehová hubiere echado lejos los
hombres, y multiplicare en medio de
la tierra la desamparada.
-
Pues aun
quedará en ella una décima parte, y
volverá, bien que habrá sido
asolada: como el olmo y como el
alcornoque, de los cuales en la tala
queda el tronco, así será el tronco
de ella la simiente santa.
-
ACONTECIÓ en los días de Achâz hijo
de Jotham, hijo de Uzzías, rey de
Judá, que Rezín rey de Siria, y Peca
hijo de Remalías, rey de Israel,
subieron á Jerusalem para
combatirla; mas no la pudieron
tomar.
-
Y vino
la nueva á la casa de David,
diciendo: Siria se ha confederado
con Ephraim. Y estremeciósele el
corazón, y el corazón de su pueblo,
como se estremecen los árboles del
monte á causa del viento.
-
Entonces
dijo Jehová á Isaías: Sal ahora al
encuentro de Achâz, tú, y Sear-jasub
tu hijo, al cabo del conducto de la
Pesquera de arriba, en el camino de
la heredad del Lavador,
-
Y dile:
Guarda, y repósate; no temas, ni se
enternezca tu corazón á causa de
estos dos cabos de tizón que humean,
por el furor de la ira de Rezín y
del Siro, y del hijo de Remalías.
-
Por
haber acordado maligno consejo
contra ti el Siro, con Ephraim y con
el hijo de Remalías, diciendo:
-
Vamos
contra Judá, y la despertaremos, y
la partiremos entre nosotros, y
pondremos en medio de ella por rey
al hijo de Tabeel:
-
El Señor
Jehová dice así: No subsistirá, ni
será.
-
Porque
la cabeza de Siria es Damasco, y la
cabeza de Damasco, Rezín: y dentro
de sesenta y cinco años Ephraim será
quebrantado hasta dejar de ser
pueblo.
-
Entretanto la cabeza de Ephraim es
Samaria, y la cabeza de Samaria el
hijo de Remalías. Si vosotros no
creyereis, de cierto no
permaneceréis.
-
Y habló
más Jehová á Achâz, diciendo:
-
Pide
para ti señal de Jehová tu Dios,
demandándola en lo profundo, ó
arriba en lo alto.
-
Y
respondió Achâz: No pediré, y no
tentaré á Jehová.
-
Dijo
entonces Isaías: Oid ahora casa de
David. ¿Os es poco el ser molestos á
los hombres, sino que también lo
seáis á mi Dios?
-
Por
tanto el mismo Señor os dará señal:
He aquí que la virgen concebirá, y
parirá hijo, y llamará su nombre
Emmanuel.
-
Comerá
manteca y miel, para que sepa
desechar lo malo y escoger lo bueno.
-
Porque
antes que el niño sepa desechar lo
malo y escoger lo bueno, la tierra
que tú aborreces será dejada de sus
dos reyes.
-
Jehová
hará venir sobre ti, y sobre tu
pueblo, y sobre la casa de tu padre,
días cuales nunca vinieron desde el
día que Ephraim se apartó de Judá,
es á saber, al rey de Asiria.
-
Y
acontecerá que aquel día silbará
Jehová á la mosca que está en el fin
de los ríos de Egipto, y á la abeja
que está en la tierra de Asiria.
-
Y
vendrán, y se asentarán todos en los
valles desiertos, y en las cavernas
de las piedras, y en todos los
zarzales, y en todas las matas.
-
En aquel
día raerá el Señor con navaja
alquilada, con los que habitan de la
otra parte del río, á saber, con el
rey de Asiria, cabeza y pelos de los
pies; y aun la barba también
quitará.
-
Y
acontecerá en aquel tiempo, que críe
un hombre una vaca y dos ovejas;
-
Y será
que á causa de la abundancia de
leche que darán, comerá manteca:
cierto manteca y miel comerá el que
quedare en medio de la tierra.
-
Acontecerá también en aquel tiempo,
que el lugar donde había mil vides
que valían mil siclos de plata, será
para los espinos y cardos.
-
Con
saetas y arco irán allá; porque toda
la tierra será espinos y cardos.
-
Y á
todos los montes que se cavaban con
azada, no llegará allá el temor de
los espinos y de los cardos: mas
serán para pasto de bueyes, y para
ser hollados de los ganados.
-
Y DIJOME
Jehová: Tómate un gran volumen, y
escribe en él en estilo de hombre
tocante á Maher-salal-hash-baz.
-
Y junté
conmigo por testigos fieles á Urías
sacerdote, y á Zacarías hijo de
Jeberechîas.
-
Y
juntéme con la profetisa, la cual
concibió, y parió un hijo. Y díjome
Jehová: Ponle por nombre Maher-salal-hash-baz.
-
Porque
antes que el niño sepa decir, Padre
mío, y Madre mía, será quitada la
fuerza de Damasco y los despojos de
Samaria, en la presencia del rey de
Asiria.
-
Otra vez
tornó Jehová á hablarme, diciendo:
-
Por
cuanto desechó este pueblo las aguas
de Siloé, que corren mansamente, y
holgóse con Rezín y con el hijo de
Remalías,
-
He aquí
por tanto que el Señor hace subir
sobre ellos aguas de ríos,
impetuosas y muchas, á saber, al rey
de Asiria con todo su poder; el cual
subirá sobre todos sus ríos, y
pasará sobre todas sus riberas:
-
Y
pasando hasta Judá, inundará, y
sobrepujará, y llegará hasta la
garganta; y extendiendo sus alas,
llenará la anchura de tu tierra, oh
Emmanuel.
-
Juntaos,
pueblos, y seréis quebrantados; oid
todos los que sois de lejanas
tierras: poneos á punto, y seréis
quebrantados; apercibíos, y seréis
quebrantados.
-
Tomad
consejo, y será deshecho; proferid
palabra, y no será firme: porque
Dios con nosotros.
-
Porque
Jehová me dijo de esta manera con
mano fuerte, y enseñóme que no
caminase por el camino de este
pueblo, diciendo:
-
No
digáis, Conjuración, á todas las
cosas á que este pueblo dice,
Conjuración, ni temáis lo que temen,
ni tengáis miedo.
-
A Jehová
de los ejércitos, á él santificad:
sea él vuestro temor, y él sea
vuestro miedo.
-
Entonces
él será por santuario; mas á las dos
casas de Israel por piedra para
tropezar, y por tropezadero para
caer, y por lazo y por red al
morador de Jerusalem.
-
Y muchos
tropezarán entre ellos, y caerán, y
serán quebrantados: enredaránse, y
serán presos.
-
Ata el
testimonio, sella la ley entre mis
discípulos.
-
Esperaré
pues á Jehová, el cual escondió su
rostro de la casa de Jacob, y á él
aguardaré.
-
He aquí,
yo y los hijos que me dió Jehová,
por señales y prodigios en Israel,
de parte de Jehová de los ejércitos
que mora en el monte de Sión.
-
Y si os
dijeren: Preguntad á los pythones y
á los adivinos, que susurran
hablando, responded: ¿No consultará
el pueblo á su Dios? ¿Apelará por
los vivos á los muertos?
-
¡A la
ley y al testimonio! Si no dijeren
conforme á esto, es porque no les ha
amanecido.
-
Y
pasarán por él fatigados y
hambrientos, y acontecerá que
teniendo hambre, se enojarán y
maldecirán á su rey y á su Dios,
levantando el rostro en alto.
-
Y
mirarán á la tierra, y he aquí
tribulación y tiniebla, oscuridad y
angustia; y serán sumidos en las
tinieblas.
-
AUNQUE
no será esta oscuridad tal como la
aflicción que le vino en el tiempo
que livianamente tocaron la primera
vez á la tierra de Zabulón, y á la
tierra de Nephtalí; y después cuando
agravaron por la vía de la mar, de
esa parte del Jordán, en Galilea de
las gentes.
-
El
pueblo que andaba en tinieblas vió
gran luz: los que moraban en tierra
de sombra de muerte, luz
resplandeció sobre ellos.
-
Aumentando la gente, no aumentaste
la alegría. Alegraránse delante de
ti como se alegran en la siega, como
se gozan cuando reparten despojos.
-
Porque
tú quebraste su pesado yugo, y la
vara de su hombro, y el cetro de su
exactor, como en el día de Madián.
-
Porque
toda batalla de quien pelea es con
estruendo, y con revolcamiento de
vestidura en sangre: mas esto será
para quema, y pábulo del fuego.
-
Porque
un niño nos es nacido, hijo nos es
dado; y el principado sobre su
hombro: y llamaráse su nombre
Admirable, Consejero, Dios fuerte,
Padre eterno, Príncipe de paz.
-
Lo
dilatado de su imperio y la paz no
tendrán término, sobre el trono de
David, y sobre su reino,
disponiéndolo y confirmándolo en
juicio y en justicia desde ahora
para siempre. El celo de Jehová de
los ejércitos hará esto.
-
El Señor
envió palabra á Jacob, y cayó en
Israel.
-
Y la
sabrá el pueblo, todo él, Ephraim y
los moradores de Samaria, que con
soberbia y con altivez de corazón
dicen:
-
Los
ladrillos cayeron, mas edificaremos
de cantería; cortaron los cabrahigos,
mas cedros pondremos en su lugar.
-
Empero
Jehová ensalzará los enemigos de
Rezín contra él, y juntará sus
enemigos;
-
De
oriente los Siros, y los Filisteos
de poniente; y con toda la boca se
tragarán á Israel. Ni con todo eso
ha cesado su furor, antes todavía su
mano extendida.
-
Mas el
pueblo no se convirtió al que lo
hería, ni buscaron á Jehová de los
ejércitos.
-
Y Jehová
cortará de Israel cabeza y cola,
ramo y caña en un mismo día.
-
El viejo
y venerable de rostro es la cabeza:
el profeta que enseña mentira, este
es cola.
-
Porque
los gobernadores de este pueblo son
engañadores; y sus gobernados,
perdidos.
-
Por
tanto, el Señor no tomará
contentamiento en sus mancebos, ni
de sus huérfanos y viudas tendrá
misericordia: porque todos son
falsos y malignos, y toda boca habla
despropósitos. Con todo esto no ha
cesado su furor, antes todavía su
mano extendida.
-
Porque
la maldad se encendió como fuego,
cardos y espinas devorará; y
encenderáse en lo espeso de la
breña, y serán alzados como humo.
-
Por la
ira de Jehová de los ejércitos se
oscureció la tierra, y será el
pueblo como pábulo del fuego: el
hombre no tendrá piedad de su
hermano.
-
Cada uno
hurtará á la mano derecha, y tendrá
hambre; y comerá á la izquierda, y
no se hartará: cada cual comerá la
carne de su brazo:
-
Manasés
á Ephraim, y Ephraim á Manasés, y
entrambos contra Judá. Ni con todo
esto ha cesado su furor, antes
todavía extendida su mano.
-
¡AY de
los que establecen leyes injustas, y
determinando prescriben tiranía,
-
Por
apartar del juicio á los pobres, y
por quitar el derecho á los
afligidos de mi pueblo; por despojar
las viudas, y robar los huérfanos!
-
¿Y qué
haréis en el día de la visitación?
¿y á quién os acogeréis que os
ayude, cuando viniere de lejos el
asolamiento? ¿y en dónde dejaréis
vuestra gloria?
-
Sin mí
se inclinarán entre los presos, y
entre los muertos caerán. Ni con
todo esto ha cesado su furor, antes
todavía extendida su mano.
-
Oh
Assur, vara y bastón de mi furor: en
su mano he puesto mi ira.
-
Mandaréle contra una gente
fementida, y sobre el pueblo de mi
ira le enviaré, para que quite
despojos, y arrebate presa, y que lo
ponga á ser hollado como lodo de las
calles.
-
Aunque
él no lo pensará así, ni su corazón
lo imaginará de esta manera; sino
que su pensamiento será desarraigar
y cortar gentes no pocas.
-
Porque
él dice: Mis príncipes ¿no son todos
reyes?
-
¿No es
Calno como Carchêmis, Hamath como
Arphad, y Samaria como Damasco?
-
Como
halló mi mano los reinos de los
ídolos, siendo sus imágenes más que
Jerusalem y Samaria;
-
Como
hice á Samaria y á sus ídolos, ¿no
haré también así á Jerusalem y á sus
ídolos?
-
Mas
acontecerá que después que el Señor
hubiere acabado toda su obra en el
monte de Sión, y en Jerusalem,
visitaré sobre el fruto de la
soberbia del corazón del rey de
Asiria, y sobre la gloria de la
altivez de sus ojos.
-
Porque
dijo: Con la fortaleza de mi mano lo
he hecho, y con mi sabiduría; porque
he sido prudente: y quité los
términos de los pueblos, y saqué sus
tesoros, y derribé como valientes
los que estaban sentados:
-
Y halló
mi mano como nido las riquezas de
los pueblos; y como se cogen los
huevos dejados, así me apoderé yo de
toda la tierra; y no hubo quien
moviese ala, ó abriese boca y
graznase.
-
¿Gloriaráse
el hacha contra el que con ella
corta? ¿se ensoberbecerá la sierra
contra el que la mueve? como si el
bordón se levantase contra los que
lo levantan; como si se levantase la
vara: ¿no es leño?
-
Por
tanto el Señor Jehová de los
ejércitos enviará flaqueza sobre sus
gordos; y debajo de su gloria
encenderá encendimiento, como ardor
de fuego.
-
Y la luz
de Israel será por fuego, y su Santo
por llama que abrase y consuma en un
día sus cardos y sus espinas.
-
La
gloria de su bosque y de su campo
fértil consumirá, desde el alma
hasta la carne: y vendrá á ser como
abanderado en derrota.
-
Y los
árboles que quedaren en su bosque,
serán en número que un niño los
pueda contar.
-
Y
acontecerá en aquel tiempo, que los
que hubieren quedado de Israel, y
los que hubieren quedado de la casa
de Jacob, nunca más estriben sobre
el que los hirió; sino que se
apoyarán con verdad en Jehová Santo
de Israel.
-
Las
reliquias se convertirán, las
reliquias de Jacob, al Dios fuerte.
-
Porque
si tu pueblo, oh Israel, fuere como
las arenas de la mar, las reliquias
de él se convertirán: la destrucción
acordada rebosará justicia.
-
Pues el
Señor Jehová de los ejércitos hará
consumación y fenecimiento en medio
de la tierra.
-
Por
tanto el Señor Jehová de los
ejércitos dice así: Pueblo mío,
morador de Sión, no temas de Assur.
Con vara te herirá, y contra ti
alzará su palo, á la manera de
Egipto:
-
Mas de
aquí á muy poco tiempo, se acabará
el furor y mi enojo, para
fenecimiento de ellos.
-
Y
levantará Jehová de los ejércitos
azote contra él, cual la matanza de
Madián en la peña de Oreb: y alzará
su vara sobre la mar, según hizo por
la vía de Egipto.
-
Y
acaecerá en aquel tiempo, que su
carga será quitada de tu hombro, y
su yugo de tu cerviz, y el yugo se
empodrecerá por causa de la unción.
-
Vino
hasta Ajad, pasó hasta Migrón; en
Michmas contará su ejército:
-
Pasaron
el vado; alojaron en Geba: Ramá
tembló; Gabaa de Saúl huyó.
-
Grita en
alta voz, hija de Galim; haz que se
oiga hacia Lais, pobrecilla Anathoth.
-
Madmena
se alborotó: los moradores de Gebim
se juntarán.
-
Aún
vendrá día cuando reposará en Nob:
alzará su mano al monte de la hija
de Sión, al collado de Jerusalem.
-
He aquí
el Señor Jehová de los ejércitos
desgajará el ramo con fortaleza: y
los de grande altura serán cortados,
y los altos serán humillados.
-
Y
cortará con hierro la espesura del
bosque, y el Líbano caerá con
fortaleza.
-
Y SALDRÁ
una vara del tronco de Isaí, y un
vástago retoñará de sus raíces.
-
Y
reposará sobre él el espíritu de
Jehová; espíritu de sabiduría y de
inteligencia, espíritu de consejo y
de fortaleza, espíritu de
conocimiento y de temor de Jehová.
-
Y harále
entender diligente en el temor de
Jehová. No juzgará según la vista de
sus ojos, ni argüirá por lo que
oyeren sus oídos;
-
Sino que
juzgará con justicia á los pobres, y
argüirá con equidad por los mansos
de la tierra: y herirá la tierra con
la vara de su boca, y con el
espíritu de sus labios matará al
impío.
-
Y será
la justicia cinto de sus lomos, y la
fidelidad ceñidor de sus riñones.
-
Morará
el lobo con el cordero, y el tigre
con el cabrito se acostará: el
becerro y el león y la bestia
doméstica andarán juntos, y un niño
los pastoreará.
-
La vaca
y la osa pacerán, sus crías se
echarán juntas; y el león como el
buey comerá paja.
-
Y el
niño de teta se entretendrá sobre la
cueva del áspid, y el recién
destetado extenderá su mano sobre la
caverna del basilisco.
-
No harán
mal ni dañarán en todo mi santo
monte; porque la tierra será llena
del conocimiento de Jehová, como
cubren la mar las aguas.
-
Y
acontecerá en aquel tiempo que la
raíz de Isaí, la cual estará puesta
por pendón á los pueblos, será
buscada de las gentes; y su holganza
será gloria.
-
Asimismo
acontecerá en aquel tiempo, que
Jehová tornará á poner otra vez su
mano para poseer las reliquias de su
pueblo que fueron dejadas de Assur,
y de Egipto, y de Parthia, y de
Etiopía, y de Persia, y de Caldea, y
de Amath, y de las Islas de la mar.
-
Y
levantará pendón á las gentes, y
juntará los desterrados de Israel, y
reunirá los esparcidos de Judá de
los cuatro cantones de la tierra.
-
Y se
disipará la envidia de Ephraim, y
los enemigos de Judá serán talados.
Ephraim no tendrá envidia contra
Judá, ni Judá afligirá á Ephraim;
-
Mas
volarán sobre los hombros de los
Filisteos al occidente, meterán
también á saco á los de oriente:
Edom y Moab les servirán, y los
hijos de Ammón les darán obediencia.
-
Y secará
Jehová la lengua de la mar de
Egipto; y levantará su mano con
fortaleza de su espíritu sobre el
río, y herirálo en sus siete brazos,
y hará que pasen por él con zapatos.
-
Y habrá
camino para las reliquias de su
pueblo, las que quedaron de Assur,
de la manera que lo hubo para Israel
el día que subió de la tierra de
Egipto.
-
Y DIRÁS
en aquel día: Cantaré á ti, oh
Jehová: pues aunque te enojaste
contra mí, tu furor se apartó, y me
has consolado.
-
He aquí
Dios es salud mía; aseguraréme, y no
temeré; porque mi fortaleza y mi
canción es JAH Jehová, el cual ha
sido salud para mí.
-
Sacaréis
aguas con gozo de la fuentes de la
salud.
-
Y diréis
en aquel día: Cantad á Jehová,
aclamad su nombre, haced célebres en
los pueblos sus obras, recordad que
su nombre es engrandecido.
-
Cantad
salmos á Jehová; porque ha hecho
cosas magníficas: sea sabido esto
por toda la tierra.
-
Regocíjate y canta, oh moradora de
Sión: porque grande es en medio de
ti el Santo de Israel.
-
CARGA de
Babilonia, que vió Isaías, hijo de
Amoz.
-
Levantad
bandera sobre un alto monte; alzad
la voz á ellos, alzad la mano, para
que entren por puertas de príncipes.
-
Yo mandé
á mis santificados, asimismo llamé á
mis valientes para mi ira, á los que
se alegran con mi gloria.
-
Murmullo
de multitud en los montes, como de
mucho pueblo; murmullo de ruido de
reinos, de gentes reunidas: Jehová
de los ejércitos ordena las tropas
de la batalla.
-
Vienen
de lejana tierra, de lo postrero de
los cielos, Jehová y los
instrumentos de su furor, para
destruir toda la tierra.
-
Aullad,
porque cerca está el día de Jehová;
vendrá como asolamiento del
Todopoderoso.
-
Por
tanto, se enervarán todas la manos,
y desleiráse todo corazón de hombre:
-
Y se
llenarán de terror; angustias y
dolores los comprenderán; tendrán
dolores como mujer de parto;
pasmaráse cada cual al mirar á su
compañero; sus rostros, rostros de
llamas.
-
He aquí
el día de Jehová viene, crudo, y de
saña y ardor de ira, para tornar la
tierra en soledad, y raer de ella
sus pecadores.
-
Por lo
cual las estrellas de los cielos y
sus luceros no derramarán su lumbre;
y el sol se oscurecerá en naciendo,
y la luna no echará su resplandor.
-
Y
visitaré la maldad sobre el mundo, y
sobre los impíos su iniquidad; y
haré que cese la arrogancia de los
soberbios, y abatiré la altivez de
los fuertes.
-
Haré más
precioso que el oro fino al varón, y
más que el oro de Ophir al hombre.
-
Porque
haré estremecer los cielos, y la
tierra se moverá de su lugar, en la
indignación de Jehová de los
ejércitos, y en el día de la ira de
su furor.
-
Y será
que como corza amontada, y como
oveja sin pastor, cada cual mirará
hacia su pueblo, y cada uno huirá á
su tierra.
-
Cualquiera que fuere hallado, será
alanceado; y cualquiera que á ellos
se juntare, caerá á cuchillo.
-
Sus
niños serán estrellados delante de
ellos; sus casas serán saqueadas, y
forzadas sus mujeres.
-
He aquí
que yo despierto contra ellos á los
Medos, que no curarán de la plata,
ni codiciarán oro.
-
Y con
arcos tirarán á los niños, y no
tendrán misericordia de fruto de
vientre, ni su ojo perdonará á
hijos.
-
Y
Babilonia, hermosura de reinos y
ornamento de la grandeza de los
Caldeos, será como Sodoma y Gomorra,
á las que trastornó Dios.
-
Nunca
más será habitada, ni se morará en
ella de generación en generación; ni
hincará allí tienda el Arabe, ni
pastores tendrán allí majada:
-
Sino que
dormirán allí bestias fieras, y sus
casas se llenarán de hurones, allí
habitarán hijas del buho, y allí
saltarán peludos.
-
Y en sus
palacios gritarán gatos cervales, y
chacales en sus casas de deleite: y
abocado está á venir su tiempo, y
sus días no se alargarán.
-
PORQUE
Jehová tendrá piedad de Jacob, y
todavía escogerá á Israel, y les
hará reposar en su tierra: y á ellos
se unirán extranjeros, y allegaránse
á la familia de Jacob.
-
Y los
tomarán los pueblos, y traeránlos á
su lugar: y la casa de Israel los
poseerá por siervos y criadas en la
tierra de Jehová: y cautivarán á los
que los cautivaron, y señorearán á
los que los oprimieron.
-
Y será
en el día que Jehová te diera reposo
de tu trabajo, y de tu temor, y de
la dura servidumbre en que te
hicieron servir,
-
Que
levantarás esta parábola sobre el
rey de Babilonia, y dirás: ¡Cómo
paró el exactor, cómo cesó la ciudad
codiciosa del oro!
-
Quebrantó Jehová el bastón de los
impíos, el cetro de los señores;
-
Al que
con ira hería los pueblos de llaga
permanente, el cual se enseñoreaba
de las gentes con furor, y las
perseguía con crueldad.
-
Descansó, sosegó toda la tierra:
cantaron alabanza.
-
Aun las
hayas se holgaron de ti, y los
cedros del Líbano, diciendo: Desde
que tú pereciste, no ha subido
cortador contra nosotros.
-
El
infierno abajo se espantó de ti; te
despertó muertos que en tu venida
saliesen á recibirte, hizo levantar
de sus sillas á todos los príncipes
de la tierra, á todos los reyes de
las naciones.
-
Todos
ellos darán voces, y te dirán: ¿Tú
también enfermaste como nosotros, y
como nosotros fuiste?
-
Descendió al sepulcro tu soberbia, y
el sonido de tus vihuelas: gusanos
serán tu cama, y gusanos te
cubrirán.
-
¡Cómo
caiste del cielo, oh Lucero, hijo de
la mañana! Cortado fuiste por
tierra, tú que debilitabas las
gentes.
-
Tú que
decías en tu corazón: Subiré al
cielo, en lo alto junto á las
estrellas de Dios ensalzaré mi
solio, y en el monte del testimonio
me sentaré, á los lados del aquilón;
-
Sobre
las alturas de las nubes subiré, y
seré semejante al Altísimo.
-
Mas tú
derribado eres en el sepulcro, á los
lados de la huesa.
-
Inclinarse han hacia ti los que te
vieren, te considerarán diciendo:
¿Es este aquel varón que hacía
temblar la tierra, que trastornaba
los reinos;
-
Que puso
el mundo como un desierto, que asoló
sus ciudades; que á sus presos nunca
abrió la cárcel?
-
Todos
los reyes de las gentes, todos ellos
yacen con honra cada uno en su casa.
-
Mas tú
echado eres de tu sepulcro como
tronco abominable, como vestido de
muertos pasados á cuchillo, que
descendieron al fondo de la
sepultura; como cuerpo muerto
hollado.
-
No serás
contado con ellos en la sepultura:
porque tú destruiste tu tierra,
mataste tu pueblo. No será nombrada
para siempre la simiente de los
malignos.
-
Aparejad
sus hijos para el matadero por la
maldad de sus padres: no se
levanten, ni posean la tierra, é
hinchan la haz del mundo de
ciudades.
-
Porque
yo me levantaré sobre ellos, dice
Jehová de los ejércitos, y raeré de
Babilonia el nombre y las reliquias,
hijo y nieto, dice Jehová.
-
Y
convertiréla en posesión de erizos,
y en lagunas de agua; y la barreré
con escobas de destrucción, dice
Jehová de los ejércitos.
-
Jehová
de los ejércitos juró, diciendo:
Ciertamente se hará de la manera que
lo he pensado, y será confirmado
como lo he determinado:
-
Que
quebrantaré al Asirio en mi tierra,
y en mis montes lo hollaré; y su
yugo será apartado de ellos, y su
carga será quitada de su hombro.
-
Este es
el consejo que está acordado sobre
toda la tierra; y ésta, la mano
extendida sobre todas las gentes.
-
Porque
Jehová de los ejércitos ha
determinado: ¿y quién invalidará? Y
su mano extendida, ¿quién la hará
tornar?
-
En el
año que murió el rey Achâz fué esta
carga:
-
No te
alegres tú, Filistea toda, por
haberse quebrado la vara del que te
hería; porque de la raíz de la
culebra saldrá basilisco, y su
fruto, ceraste volador.
-
Y los
primogénitos de los pobres serán
apacentados, y los menesterosos se
acostarán seguramente: mas yo haré
morir de hambre tu raíz, y mataré
tus reliquias.
-
Aulla,
oh puerta; clama, oh ciudad;
disuelta estás toda tú, Filistea:
porque humo vendrá de aquilón, no
quedará uno solo en sus asambleas.
-
¿Y qué
se responderá á los mensajeros de la
gentilidad? Que Jehová fundó á Sión,
y que á ella se acogerán los
afligidos de su pueblo.
-
CARGA de
Moab.
-
Subió á
Bayith y á Dibón, lugares altos, á
llorar; sobre Nebo y sobre Medeba
aullará Moab: toda cabeza de ella
será raída, y toda barba se mesará.
-
Ceñiránse de sacos en sus plazas: en
sus terrados y en sus calles
aullarán todos, descendiendo en
llanto.
-
Hesbón y
Eleale gritarán, hasta Jahas se oirá
su voz: por lo que aullarán los
armados de Moab, lamentaráse el alma
de cada uno de por sí.
-
Mi
corazón dará gritos por Moab; sus
fugitivos huirán hasta Zoar, como
novilla de tres años. Por la cuesta
de Luhith subirán llorando, y
levantarán grito de quebrantamiento
por el camino de Horonaim.
-
Las
aguas de Nimrim serán consumidas, y
secaráse la hierba, marchitaránse
los retoños, todo verdor perecerá.
-
Por
tanto las riquezas que habrán
adquirido, y las que habrán
reservado, llevaránlas al torrente
de los sauces.
-
Porque
el llanto rodeó los términos de
Moab; hasta Eglaim llegó su alarido,
y hasta Beer-elim su clamor.
-
Y las
aguas de Dimón se henchirán de
sangre: porque yo pondré sobre Dimón
añadiduras, leones á los que
escaparen de Moab, y á las reliquias
de la tierra.
-
ENVIAD
cordero al enseñoreador de la
tierra, desde la Piedra del desierto
al monte de la hija de Sión.
-
Y será
que cual ave espantada que se huye
de su nido, así serán las hijas de
Moab en los vados de Arnón.
-
Reune
consejo, haz juicio; pon tu sombra
en medio del día como la noche:
esconde los desterrados, no
entregues á los que andan errantes.
-
Moren
contigo mis desterrados, oh Moab;
séles escondedero de la presencia
del destruidor: porque el
atormentador fenecerá, el destruidor
tendrá fin, el hollador será
consumido de sobre la tierra.
-
Y
dispondráse trono en misericordia; y
sobre él se sentará firmemente, en
el tabernáculo de David, quien
juzgue y busque el juicio, y
apresure la justicia.
-
Oído
hemos la soberbia de Moab, por
extremo soberbio; su soberbia y su
arrogancia, y su altivez; mas sus
mentiras no serán firmes.
-
Por
tanto aullará Moab, todo él aullará:
gemiréis por los fundamentos de
Kir-hareseth, en gran manera
heridos.
-
Porque
los campos de Hesbón fueron talados,
y las vides de Sibma; señores de
gentes hollaron sus generosos
sarmientos; habían llegado hasta
Jazer, y extendídose por el
desierto; extendiéronse sus plantas,
pasaron la mar.
-
Por lo
cual lamentaré con lloro de Jazer la
viña de Sibma; embriagarte hé de mis
lágrimas, oh Hesbón y Eleale: porque
sobre tus cosechas y sobre tu siega
caerá la algazara.
-
Quitado
es el gozo y la alegría del campo
fértil; en las viñas no cantarán, ni
se regocijarán; no pisará vino en
los lagares el pisador: la canción
he hecho cesar.
-
Por
tanto mis entrañas sonarán como arpa
acerca de Moab, y mi interior en
orden á Kir-hareseth.
-
Y
acaecerá, que cuando Moab pareciere
que está cansado sobre los altos,
entonces vendrá á su santuario á
orar, y no le valdrá.
-
Esta es
la palabra que pronunció Jehová
sobre Moab desde aquel tiempo.
-
Empero
ahora Jehová ha hablado, diciendo:
Dentro de tres años, como años de
mozo de soldada, será abatida la
gloria de Moab, con toda su grande
multitud: y los residuos serán
pocos, pequeños, y no fuertes.
-
CARGA de
Damasco.
-
Las
ciudades de Aroer desamparadas, en
majadas se tornarán; dormirán allí,
y no habrá quien los espante.
-
Y cesará
el socorro de Ephraim, y el reino de
Damasco; y lo que quedare de Siria,
será como la gloria de los hijos de
Israel, dice Jehová de los
ejércitos.
-
Y será
que en aquel tiempo la gloria de
Jacob se atenuará, y enflaqueceráse
la grosura de su carne.
-
Y será
como cuando el segador coge la mies,
y con su brazo siega las espigas:
será también como el que coge
espigas en el valle de Rephaim.
-
Y
quedarán en él rebuscos, como cuando
sacuden el aceituno, dos ó tres
granos en la punta del ramo, cuatro
ó cinco en sus ramas fructíferas,
dice Jehová Dios de Israel.
-
En aquel
día mirará el hombre á su Hacedor, y
sus ojos contemplarán al Santo de
Israel.
-
Y no
mirará á los altares que hicieron
sus manos, ni mirará á lo que
hicieron sus dedos, ni á los
bosques, ni á las imágenes del sol.
-
En aquel
día las ciudades de su fortaleza
serán como los frutos que quedan en
los pimpollos y en las ramas, las
cuales fueron dejadas á causa de los
hijos de Israel; y habrá
asolamiento.
-
Porque
te olvidaste del Dios de tu salud, y
no te acordaste de la roca de tu
fortaleza; por tanto plantarás
plantas hermosas, y sembrarás
sarmiento extraño.
-
El día
que las plantares, las harás crecer,
y harás que tu simiente brote de
mañana; mas la cosecha será
arrebatada en el día del coger, y
del dolor desesperado.
-
¡Ay!
multitud de muchos pueblos que harán
ruido como estruendo de la mar: y
murmullo de naciones hará alboroto
como murmurio de muchas aguas.
-
Los
pueblos harán estrépito á manera de
ruido de grandes aguas: mas Dios le
reprenderá, y huirá lejos; será
ahuyentado como el tamo de los
montes delante del viento, y como el
polvo delante del torbellino.
-
Al
tiempo de la tarde he aquí
turbación; y antes de la mañana ya
no es. Esta es la parte de los que
nos huellan, y la suerte de los que
nos saquean.
-
¡AY de
la tierra que hace sombra con las
alas, que está tras los ríos de
Etiopía;
-
Que
envía mensajeros por la mar, y en
navíos de junco sobre las aguas!
Andad, ligeros mensajeros, á la
gente tirada y repelada, al pueblo
asombroso desde su principio y
después; gente harta de esperar y
hollada, cuya tierra destruyeron los
ríos.
-
Vosotros, todos los moradores del
mundo y habitantes de la tierra,
cuando levantará bandera en los
montes, la veréis; y oiréis cuando
tocará trompeta.
-
Porque
Jehová me dijo así: Reposaréme, y
miraré desde mi morada, como sol
claro después de la lluvia, como
nube de rocío en el calor de la
tierra.
-
Porque
antes de la siega, cuando el fruto
fuere perfecto, y pasada la flor
fueren madurando los frutos,
entonces podará con podaderas los
ramitos, y cortará y quitará las
ramas.
-
Y serán
dejados todos á las aves de los
montes, y á las bestias de la
tierra; sobre ellos tendrán el
verano las aves, é invernarán todas
las bestias de la tierra.
-
En aquel
tiempo será traído presente Jehová
de los ejércitos, el pueblo tirado y
repelado, pueblo asombroso desde su
principio y después; gente harta de
esperar y hollada, cuya tierra
destruyeron los ríos; al lugar del
nombre de Jehová de los ejércitos,
al monte de Sión.
-
CARGA de
Egipto.
-
Y
revolveré Egipcios contra Egipcios,
y cada uno peleará contra su
hermano, cada uno contra su prójimo:
ciudad contra ciudad, y reino contra
reino.
-
Y el
espíritu de Egipto se desvanecerá en
medio de él, y destruiré su consejo;
y preguntarán á sus imágenes, á sus
mágicos, á sus pythones y á sus
adivinos.
-
Y
entregaré á Egipto en manos de señor
duro; y rey violento se enseñoreará
de ellos, dice el Señor Jehová de
los ejércitos.
-
Y las
aguas de la mar faltarán, y el río
se agotará y secará.
-
Y
alejaránse los ríos, se agotarán y
secarán las corrientes de los fosos
la caña y el carrizo serán cortados.
-
Las
verduras de junto al río, de junto á
la ribera del río, y toda sementera
del río, se secarán, se perderán, y
no serán.
-
Los
pescadores también se entristecerán;
y harán duelo todos los que echan
anzuelo en el río, y desfallecerán
los que extienden red sobre las
aguas.
-
Los que
labran lino fino, y los que tejen
redes, serán confundidos;
-
Porque
todas sus redes serán rotas: y se
entristecerán todos los que hacen
viveros para peces.
-
Ciertamente son necios los príncipes
de Zoán; el consejo de los prudentes
consejeros de Faraón, se ha
desvanecido. ¿Cómo diréis á Faraón:
Yo soy hijo de los sabios, é hijo de
los reyes antiguos?
-
¿Dónde
están ahora aquellos tus prudentes?
Dígante ahora, ó hágante saber qué
es lo que Jehová de los ejércitos ha
determinado sobre Egipto.
-
Hanse
desvanecido los príncipes de Zoán,
se han engañado los príncipes de
Noph: engañaron á Egipto las
esquinas de sus familias.
-
Jehová
mezcló espíritu de vahido en medio
de él; é hicieron errar á Egipto en
toda su obra, como desatina el
borracho en su vómito.
-
Y no
aprovechará á Egipto cosa que haga
la cabeza ó la cola, el ramo ó el
junco.
-
En aquel
día serán los Egipcios como mujeres;
porque se asombrarán y temerán, en
la presencia de la mano alta de
Jehová de los ejércitos, que él ha
de levantar sobre ellos.
-
Y la
tierra de Judá será de espanto á
Egipto; todo hombre que de ella se
acordare se asombrará, por causa del
consejo que Jehová de los ejércitos
acordó sobre aquél.
-
En aquel
tiempo habrá cinco ciudades en la
tierra de Egipto que hablen la
lengua de Canaán, y que juren por
Jehová de los ejércitos: una será
llamada la ciudad Herez.
-
En aquel
tiempo habrá altar para Jehová en
medio de la tierra de Egipto, y el
trofeo de Jehová junto á su término.
-
Y será
por señal y por testimonio á Jehová
de los ejércitos en la tierra de
Egipto: porque á Jehová clamarán á
causa de sus opresores, y él les
enviará salvador y príncipe que los
libre.
-
Y Jehová
será conocido de Egipto, y los de
Egipto conocerán á Jehová en aquel
día; y harán sacrificio y oblación;
y harán votos á Jehová, y los
cumplirán.
-
Y herirá
á Egipto, herirá y sanará; y se
convertirán á Jehová, y les será
clemente, y los sanará.
-
En aquel
tiempo habrá una calzada de Egipto á
Asiria, y Asirios entrarán en
Egipto, y Egipcios en Asiria; y los
Egipcios servirán con los Asirios á
Jehová.
-
En aquel
tiempo, Israel será tercero con
Egipto y con Asiria; será bendición
en medio de la tierra;
-
Porque
Jehová de los ejércitos los
bendecirá, diciendo: Bendito el
pueblo mío Egipto, y el Asirio obra
de mis manos, é Israel mi heredad.
-
EN el
año que vino Thartán á Asdod, cuando
le envió Sargón rey de Asiria, y
peleó contra Asdod y la tomó;
-
En aquel
tiempo habló Jehová por Isaías hijo
de Amoz, diciendo: Ve, y quita el
saco de tus lomos, y descalza los
zapatos de tus pies. E hízolo así,
andando desnudo y descalzo.
-
Y dijo
Jehová: De la manera que anduvo mi
siervo Isaías desnudo y descalzo
tres años, señal y pronóstico sobre
Egipto y sobre Etiopía;
-
Así
llevará el rey de Asiria la
cautividad de Egipto y la
transmigración de Etiopía, de mozos
y de viejos, desnuda y descalza, y
descubiertas las nalgas para
vergüenza de Egipto.
-
Y se
turbarán y avergonzarán de Etiopía
su esperanza, y de Egipto su gloria.
-
Y dirá
en aquel día el morador de esta
isla: Mirad qué tal fué nuestra
esperanza, donde nos acogimos por
socorro para ser libres de la
presencia del rey de Asiria: ¿y cómo
escaparemos?
-
CARGA
del desierto de la mar. así vienen
de la tierra horrenda.
-
Visión
dura me ha sido mostrada. El
prevaricador prevarica, y el
destructor destruye. Sube, Persa;
cerca, Medo. Todo su gemido hice
cesar.
-
Por
tanto mis lomos se han llenado de
dolor; angustias se apoderaron de
mí, como angustias de mujer de
parto: agobiéme oyendo, y al ver
heme espantado.
-
Pasmóse
mi corazón, el horror me ha
intimidado; la noche de mi deseo se
me tornó en espanto.
-
Pon la
mesa, mira del atalaya, come, bebe:
levantaos, príncipes, ungid el
escudo.
-
Porque
el Señor me dijo así: Ve, pon
centinela que haga saber lo que
viere.
-
Y vió un
carro de un par de caballeros, un
carro de asno, y un carro de
camello. Luego miró muy más
atentamente.
-
Y gritó
como un león: Señor, sobre la
atalaya estoy yo continuamente de
día, y las noches enteras sobre mi
guarda:
-
Y he
aquí este carro de hombres viene, un
par de caballeros. Después habló, y
dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos
los ídolos de sus dioses quebrantó
en tierra.
-
Trilla
mía, y paja de mi era: os he dicho
lo que oí de Jehová de los
ejércitos, Dios de Israel.
-
Carga de
Duma.
-
El
guarda respondió: La mañana viene, y
después la noche: si preguntareis,
preguntad; volved, venid.
-
Carga
sobre Arabia.
-
Salid á
encontrar al sediento; llevadle
aguas, moradores de tierra de Tema,
socorred con su pan al que huye.
-
Porque
de la presencia de las espadas
huyen, de la presencia de la espada
desnuda, de la presencia del arco
entesado, de la presencia del peso
de la batalla.
-
Porque
así me ha dicho Jehová: De aquí á un
año, semejante á años de mozo de
soldada, toda la gloria de Cedar
será desecha;
-
Y las
reliquias del número de los
valientes flecheros, hijos de Cedar,
serán apocadas: porque Jehová Dios
de Israel lo ha dicho.
-
CARGA
del valle de la visión. ¿Qué tienes
ahora, que toda tú te has subido
sobre los terrados?
-
Tú,
llena de alborotos, ciudad
turbulenta, ciudad alegre; tus
muertos no son muertos á cuchillo,
ni muertos en guerra.
-
Todos
tus príncipes juntos huyeron del
arco, fueron atados: todos los que
en ti se hallaron, fueron atados
juntamente, aunque lejos se habían
huído.
-
Por esto
dije: Dejadme, lloraré amargamente;
no os afanéis por consolarme de la
destrucción de la hija de mi pueblo.
-
Porque
día es de alboroto, y de huella, y
de fatiga por el Señor Jehová de los
ejércitos en el valle de la visión,
para derribar el muro, y dar grita
al monte.
-
Y Elam
tomó aljaba en carro de hombres y de
caballeros; y Chîr descubrió escudo.
-
Y
acaeció que tus hermosos valles
fueron llenos de carros, y los de á
caballo acamparon á la puerta.
-
Y
desnudó la cobertura de Judá; y
miraste en aquel día hacia la casa
de armas del bosque.
-
Y
visteis las roturas de la ciudad de
David, que se multiplicaron; y
recogisteis las aguas de la pesquera
de abajo.
-
Y
contasteis las casas de Jerusalem, y
derribasteis casas para fortificar
el muro.
-
E
hicisteis foso entre los dos muros
con las aguas de la pesquera vieja:
y no tuvisteis respeto al que la
hizo, ni mirasteis de lejos al que
la labró.
-
Por
tanto el Señor Jehová de los
ejércitos llamó en este día á llanto
y á endechas, á mesar y á vestir
saco.
-
Y he
aquí gozo y alegría, matando vacas y
degollando ovejas, comer carne y
beber vino, diciendo: Comamos y
bebamos, que mañana moriremos.
-
Esto fué
revelado á mis oídos de parte de
Jehová de los ejércitos: Que este
pecado no os será perdonado hasta
que muráis, dice el Señor Jehová de
los ejércitos.
-
Jehová
de los ejércitos dice así: Ve, entra
á este tesorero, á Sebna el
mayordomo, y dile:
-
¿Qué
tienes tú aquí, ó á quien tienes tú
aquí, que labraste aquí sepulcro
para ti, como el que en lugar alto
labra su sepultura, ó el que esculpe
para sí morada en una peña?
-
He aquí
que Jehová te trasportará en duro
cautiverio, y de cierto te cubrirá
el rostro.
-
Te
echará á rodar con ímpetu, como á
bola por tierra larga de términos:
allá morirás, y allá estarán los
carros de tu gloria, oh vergüenza de
la casa de tu señor.
-
Y
arrojarte he de tu lugar, y de tu
puesto te empujaré.
-
Y será
que, en aquel día, llamaré á mi
siervo Eliacim, hijo de Hilcías;
-
Y
vestirélo de tus vestiduras, y le
fortaleceré con tu talabarte, y
entregaré en sus manos tu potestad;
y será padre al morador de Jerusalem,
y á la casa de Judá.
-
Y pondré
la llave de la casa de David sobre
su hombro; y abrirá, y nadie
cerrará; cerrará, y nadie abrirá.
-
E
hincarélo como clavo en lugar firme;
y será por asiento de honra á la
casa de su padre.
-
Y
colgarán de él toda la honra de la
casa de su padre, los hijos y los
nietos, todos los vasos menores,
desde los vasos de beber hasta todos
los instrumentos de música.
-
En aquel
día, dice Jehová de los ejércitos,
el clavo hincado en lugar firme será
quitado, y será quebrado y caerá; y
la carga que sobre él se puso, se
echará á perder; porque Jehová
habló.
-
CARGA de
Tiro.
-
Callad,
moradores de la isla, mercader de
Sidón, que pasando la mar te
henchían.
-
Su
provisión era de las sementeras que
crecen con las muchas aguas del
Nilo, de la mies del río. Fué
también feria de gentes.
-
Avergüénzate, Sidón, porque la mar,
la fortaleza de la mar habló,
diciendo: Nunca estuve de parto, ni
parí, ni crié mancebos, ni levanté
vírgenes.
-
En
llegando la fama á Egipto, tendrán
dolor de las nuevas de Tiro.
-
Pasaos á
Tarsis; aullad, moradores de la
isla.
-
¿No era
ésta vuestra ciudad alegre, su
antigüedad de muchos días? Sus pies
la llevarán á peregrinar lejos.
-
¿Quién
decretó esto sobre Tiro la coronada,
cuyos negociantes eran príncipes,
cuyos mercaderes eran los nobles de
la tierra?
-
Jehová
de los ejércitos lo decretó, para
envilecer la soberbia de toda
gloria; y para abatir todos los
ilustres de la tierra.
-
Pasa
cual río de tu tierra, oh hija de
Tarsis; porque no tendrás ya más
fortaleza.
-
Extendió
su mano sobre la mar, hizo temblar
los reinos: Jehová mandó sobre
Canaán que sus fuerzas sean
debilitadas.
-
Y dijo:
No te alegrarás más, oh tú, oprimida
virgen hija de Sidón. Levántate para
pasar á Chîttim; y aun allí no
tendrás reposo.
-
Mira la
tierra de los Caldeos; este pueblo
no era; Assur la fundó para los que
habitaban en el desierto: levantaron
sus fortalezas, edificaron sus
palacios; él la convirtió en ruinas.
-
Aullad,
naves de Tarsis; porque destruída es
vuestra fortaleza.
-
Y
acontecerá en aquel día, que Tiro
será puesta en olvido por setenta
años, como días de un rey. Después
de los setenta años, cantará Tiro
canción como de ramera.
-
Toma
arpa, y rodea la ciudad, oh ramera
olvidada: haz buena melodía, reitera
la canción, porque tornes en
memoria.
-
Y
acontecerá, que al fin de los
setenta años visitará Jehová á Tiro:
y tornaráse á su ganancia, y otra
vez fornicará con todos los reinos
de la tierra sobre la haz de la
tierra.
-
Mas su
negociación y su ganancia será
consagrada á Jehová: no se guardará
ni se atesorará, porque su
negociación será para los que
estuvieren delante de Jehová, para
que coman hasta hartarse, y vistan
honradamente.
-
HE aquí
que Jehová vacía la tierra, y la
desnuda, y trastorna su haz, y hace
esparcir sus moradores.
-
Y será
como el pueblo, tal el sacerdote;
como el siervo, tal su señor; como
la criada, tal su señora; tal el que
compra, como el que vende; tal el
que da emprestado, como el que toma
prestado; tal el que da á logro,
como el que lo recibe.
-
Del todo
será vaciada la tierra, y
enteramente saqueada; porque Jehová
ha pronunciado esta palabra.
-
Destruyóse, cayó la tierra; enfermó,
cayó el mundo; enfermaron los altos
pueblos de la tierra.
-
Y la
tierra se inficionó bajo sus
moradores; porque traspasaron las
leyes, falsearon el derecho,
rompieron el pacto sempiterno.
-
Por esta
causa la maldición consumió la
tierra, y sus moradores fueron
asolados; por esta causa fueron
consumidos los habitantes de la
tierra, y se disminuyeron los
hombres.
-
Perdióse
el vino, enfermó la vid, gimieron
todos los que eran alegres de
corazón.
-
Cesó el
regocijo de los panderos, acabóse el
estruendo de los que se huelgan,
paró la alegría del arpa.
-
No
beberán vino con cantar: la bebida
será amarga á los que la bebieren.
-
Quebrantada está la ciudad de la
vanidad; toda casa se ha cerrado,
porque no entre nadie.
-
Voces
sobre el vino en las plazas; todo
gozo su oscureció, desterróse la
alegría de la tierra.
-
En la
ciudad quedó soledad, y con
asolamiento fué herida la puerta.
-
Porque
así será en medio de la tierra, en
medio de los pueblos, como aceituno
sacudido, como rebuscos acabada la
vendimia.
-
Estos
alzarán su voz, cantarán gozosos en
la grandeza de Jehová, desde la mar
darán voces.
-
Glorificad por esto á Jehová en los
valles: en islas de la mar sea
nombrado Jehová Dios de Israel.
-
De lo
postrero de la tierra oímos salmos:
Gloria al justo. Y yo dije: ¡Mi
flaqueza, mi flaqueza, ay de mí!
Prevaricadores han prevaricado; y
han prevaricado con prevaricación de
desleales.
-
Terror y
sima y lazo sobre ti, oh morador de
la tierra.
-
Y
acontecerá que el que huirá de la
voz del terror, caerá en la sima; y
el que saliere de en medio de la
sima, será preso del lazo: porque de
lo alto se abrieron ventanas, y
temblarán los fundamentos de la
tierra.
-
Quebrantaráse del todo la tierra,
enteramente desmenuzada será la
tierra, en gran manera será la
tierra conmovida.
-
Temblará
la tierra vacilando como un
borracho, y será removida como una
choza; y agravaráse sobre ella su
pecado, y caerá, y nunca más se
levantará.
-
Y
acontecerá en aquel día, que Jehová
visitará sobre el ejército sublime
en lo alto, y sobre los reyes de la
tierra que hay sobre la tierra.
-
Y serán
amontonados como se amontonan
encarcelados en mazmorra, y en
prisión quedarán encerrados, y serán
visitados después de muchos días.
-
La luna
se avergonzará, y el sol se
confundirá, cuando Jehová de los
ejércitos reinare en el monte de
Sión, y en Jerusalem, y delante de
sus ancianos fuere glorioso.
-
JEHOVÁ,
tú eres mi Dios: te ensalzaré,
alabaré tu nombre; porque has hecho
maravillas, los consejos antiguos,
la verdad firme.
-
Que
tornaste la ciudad en montón, la
ciudad fuerte en ruina: el alcázar
de los extraños que no sea ciudad,
ni nunca jamás sea reedeficada.
-
Por esto
te dará gloria el pueblo fuerte, te
temerá la ciudad de gentes robustas.
-
Porque
fuiste fortaleza al pobre, fortaleza
al menesteroso en su aflicción,
amparo contra el turbión, sombra
contra el calor: porque el ímpetu de
los violentos es como turbión contra
frontispicio.
-
Como el
calor en lugar seco, así humillarás
el orgullo de los extraños; y como
calor debajo de nube, harás
marchitar el pimpollo de los
robustos.
-
Y Jehová
de los ejércitos hará en este monte
á todos los pueblos convite de
engordados, convite de purificados,
de gruesos tuétanos, de purificados
líquidos.
-
Y
deshará en este monte la máscara de
la cobertura con que están cubiertos
todos los pueblos, y la cubierta que
está extendida sobre todas las
gentes.
-
Destruirá á la muerte para siempre;
y enjugará el Señor toda lágrima de
todos los rostros: y quitará la
afrenta de su pueblo de toda la
tierra: porque Jehová lo ha dicho.
-
Y se
dirá en aquel día: He aquí este es
nuestro Dios, le hemos esperado, y
nos salvará; éste es Jehová á quien
hemos esperado, nos gozaremos y nos
alegraremos en su salud.
-
Porque
la mano de Jehová reposará en este
monte, y Moab será trillado debajo
de él, como es trillada la paja en
el muladar.
-
Y
extenderá su mano por en medio de
él, como la extiende el nadador para
nadar: y abatirá su soberbia con los
miembros de sus manos:
-
Y
allanará la fortaleza de tus altos
muros: la humillará y echará á
tierra, hasta el polvo.
-
EN aquel
día cantarán este cantar en tierra
de Judá: Fuerte ciudad tenemos:
salud puso Dios por muros y
antemuro.
-
Abrid
las puertas, y entrará la gente
justa, guardadora de verdades.
-
Tú le
guardarás en completa paz, cuyo
pensamiento en ti persevera; porque
en ti se ha confiado.
-
Confiad
en Jehová perpetuamente: porque en
el Señor Jehová está la fortaleza de
los siglos.
-
Porque
derribó los que moraban en lugar
sublime: humilló la ciudad
ensalzada, humillóla hasta la
tierra, derribóla hasta el polvo.
-
Hollarála pie, los pies del
afligido, los pasos de los
menesterosos.
-
El
camino del justo es rectitud: Tú,
Recto, pesas el camino del justo.
-
También
en el camino de tus juicios, oh
Jehová, te hemos esperado: á tu
nombre y á tu memoria es el deseo
del alma.
-
Con mi
alma te he deseado en la noche; y en
tanto que me durare el espíritu en
medio de mí, madrugaré á buscarte:
porque luego que hay juicios tuyos
en la tierra, los moradores del
mundo aprenden justicia.
-
Alcanzará piedad el impío, y no
aprenderá justicia; en tierra de
rectitud hará iniquidad, y no mirará
á la majestad de Jehová.
-
Jehová,
bien que se levante tu mano, no ven:
verán al cabo, y se avergonzarán los
que envidian á tu pueblo; y á tus
enemigos fuego los consumirá.
-
Jehová,
tú nos depararás paz; porque también
obraste en nosotros todas nuestras
obras.
-
Jehová
Dios nuestro, señores se han
enseñoreado de nosotros fuera de ti;
mas en ti solamente nos acordaremos
de tu nombre.
-
Muertos
son, no vivirán: han fallecido, no
resucitarán: porque los visitaste, y
destruiste, y deshiciste toda su
memoria.
-
Añadiste
al pueblo, oh Jehová, añadiste al
pueblo: hicístete glorioso:
extendíste lo hasta todos los
términos de la tierra.
-
Jehová,
en la tribulación te buscaron:
derramaron oración cuando los
castigaste.
-
Como la
preñada cuando se acerca el parto
gime, y da gritos con sus dolores,
así hemos sido delante de ti, oh
Jehová.
-
Concebimos, tuvimos dolores de
parto, parimos como viento: salud
ninguna hicimos en la tierra, ni
cayeron los moradores del mundo.
-
Tus
muertos vivirán; junto con mi cuerpo
muerto resucitarán. ¡Despertad y
cantad, moradores del polvo! porque
tu rocío, cual rocío de hortalizas;
y la tierra echará los muertos.
-
Anda,
pueblo mío, éntrate en tus
aposentos, cierra tras ti tus
puertas; escóndete un poquito, por
un momento, en tanto que pasa la
ira.
-
Porque
he aquí que Jehová sale de su lugar,
para visitar la maldad del morador
de la tierra contra él; y la tierra
descubrirá sus sangres, y no más
encubrirá sus muertos.
-
EN aquel
día Jehová visitará con su espada
dura, grande y fuerte, sobre
leviathán, serpiente rolliza, y
sobre leviathán serpiente retuerta;
y matará al dragón que está en la
mar.
-
En aquel
día cantad de la viña del vino rojo.
-
Yo
Jehová la guardo, cada momento la
regaré; guardaréla de noche y de
día, porque nadie la visite.
-
No hay
en mí enojo. ¿Quién pondrá contra mí
en batalla espinas y cardos? Yo los
hollaré, quemarélos juntamente.
-
¿O
forzará alguien mi fortaleza? Haga
conmigo paz, sí, haga paz conmigo.
-
Días
vendrán cuando Jacob echará raíces,
florecerá y echará renuevos Israel,
y la haz del mundo se henchirá de
fruto.
-
¿Acaso
ha sido herido como quien lo hirió?
¿ó ha sido muerto como los que lo
mataron?
-
Con
medida la castigarás en sus
vástagos. El reprime su recio viento
en el día del aire solano.
-
De esta
manera pues será purgada la
iniquidad de Jacob; y éste será todo
el fruto, la remoción de su pecado,
cuando tornare todas las piedras del
altar como piedras de cal
desmenuzadas, y no se levantarán los
bosques, ni las imágenes del sol.
-
Porque
la ciudad fortalecida será asolada,
la morada será desamparada y dejada
como un desierto: allí se apacentará
el becerro, allí tendrá su majada, y
acabará sus ramas.
-
Cuando
sus ramas se secaren, serán
quebradas; mujeres vendrán á
encenderlas: porque aquél no es
pueblo de entendimiento; por tanto
su Hacedor no tendrá de él
misericordia, ni se compadecerá de
él el que lo formó.
-
Y
acontecerá en aquel día, que herirá
Jehová desde el álveo del río hasta
el torrente de Egipto, y vosotros,
hijos de Israel, seréis reunidos uno
á uno.
-
Acontecerá también en aquel día, que
se tañerá con gran trompeta, y
vendrán los que habían sido
esparcidos en la tierra de Asiria, y
los que habían sido echados en
tierra de Egipto, y adorarán á
Jehová en el monte santo, en
Jerusalem.
-
¡AY de
la corona de soberbia, de los ebrios
de Ephraim, y de la flor caduca de
la hermosura de su gloria, que está
sobre la cabeza del valle fértil de
los aturdidos del vino!
-
He aquí
Jehová tiene un fuerte y poderoso:
como turbión de granizo y como
torbellino trastornador; como ímpetu
de recias aguas que inundan, con
fuerza derriba á tierra.
-
Con los
pies será hollada la corona de
soberbia de los borrachos de
Ephraim;
-
Y será
la flor caduca de la hermosura de su
gloria que está sobre la cabeza del
valle fértil, como la fruta
temprana, la primera del verano, la
cual, en viéndola el que la mira, se
la traga tan luego como la tiene á
mano.
-
En aquel
día Jehová de los ejércitos será por
corona de gloria y diadema de
hermosura á las reliquias de su
pueblo;
-
Y por
espíritu de juicio al que se sentare
en juicio, y por fortaleza á los que
harán tornar la batalla hasta la
puerta.
-
Mas
también éstos erraron con el vino; y
con la sidra se entontecieron; el
sacerdote y el profeta erraron con
la sidra, fueron trastornados del
vino, aturdiéronse con la sidra,
erraron en la visión, tropezaron en
el juicio.
-
Porque
todas las mesas están llenas de
vómito y suciedad, hasta no haber
lugar limpio.
-
¿A quién
se enseñará ciencia, ó á quién se
hará entender doctrina? ¿A los
quitados de la leche? ¿á los
arrancados de los pechos?
-
Porque
mandamiento tras mandamiento,
mandato sobre mandato, renglón tras
renglón, línea sobre línea, un
poquito allí, otro poquito allá:
-
Porque
en lengua de tartamudos, y en
extraña lengua hablará á este
pueblo,
-
A los
cuales él dijo: Este es el reposo:
dad reposo al cansado; y éste es el
refrigerio: mas no quisieron oir.
-
La
palabra pues de Jehová les será
mandamiento tras mandamiento,
mandato sobre mandato, renglón tras
renglón, línea sobre línea, un
poquito allí, otro poquito allá; que
vayan y caigan de espaldas, y sean
quebrantados, y enlazados, y presos.
-
Por
tanto, varones burladores, que
estáis enseñoreados sobre este
pueblo que está en Jerusalem, oid la
palabra de Jehová.
-
Porque
habéis dicho: Concierto tenemos
hecho con la muerte, é hicimos
acuerdo con la sepultura; cuando
pasare el turbión del azote, no
llegará á nosotros, pues que hemos
puesto nuestra acogida en la
mentira, y en la falsedad nos
esconderemos:
-
Por
tanto, el Señor Jehová dice así: He
aquí que yo fundo en Sión una
piedra, piedra de fortaleza, de
esquina, de precio, de cimiento
estable: el que creyere, no se
apresure.
-
Y
ajustaré el juicio á cordel, y á
nivel la justicia; y granizo barrerá
la acogida de la mentira, y aguas
arrollarán el escondrijo.
-
Y será
anulado vuestro concierto con la
muerte, y vuestro acuerdo con el
sepulcro no será firme: cuando
pasare el turbión del azote, seréis
de él hollados.
-
Luego
que comenzare á pasar, él os
arrebatará; porque de mañana de
mañana pasará, de día y de noche; y
será que el espanto solamente haga
entender lo oído.
-
Porque
la cama es tan angosta que no basta,
y la cubierta estrecha para recoger.
-
Porque
Jehová se levantará como en el monte
Perasim, como en el valle de Gabaón
se enojará; para hacer su obra, su
extraña obra, y para hacer su
operación, su extraña operación.
-
Ahora
pues, no os burléis, porque no se
aprieten más vuestras ataduras:
porque consumación y acabamiento
sobre toda la tierra he oído del
Señor Jehová de los ejércitos.
-
Estad
atentos, y oid mi voz; estad
atentos, y oid mi dicho.
-
El que
ara para sembrar, ¿arará todo el
día; romperá y quebrará los terrones
de la tierra?
-
Después
que hubiere igualado su superficie,
¿no derramará la neguilla, sembrará
el comino, pondrá el trigo por su
orden, y la cebada en su señal, y la
avena en su término?
-
Porque
su Dios le instruye, y le enseña á
juicio.
-
Que la
neguilla no se trillará con trillo,
ni sobre el comino rodará rueda de
carreta; sino que con un palo se
sacude la neguilla, y el comino con
una vara.
-
El pan
se trilla; mas no siempre lo
trillará, ni lo comprimirá con la
rueda de su carreta, ni lo
quebrantará con los dientes de su
trillo.
-
También
esto salió de Jehová de los
ejércitos, para hacer maravilloso el
consejo y engrandecer la sabiduría.
-
¡AY de
Ariel, ciudad donde habitó David!
Añadid un año á otro, mátense
víctimas.
-
Mas yo
pondré á Ariel en apretura, y será
desconsolada y triste; y será á mí
como Ariel.
-
Porque
asentaré campo contra ti en
derredor, y te combatiré con
ingenios, y levantaré contra ti
baluartes.
-
Entonces
serás humillada, hablarás desde la
tierra, y tu habla saldrá del polvo;
y será tu voz de la tierra como de
pythón, y tu habla susurrará desde
el polvo.
-
Y la
muchedumbre de tus extranjeros será
como polvo menudo, y la multitud de
los fuertes como tamo que pasa; y
será repentinamente, en un momento.
-
De
Jehová de los ejércitos serás
visitada con truenos y con
terremotos y con gran ruido, con
torbellino y tempestad, y llama de
fuego consumidor.
-
Y será
como sueño de visión nocturna la
multitud de todas las gentes que
pelearán contra Ariel, y todos los
que pelearán contra ella y sus
ingenios, y los que la pondrán en
apretura.
-
Y será
como el que tiene hambre y sueña, y
parece que come; mas cuando
despierta, su alma está vacía; ó
como el que tiene sed y sueña, y
parece que bebe; mas cuando se
despierta, hállase cansado, y su
alma sedienta: así será la multitud
de todas las gentes que pelearán
contra el monte de Sión.
-
Deteneos
y maravillaos; ofuscaos y cegad;
embriagaos, y no de vino; titubead,
y no de sidra.
-
Porque
Jehová extendió sobre vosotros
espíritu de sueño, y cerró vuestros
ojos: cubrió vuestros profetas, y
vuestros principales videntes.
-
Y os
será toda visión como palabras de
libro sellado, el cual si dieren al
que sabe leer, y le dijeren: Lee
ahora esto; él dirá: No puedo,
porque está sellado.
-
Y si se
diere el libro al que no sabe leer,
diciéndole: Lee ahora esto; él dira:
No sé leer.
-
Dice
pues el Señor: Porque este pueblo se
me acerca con su boca, y con sus
labios me honra, mas su corazón
alejó de mí, y su temor para conmigo
fué enseñado por mandamiento de
hombres:
-
Por
tanto, he aquí que nuevamente
excitaré yo la admiración de este
pueblo con un prodigio grande y
espantoso; porque perecerá la
sabiduría de sus sabios, y se
desvanecerá la prudencia de sus
prudentes.
-
¡Ay de
los que se esconden de Jehová,
encubriendo el consejo, y sus obras
son en tinieblas, y dicen: ¿Quién
nos ve, y quién nos conoce?
-
Vuestra
subversión ciertamente será reputada
como el barro del alfarero. ¿La obra
dirá de su hacedor, No me hizo; y
dirá el vaso de aquel que lo ha
formado, No entendió?
-
¿No será
tornado de aquí á muy poco tiempo el
Líbano en Carmelo, y el Carmelo será
estimado por bosque?
-
Y en
aquel tiempo los sordos oirán las
palabras del libro, y los ojos de
los ciegos verán en medio de la
oscuridad y de las tinieblas.
-
Entonces
los humildes crecerán en alegría en
Jehová, y los pobres de los hombres
se gozarán en el Santo de Israel.
-
Porque
el violento será acabado, y el
escarnecedor será consumido: serán
talados todos los que madrugaban á
la iniquidad.
-
Los que
hacían pecar al hombre en palabra;
los que armaban lazo al que
reprendía en la puerta, y torcieron
lo justo en vanidad.
-
Por
tanto, Jehová que redimió á Abraham,
dice así á la casa de Jacob: No será
ahora confundido Jacob, ni su rostro
se pondrá pálido;
-
Porque
verá á sus hijos, obra de mis manos
en medio de sí, que santificarán mi
nombre; y santificarán al Santo de
Jacob, y temerán al Dios de Israel.
-
Y los
errados de espíritu aprenderán
inteligencia, y los murmuradores
aprenderán doctrina.
-
¡AY de
los hijos que se apartan, dice
Jehová, para tomar consejo, y no de
mí; para cobijarse con cubierta, y
no de mi espíritu, añadiendo pecado
á pecado!
-
Pártense
para descender á Egipto, y no han
preguntado mi boca; para
fortificarse con la fuerza de
Faraón, y poner su esperanza en la
sombra de Egipto.
-
Mas la
fortaleza de Faraón se os tornará en
vergüenza, y el amparo en la sombra
de Egipto en confusión.
-
Cuando
estarán sus príncipes en Zoán, y sus
embajadores habrán llegado á Hanes,
-
Se
avergonzarán todos del pueblo que no
les aprovechará, ni los socorrerá,
ni les traerá provecho; antes les
será para vergüenza, y aun para
oprobio.
-
Carga de
las bestias del mediodía: les será
de provecho.
-
Ciertamente Egipto en vano é
inútilmente dará ayuda; por tanto yo
le dí voces, que su fortaleza sería
estarse quietos.
-
Ve pues
ahora, y escribe esta visión en una
tabla delante de ellos, y asiéntala
en un libro, para que quede hasta el
postrero día, para siempre por todos
los siglos.
-
Que este
pueblo es rebelde, hijos mentirosos,
hijos que no quisieron oir la ley de
Jehová;
-
Que
dicen á los videntes: No veáis; y á
los profetas: No nos profeticéis lo
recto, decidnos cosas halagüeñas,
profetizad mentiras;
-
Dejad el
camino, apartaos de la senda, haced
cesar de nuestra presencia al Santo
de Israel.
-
Por
tanto el Santo de Israel dice así:
Porque desechasteis esta palabra, y
confiasteis en violencia y en
iniquidad, y en ello os habéis
apoyado;
-
Por
tanto os será este pecado como pared
abierta que se va á caer, y como
corcova en alto muro, cuya caída
viene súbita y repentinamente.
-
Y
quebrarálo como se quiebra un vaso
de alfarero, que sin misericordia lo
hacen menuzos; tanto, que entre los
pedazos no se halla tiesto para
traer fuego del hogar, ó para coger
agua de la poza.
-
Porque
así dijo el Señor Jehová, el Santo
de Israel: En descanso y en reposo
seréis salvos; en quietud y en
confianza será vuestra fortaleza. Y
no quisisteis,
-
Sino que
dijisteis: No, antes huiremos en
caballos: por tanto vosotros
huiréis. Sobre ligeros cabalgaremos:
por tanto serán ligeros vuestros
perseguidores.
-
Un
millar huirá á la amenaza de uno; á
la amenaza de cinco huiréis vosotros
todos; hasta que quedéis como mástil
en la cumbre de un monte, y como
bandera sobre cabezo.
-
Empero
Jehová esperará para tener piedad de
vosotros, y por tanto será ensalzado
teniendo de vosotros misericordia:
porque Jehová es Dios de juicio:
bienaventurados todos los que le
esperan.
-
Ciertamente el pueblo morará en
Sión, en Jerusalem: nunca más
llorarás; el que tiene misericordia
se apiadará de ti; en oyendo la voz
de tu clamor te responderá.
-
Bien que
os dará el Señor pan de congoja y
agua de angustia, con todo, tus
enseñadores nunca más te serán
quitados, sino que tus ojos verán
tus enseñadores.
-
Entonces
tus oídos oirán á tus espaldas
palabra que diga: Este es el camino,
andad por él; y no echéis á la mano
derecha, ni tampoco torzáis á la
mano izquierda.
-
Entonces
profanarás la cobertura de tus
esculturas de plata, y la vestidura
de tu vaciadizo de oro: las
apartarás como trapo de menstruo:
¡Sal fuera! les dirás.
-
Entonces
dará el Señor lluvia á tu sementera,
cuando la tierra sembrares; y pan
del fruto de la tierra; y será
abundante y pingüe; tus ganados en
aquel tiempo serán apacentados en
anchas dehesas.
-
Tus
bueyes y tus asnos que labran la
tierra, comerán grano limpio, el
cual será aventado con pala y criba.
-
Y sobre
todo monte alto, y sobre todo
collado subido, habrá ríos y
corrientes de aguas el día de la
gran matanza, cuando caerán las
torres.
-
Y la luz
de la luna será como la luz del sol,
y la luz del sol siete veces mayor,
como la luz de siete días, el día
que soldará Jehová la quebradura de
su pueblo, y curará la llaga de su
herida.
-
He aquí
que el nombre de Jehová viene de
lejos: su rostro encendido, y grave
de sufrir; sus labios llenos de ira,
y su lengua como fuego que consume;
-
Y su
aliento, cual torrente que inunda:
llegará hasta el cuello, para
zarandear las gentes con criba de
destrucción; y el freno estará en
las quijadas de los pueblos,
haciéndo les errar.
-
Vosotros
tendréis canción, como en noche en
que se celebra pascua; y alegría de
corazón, como el que va con flauta
para venir al monte de Jehová, al
Fuerte de Israel.
-
Y Jehová
hará oir su voz potente, y hará ver
el descender de su brazo, con furor
de rostro, y llama de fuego
consumidor; con dispersión, con
avenida, y piedra de granizo.
-
Porque
Assur que hirió con palo, con la voz
de Jehová será quebrantado.
-
Y en
todo paso habrá madero fundado, que
Jehová hará hincar sobre él con
tamboriles y vihuelas, cuando con
batallas de altura peleará contra
ellos.
-
Porque
Topheth ya de tiempo está diputada y
aparejada para el rey, profunda y
ancha; cuyo foco es de fuego, y
mucha leña; el soplo de Jehová, como
torrente de azufre, la enciende.
-
¡AY de
los que descienden á Egipto por
ayuda, y confían en caballos; y su
esperanza ponen en carros, porque
son muchos, y en caballeros, porque
son valientes; y no miraron al Santo
de Israel, ni buscaron á Jehová!
-
Mas él
también es sabio, y traerá el mal, y
no retirará sus palabras.
Levantaráse pues contra la casa de
los malignos, y contra el auxilio de
los obradores de iniquidad.
-
Y los
Egipcios hombres son, y no Dios; y
sus caballos carne, y no espíritu:
de manera que en extendiendo Jehová
su mano, caerá el ayudador, y caerá
el ayudado, y todos ellos
desfallecerán á una.
-
Porque
Jehová me dijo á mí de esta manera:
Como el león y el cachorro del león
brama sobre su presa, y si se llega
contra él cuadrilla de pastores, no
temerá por sus voces, ni se
acobardará por el tropel de ellos:
así Jehová de los ejércitos
descenderá á pelear por el monte de
Sión, y por su collado.
-
Como las
aves que vuelan, así amparará Jehová
de los ejércitos á Jerusalem,
amparando, librando, pasando, y
salvando.
-
Convertíos á aquel contra quien los
hijos de Israel profundamente se
rebelaron.
-
Porque
en aquel día arrojará el hombre sus
ídolos de plata, y sus ídolos de
oro, que para vosotros han hecho
vuestras manos pecadoras.
-
Entonces
caerá el Assur por cuhillo, no de
varón; y consumirálo espada, no de
hombre; y huirá de la presencia de
la espada, y sus mancebos serán
tributarios.
-
Y de
miedo pasará su fortaleza y sus
príncipes tendrán pavor de la
bandera, dice Jehová, cuyo fuego
está en Sión, y su horno en
Jerusalem.
-
HE aquí
que en justicia reinará un rey, y
príncipes presidirán en juicio.
-
Y será
aquel varón como escondedero contra
el viento, y como acogida contra el
turbión; como arroyos de aguas en
tierra de sequedad, como sombra de
gran peñasco en tierra calurosa.
-
No se
ofuscarán entonces los ojos de los
que ven, y los oídos de los oyentes
oirán atentos.
-
Y el
corazón de los necios entenderá para
saber, y la lengua de los tartamudos
será desenvuelta para hablar
claramente.
-
El
mezquino nunca más será llamado
liberal, ni será dicho generoso el
avariento.
-
Porque
el mezquino hablará mezquindades, y
su corazón fabricará iniquidad, para
hacer la impiedad y para hablar
escarnio contra Jehová, dejando
vacía el alma hambrienta, y quitando
la bebida al sediento.
-
Cierto
los avaros malas medidas tienen: él
maquina pensamientos para enredar á
los simples con palabras cautelosas,
y para hablar en juicio contra el
pobre.
-
Mas el
liberal pensará liberalidades, y por
liberalidades subirá.
-
Mujeres
reposadas, levantaos, oid mi voz;
confiadas, escuchad mi razón.
-
Días y
años tendréis espanto, oh confiadas;
porque la vendimia faltará, y la
cosecha no acudirá.
-
Temblad,
oh reposadas; turbaos, oh confiadas:
despojaos, desnudaos, ceñid los
lomos con saco.
-
Sobre
los pechos lamentarán por los campos
deleitosos, por la vid fértil.
-
Sobre la
tierra de mi pueblo subirán espinas
y cardos; y aun sobre todas las
casas de placer en la ciudad de
alegría.
-
Porque
los palacios serán desiertos, la
multitud de la ciudad cesará: las
torres y fortalezas se tornarán
cuevas para siempre, donde huelguen
asnos monteses, y ganados hagan
majada:
-
Hasta
que sobre nosotros sea derramado
espíritu de lo alto, y el desierto
se torne en campo labrado, y el
campo labrado sea estimado por
bosque.
-
Y
habitará el juicio en el desierto, y
en el campo labrado asentará la
justicia.
-
Y el
efecto de la justicia será paz; y la
labor de justicia, reposo y
seguridad para siempre.
-
Y mi
pueblo habitará en morada de paz, y
en habitaciones seguras, y en
recreos de reposo.
-
Y el
granizo, cuando descendiere será en
los montes; y la ciudad será del
todo abatida.
-
Dichosos
vosotros los que sembráis sobre
todas aguas, y metéis en ellas el
pie de buey y de asno.
-
¡AY de
ti, el que saqueas, y nunca fuiste
saqueado; el que haces deslealtad,
bien que nadie contra ti la hizo!
Cuando acabares de saquear, serás tú
saqueado; y cuando acabares de hacer
deslealtad, haráse contra ti.
-
Oh
Jehová, ten misericordia de
nosotros, á ti hemos esperado: tú,
brazo de ellos en la mañana, sé
también nuestra salud en tiempo de
la tribulación.
-
Los
pueblos huyeron á la voz del
estruendo; las gentes fueron
esparcidas por tus levantamientos.
-
Mas
vuestra presa será cogida como
cuando cogen las orugas: correrá
sobre ellos como de una á otra parte
corren las langostas.
-
Será
ensalzado Jehová, el cual mora en
las alturas: llenó á Sión de juicio
y de justicia.
-
Y
reinarán en tus tiempos la sabiduría
y la ciencia, y la fuerza de la
salvación: el temor de Jehová será
su tesoro.
-
He aquí
que sus embajadores darán voces
afuera; los mensajeros de paz
llorarán amargamente.
-
Las
calzadas están desechas, cesaron los
caminantes: anulado ha la alianza,
aborreció las ciudades, tuvo en nada
los hombres.
-
Enlutóse,
enfermó la tierra: el Líbano se
avergonzó, y fué cortado: hase
tornado Sarón como desierto; y Basán
y Carmel fueron sacudidos.
-
Ahora me
levantaré, dice Jehová; ahora seré
ensalzado, ahora seré engrandecido.
-
Concebisteis hojarascas, aristas
pariréis: el soplo de vuestro fuego
os consumirá.
-
Y los
pueblos serán como cal quemada: como
espinas cortadas serán quemados con
fuego.
-
Oid, los
que estáis lejos, lo que he hecho; y
vosotros los cercanos, conoced mi
potencia.
-
Los
pecadores se asombraron en Sión,
espanto sobrecogió á los hipócritas.
¿Quién de nosotros morará con el
fuego consumidor? ¿quién de nosotros
habitará con las llamas eternas?
-
El que
camina en justicia, y habla lo
recto; el que aborrece la ganancia
de violencias, el que sacude sus
manos por no recibir cohecho, el que
tapa su oreja por no oir sangres, el
que cierra sus ojos por no ver cosa
mala:
-
Este
habitará en las alturas: fortalezas
de rocas serán su lugar de
acogimiento; se le dará su pan, y
sus aguas serán ciertas.
-
Tus ojos
verán al Rey en su hermosura; verán
la tierra que está lejos.
-
Tu
corazón imaginará el espanto, y
dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del
pesador? ¿qué del que pone en lista
las casas más insignes?
-
No verás
á aquel pueblo espantable, pueblo de
lengua oscura de entender, de lengua
tartamuda que no comprendas.
-
Mira á
Sión, ciudad de nuestras
solemnidades: tus ojos verán á
Jerusalem, morada de quietud, tienda
que no será desarmada, ni serán
arrancadas sus estacas, ni ninguna
de sus cuerdas será rota.
-
Porque
ciertamente allí será Jehová para
con nosotros fuerte, lugar de ríos,
de arroyos muy anchos, por el cual
no andará galera, ni por él pasará
grande navío.
-
Porque
Jehová es nuestro juez, Jehová es
nuestro legislador, Jehová es
nuestro Rey, él mismo nos salvará.
-
Tus
cuerdas se aflojaron; no afirmaron
su mástil, ni entesaron la vela:
repartiráse entonces presa de muchos
despojos: los cojos arrebatarán
presa.
-
No dirá
el morador: Estoy enfermo: el pueblo
que morare en ella será absuelto de
pecado.
-
GENTES,
allegaos á oir; y escuchad, pueblos.
Oiga la tierra y lo que la hinche,
el mundo y todo lo que él produce.
-
Porque
Jehová está airado sobre todas las
gentes, é irritado sobre todo el
ejército de ellas: destruirálas y
entregarálas al matadero por la
sangre de ellos.
-
Y los
muertos de ellas serán arrojados, y
de sus cadáveres se levantará hedor;
y los montes se desleirán por la
sangre de ellos.
-
Y todo
el ejército de los cielos se
corromperá, y plegarse han los
cielos como un libro: y caerá todo
su ejército, como se cae la hoja de
la parra, y como se cae la de la
higuera.
-
Porque
en los cielos se embriagará mi
espada: he aquí que descenderá sobre
Edom en juicio, y sobre el pueblo de
mi anatema.
-
Llena
está de sangre la espada de Jehová,
engrasada está de grosura, de sangre
de corderos y de cabritos, de
grosura de riñones de carneros:
porque Jehová tiene sacrificios en
Bosra, y grande matanza en tierra de
Edom.
-
Y con
ellos vendrán abajo unicornios, y
toros con becerros; y su tierra se
embriagará de sangre, y su polvo se
engrasará de grosura.
-
Porque
es día de venganza de Jehová, año de
retribuciones en el pleito de Sión.
-
Y sus
arroyos se tornarán en pez, y su
polvo en azufre, y su tierra en pez
ardiente.
-
No se
apagará de noche ni de día,
perpetuamente subirá su humo: de
generación en generación será
asolada, nunca jamás pasará nadie
por ella.
-
Y la
poseerán el pelícano y el mochuelo,
la lechuza y el cuervo morarán en
ella: y extenderáse sobre ella
cordel de destrucción, y niveles de
asolamiento.
-
Llamarán
á sus príncipes, príncipes sin
reino: y todos sus grandes serán
nada.
-
En sus
alcázares crecerán espinas, y
ortigas y cardos en sus fortalezas;
y serán morada de chacales, patio
para los pollos de los avestruces.
-
Y las
bestias monteses se encontrarán con
los gatos cervales, y el peludo
gritará á su compañero: la lamia
también tendrá allí asiento, y
hallará para sí reposo.
-
Allí
anidará el cuclillo, conservara sus
huevos, y sacará sus pollos, y
juntarálos debajos de sus alas:
también se ayuntarán allí buitres,
cada uno con su compañera.
-
Inquirid
en el libro de Jehová, y leed si
faltó alguno de ellos: ninguno faltó
con su compañera; porque su boca
mandó y reuniólos su mismo espíritu.
-
Y él les
echó las suertes, y su mano les
repartió con cordel: para siempre la
tendrán por heredad, de generación
en generación morarán allí.
-
ALEGRARSE han el desierto y la
soledad: el yermo se gozará, y
florecerá como la rosa.
-
Florecerá profusamente, y también se
alegrará y cantará con júbilo: la
gloria del Líbano le será dada, la
hermosura de Carmel y de Sarón.
Ellos verán la gloria de Jehová, la
hermosura del Dios nuestro.
-
Confortad á las manos cansadas,
roborad las vacilantes rodillas.
-
Decid á
los de corazón apocado: Confortaos,
no temáis: he aquí que vuestro Dios
viene con venganza, con pago: el
mismo Dios vendrá, y os salvará.
-
Entonces
los ojos de los ciegos serán
abiertos, y los oídos de los sordos
se abrirán.
-
Entonces
el cojo saltará como un ciervo, y
cantará la lengua del mudo; porque
aguas serán cavadas en el desierto,
y torrentes en la soledad.
-
El lugar
seco será tornado en estanque, y el
secadal en manaderos de aguas; en la
habitación de chacales, en su cama,
será lugar de cañas y de juncos.
-
Y habrá
allí calzada y camino, y será
llamado Camino de Santidad; no
pasará por él inmundo; y habrá para
ellos en él quien los acompañe, de
tal manera que los insensatos no
yerren.
-
No habrá
allí león, ni bestia fiera subirá
por él, ni allí se hallará, para que
caminen los redimidos.
-
Y los
redimidos de Jehová volverán, y
vendrán á Sión con alegría; y gozo
perpetuo será sobre sus cabezas: y
retendrán el gozo y alegría, y huirá
la tristeza y el gemido.
-
ACONTECIÓ en el año catorce del rey
Ezechîas, que Sennachêrib rey de
Asiria subió contra todas las
ciudades fuertes de Judá, y tomólas.
-
Y el rey
de Asiria envió á Rabsaces con
grande ejército desde Lachîs á
Jerusalem al rey Ezechîas: y asentó
el campo á los caños de la pesquera
de arriba, en el camino de la
heredad del Lavador.
-
Y salió
á él Eliacim hijo de Hilcías
mayordomo, y Sebna, escriba, y Joah
hijo de Asaph, canciller.
-
A los
cuales dijo Rabsaces: Ahora pues,
diréis á Ezechîas: El gran rey, el
rey de Asiria, dice así: ¿Qué
confianza es ésta en que confías?
-
Digo,
alegas tú, (empero palabras vanas)
que tengo consejo y fortaleza para
la guerra. Ahora bien, ¿en quién
confías que te rebelas contra mí?
-
He aquí
que confías en este bordón de caña
frágil, en Egipto, sobre el cual si
alguien se apoyare, entrarásele por
la mano, y se la atravesará. Tal es
Faraón rey de Egipto para con todos
los que en él confían.
-
Y si me
dijeres, En Jehová nuestro Dios
confiamos; ¿no es éste aquel cuyos
altos y cuyos altares hizo quitar
Ezechîas, y dijo á Judá y á
Jerusalem: Delante de este altar
adoraréis?
-
Ahora
pues yo te ruego que des rehenes al
rey de Asiria mi señor, y yo te daré
dos mil caballos, si pudieres tú dar
caballeros que cabalguen sobre
ellos.
-
¿Cómo
pues harás volver el rostro de un
capitán de los más pequeños siervos
de mi señor, aunque estés confiado
en Egipto por sus carros y hombres
de á caballo?
-
¿Y por
ventura vine yo ahora á esta tierra
para destruirla sin Jehová Jehová me
dijo: Sube á esta tierra para
destruirla?
-
Entonces
dijo Eliacim, y Sebna y Joah á
Rabsaces: Rogámoste que hables á tus
siervos en lengua siriaca, porque
nosotros la entendemos: y no hables
con nosotros en lengua judáica,
oyéndolo el pueblo que está sobre el
muro.
-
Y dijo
Rabsaces: ¿Envióme mi señor á ti y á
tu señor, á que dijese estas
palabras, y no á los hombres que
están sobre el muro, para comer su
estiércol y beber su orina con
vosotros?
-
Púsose
luego en pie Rabsaces, y gritó á
grande voz en lengua judáica,
diciendo: Oid las palabras del gran
rey, el rey de Asiria.
-
El rey
dice así: No os engañe Ezechîas,
porque no os podrá librar.
-
Ni os
haga Ezechîas confiar en Jehová,
diciendo: Ciertamente Jehová nos
librará: no será entregada esta
ciudad en manos del rey de Asiria.
-
No
escuchéis á Ezechîas: porque el rey
de Asiria dice así: Haced conmigo
paz, y salid á mí; y coma cada uno
de su viña, y cada uno de su
higuera, y beba cada cual las aguas
de su pozo;
-
Hasta
que yo venga y os lleve á una tierra
como la vuestra, tierra de grano y
de vino, tierra de pan y de viñas.
-
Mirad no
os engañe Ezechîas diciendo: Jehová
nos librará. ¿Libraron los dioses de
las gentes cada uno á su tierra de
la mano del rey de Asiria?
-
¿Dónde
está el dios de Hamath y de Arphad?
¿dónde está el dios de Sepharvaim?
¿libraron á Samaria de mi mano?
-
¿Qué
dios hay entre los dioses de estas
tierras, que haya librado su tierra
de mi mano, para que Jehová libre de
mi mano á Jerusalem?
-
Mas
callaron, y no le respondieron
palabra; porque el rey así lo había
mandado, diciendo: No le respondáis.
-
Entonces
Eliacim hijo de Hilcías mayordormo,
y Sebna escriba, y Joah hijo de
Asaph canciller, vinieron á Ezechîas
rotos sus vestidos, y contáronle las
palabras de Rabsaces.
-
ACONTECIÓ pues, que el rey Ezechîas,
oído esto, rasgó sus vestidos, y
cubierto de saco vino á la casa de
Jehová.
-
Y envió
á Eliacim mayordomo, y á Sebna
escriba, y á los ancianos de los
sacerdotes, cubiertos de sacos, á
Isaías profeta, hijo de Amoz.
-
Los
cuales le dijeron: Ezechîas dice
así: Día de angustia, de reprensión
y de blasfemia, es este día: porque
los hijos han llegado hasta la
rotura, y no hay fuerza en la que
pare.
-
Quizá
oirá Jehová tu Dios las palabras de
Rabsaces, al cual envió el rey de
Asiria su señor á blasfemar al Dios
vivo, y á reprender con las palabras
que oyó Jehová tu Dios: alza pues
oración tú por las reliquias que aun
han quedado.
-
Vinieron
pues los siervos de Ezechîas á
Isaías.
-
Y
díjoles Isaías: Diréis así á vuestro
señor: Así dice Jehová: No temas por
las palabras que has oído, con las
cuales me han blasfemado los siervos
del rey de Asiria.
-
He aquí
que yo doy en él un espíritu, y oirá
un rumor, y volveráse á su tierra: y
yo haré que en su tierra caiga á
cuchillo.
-
Vuelto
pues Rabsaces, halló al rey de
Asiria que batía á Libna; porque ya
había oído que se había apartado de
Lachîs.
-
Mas
oyendo decir de Tirhakah rey de
Etiopía: He aquí que ha salido para
hacerte guerra: en oyéndolo, envió
mensajeros á Ezechîas, diciendo:
-
Diréis
así á Ezechîas rey de Judá: No te
engañe tu Dios en quien tú confías,
diciendo: Jerusalem no será
entregada en mano del rey de Asiria.
-
He aquí
que tú oiste lo que hicieron los
reyes de Asiria á todas las tierras,
que las destruyeron; ¿y escaparás
tú?
-
¿Libraron los dioses de las gentes á
los que destruyeron mis antepasados,
á Gozán, y Harán, Rezeph, y á los
hijos de Edén que moraban en
Thelasar?
-
¿Dónde
está el rey de Amath, y el rey de
Arphad, el rey de la ciudad de
Sepharvaim, de Henah, y de Hivah?
-
Y tomó
Ezechîas las cartas de mano de los
mensajeros, y leyólas; y subió á la
casa de Jehová, y las extendió
delante de Jehová.
-
Entonces
Ezechîas oró á Jehová, diciendo:
-
Jehová
de los ejércitos, Dios de Israel,
que moras entre los querubines, sólo
tú eres Dios sobre todos los reinos
de la tierra; tú hiciste los cielos
y la tierra.
-
Inclina,
oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh
Jehová, tus ojos, y mira: y oye
todas las palabras de Sennachêrib,
el cual ha enviado á blasfemar al
Dios viviente.
-
Ciertamente, oh Jehová, los reyes de
Asiria destruyeron todas las tierras
y sus comarcas,
-
Y
entregaron los dioses de ellos al
fuego: porque no eran dioses, sino
obra de manos de hombre, leño y
piedra: por eso los deshicieron.
-
Ahora
pues, Jehová Dios nuestro, líbranos
de su mano, para que todos los
reinos de la tierra conozcan que
sólo tú eres Jehová.
-
Entonces
Isaías hijo de Amoz, envió á decir á
Ezechîas: Jehová Dios de Israel dice
así: Acerca de lo que me rogaste
sobre Sennachêrib rey de Asiria,
-
Esto es
lo que Jehová habló de él: Hate
menospreciado, y ha hecho escarnio
de ti la virgen hija de Sión: meneó
su cabeza á tus espaldas la hija de
Jerusalem.
-
¿A quién
injuriaste y á quién blasfemaste?
¿contra quién has alzado tu voz, y
levantado tus ojos en alto? Contra
el Santo de Israel.
-
Por mano
de tus siervos denostaste al Señor,
y dijiste: Yo con la multitud de mis
carros subiré á las alturas de los
montes, á las laderas del Líbano;
cortaré sus altos cedros, sus hayas
escogidas; vendré después á lo alto
de su límite, al monte de su Carmel.
-
Yo cavé,
y bebí las aguas; y con las pisadas
de mis pies secaré todos los ríos de
lugares atrincherados.
-
¿No has
oído decir que de mucho tiempo ha yo
lo hice, que de días antiguos lo he
formado? Helo hecho venir ahora, y
será para destrucción de ciudades
fuertes en montones de ruinas.
-
Y sus
moradores, cortos de manos,
quebrantados y confusos, serán como
grama del campo y hortaliza verde,
como hierba de los tejados, que
antes de sazón se seca.
-
Conocido
he tu estado, tu salida y tu
entrada, y tu furor contra mí.
-
Porque
contra mí te airaste, y tu estruendo
ha subido á mis oídos: pondré pues
mi anzuelo en tu nariz, y mi freno
en tus labios, y haréte tornar por
el camino por donde viniste.
-
Y esto
te será por señal: Comerás este año
lo que nace de suyo, y el año
segundo lo que nace de suyo: y el
año tercero sembraréis y segaréis, y
plantaréis viñas, y comeréis su
fruto.
-
Y el
residuo de la casa de Judá que
hubiere escapado, tornará á echar
raíz abajo, y hará fruto arriba.
-
Porque
de Jerusalem saldrán reliquias, y
del monte de Sión salvamento: el
celo de Jehová de los ejércitos hará
esto.
-
Por
tanto, así dice Jehová acerca del
rey de Asiria: No entrará en esta
ciudad, ni echará saeta en ella: no
vendrá delante de ella escudo, ni
será echado contra ella baluarte.
-
Por el
camino que vino se tornará, y no
entrará en esta ciudad, dice Jehová:
-
Pues yo
ampararé á esta ciudad para salvarla
por amor de mí, y por amor de David
mi siervo.
-
Y salió
el ángel de Jehová, é hirió ciento
ochenta y cinco mil en el campo de
los Asirios: y cuando se levantaron
por la mañana, he aquí que todo era
cuerpos de muertos.
-
Entonces
Sennachêrib rey de Asiria
partiéndose se fué, y volvióse, é
hizo su morada en Nínive.
-
Y
acaeció, que estando orando en el
templo de Nisroch su dios,
Adremelech y Sarezer, sus hijos, le
hirieron á cuchillo, y huyeron á la
tierra de Ararat; y reinó en su
lugar Esar-hadón su hijo.
-
EN
aquellos días cayó Ezechîas enfermo
para morir. Y vino á él Isaías
profeta, hijo de Amoz, y díjole:
Jehová dice así: Ordena tu casa,
porque tú morirás, y no vivirás.
-
Entonces
volvió Ezechîas su rostro á la
pared, é hizo oración á Jehová.
-
Y dijo:
Oh Jehová, ruégote te acuerdes ahora
que he andado delante de ti en
verdad y con íntegro corazón, y que
he hecho lo que ha sido agradable
delante de tus ojos. Y lloró
Ezechîas con gran lloro.
-
Entonces
fué palabra de Jehová á Isaías,
diciendo:
-
Ve, y di
á Ezechîas: Jehová Dios de David tu
padre dice así: Tu oración he oído,
y visto tus lágrimas: he aquí que yo
añado á tus días quince años.
-
Y te
libraré, y á esta ciudad, de mano
del rey de Asiria; y á esta ciudad
ampararé.
-
Y esto
te será señal de parte de Jehová,
que Jehová hará esto que ha dicho:
-
He aquí
que yo vuelvo atrás la sombra de los
grados, que ha descendido en el
reloj de Achâz por el sol, diez
grados. Y el sol fué tornado diez
grados atrás, por los cuales había
ya descendido.
-
Escritura de Ezechîas rey de Judá,
de cuando enfermó y sanó de su
enfermedad.
-
Yo dije:
En el medio de mis días iré á las
puertas del sepulcro: Privado soy
del resto de mis años.
-
Dije: No
veré á JAH, á JAH en la tierra de
los que viven: Ya no veré más hombre
con los moradores del mundo.
-
Mi
morada ha sido movida y traspasada
de mí, como tienda de pastor. Como
el tejedor corté mi vida; cortaráme
con la enfermedad; Me consumirás
entre el día y la noche.
-
Contaba
yo hasta la mañana. Como un león
molió todos mis huesos: De la mañana
á la noche me acabarás.
-
Como la
grulla y como la golondrina me
quejaba; Gemía como la paloma:
alzaba en lo alto mis ojos: Jehová,
violencia padezco; confórtame.
-
¿Qué
diré? El que me lo dijo, él mismo lo
ha hecho. Andaré recapacitando en la
amargura de mi alma todos los años
de mi vida.
-
Oh
Señor, sobre ellos vivirán tus
piedades, Y á todos diré consistir
en ellas la vida de mi espíritu;
Pues tú me restablecerás, y me harás
que viva.
-
He aquí
amargura grande me sobrevino en la
paz: Mas á ti plugo librar mi vida
del hoyo de corrupción. Porque
echaste tras tus espaldas todos mis
pecados.
-
Porque
el sepulcro no te celebrará, ni te
alabará la muerte; Ni los que
descienden al hoyo esperarán tu
verdad.
-
El que
vive, el que vive, éste te
confesará, como yo hoy: El padre
hará notoria tu verdad á los hijos.
-
Jehová
para salvarme; Por tanto cantaremos
nuestros salmos En la casa de Jehová
todos los días de nuestra vida.
-
Y había
dicho Isaías: Tomen masa de higos, y
pónganla en la llaga, y sanará.
-
Había
asimismo dicho Ezechîas: ¿Qué señal
tendré de que he de subir á la casa
de Jehová?
-
EN aquel
tiempo Merodachbaladán, hijo de
Baladán, rey de Babilonia, envió
cartas y presentes á Ezechîas;
porque había oído que había estado
enfermo, y que había convalecido.
-
Y
holgóse con ellos Ezechîas, y
enseñoles la casa de su tesoro,
plata y oro, y especierías, y
ungüentos preciosos, y toda su casa
de armas, y todo lo que se pudo
hallar en sus tesoros: no hubo cosa
en su casa y en todo su señorío, que
Ezechîas no les mostrase.
-
Entonces
Isaías profeta vino al rey Ezechîas,
y díjole: ¿Qué dicen estos hombres,
y de dónde han venido á ti? Y
Ezechîas respondió: De tierra muy
lejos han venido á mí, de Babilonia.
-
Dijo
entonces: ¿Qué han visto en tu casa?
Y dijo Ezechîas: Todo lo que hay en
mi casa han visto, y ninguna cosa
hay en mis tesoros que no les haya
mostrado.
-
Entonces
dijo Isaías á Ezechîas: Oye palabra
de Jehová de los ejércitos:
-
He aquí,
vienen días en que será llevado á
Babilonia todo lo que hay en tu
casa, y lo que tus padres han
atesorado hasta hoy: ninguna cosa
quedará, dice Jehová.
-
De tus
hijos que hubieren salido de ti, y
que engendraste, tomarán, y serán
eunucos en el palacio del rey de
Babilonia.
-
Y dijo
Ezechîas á Isaías: La palabra de
Jehová que has hablado, es buena. Y
añadió: A lo menos, haya paz y
verdad en mis días.
-
CONSOLAOS, consolaos, pueblo mío,
dice vuestro Dios.
-
Hablad
al corazón de Jerusalem: decidle á
voces que su tiempo es ya cumplido,
que su pecado es perdonado; que
doble ha recibido de la mano de
Jehová por todos sus pecados.
-
Voz que
clama en el desierto: Barred camino
á Jehová: enderezad calzada en la
soledad á nuestro Dios.
-
Todo
valle sea alzado, y bájese todo
monte y collado; y lo torcido se
enderece, y lo áspero se allane.
-
Y
manifestaráse la gloria de Jehová, y
toda carne juntamente la verá; que
la boca de Jehová habló.
-
Voz que
decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué
tengo de decir á voces? Toda carne
es hierba, y toda su gloria como
flor del campo:
-
La
hierba se seca, y la flor se cae;
porque el viento de Jehová sopló en
ella: ciertamente hierba es el
pueblo.
-
Sécase
la hierba, cáese la flor: mas la
palabra del Dios nuestro permanece
para siempre.
-
Súbete
sobre un monte alto, anunciadora de
Sión; levanta fuertemente tu voz,
anunciadora de Jerusalem; levántala,
no temas; di á las ciudades de Judá:
¡Veis aquí el Dios vuestro!
-
He aquí
que el Señor Jehová vendrá con
fortaleza, y su brazo se
enseñoreará: he aquí que su salario
viene con él, y su obra delante de
su rostro.
-
Como
pastor apacentará su rebaño; en su
brazo cogerá los corderos, y en su
seno los llevará; pastoreará
suavemente las paridas.
-
¿Quién
midió las aguas con su puño, y
aderezó los cielos con su palmo, y
con tres dedos allegó el polvo de la
tierra, y pesó los montes con
balanza, y con peso los collados?
-
¿Quién
enseñó al espíritu de Jehová, ó le
aconsejo enseñándole?
-
¿A quién
demandó consejo para ser avisado?
¿Quién le enseñó el camino del
juicio, ó le enseñó ciencia, ó le
mostró la senda de la prudencia?
-
He aquí
que las naciones son reputadas como
la gota de un acetre, y como el orín
del peso: he aquí que hace
desaparecer las islas como polvo.
-
Ni el
Líbano bastará para el fuego, ni
todos sus animales para el
sacrificio.
-
Como
nada son todas las gentes delante de
él; y en su comparación serán
estimadas en menos que nada, y que
lo que no es.
-
¿A qué
pues haréis semejante á Dios, ó qué
imagen le compondréis?
-
El
artífice apareja la imagen de talla,
el platero le extiende el oro, y le
funde cadenas de plata.
-
El pobre
escoge, para ofrecerle, madera que
no se corrompa; búscase un maestro
sabio, que le haga una imagen de
talla que no se mueva.
-
¿No
sabéis? ¿no habéis oído? ¿nunca os
lo han dicho desde el principio? ¿no
habéis sido enseñados desde que la
tierra se fundó?
-
El está
asentado sobre el globo de la
tierra, cuyos moradores son como
langostas: él extiende los cielos
como una cortina, tiéndelos como una
tienda para morar:
-
El torna
en nada los poderosos, y á los que
gobiernan la tierra hace como cosa
vana.
-
Como si
nunca fueran plantados, como si
nunca fueran sembrados, como si
nunca su tronco hubiera tenido raíz
en la tierra; así que sopla en ellos
se secan, y el torbellino los lleva
como hojarascas.
-
¿A qué
pues me haréis semejante, ó seré
asimilado? dice el Santo.
-
Levantad
en alto vuestros ojos, y mirad quién
crió estas cosas: él saca por cuenta
su ejército: á todas llama por sus
nombres; ninguna faltará: tal es la
grandeza de su fuerza, y su poder y
virtud.
-
¿Por qué
dices, oh Jacob, y hablas tú,
Israel: Mi camino es escondido de
Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?
-
¿No has
sabido, no has oído que el Dios del
siglo es Jehová, el cual crió los
términos de la tierra? No se
trabaja, ni se fatiga con cansancio,
y su entendimiento no hay quien lo
alcance.
-
El da
esfuerzo al cansado, y multiplica
las fuerzas al que no tiene
ningunas.
-
Los
mancebos se fatigan y se cansan, los
mozos flaquean y caen:
-
Mas los
que esperan á Jehová tendrán nuevas
fuerzas; levantarán las alas como
águilas, correrán, y no se cansarán,
caminarán, y no se fatigarán.
-
ESCUCHADME, islas, y esfuércense los
pueblos; alléguense, y entonces
hablen: estemos juntamente á juicio.
-
¿Quién
despertó del oriente al justo, lo
llamó para que le siguiese, entregó
delante de él naciones, é hízolo
enseñorear de reyes; entrególos á su
espada como polvo, y á su arco como
hojarascas arrebatadas?
-
Siguiólos, pasó en paz por camino
por donde sus pies nunca habían
entrado.
-
¿Quién
obró é hizo esto? ¿Quién llama las
generaciones desde el principio? Yo
Jehová, el primero, y yo mismo con
los postreros.
-
Las
islas vieron, y tuvieron temor, los
términos de la tierra se espantaron:
congregáronse, y vinieron.
-
Cada
cual ayudó á su cercano, y á su
hermano dijo: Esfuérzate.
-
El
carpintero animó al platero, y el
que alisa con martillo al que batía
en el yunque, diciendo: Buena está
la soldadura, y afirmólo con clavos,
porque no se moviese.
-
Mas tú,
Israel, siervo mío eres, tú, Jacob,
á quien yo escogí, simiente de
Abraham mi amigo.
-
Porque
te tomé de los extremos de la
tierra, y de sus principales te
llamé, y te dije: Mi siervo eres tú,
te escogí, y no te deseché.
-
No
temas, que yo soy contigo; no
desmayes, que yo soy tu Dios que te
esfuerzo: siempre te ayudaré,
siempre te sustentaré con la diestra
de mi justicia.
-
He aquí
que todos los que se airan contra
ti, serán avergonzados y
confundidos: serán como nada y
perecerán, los que contienden
contigo.
-
Los
buscarás, y no los hallarás, los que
tienen contienda contigo, serán como
nada, y como cosa que no es,
aquellos que te hacen guerra.
-
Porque
yo Jehová soy tu Dios, que te ase de
tu mano derecha, y te dice: No
temas, yo te ayudé.
-
No
temas, gusano de Jacob, oh vosotros
los pocos de Israel; yo te socorrí,
dice Jehová, y tu Redentor el Santo
de Israel.
-
He aquí
que yo te he puesto por trillo,
trillo nuevo, lleno de dientes:
trillarás montes y los molerás, y
collados tornarás en tamo.
-
Los
aventarás, y los llevará el viento,
y esparcirálos el torbellino. Tú
empero te regocijarás en Jehová, te
gloriarás en el Santo de Israel.
-
Los
afligidos y menesterosos buscan las
aguas, que no hay; secóse de sed su
lengua; yo Jehová los oiré, yo el
Dios de Israel no los desampararé.
-
En los
altos abriré ríos, y fuentes en
mitad de los llanos: tornaré el
desierto en estanques de aguas, y en
manaderos de aguas la tierra seca.
-
Daré en
el desierto cedros, espinos,
arrayanes, y olivas; pondré en la
soledad hayas, olmos, y álamos
juntamente;
-
Porque
vean y conozcan, y adviertan y
entiendan todos, que la mano de
Jehová hace esto, y que el Santo de
Israel lo crió.
-
Alegad
por vuestra causa, dice Jehová:
exhibid vuestros fundamentos, dice
el Rey de Jacob.
-
Traigan,
y anúnciennos lo que ha de venir:
dígannos lo que ha pasado desde el
principio, y pondremos nuestro
corazón en ello; sepamos también su
postrimería, y hacednos entender lo
que ha de venir.
-
Dadnos
nuevas de lo que ha de ser después,
para que sepamos que vosotros sois
dioses; ó á lo menos haced bien, ó
mal, para que tengamos qué contar, y
juntamente nos maravillemos.
-
He aquí
que vosotros sois de nada, y
vuestras obras de vanidad;
abominación el que os escogió.
-
Del
norte desperté uno, y vendrá; del
nacimiento del sol llamará en mi
nombre: y hollará príncipes como
lodo, y como pisa el barro el
alfarero.
-
¿Quién
lo anunció desde el principio, para
que sepamos; ó de tiempo atrás, y
diremos: Es justo? Cierto, no hay
quien anuncie, sí, no hay quien
enseñe, ciertamente no hay quien
oiga vuestras palabras.
-
Yo soy
el primero que he enseñado estas
cosas á Sión, y á Jerusalem daré un
portador de alegres nuevas.
-
Miré, y
no había ninguno; y pregunté de
estas cosas, y ningún consejero
hubo: preguntéles, y no respondieron
palabra.
-
He aquí,
todos iniquidad, y las obras de
ellos nada: viento y vanidad son sus
vaciadizos.
-
HE aquí
mi siervo, yo lo sostendré; mi
escogido en quien mi alma toma
contentamiento: he puesto sobre él
mi espíritu, dará juicio á las
gentes.
-
No
clamará, ni alzará, ni hará oir su
voz en las plazas.
-
No
quebrará la caña cascada, ni apagará
el pábilo que humeare: sacará el
juicio á verdad.
-
No se
cansará, ni desmayará, hasta que
ponga en la tierra juicio; y las
islas esperarán su ley.
-
Así dice
el Dios Jehová, el Criador de los
cielos, y el que los extiende; el
que extiende la tierra y sus
verduras; el que da respiración al
pueblo que mora sobre ella, y
espíritu á los que por ella andan:
-
Yo
Jehová te he llamado en justicia, y
te tendré por la mano; te guardaré y
te pondré por alianza del pueblo,
por luz de las gentes;
-
Para que
abras ojos de ciegos, para que
saques de la cárcel á los presos, y
de casas de prisión á los que están
de asiento en tinieblas.
-
Yo
Jehová: este es mi nombre; y á otro
no daré mi gloria, ni mi alabanza á
esculturas.
-
Las
cosas primeras he aquí vinieron, y
yo anuncio nuevas cosas: antes que
salgan á luz, yo os las haré
notorias.
-
Cantad á
Jehová un nuevo cántico, su alabanza
desde el fin de la tierra; los que
descendéis á la mar, y lo que la
hinche, las islas y los moradores de
ellas.
-
Alcen la
voz el desierto y sus ciudades, las
aldeas donde habita Cedar: canten
los moradores de la Piedra, y desde
la cumbre de los montes den voces de
júbilo.
-
Den
gloria á Jehová, y prediquen sus
loores en las islas.
-
Jehová
saldrá como gigante, y como hombre
de guerra despertará celo: gritará,
voceará, esforzaráse sobre sus
enemigos.
-
Desde el
siglo he callado, tenido he
silencio, y heme detenido: daré
voces como la que está de parto;
asolaré y devoraré juntamente.
-
Tornaré
en soledad montes y collados, haré
secar toda su hierba; los ríos
tornaré en islas, y secaré los
estanques.
-
Y guiaré
los ciegos por camino que no sabían,
haréles pisar por las sendas que no
habían conocido; delante de ellos
tornaré las tinieblas en luz, y los
rodeos en llanura. Estas cosas les
haré, y no los desampararé.
-
Serán
vueltos atrás, y en extremo
confundidos, los que confían en las
esculturas, y dicen á las estatuas
de fundición: Vosotros sois nuestros
dioses.
-
Sordos,
oid; y vosotros ciegos, mirad para
ver.
-
¿Quién
ciego, sino mi siervo? ¿quién sordo,
como mi mensajero que envié? ¿quién
ciego como el perfecto, y ciego como
el siervo de Jehová,
-
Que ve
muchas cosas y no advierte, que abre
los oídos y no oye?
-
Jehová
se complació por amor de su justicia
en magnificar la ley y
engrandecerla.
-
Mas este
es pueblo saqueado y hollado, todos
ellos enlazados en cavernas y
escondidos en cárceles: son puestos
á saco, y no hay quien libre;
hollados, y no hay quien diga,
Restituid.
-
¿Quién
de vosotros oirá esto? ¿quién
atenderá y escuchará en orden al
porvernir?
-
¿Quién
dió á Jacob en presa, y entregó á
Israel á saqueadores? ¿No fué
Jehová, contra quien pecamos? y no
quisieron andar en sus caminos, ni
oyeron su ley.
-
Por
tanto derramó sobre él el furor de
su ira, y fuerza de guerra; púsole
fuego de todas partes, empero no
entendió; y encendióle, mas no ha
parado mientes.
-
Y AHORA,
así dice Jehová Criador tuyo, oh
Jacob, y Formador tuyo, oh Israel:
No temas, Formador tuyo, oh Israel:
No temas, fakporque yo te redimí; te
puse nombre, mío eres tú.
-
Cuando
pasares por las aguas, yo seré
contigo; y por los ríos, no te
anegarán. Cuando pasares por el
fuego, no te quemarás, ni la llama
arderá en ti.
-
Porque
yo Jehová Dios tuyo, el Santo de
Israel, soy tú Salvador: á Egipto he
dado por tu rescate, á Etiopía y á
Seba por ti.
-
Porque
en mis ojos fuiste de grande estima,
fuiste honorable, y yo te amé: daré
pues hombres por ti, y naciones por
tu alma.
-
No
temas, porque yo soy contigo; del
oriente traeré tu generación, y del
occidente te recogeré.
-
Diré al
aquilón: Da acá, y al mediodía: No
detengas: trae de lejos mis hijos, y
mis hijas de los términos de la
tierra,
-
Todos
los llamados de mi nombre; para
gloria mía los críe, los formé y los
hice.
-
Sacad al
pueblo ciego que tiene ojos, y á los
sordos que tienen oídos.
-
Congréguense á una todas las gentes,
y júntense todos los pueblos: ¿quién
de ellos hay que nos dé nuevas de
esto, y que nos haga oir las cosas
primeras? Presenten sus testigos, y
justifíquense; oigan, y digan:
Verdad.
-
Vosotros
sois mis testigos, dice Jehová, y mi
siervo que yo escogí; para que me
conozcáis y creáis, y entendáis que
yo mismo soy; antes de mí no fué
formado Dios, ni lo será después de
mí.
-
Yo, yo
Jehová, y fuera de mí no hay quien
salve.
-
Yo
anuncié, y salvé, é hice oir, y no
hubo entre vosotros extraño.
Vosotros pues sois mis testigos,
dice Jehová, que yo soy Dios.
-
Aun
antes que hubiera día, yo era; y no
hay quien de mi mano libre: si yo
hiciere, ¿quién lo estorbará?
-
Así dice
Jehová, Redentor vuestro, el Santo
de Israel: Por vosotros envié á
Babilonia, é hice descender
fugitivos todos ellos, y clamor de
Caldeos en las naves.
-
Yo
Jehová, Santo vuestro, Criador de
Israel, vuestro Rey.
-
Así dice
Jehová, el que da camino en la mar,
y senda en las aguas impetuosas;
-
El que
saca carro y caballo, ejército y
fuerza; caen juntamente para no
levantarse; quedan extinguidos, como
pábilo quedan apagados.
-
No os
acordéis de las cosas pasadas, ni
traigáis á memoria las cosas
antiguas.
-
He aquí
que yo hago cosa nueva: presto
saldrá á luz: ¿no la sabréis? Otra
vez pondré camino en el desierto, y
ríos en la soledad.
-
La
bestia del campo me honrará, los
chacales, y los pollos del avestruz:
porque daré aguas en el desierto,
ríos en la soledad, para que beba mi
pueblo, mi escogido.
-
Este
pueblo crié para mí, mis alabanzas
publicará.
-
Y no me
invocaste á mí, oh Jacob; antes, de
mí te cansaste, oh Israel.
-
No me
trajiste á mí los animales de tus
holocaustos, ni á mí me honraste con
tus sacrificios: no te hice servir
con presente, ni te hice fatigar con
perfume.
-
No
compraste para mí caña aromática por
dinero, ni me saciaste con la
grosura de tus sacrificios; antes me
hiciste servir en tus pecados, me
has fatigado con tus maldades.
-
Yo, yo
soy el que borro tus rebeliones por
amor de mí; y no me acordaré de tus
pecados.
-
Hazme
acordar, entremos en juicio
juntamente; relata tú para abonarte.
-
Tu
primer padre pecó, y tus enseñadores
prevaricaron contra mí.
-
Por
tanto, yo profané los príncipes del
santuario, y puse por anatema á
Jacob, y por oprobio á Israel.
-
AHORA
pues oye, Jacob, siervo mío, y tú,
Israel, á quien yo escogí.
-
Así dice
Jehová, Hacedor tuyo, y el que te
formó desde el vientre, el cual te
ayudará: No temas, siervo mío Jacob,
y tú, Jeshurun, á quien yo escogí.
-
Porque
yo derramaré aguas sobre el secadal,
y ríos sobre la tierra árida: mi
espíritu derramaré sobre tu
generación, y mi bendición sobre tus
renuevos:
-
Y
brotarán entre hierba, como sauces
junto á las riberas de las aguas.
-
Este
dirá: Yo soy de Jehová; el otro se
llamará del nombre de Jacob; y otro
escribirá con su mano, A Jehová, y
se apellidará con el nombre de
Israel.
-
Así dice
Jehová, Rey de Israel, y su
Redentor, Jehová de los ejércitos:
Yo el primero, y yo el postrero, y
fuera de mí no hay Dios.
-
¿Y quién
llamará como yo, y denunciará esto,
y lo ordenará por mí, desde que hice
el pueblo antiguo? Anúncienles lo
que viene, y lo que está por venir.
-
No
temáis, ni os amedrentéis: ¿no te lo
hice oir desde antiguo, y te lo
dije? Luego vosotros sois mis
testigos. No hay Dios sino yo. No
hay Fuerte: no conozco ninguno.
-
Los
formadores de imágenes de talla,
todos ellos son vanidad, y lo más
precioso de ellos para nada es útil;
y ellos mismos para su confusión son
testigos, que ellos ni ven ni
entienden.
-
¿Quién
formó un dios, ó quién fundó una
estatua que para nada es de
provecho?
-
He aquí
que todos sus compañeros serán
avergonzados, porque los mismos
artífices son de los hombres. Todos
ellos se juntarán, estarán, se
asombrarán, y serán avergonzados á
una.
-
El
herrero tomará la tenaza, obrará en
las ascuas, darále forma con los
martillos, y trabajará en ella con
la fuerza de su brazo: tiene luego
hambre, y le faltan las fuerzas; no
beberá agua, y se desmaya.
-
El
carpintero tiende la regla, señala
aquélla con almagre, lábrala con los
cepillos, dale figura con el compás,
hácela en forma de varón, á
semejanza de hombre hermoso, para
estar en casa.
-
Cortaráse cedros, y tomará encina y
alcornoque, y entre los árboles del
bosque se esforzará; plantará pino,
que se críe con la lluvia.
-
De él se
servirá luego el hombre para quemar,
y tomará de ellos para calentarse;
encenderá también el horno, y cocerá
panes: hará además un dios, y lo
adorará; fabricará un ídolo, y
arrodillaráse delante de él.
-
Parte
del leño quemará en el fuego; con
parte de él comerá carne, aderezará
asado, y se saciará; después se
calentará, y dirá: ¡Oh! heme
calentado, he visto el fuego;
-
Y torna
su sobrante en un dios, en su
escultura; humíllase delante de
ella, adórala, y ruégale diciendo:
Líbrame, que mi dios eres tú.
-
No
supieron ni entendieron: porque
encostrados están sus ojos para no
ver, y su corazón para no entender.
-
No
discurre para consigo, no tiene
sentido ni entendimiento para decir:
Parte de esto quemé en el fuego, y
sobre sus brasas cocí pan, asé
carne, y comíla; ¿he de tornar en
una abominación lo restante de ello?
¿delante de un tronco de árbol tengo
de humillarme?
-
De
ceniza se apacienta; su corazón
engañado le desvía, para que no
libre su alma, ni diga: ¿No hay una
mentira á mi mano derecha?
-
Acuérdate de estas cosas, oh Jacob,
é Israel, pues que tú mi siervo
eres: Yo te formé; siervo mío eres
tú: Israel, no me olvides.
-
Yo
deshice como á nube tus rebeliones,
y como á niebla tus pecados: tórnate
á mí, porque yo te redimí.
-
Cantad
loores, oh cielos, porque Jehová lo
hizo; gritad con júbilo, lugares
bajos de la tierra; prorrumpid,
montes, en alabanza; bosque, y todo
árbol que en él está: porque Jehová
redimió á Jacob, y en Israel será
glorificado.
-
Así dice
Jehová, tu Redentor, y formador tuyo
desde el vientre: Yo Jehová, que lo
hago todo, que extiendo solo los
cielos, que extiendo la tierra por
mí mismo;
-
Que
deshago las señales de los adivinos,
y enloquezco á los agoreros; que
hago tornar atrás los sabios, y
desvanezco su sabiduría;
-
Que
despierta la palabra de su siervo, y
cumple el consejo de sus mensajeros;
que dice á Jerusalem: Serás
habitada; y á las ciudades de Judá:
Reedificadas serán, y sus ruinas
levantaré;
-
Que dice
al profundo: Sécate, y tus ríos haré
secar;
-
Que dice
de Ciro: Es mi pastor, y cumplirá
todo lo que yo quiero, en diciendo á
Jerusalem, Serás edificada; y al
templo: Serás fundado.
-
ASÍ dice
Jehová á su ungido, á Ciro, al cual
tomé yo por su mano derecha, para
sujetar gentes delante de él y
desatar lomos de reyes; para abrir
delante de él puertas, y las puertas
no se cerrarán:
-
Yo iré
delante de ti, y enderezaré las
tortuosidades; quebrantaré puertas
de bronce, y cerrojos de hierro haré
pedazos;
-
Y te
daré los tesoros escondidos, y los
secretos muy guardados; para que
sepas que yo soy Jehová, el Dios de
Israel, que te pongo nombre.
-
Por amor
de mi siervo Jacob, y de Israel mi
escogido, te llamé por tu nombre;
púsete sobrenombre, aunque no me
conociste.
-
Yo
Jehová, y ninguno más hay: no hay
Dios fuera de mí. Yo te ceñiré,
aunque tú no me conociste;
-
Para que
se sepa desde el nacimiento del sol,
y desde donde se pone, que no hay
más que yo; yo Jehová, y ninguno más
que yo:
-
Que
formo la luz y crío las tinieblas,
que hago la paz y crío el mal. Yo
Jehová que hago todo esto.
-
Rociad,
cielos, de arriba, y las nubes
destilen la justicia; ábrase la
tierra, y prodúzcanse la salud y la
justicia; háganse brotar juntamente.
Yo Jehová lo crié.
-
¡Ay del
que pleitea con su Hacedor! ¡el
tiesto con los tiestos de la tierra!
¿Dirá el barro al que lo labra: Qué
haces; ó tu obra: No tiene manos?
-
¡Ay del
que dice al padre: ¿Por qué
engendraste? y á la mujer: ¿Por qué
pariste?
-
Así dice
Jehová, el Santo de Israel, y su
Formador: Preguntadme de las cosas
por venir; mandadme acerca de mis
hijos, y acerca de la obra de mis
manos.
-
Yo hice
la tierra, y crié sobre ella al
hombre. Yo, mis manos, extendieron
los cielos, y á todo su ejército
mandé.
-
Yo lo
desperté en justicia, y enderezaré
todos sus caminos; él edificará mi
ciudad, y soltará mis cautivos, no
por precio ni por dones, dice Jehová
de los ejércitos.
-
Así dice
Jehová: El trabajo de Egipto, las
mercaderías de Etiopía, y los Sabeos
hombres agigantados, se pasarán á
ti, y serán tuyos; irán en pos de
ti, pasarán con grillos: á ti harán
reverencia, y á ti suplicarán,
diciendo: Cierto, en ti está Dios, y
no hay otro fuera de Dios.
-
Verdaderamente tú eres Dios que te
encubres, Dios de Israel, que
salvas.
-
Confusos
y avergonzados serán todos ellos;
irán con afrenta todos los
fabricadores de imágenes.
-
Israel
es salvo en Jehová con salud eterna;
no os avergonzaréis, ni os
afrentaréis, por todos los siglos.
-
Porque
así dijo Jehová, que crió los
cielos, él es Dios, el que formó la
tierra, el que la hizo y la compuso;
no la crió en vano, para que fuese
habitada la crió: Yo Jehová, y
ninguno más que yo.
-
No hablé
en escondido, en lugar de tierra de
tinieblas; no dije á la generación
de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy
Jehová que hablo justicia, que
anuncio rectitud.
-
Reuníos,
y venid; allegaos, todos los
escapados de las gentes: no saben
aquellos que erigen el madero de su
escultura, y los que ruegan al dios
que no salva.
-
Publicad, y haced llegar, y entren
todos en consulta: ¿quién hizo oir
esto desde el principio, y lo tiene
dicho desde entonces, sino yo
Jehová? Y no hay más Dios que yo;
Dios justo y Salvador: ningún otro
fuera de mí.
-
Mirad á
mí, y sed salvos, todos los términos
de la tierra: porque yo soy Dios, y
no hay más.
-
Por mí
hice juramento, de mi boca salió
palabra en justicia, y no será
revocada. Que á mí se doblará toda
rodilla, jurará toda lengua.
-
Y diráse
de mí: Ciertamente en Jehová está la
justicia y la fuerza: á él vendrán,
y todos los que contra él se
enardecen, serán avergonzados.
-
En
Jehová será justificada y se
gloriará toda la generación de
Israel.
-
POSTROSE
Bel, abatióse Nebo; sus simulacros
fueron puestos sobre bestias, y
sobre animales de carga: os llevarán
cargados de vosotros, carga penosa.
-
Fueron
humillados, fueron abatidos
juntamente; no pudieron escaparse de
la carga, sino que tuvieron ellos
mismos que ir en cautiverio.
-
Oidme,
oh casa de Jacob, y todo el resto de
la casa de Israel, los que sois
traídos por mí desde el vientre, los
que sois llevados desde la matriz.
-
Y hasta
la vejez yo mismo, y hasta las canas
os soportaré yo: yo hice, yo
llevaré, yo soportaré y guardaré.
-
¿A quién
me asemejáis, y me igualáis, y me
comparáis, para que sea semejante?
-
Sacan
oro del talego, y pesan plata con
balanzas, alquilan un platero para
hacer un dios de ello; humíllanse y
adoran.
-
Echanselo sobre los hombros,
llévanlo, y asiéntanlo en su lugar;
allí se está, y no se mueve de su
sitio. Danle voces, y tampoco
responde, ni libra de la
tribulación.
-
Acordaos
de esto, y tened vergüenza, tornad
en vosotros, prevaricadores.
-
Acordaos
de las cosas pasadas desde el siglo;
porque yo soy Dios, y no hay más
Dios, y nada hay á mí semejante;
-
Que
anuncio lo por venir desde el
principio, y desde antiguo lo que
aun no era hecho; que digo: Mi
consejo permanecerá, y haré todo lo
que quisiere;
-
Que
llamo desde el oriente al ave, y de
tierra lejana al varón de mi
consejo. Yo hablé, y lo haré venir:
he lo pensado, y también lo haré.
-
Oidme,
duros de corazón, que estáis lejos
de la justicia.
-
Haré que
se acerque mi justicia, no se
alejará: y mi salud no se detendrá.
Y pondré salud en Sión, y mi gloria
en Israel.
-
DESCIENDE, y siéntate en el polvo,
virgen hija de Babilonia, siéntate
en la tierra sin trono, hija de los
Caldeos: que nunca más te llamarán
tierna y delicada.
-
Toma el
molino, y muele harina: descubre tus
guedejas, descalza los pies,
descubre las piernas, pasa los ríos.
-
Descubierta será tu vergüenza, y tu
deshonor será visto: tomaré
venganza, y no encontraré hombre.
-
Nuestro
Redentor, Jehová de los ejércitos es
su nombre, el Santo de Israel.
-
Siéntate, calla, y entra en
tinieblas, hija de los Caldeos:
porque nunca más te llamarán señora
de reinos.
-
Enojéme
contra mi pueblo, profané mi
heredad, y entreguélos en tu mano:
no les hiciste misericordias; sobre
el viejo agravaste mucho tu yugo.
-
Y
dijiste: Para siempre seré señora: y
no has pensado en esto, ni te
acordaste de tu postrimería.
-
Oye pues
ahora esto, delicada, la que está
sentada confiadamente, la que dice
en su corazón: Yo soy, y fuera de mí
no hay más; no quedaré viuda, ni
conoceré orfandad.
-
Estas
dos cosas te vendrán de repente en
un mismo día, orfandad y viudez: en
toda su perfección vendrán sobre ti,
por la multitud de tus adivinanzas,
y por la copia de tus muchos
agüeros.
-
Porque
te confiaste en tu maldad, diciendo:
Nadie me ve. Tu sabiduría y tu misma
ciencia te engañaron, y dijiste en
tu corazón: Yo, y no más.
-
Vendrá
pues sobre ti mal, cuyo nacimiento
no sabrás: caerá sobre ti
quebrantamiento, el cual no podrás
remediar: y destrucción que no
sabrás, vendrá de repente sobre ti.
-
Estáte
ahora en tus encantamentos, y con la
multitud de tus agüeros, en los
cuales te fatigaste desde tu niñez;
quizá podrás mejorarte, quizá te
fortificarás.
-
Haste
fatigado en la multitud de tus
consejos. Parezcan ahora y
defiéndante los contempladores de
los cielos, los especuladores de las
estrellas, los que contaban los
meses, para pronosticar lo que
vendrá sobre ti.
-
He aquí
que serán como tamo; fuego los
quemará, no salvarán sus vidas del
poder de la llama; no quedará brasa
para calentarse, ni lumbre á la cual
se sienten.
-
Así te
serán aquellos con quienes te
fatigaste, tus negociantes desde tu
niñez: cada uno echará por su
camino, no habrá quien te salve. t
-
OID
esto, casa de Jacob, que os llamáis
del nombre de Israel, los que
salieron de las aguas de Judá, los
que juran en el nombre de Jehová, y
hacen memoria del Dios de Israel,
mas no en verdad ni en justicia:
-
Porque
de la santa ciudad se nombran, y en
el Dios de Israel confían: su
nombre, Jehová de los ejércitos.
-
Lo que
pasó, ya antes lo dije; y de mi boca
salió; publiquélo, hícelo presto, y
vino á ser.
-
Porque
conozco que eres duro, y nervio de
hierro tu cerviz, y tu frente de
metal,
-
Díjetelo
ya días há; antes que viniese te lo
enseñé, porque no dijeses: Mi ídolo
lo hizo, mis estatuas de escultura y
de fundición mandaron estas cosas.
-
Oístelo,
vístelo todo; ¿y no lo anunciaréis
vosotros? Ahora pues te he hecho oir
nuevas y ocultas cosas que tú no
sabías.
-
Ahora
han sido criadas, no en días
pasados; ni antes de este día las
habías oído, porque no digas: He
aquí que yo lo sabía.
-
Sí,
nunca lo habías oído, ni nunca lo
habías conocido; ciertamente no se
abrió antes tu oreja; porque sabía
que desleal habías de desobedecer,
por tanto te llamé rebelde desde el
vientre.
-
Por amor
de mi nombre dilataré mi furor, y
para alabanza mía te daré largas,
para no talarte.
-
He aquí
te he purificado, y no como á plata;
hete escogido en horno de aflicción.
-
Por mí,
por amor de mí lo haré, para que no
sea amancillado mi nombre, y mi
honra no la daré á otro.
-
Oyeme,
Jacob, y tú, Israel, llamado de mí:
Yo mismo, yo el primero, yo también
el postrero.
-
Mi mano
fundó también la tierra, y mi mano
derecha midió los cielo con el
palmo; en llamándolos yo, parecieron
juntamente.
-
Juntaos
todos vosotros, y oid. ¿Quién hay
entre ellos que anuncie estas cosas?
Jehová lo amó, el cual ejecutará su
voluntad en Babilonia, y su brazo en
los Caldeos.
-
Yo, yo
hablé, y le llamé, y le traje; por
tanto será prosperado su camino.
-
Allegaos
á mí, oid esto; desde el principio
no hablé en escondido; desde que la
cosa se hizo, estuve allí: y ahora
el Señor Jehová me envió, y su
espíritu.
-
Así ha
dicho Jehová, Redentor tuyo, el
Santo de Israel: Yo Jehová Dios
tuyo, que te enseña provechosamente,
que te encamina por el camino que
andas.
-
¡Ojalá
miraras tú á mis mandamientos! fuera
entonces tu paz como un río, y tu
justicia como las ondas de la mar.
-
Fuera
como la arena tu simiente, y los
renuevos de tus entrañas como las
pedrezuelas de ella; nunca su nombre
fuera cortado, ni raído de mi
presencia.
-
Salid de
Babilonia, huid de entre los
Caldeos; dad nuevas de esto con voz
de alegría, publicadlo, llevadlo
hasta lo postrero de la tierra:
decid: Redimió Jehová á Jacob su
siervo.
-
Y no
tuvieron sed cuando los llevó por
los desiertos; hízoles correr agua
de la piedra: cortó la peña, y
corrieron aguas.
-
No hay
paz para los malos, dijo Jehová.
-
OÍDME,
islas, y escuchad, pueblos lejanos:
Jehová me llamó desde el vientre;
desde las entrañas de mi madre tuvo
mi nombre en memoria.
-
Y puso
mi boca como espada aguda, cubrióme
con la sombra de su mano; y púsome
por saeta limpia, guardóme en su
aljaba.
-
Y
díjome: Mi siervo eres, oh Israel,
que en ti me gloriaré.
-
Yo
empero dije: Por demás he trabajado,
en vano y sin provecho he consumido
mi fortaleza; mas mi juicio está
delante de Jehová, y mi recompensa
con mi Dios.
-
Ahora
pues, dice Jehová, el que me formó
desde el vientre por su siervo, para
que convierta á él á Jacob. Bien que
Israel no se juntará, con todo,
estimado seré en los ojos de Jehová,
y el Dios mío será mi fortaleza.
-
Y dijo:
Poco es que tú me seas siervo para
levantar las tribus de Jacob, y para
que restaures los asolamientos de
Israel: también te dí por luz de las
gentes, para que seas mi salud hasta
lo postrero de la tierra.
-
Así ha
dicho Jehová, Redentor de Israel, el
Santo suyo, al menospreciado de
alma, al abominado de las gentes, al
siervo de los tiranos. Verán reyes,
y levantaránse príncipes, y adorarán
por Jehová; porque fiel es el Santo
de Israel, el cual te escogió.
-
Así dijo
Jehová: En hora de contentamiento te
oí, y en el día de salud te ayudé: y
guardarte he, y te daré por alianza
del pueblo, para que levantes la
tierra, para que heredes asoladas
heredades;
-
Para que
digas á los presos: Salid; y á los
que están en tinieblas: Manifestaos.
En los caminos serán apacentados, y
en todas las cumbres serán sus
pastos.
-
No
tendrán hambre ni sed, ni el calor
ni el sol los afligirá; porque el
que tiene de ellos misericordia los
guiará, y los conducirá á manaderos
de aguas.
-
Y
tornaré camino todos mis montes, y
mis calzadas serán levantadas.
-
He aquí
estos vendrán de lejos; y he aquí
estotros del norte y del occidente,
y estotros de la tierra de los
Sineos.
-
Cantad
alabanzas, oh cielos, y alégrate,
tierra; y prorrumpid en alabanzas,
oh montes: porque Jehová ha
consolado su pueblo, y de sus pobres
tendrá misericordia.
-
Mas Sión
dijo: Dejóme Jehová, y el Señor se
olvidó de mí.
-
¿Olvidaráse
la mujer de lo que parió, para dejar
de compadecerse del hijo de su
vientre? Aunque se olviden ellas, yo
no me olvidaré de ti.
-
He aquí
que en las palmas te tengo
esculpida: delante de mí están
siempre tus muros.
-
Tus
edificadores vendrán aprisa; tus
destruidores y tus asoladores
saldrán de ti.
-
Alza tus
ojos alrededor, y mira: todos estos
se han reunido, han venido á ti.
Vivo yo, dice Jehová, que de todos,
como de vestidura de honra, serás
vestida; y de ellos serás ceñida
como novia.
-
Porque
tus asolamientos, y tus ruinas, y tu
tierra desierta, ahora será angosta
por la multitud de los moradores; y
tus destruidores serán apartados
lejos.
-
Aun los
hijos de tu orfandad dirán á tus
oídos: Angosto es para mí este
lugar; apártate por amor de mí, para
que yo more.
-
Y dirás
en tu corazón: ¿Quién me engendró
estos? porque yo deshijada estaba y
sola, peregrina y desterrada: ¿quién
pues crió éstos? He aquí yo estaba
dejada sola: éstos ¿dónde estaban?
-
Así dijo
el Señor Jehová: He aquí, yo alzaré
mi mano á las gentes, y á los
pueblos levantaré mi bandera; y
traerán en brazos tus hijos, y tus
hijas serán traídas en hombros.
-
Y reyes
serán tus ayos, y sus reinas tus
amas de leche; el rostro inclinado á
tierra te adorarán, y lamerán el
polvo de tus pies: y conocerás que
yo soy Jehová, que no se
avergonzarán los que me esperan.
-
¿Será
quitada la presa al valiente? ó ¿libertaráse
la cautividad legítima?
-
Así
empero dice Jehová: Cierto, la
cautividad será quitada al valiente,
y la presa del robusto será librada;
y tu pleito yo lo pleitearé, y yo
salvaré á tus hijos.
-
Y á los
que te despojaron haré comer sus
carnes, y con su sangre serán
embriagados como mosto; y conocerá
toda carne que yo Jehová soy
Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el
Fuerte de Jacob.
-
ASI dijo
Jehová: ¿Qué es de la carta de
repudio de vuestra madre, con la
cual yo la repudié? ¿ó quiénes son
mis acreedores, á quienes os he yo
vendido? He aquí que por vuestras
maldades sois vendidos, y por
vuestras rebeliones fué repudiada
vuestra madre:
-
Porque
vine, y nadie pareció; llamé, y
nadie respondió. ¿Ha llegado á
acortarse mi mano, para no redimir?
¿no hay en mí poder para librar? He
aquí que con mi reprensión hago
secar la mar; torno los ríos en
desierto, hasta pudrirse sus peces,
y morirse de sed por falta de agua.
-
Visto de
oscuridad los cielos, y torno como
saco su cobertura.
-
El Señor
Jehová me dió lengua de sabios, para
saber hablar en sazón palabra al
cansado; despertará de mañana,
despertaráme de mañana oído, para
que oiga como los sabios.
-
El Señor
Jehová me abrió el oído, y yo no fuí
rebelde, ni me torné atrás.
-
Dí mi
cuerpo á los heridores, y mis
mejillas á los que me mesaban el
cabello: no escondí mi rostro de las
injurias y esputos.
-
Porque
el Señor Jehová me ayudará; por
tanto no me avergoncé: por eso puse
mi rostro como un pedernal, y sé que
no seré avergonzado.
-
Cercano
está de mí el que me justifica;
¿quién contenderá conmigo?
juntémonos. ¿Quién es el adversario
de mi causa? acérquese á mí.
-
He aquí
que el Señor Jehová me ayudará;
¿quién hay que me condene? He aquí
que todos ellos como ropa de vestir
se envejecerán, los comerá polilla.
-
¿Quién
hay entre vosotros que teme á
Jehová, y oye la voz de su siervo?
el que anda en tinieblas y carece de
luz, confíe en el nombre de Jehová,
y apóyese en su Dios.
-
He aquí
que todos vosotros encendéis fuego,
y estáis cercados de centellas:
andad á la luz de vuestro fuego, y á
las centellas que encendisteis. De
mi mano os vendrá esto; en dolor
seréis sepultados.
-
OÍDME,
los que seguís justicia, los que
buscáis á Jehová: mirad á la piedra
de donde fuisteis cortados, y á la
caverna de la fosa de donde fuisteis
arrancados.
-
Mirad á
Abraham vuestro padre, y á Sara que
os parió; porque solo lo llamé, y
bendíjelo, y multipliquélo.
-
Ciertamente consolará Jehová á Sión:
consolará todas sus soledades, y
tornará su desierto como paraíso, y
su soledad como huerto de Jehová;
hallarse ha en ella alegría y gozo,
alabanza y voz de cantar.
-
Estad
atentos á mí, pueblo mío, y oidme,
nación mía; porque de mí saldrá la
ley, y mi juicio descubriré para luz
de pueblos.
-
Cercana
está mi justicia, salido ha mi
salud, y mis brazos juzgarán á los
pueblos: á mí esperarán las islas, y
en mi brazo pondrán su esperanza.
-
Alzad á
los cielos vuestros ojos, y mirad
abajo á la tierra: porque los cielos
serán deshechos como humo, y la
tierra se envejecerá como ropa de
vestir, y de la misma manera
perecerán sus moradores: mas mi
salud será para siempre, mi justicia
no perecerá.
-
Oidme,
los que conocéis justicia, pueblo en
cuyo corazón está mi ley. No temáis
afrenta de hombre, ni desmayéis por
sus denuestos.
-
Porque
como á vestidura los comerá polilla,
como á lana los comerá gusano; mas
mi justicia permanecerá
perpetuamente, y mi salud por siglos
de siglos.
-
Despiértate, despiértate, vístete de
fortaleza, oh brazo de Jehová;
despiértate como en el tiempo
antiguo, en los siglos pasados. ¿No
eres tú el que cortó á Rahab, y el
que hirió al dragón?
-
¿No eres
tú el que secó la mar, las aguas del
grande abismo; el que al profundo de
la mar tornó en camino, para que
pasasen los redimidos?
-
Cierto,
tornarán los redimidos de Jehová,
volverán á Sión cantando, y gozo
perpetuo será sobre sus cabezas:
poseerán gozo y alegría, y el dolor
y el gemido huirán.
-
Yo, yo
soy vuestro consolador. ¿Quién eres
tú para que tengas temor del hombre,
que es mortal, del hijo del hombre,
que por heno será contado?
-
Y haste
ya olvidado de Jehová tu Hacedor,
que extendió los cielos y fundó la
tierra; y todo el día temiste
continuamente del furor del que
aflige, cuando se disponía para
destruir: mas ¿en dónde está el
furor del que aflige?
-
El preso
se da prisa para ser suelto, por no
morir en la mazmorra, ni que le
falte su pan.
-
Empero
yo Jehová, que parto la mar, y
suenan sus ondas, soy tu Dios, cuyo
nombre es Jehová de los ejércitos.
-
Y en tu
boca he puesto mis palabras, y con
la sombra de mi mano te cubrí, para
que plantase los cielos y fundase la
tierra, y que dijese á Sión: Pueblo
mío eres tú.
-
Despierta, despierta, levántate, oh
Jerusalem, que bebiste de la mano de
Jehová el cáliz de su furor; las
heces del cáliz de aturdimiento
bebiste, y chupaste.
-
De todos
los hijos que parió, no hay quien la
gobierne; ni quien la tome por su
mano de todos los hijos que crió.
-
Estas
dos cosas te han acaecido; ¿quién se
dolerá de ti? asolamiento y
quebrantamiento, hambre y espada.
¿Quién te consolará?
-
Tus
hijos desmayaron, estuvieron
tendidos en las encrucijadas de
todos los caminos, como buey
montaraz en la red, llenos del furor
de Jehová, de la ira del Dios tuyo.
-
Oye pues
ahora esto, miserable, ebria, y no
de vino:
-
Así dijo
tu Señor Jehová, y tu Dios, el cual
pleitea por su pueblo: He aquí he
quitado de tu mano el cáliz de
aturdimiento, la hez del cáliz de mi
furor; nunca más lo beberás:
-
Y
ponerlo he en mano de tus
angustiadores que dijeron á tu alma:
Encórvate, y pasaremos. Y tú pusiste
tu cuerpo como tierra, y como
camino, á los que pasan.
-
DESPIERTA, despierta, vístete tu
fortaleza, oh Sión; vístete tu ropa
de hermosura, oh Jerusalem, ciudad
santa: porque nunca más acontecerá
que venga á ti incircunciso ni
inmundo.
-
Sacúdete
del polvo; levántate y siéntate,
Jerusalem; suéltate de las ataduras
de tu cuello, cautiva hija de Sión.
-
Porque
así dice Jehová: De balde fuisteis
vendidos; por tanto, sin dinero
seréis rescatados.
-
Porque
así dijo el Señor Jehová: Mi pueblo
descendió á Egipto en tiempo pasado,
para peregrinar allá; y el Assur lo
cautivó sin razón.
-
Y ahora
¿qué á mí aquí, dice Jehová, ya que
mi pueblo sea llevado sin por qué? Y
los que en él se enseñorean, lo
hacen aullar, dice Jehová, y
continuamente es blasfemado mi
nombre todo el día.
-
Por
tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por
esta causa en aquel día: porque yo
mismo que hablo, he aquí estaré
presente.
-
¡Cuán
hermosos son sobre los montes los
pies del que trae alegres nuevas,
del que publica la paz, del que trae
nuevas del bien, del que publica
salud, del que dice á Sión: Tu Dios
reina!
-
¡Voz de
tus atalayas! alzarán la voz,
juntamente darán voces de júbilo;
porque ojo á ojo verán que Jehová
vuelve á traer á Sión.
-
Cantad
alabanzas, alegraos juntamente,
soledades de Jerusalem: porque
Jehová ha consolado su pueblo, á
Jerusalem ha redimido.
-
Jehová
desnudó el brazo de su santidad ante
los ojos de todas las gentes; y
todos los términos de la tierra
verán la salud del Dios nuestro.
-
Apartaos, apartaos, salid de ahí, no
toquéis cosa inmunda; salid de en
medio de ella; limpiaos los que
lleváis los vasos de Jehová.
-
Porque
no saldréis apresurados, ni iréis
huyendo; porque Jehová irá delante
de vosotros, y os congregará el Dios
de Israel.
-
He aquí
que mi siervo será prosperado, será
engrandecido y ensalzado, y será muy
sublimado.
-
Como se
pasmaron de ti muchos, en tanta
manera fué desfigurado de los
hombres su parecer; y su hermosura
más que la de los hijos de los
hombres.
-
Empero
él rociará muchas gentes: los reyes
cerrarán sobre él sus bocas; porque
verán lo que nunca les fué contado,
y entenderán lo que jamás habían
oído.
-
¿QUIÉN
ha creído á nuestro anuncio? ¿y
sobre quién se ha manifestado el
brazo de Jehová?
-
Y subirá
cual renuevo delante de él, y como
raíz de tierra seca: no hay parecer
en él, ni hermosura: verlo hemos,
mas sin atractivo para que le
deseemos.
-
Despreciado y desechado entre los
hombres, varón de dolores,
experimentado en quebranto: y como
que escondimos de él el rostro, fué
menospreciado, y no lo estimamos.
-
Ciertamente llevó él nuestras
enfermedades, y sufrió nuestros
dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y
abatido.
-
Mas él
herido fué por nuestras rebeliones,
molido por nuestros pecados: el
castigo de nuestra paz sobre él; y
por su llaga fuimos nosotros
curados.
-
Todos
nosotros nos descarriamos como
ovejas, cada cual se apartó por su
camino: mas Jehová cargó en él el
pecado de todos nosotros.
-
Angustiado él, y afligido, no abrió
su boca: como cordero fué llevado al
matadero; y como oveja delante de
sus trasquiladores, enmudeció, y no
abrió su boca.
-
De la
cárcel y del juicio fué quitado; y
su generación ¿quién la contará?
Porque cortado fué de la tierra de
los vivientes; por la rebelión de mi
pueblo fué herido.
-
Y
dipúsose con los impíos su
sepultura, mas con los ricos fué en
su muerte; porque nunca hizo él
maldad, ni hubo engaño en su boca.
-
Con todo
eso Jehová quiso quebrantarlo,
sujetándole á padecimiento. Cuando
hubiere puesto su vida en expiación
por el pecado, verá linaje, vivirá
por largos días, y la voluntad de
Jehová será en su mano prosperada.
-
Del
trabajo de su alma verá y será
saciado; con su conocimiento
justificará mi siervo justo á
muchos, y él llevará las iniquidades
de ellos.
-
Por
tanto yo le daré parte con los
grandes, y con los fuertes repartirá
despojos; por cuanto derramó su vida
hasta la muerte, y fué contado con
los perversos, habiendo él llevado
el pecado de muchos y orado por los
transgresores.
-
ALÉGRATE, oh estéril, la que no
paría; levanta canción, y da voces
de júbilo, la que nunca estuvo de
parto: porque más son los hijos de
la dejada que los de la casada, ha
dicho Jehová.
-
Ensancha
el sitio de tu cabaña, y las
cortinas de tus tiendas sean
extendidas; no seas escasa; alarga
tus cuerdas, y fortifica tus
estacas.
-
Porque á
la mano derecha y á la mano
izquierda has de crecer; y tu
simiente heredará gentes, y
habitarán las ciudades asoladas.
-
No
temas, que no serás avergonzada; y
no te avergüences, que no serás
afrentada: antes, te olvidarás de la
vergüenza de tu mocedad, y de la
afrenta de tu viudez no tendrás más
memoria.
-
Porque
tu marido es tu Hacedor; Jehová de
los ejércitos es su nombre: y tu
redentor, el Santo de Israel; Dios
de toda la tierra será llamado.
-
Porque
como á mujer dejada y triste de
espíritu te llamó Jehová, y como á
mujer moza que es repudiada, dijo el
Dios tuyo.
-
Por un
pequeño momento te dejé; mas te
recogeré con grandes misericordias.
-
Con un
poco de ira escondí mi rostro de ti
por un momento; mas con misericordia
eterna tendré compasión de ti, dijo
tu Redentor Jehová.
-
Porque
esto me será como las aguas de Noé;
que juré que nunca más las aguas de
Noé pasarían sobre la tierra; así he
jurado que no me enojaré contra ti,
ni te reñiré.
-
Porque
los montes se moverán, y los
collados temblarán; mas no se
apartará de ti mi misericordia, ni
el pacto de mi paz vacilará, dijo
Jehová, el que tiene misericordia de
ti.
-
Pobrecita, fatigada con tempestad,
sin consuelo; he aquí que yo
cimentaré tus piedras sobre
carbunclo, y sobre zafiros te
fundaré.
-
Tus
ventanas pondré de piedras
preciosas, tus puertas de piedras de
carbunclo, y todo tu término de
piedras de buen gusto.
-
Y todos
tus hijos serán enseñados de Jehová;
y multiplicará la paz de tus hijos.
-
Con
justicia serás adornada; estarás
lejos de opresión, porque no
temerás; y de temor, porque no se
acercará á ti.
-
Si
alguno conspirare contra ti, será
sin mí: el que contra ti conspirare,
delante de ti caerá.
-
He aquí
que yo crié al herrero que sopla las
ascuas en el fuego, y que saca la
herramienta para su obra; y yo he
criado al destruidor para destruir.
-
Toda
herramienta que fuere fabricada
contra ti, no prosperará; y tú
condenarás toda lengua que se
levantare contra ti en juicio. Esta
es la heredad de los siervos de
Jehová, y su justicia de por mí,
dijo Jehová.
-
A TODOS
los sedientos: Venid á las aguas; y
los que no tienen dinero, venid,
comprad, y comed. Venid, comprad,
sin dinero y sin precio, vino y
leche.
-
¿Por qué
gastáis el dinero no en pan, y
vuestro trabajo no en hartura? Oidme
atentamente, y comed del bien, y
deleitaráse vuestra alma con
grosura.
-
Inclinad
vuestros oídos, y venid á mí; oid, y
vivirá vuestra alma; y haré con
vosotros pacto eterno, las
misericordias firmes á David.
-
He aquí,
que yo lo dí por testigo á los
pueblos, por jefe y por maestro á
las naciones.
-
He aquí,
llamarás á gente que no conociste, y
gentes que no te conocieron correrán
á ti; por causa de Jehová tu Dios, y
del Santo de Israel que te ha
honrado.
-
Buscad á
Jehová mientras puede ser hallado,
llamadle en tanto que está cercano.
-
Deje el
impío su camino, y el hombre inicuo
sus pensamientos; y vuélvase á
Jehová, el cual tendrá de él
misericordia, y al Dios nuestro, el
cual será amplio en perdonar.
-
Porque
mis pensamientos no son vuestros
pensamientos, ni vuestros caminos
mis caminos, dijo Jehová.
-
Como son
más altos los cielos que la tierra,
así son mis caminos más altos que
vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos.
-
Porque
como desciende de los cielos la
lluvia, y la nieve, y no vuelve
allá, sino que harta la tierra, y la
hace germinar y producir, y da
simiente al que siembra, y pan al
que come,
-
Así será
mi palabra que sale de mi boca: no
volverá á mí vacía, antes hará lo
que yo quiero, y será prosperada en
aquello para que la envié.
-
Porque
con alegría saldréis, y con paz
seréis vueltos; los montes y los
collados levantarán canción delante
de vosotros, y todos los árboles del
campo darán palmadas de aplauso.
-
En lugar
de la zarza crecerá haya, y en lugar
de la ortiga crecerá arrayán: y será
á Jehová por nombre, por señal
eterna que nunca será raída.
-
ASÍ dijo
Jehová: Guardad derecho, y haced
justicia: porque cercana está mi
salud para venir, y mi justicia para
manifestarse.
-
Bienaventurado el hombre que esto
hiciere, y el hijo del hombre que
esto abrazare: que guarda el sábado
de profanarlo, y que guarda su mano
de hacer todo mal.
-
Y el
hijo del extranjero, allegado á
Jehová, no hable diciendo:
Apartaráme totalmente Jehová de su
pueblo. Ni diga el eunuco: He aquí
yo soy árbol seco.
-
Porque
así dijo Jehová á los eunucos que
guardaren mis sábados, y escogieren
lo que yo quiero, y abrazaren mi
pacto:
-
Yo les
daré lugar en mi casa y dentro de
mis muros, y nombre mejor que el de
hijos é hijas; nombre perpetuo les
daré que nunca perecerá.
-
Y á los
hijos de los extranjeros que se
allegaren á Jehová para ministrarle,
y que amaren el nombre de Jehová
para ser sus siervos: á todos los
que guardaren el sábado de
profanarlo, y abrazaren mi pacto,
-
Yo los
llevaré al monte de mi santidad, y
los recrearé en mi casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptos sobre mi altar; porque
mi casa, casa de oración será
llamada de todos los pueblos.
-
Dice el
Señor Jehová, el que junta los
echados de Israel: Aun juntaré sobre
él sus congregados.
-
Todas
las bestias del campo, todas las
bestias del monte, venid á devorar.
-
Sus
atalayas ciegos son, todos ellos
ignorantes; todos ellos perros
mudos, no pueden ladrar;
soñolientos, echados, aman el
dormir.
-
Y esos
perros ansiosos no conocen hartura;
y los mismos pastores no supieron
entender: todos ellos miran á sus
caminos, cada uno á su provecho,
cada uno por su cabo.
-
Venid,
dicen, tomaré vino, embriaguémonos
de sidra; y será el día de mañana
como este, ó mucho más excelente.
-
PERECE
el justo, y no hay quien pare
mientes; y los píos son recogidos, y
no hay quien entienda que delante de
la aflicción es recogido el justo.
-
Entrará
en la paz; descansarán en sus lechos
todos los que andan delante de Dios.
-
Mas
vosotros llegaos acá, hijos de la
agorera, generación de adúltero y de
fornicaria.
-
¿De
quién os habéis mofado? ¿contra
quién ensanchasteis la boca, y
alargasteis la lengua? ¿No sois
vosotros hijos rebeldes, simiente
mentirosa,
-
Que os
enfervorizáis con los ídolos debajo
de todo árbol umbroso, que
sacrificáis los hijos en los valles,
debajo de los peñascos?
-
En las
pulimentadas piedras del valle está
tu parte; ellas, ellas son tu
suerte; y á ellas derramaste
libación, y ofreciste presente. ¿No
me tengo de vengar de estas cosas?
-
Sobre el
monte alto y empinado pusiste tu
cama: allí también subiste á hacer
sacrificio.
-
Y tras
la puerta y el umbral pusiste tu
recuerdo: porque á otro que á mí te
descubriste, y subiste, y
ensanchaste tu cama, é hiciste con
ellos alianza: amaste su cama donde
quiera que la veías.
-
Y fuiste
al rey con ungüento, y multiplicaste
tus perfumes, y enviaste tus
embajadores lejos, y te abatiste
hasta el profundo.
-
En la
multitud de tus caminos te cansaste,
mas no dijiste: No hay remedio;
hallaste la vida de tu mano, por
tanto no te arrepentiste.
-
¿Y de
quién te asustaste y temiste, que
has faltado á la fe, y no te has
acordado de mí, ni te vino al
pensamiento? ¿No he yo disimulado
desde tiempos antiguos, y nunca me
has temido?
-
Yo
publicaré tu justicia y tus obras,
que no te aprovecharán.
-
Cuando
clamares, líbrente tus allegados;
empero á todos ellos llevará el
viento, un soplo los arrebatará; mas
el que en mí espera, tendrá la
tierra por heredad, y poseerá el
monte de mi santidad.
-
Y dirá:
Allanad, allanad; barred el camino,
quitad los tropiezos del camino de
mi pueblo.
-
Porque
así dijo el Alto y Sublime, el que
habita la eternidad, y cuyo nombre
es el Santo: Yo habito en la altura
y la santidad, y con el quebrantado
y humilde de espíritu, para hacer
vivir el espíritu de los humildes, y
para vivificar el corazón de los
quebrantados.
-
Porque
no tengo de contender para siempre,
ni para siempre me he de enojar:
pues decaería ante mí el espíritu, y
las almas que yo he criado.
-
Por la
iniquidad de su codicia me enojé y
heríle, escondí mi rostro y ensañéme;
y fué él rebelde por el camino de su
corazón.
-
Visto he
sus caminos, y le sanaré, y le
pastorearé, y daréle consolaciones,
á él y á sus enlutados.
-
Crío
fruto de labios: Paz, paz al lejano
y al cercano, dijo Jehová; y
sanarélo.
-
Mas los
impíos son como la mar en tempestad,
que no puede estarse quieta, y sus
aguas arrojan cieno y lodo.
-
No hay
paz, dijo mi Dios, para los impíos.
-
CLAMA á
voz en cuello, no te detengas; alza
tu voz como trompeta, y anuncia á mi
pueblo su rebelión, y á la casa de
Jacob su pecado.
-
Que me
buscan cada día, y quieren saber mis
caminos, como gente que hubiese
obrado justicia, y que no hubiese
dejado el derecho de su Dios:
pregúntanme derechos de justicia, y
quieren acercarse á Dios.
-
¿Por
qué, dicen, ayunamos, y no hiciste
caso; humillamos nuestras almas, y
no te diste por entendido? He aquí
que en el día de vuestro ayuno
halláis lo que queréis, y todos
demandáis vuestras haciendas.
-
He aquí
que para contiendas y debates
ayunáis, y para herir con el puño
inicuamente; no ayunéis como hoy,
para que vuestra voz sea oída en lo
alto.
-
¿Es tal
el ayuno que yo escogí, que de día
aflija el hombre su alma, que
encorve su cabeza como junco, y haga
cama de saco y de ceniza? ¿Llamaréis
esto ayuno, y día agradable á
Jehová?
-
¿No es
antes el ayuno que yo escogí,
desatar las ligaduras de impiedad,
deshacer los haces de opresión, y
dejar ir libres á los quebrantados,
y que rompáis todo yugo?
-
¿No es
que partas tu pan con el hambriento,
y á los pobres errantes metas en
casa; que cuando vieres al desnudo,
lo cubras, y no te escondas de tu
carne?
-
Entonces
nacerá tu luz como el alba, y tu
salud se dejará ver presto; é irá tu
justicia delante de ti, y la gloria
de Jehová será tu retaguardia.
-
Entonces
invocarás, y oirte ha Jehová;
clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si
quitares de en medio de ti el yugo,
el extender el dedo, y hablar
vanidad;
-
Y si
derramares tu alma al hambriento, y
saciares el alma afligida, en las
tinieblas nacerá tu luz, y tu
oscuridad será como el medio día;
-
Y Jehová
te pastoreará siempre, y en las
sequías hartará tu alma, y engordará
tus huesos; y serán como huerta de
riego, y como manadero de aguas,
cuyas aguas nunca faltan.
-
Y
edificarán los de ti los desiertos
antiguos; los cimientos de
generación y generación levantarás:
y serás llamado reparador de
portillos, restaurador de calzadas
para habitar.
-
Si
retrajeres del sábado tu pie, de
hacer tu voluntad en mi día santo, y
al sábado llamares delicias, santo,
glorioso de Jehová; y lo venerares,
no hacinedo tus caminos, ni buscando
tu voluntad, ni hablando tus
palabras:
-
Entonces
te delelitarás en Jehová; y yo te
haré subir sobre las alturas de la
tierra, y te daré á comer la heredad
de Jacob tu padre: porque la boca de
Jehová lo ha hablado.
-
HE aquí
que no se ha acortado la mano de
Jehová para salvar, ni hase agravado
su oído para oir:
-
Mas
vuestras iniquidades han hecho
división entre vosotros y vuestro
Dios, y vuestros pecados han hecho
ocultar su rostro de vosotros, para
no oir.
-
Porque
vuestras manos están contaminadas de
sangre, y vuestros dedos de
iniquidad; vuestros labios
pronuncian mentira, habla maldad
vuestra lengua.
-
No hay
quien clame por la justicia, ni
quien juzgue por la verdad: confían
en vanidad, y hablan vanidades;
conciben trabajo, y paren iniquidad.
-
Ponen
huevos de áspides, y tejen telas de
arañas: el que comiere de sus
huevos, morirá; y si lo apretaren,
saldrá un basilisco.
-
Sus
telas no servirán para vestir, ni de
sus obras serán cubiertos: sus obras
son obras de iniquidad, y obra de
rapiña está en sus manos.
-
Sus pies
corren al mal, y se apresuran para
derramar la sangre inocente; sus
pensamientos, pensamientos de
iniquidad, destrucción y
quebrantamiento en sus caminos.
-
No
conocieron camino de paz, ni hay
derecho en sus caminos: sus veredas
son torcidas; cualquiera que por
ellas fuere, no conocerá paz.
-
Por esto
se alejó de nosotros el juicio, y no
nos alcanzó justicia: esperamos luz,
y he aquí tinieblas; resplandores, y
andamos en oscuridad.
-
Palpamos
la pared como ciegos, y andamos á
tiento como sin ojos; tropezamos al
medio día como de noche; estamos en
oscuros lugares como muertos.
-
Aullamos
como osos todos nosotros, y gemimos
lastimeramente como palomas:
esperamos juicio, y no lo hay;
salud, y alejóse de nosotros.
-
Porque
nuestras rebeliones se han
multiplicado delante de ti, y
nuestros pecados han atestiguado
contra nosotros; porque con nosotros
están nuestras iniquidades, y
conocemos nuestros pecados:
-
El
prevaricar y mentir contra Jehová, y
tornar de en pos de nuestro Dios; el
hablar calumnia y rebelión, concebir
y proferir de corazón palabras de
mentira.
-
Y el
derecho se retiró, y la justicia se
puso lejos: porque la verdad tropezó
en la plaza, y la equidad no pudo
venir.
-
Y la
verdad fue detenida; y el que se
apartó del mal, fué puesto en presa:
y viólo Jehová, y desagradó en sus
ojos, porque pereció el derecho.
-
Y vió
que no había hombre, y maravillóse
que no hubiera quien se
interpusiese; y salvólo su brazo, y
afirmóle su misma justicia.
-
Pues de
justicia se vistió como de loriga,
con capacete de salud en su cabeza:
y vistióse de vestido de venganza
por vestidura, y cubrióse de celo
como de manto,
-
Como
para retribuir, como para retornar
ira á sus enemigos, y dar el pago á
sus adversarios: el pago dará á las
islas.
-
Y
temerán desde el occidente el nombre
de Jehová, y desde el nacimiento del
sol su gloria: porque vendrá el
enemigo como río, mas el espíritu de
Jehová levantará bandera contra él.
-
Y vendrá
el Redentor á Sión, y á los que se
volvieren de la iniquidad en Jacob,
dice Jehová.
-
Y este
será mi pacto con ellos, dijo
Jehová: El espíritu mío que está
sobre ti, y mis palabras que puse en
tu boca, no faltarán de tu boca, ni
de la boca de tu simiente, dijo
Jehová, ni de la boca de la simiente
de tu simiente, desde ahora y para
siempre.
-
LEVÁNTATE, resplandece; que ha
venido tu lumbre, y la gloria de
Jehová ha nacido sobre ti.
-
Porque
he aquí que tinieblas cubrirán la
tierra, y oscuridad los pueblos: mas
sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti
será vista su gloria.
-
Y
andarán las gentes á tu luz, y los
reyes al resplandor de tu
nacimiento.
-
Alza tus
ojos en derredor, y mira: todos
estos se han juntado, vinieron á ti:
tus hijos vendrán de lejos, y tus
hijas sobre el lado serán criadas.
-
Entonces
verás y resplandecerás; y se
maravillará y ensanchará tu corazón,
que se haya vuelto á ti la multitud
de la mar, y la fortaleza de las
gentes haya venido á ti.
-
Multitud
de camellos te cubrirá, dromedarios
de Madián y de Epha; vendrán todos
los de Seba; traerán oro é incienso,
y publicarán alabanzas de Jehová.
-
Todo el
ganado de Cedar será juntado para
ti: carneros de Nebayoth te serán
servidos: serán ofrecidos con agrado
sobre mi altar, y glorificaré la
casa de mi gloria.
-
¿Quiénes
son estos que vuelan como nubes, y
como palomas á sus ventanas?
-
Ciertamente á mí esperarán las
islas, y las naves de Tarsis desde
el principio, para traer tus hijos
de lejos, su plata y su oro con
ellos, al nombre de Jehová tu Dios,
y al Santo de Israel, que te ha
glorificado.
-
Y los
hijos de los extranjeros edificarán
tus muros, y sus reyes te servirán;
porque en mi ira te herí, mas en mi
buena voluntad tendré de ti
misericordia.
-
Tus
puertas estarán de continuo
abiertas, no se cerrarán de día ni
de noche, para que sea traída á ti
fortaleza de gentes, y sus reyes
conducidos.
-
Porque
la gente ó el reino que no te
sirviere, perecerá; y del todo serán
asoladas.
-
La
gloria del Líbano vendrá á ti,
hayas, pinos, y bojes juntamente,
para decorar el lugar de mi
santuario; y yo honraré el lugar de
mis pies.
-
Y
vendrán á ti humillados los hijos de
los que te afligieron, y á las
pisadas de tus pies se encorvarán
todos los que te escarnecían, y
llamarte han Ciudad de Jehová, Sión
del Santo de Israel.
-
En lugar
de que has sido desechada y
aborrecida, y que no había quien por
ti pasase, ponerte he en gloria
perpetua, gozo de generación y
generación.
-
Y
mamarás la leche de las gentes, el
pecho de los reyes mamarás; y
conocerás que yo Jehová soy el
Salvador tuyo, y Redentor tuyo, el
Fuerte de Jacob.
-
En vez
de cobre traeré oro, y por hierro
plata, y por madera metal, y en
lugar de piedras hierro; y pondré
paz por tu tributo, y justicia por
tus exactores.
-
Nunca
más se oirá en tu tierra violencia,
destrucción ni quebrantamiento en
tus términos; mas á tus muros
llamarás Salud, y á tus puertas
Alabanza.
-
El sol
nunca más te servirá de luz para el
día, ni el resplandor de la luna te
alumbrará; sino que Jehová te será
por luz perpetua, y el Dios tuyo por
tu gloria.
-
No se
pondrá jamás tu sol, ni menguará tu
luna: porque te será Jehová por luz
perpetua, y los días de tu luto
serán acabados.
-
Y tu
pueblo, todos ellos serán justos,
para siempre heredarán la tierra;
renuevos de mi plantío, obra de mis
manos, para glorificarme.
-
El
pequeño será por mil, el menor, por
gente fuerte. Yo Jehová á su tiempo
haré que esto sea presto.
-
EL
espíritu del Señor Jehová es sobre
mí, porque me ungió Jehová; hame
enviado á predicar buenas nuevas á
los abatidos, á vendar á los
quebrantados de corazón, á publicar
libertad á los cautivos, y á los
presos abertura de la cárcel;
-
A
promulgar año de la buena voluntad
de Jehová, y día de venganza del
Dios nuestro; á consolar á todos los
enlutados;
-
A
ordenar á Sión á los enlutados, para
darles gloria en lugar de ceniza,
óleo de gozo en lugar del luto,
manto de alegría en lugar del
espíritu angustiado; y serán
llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya.
-
Y
edificarán los desiertos antiguos, y
levantarán los asolamientos
primeros, y restaurarán las ciudades
asoladas, los asolamientos de muchas
generaciones.
-
Y
estarán extranjeros, y apacentarán
vuestras ovejas, y los extraños
serán vuestros labradores y vuestros
viñadores.
-
Y
vosotros seréis llamados sacerdotes
de Jehová, ministros del Dios
nuestro seréis dichos: comeréis las
riquezas de las gentes, y con su
gloria seréis sublimes.
-
En lugar
de vuestra doble confusión, y de
vuestra deshonra, os alabarán en sus
heredades; por lo cual en sus
tierras poseerán doblado, y tendrán
perpetuo gozo.
-
Porque
yo Jehová soy amador del derecho,
aborrecedor del latrocinio para
holocausto; por tanto afirmaré en
verdad su obra, y haré con ellos
pacto perpetuo.
-
Y la
simiente de ellos será conocida
entre las gentes, y sus renuevos en
medio de los pueblos; todos los que
los vieren, los conocerán, que son
simiente bendita de Jehová.
-
En gran
manera me gozaré en Jehová, mi alma
se alegrará en mi Dios; porque me
vistió de vestidos de salud, rodeóme
de manto de justicia, como á novio
me atavió, y como á novia compuesta
de sus joyas.
-
Porque
como la tierra produce su renuevo, y
como el huerto hace brotar su
simiente, así el Señor Jehová hará
brotar justicia y alabanza delante
de todas las gentes.
-
POR amor
de Sión no callaré, y por amor de
Jerusalem no he de parar, hasta que
salga como resplandor su justicia, y
su salud se encienda como una
antorcha.
-
Entonces
verán las gentes tu justicia, y
todos los reyes tu gloria; y te será
puesto un nombre nuevo, que la boca
de Jehová nombrará.
-
Y serás
corona de gloria en la mano de
Jehová, y diadema de reino en la
mano del Dios tuyo.
-
Nunca
más te llamarán Desamparada, ni tu
tierra se dirá más Asolamiento; sino
que serás llamada Hephzibah, y tu
tierra, Beulah; porque el amor de
Jehová será en ti, y tu tierra será
casada.
-
Pues
como el mancebo se casa con la
virgen, se casarán contigo tus
hijos; y como el gozo del esposo con
la esposa, así se gozará contigo el
Dios tuyo.
-
Sobre
tus muros, oh Jerusalem, he puesto
guardas; todo el día y toda la noche
no callarán jamás. Los que os
acordáis de Jehová, no ceséis,
-
Ni le
deis tregua, hasta que confirme, y
hasta que ponga á Jerusalem en
alabanza en la tierra.
-
Juró
Jehová por su mano derecha, y por el
brazo de su fortaleza: Que jamás
daré tu trigo por comida á tus
enemigos, ni beberán los extraños el
vino que tú trabajaste:
-
Mas los
que lo allegaron lo comerán, y
alabarán á Jehová; y los que lo
cogieron, lo beberán en los atrios
de mi santuario.
-
Pasad,
pasad por las puertas; barred el
camino al pueblo; allanad, allanad
la calzada, quitad las piedras,
alzad pendón á los pueblos.
-
He aquí
que Jehová hizo oir hasta lo último
de la tierra: Decid á la hija de
Sión: He aquí viene tu Salvador; he
aquí su recompensa con él, y delante
de él su obra.
-
Y
llamarles han Pueblo Santo,
Redimidos de Jehová; y á ti te
llamarán Ciudad Buscada, no
desamparada.
-
¿QUIÉN
es éste que viene de Edom, de Bosra
con vestidos bermejos? ¿éste hermoso
en su vestido, que marcha en la
grandeza de su poder? Yo, el que
hablo en justicia, grande para
salvar.
-
¿Por qué
es bermejo tu vestido, y tus ropas
como del que ha pisado en lagar?
-
Pisado
he yo solo el lagar, y de los
pueblos nadie fué conmigo: pisélos
con mi ira, y hollélos con mi furor;
y su sangre salpicó mis vestidos, y
ensucié todas mis ropas.
-
Porque
el día de la venganza está en mi
corazón, y el año de mis redimidos
es venido.
-
Y miré y
no había quien ayudará, y
maravilléme que no hubiera quien
sustentase: y salvóme mi brazo, y
sostúvome mi ira.
-
Y con mi
ira hollé los pueblos, y
embriaguélos de mi furor, y derribé
á tierra su fortaleza.
-
De las
misericordias de Jehová haré
memoria, de las alabanzas de Jehová,
conforme á todo lo que Jehová nos ha
dado, y de la grandeza de su
beneficencia hacia la casa de
Israel, que les ha hecho según sus
misericordias, y según la multitud
de sus miseraciones.
-
Porque
dijo: Ciertamente mi pueblo son,
hijos que no mienten; y fué su
Salvador.
-
En toda
angustia de ellos él fué angustiado,
y el ángel de su faz los salvó: en
su amor y en su clemencia los
redimió, y los trajo, y los levantó
todos los días del siglo.
-
Mas
ellos fueron rebeldes, é hicieron
enojar su espíritu santo; por lo
cual se les volvió enemigo, y él
mismo peleó contra ellos.
-
Empero
acordóse de los días antiguos, de
Moisés y de su pueblo, diciendo:
¿Dónde está el que les hizo subir de
la mar con el pastor de su rebaño?
¿dónde el que puso en medio de él su
espíritu santo?
-
¿El que
los guió por la diestra de Moisés
con el brazo de su gloria; el que
rompió las aguas delante de ellos,
haciéndose así nombre perpetuo?
-
¿El que
los condujo por los abismos, como un
caballo por el desierto, sin que
tropezaran?
-
El
espíritu de Jehová los pastoreó,
como á una bestia que desciende al
valle; así pastoreaste tu pueblo,
para hacerte nombre glorioso.
-
Mira
desde el cielo, y contempla desde la
morada de tu santidad y de tu
gloria: ¿dónde está tu celo, y tu
fortaleza, la conmoción de tus
entrañas y de tus miseraciones para
conmigo? ¿hanse estrechado?
-
Tú
empero eres nuestro padre, si bien
Abraham nos ignora, é Israel no nos
conoce: tú, oh Jehová, eres nuestro
padre; nuestro Redentor perpetuo es
tu nombre.
-
¿Por
qué, oh Jehová, nos has hecho errar
de tus caminos, y endureciste
nuestro corazón á tu temor? Vuélvete
por amor de tus siervos, por las
tribus de tu heredad.
-
Por poco
tiempo lo poseyó el pueblo de tu
santidad: nuestros enemigos han
hollado tu santuario.
-
Hemos
venido á ser como aquellos de
quienes nunca te enseñoreaste, sobre
los cuales nunca fué llamado tu
nombre.
-
¡OH si
rompiese los cielos, y descendieras,
y á tu presencia se escurriesen los
montes,
-
Como
fuego abrasador de fundiciones,
fuego que hace hervir las aguas,
para que hicieras notorio tu nombre
á tus enemigos, y las gentes
temblasen á tu presencia!
-
Cuando,
haciendo terriblezas cuales nunca
esperábamos, descendiste, fluyeron
los montes delante de ti.
-
Ni nunca
oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo
ha visto Dios fuera de ti, que
hiciese por el que en él espera.
-
Saliste
al encuentro al que con alegría
obraba justicia, á los que se
acordaban de ti en tus caminos: he
aquí, tú te enojaste porque pecamos;
en esos hay perpetuidad, y seremos
salvos.
-
Si bien
todos nosotros somos como suciedad,
y todas nuestras justicias como
trapo de inmundicia; y caímos todos
nosotros como la hoja, y nuestras
maldades nos llevaron como viento.
-
Y nadie
hay que invoque tu nombre, que se
despierte para tenerte; por lo cual
escondiste de nosotros tu rostro, y
nos dejaste marchitar en poder de
nuestras maldades.
-
Ahora
pues, Jehová, tú eres nuestro padre;
nosotros lodo, y tú el que nos
formaste; así que obra de tus manos,
todos nosotros.
-
No te
aires, oh Jehová, sobremanera, ni
tengas perpetua memoria de la
iniquidad: he aquí mira ahora,
pueblo tuyo somos todos nosotros.
-
Tus
santas ciudades están desiertas,
Sión es un desierto, Jerusalem una
soledad.
-
La casa
de nuestro santuario y de nuestra
gloria, en la cual te alabaron
nuestros padres, fué consumida al
fuego; y todas nuestras cosas
preciosas han sido destruídas.
-
¿Te
estarás quieto, oh Jehová, sobre
estas cosas? ¿callarás, y nos
afligirás sobremanera?
-
FUI
buscado de los que no preguntaban
por mí; fuí hallado de los que no me
buscaban. Dije á gente que no
invocaba mi nombre: Heme aquí, heme
aquí.
-
Extendí
mis manos todo el día á pueblo
rebelde, el cual anda por camino no
bueno, en pos de sus pensamientos;
-
Pueblo
que en mi cara me provoca de
continuo á ira, sacrificando en
huertos, y ofreciendo perfume sobre
ladrillos;
-
Que se
quedan en los sepulcros, y en los
desiertos tienen la noche; que comen
carne de puerco, y en sus ollas hay
caldo de cosas inmundas;
-
Que
dicen: Estáte en tu lugar, no te
llegues á mí, que soy más santo que
tú: éstos son humo en mi furor,
fuego que arde todo el día.
-
He aquí
que escrito está delante de mí; no
callaré, antes retornaré, y daré el
pago en su seno,
-
Por
vuestras iniquidades, y las
iniquidades de vuestros padres
juntamente, dice Jehová, los cuales
hicieron perfume sobre los montes, y
sobre los collados me afrentaron:
por tanto yo les mediré su obra
antigua en su seno.
-
Así ha
dicho Jehová: Como si alguno hallase
mosto en un racimo, y dijese: No lo
desperdicies, que bendición hay en
él; así haré yo por mis siervos, que
no lo destruiré todo.
-
Mas
sacaré simiente de Jacob, y de Judá
heredero de mis montes; y mis
escogidos poseerán por heredad la
tierra, y mis siervos habitarán
allí.
-
Y será
Sarón para habitación de ovejas, y
el valle de Achôr para majada de
vacas, á mi pueblo que me buscó.
-
Empero
vosotros los que dejáis á Jehová,
que olvidáis el monte de mi
santidad, que ponéis mesa para la
Fortuna, y suministráis libaciones
para el Destino;
-
Yo
también os destinaré al cuchillo, y
todos vosotros os arrodillaréis al
degolladero: por cuanto llamé, y no
respondisteis; hablé, y no oisteis;
sino que hicisteis lo malo delante
de mis ojos, y escogisteis lo que á
mí desagrada.
-
Por
tanto así dijo el Señor Jehová: He
aquí que mis siervos comerán, y
vosotros tendréis hambre; he aquí
que mis siervos beberán, y vosotros
tendréis sed; he aquí que mis
siervos se alegrarán, y vosotros
seréis avergonzados;
-
He aquí
que mis siervos cantarán por júbilo
del corazón, y vosotros clamaréis
por el dolor del corazón, y por el
quebrantamiento de espíritu
aullaréis.
-
Y
dejaréis vuestro nombre por
maldición á mis escogidos, y el
Señor Jehová te matará; y á sus
siervos llamará por otro nombre.
-
El que
se bendijere en la tierra, en el
Dios de verdad se bendecirá; y el
que jurare en la tierra, por el Dios
de verdad jurará; porque las
angustias primeras serán olvidadas,
y serán cubiertas de mis ojos.
-
Porque
he aquí que yo crío nuevos cielos y
nueva tierra: y de lo primero no
habrá memoria, ni más vendrá al
pensamiento.
-
Mas os
gozaréis y os alegraréis por siglo
de siglo en las cosas que yo crío:
porque he aquí que yo las cosas que
yo crío: porque he aquí que yo
fzacrío á Jerusalem alegría, y á su
pueblo gozo.
-
Y
alegraréme con Jerusalem, y gozaréme
con mi pueblo; y nunca más se oirán
en ella voz de lloro, ni voz de
clamor.
-
No habrá
más allí niño de días, ni viejo que
sus días no cumpla: porque el niño
morirá de cien años, y el pecador de
cien años, será maldito.
-
Y
edificarán casas, y morarán en
ellas; plantarán viñas, y comerán el
fruto de ellas.
-
No
edificarán, y otro morará; no
plantarán, y otro comerá: porque
según los días de los árboles serán
los días de mi pueblo, y mis
escogidos perpetuarán las obras de
sus manos.
-
No
trabajarán en vano, ni parirán para
maldición; porque son simiente de
los benditos de Jehová, y sus
descendientes con ellos.
-
Y será
que antes que clamen, responderé yo;
aun estando ellos hablando, yo habré
oído.
-
El lobo
y el cordero serán apacentados
juntos, y el león comerá paja como
el buey; y á la serpiente el polvo
será su comida. No afligirán, ni
harán mal en todo mi santo monte,
dijo Jehová.
-
JEHOVÁ
dijo así: El cielo es mi solio, y la
tierra estrado de mis pies: ¿dónde
está la casa que me habréis de
edificar, y dónde este lugar de mi
reposo?
-
Mi mano
hizo todas estas cosas, y así todas
estas cosas fueron, dice Jehová: mas
á aquél miraré que es pobre y
humilde de espíritu, y que tiembla á
mi palabra.
-
El que
sacrifica buey, como si matase un
hombre; el que sacrifica oveja, como
si degollase un perro; el que ofrece
presente, como si ofreciese sangre
de puerco; el que ofrece perfume,
como si bendijese á un ídolo. Y pues
escogieron sus caminos, y su alma
amó sus abominaciones.
-
También
yo escogeré sus escarnios, y traeré
sobre ellos lo que temieron; porque
llamé, y nadie respondió; hablé, y
no oyeron; antes hicieron lo malo
delante de mis ojos, y escogieron lo
que á mí desagrada.
-
Oid
palabra de Jehová, vosotros los que
tembláis á su palabra: Vuestros
hermanos los que os aborrecen, y os
niegan por causa de mi nombre,
dijeron: Glorifíquese Jehová. Mas él
se mostrará con alegría vuestra, y
ellos serán confundidos.
-
Voz de
alboroto de la ciudad, voz del
templo, voz de Jehová que da el pago
á sus enemigos.
-
Antes
que estuviese de parto, parió; antes
que le viniesen dolores parió hijo.
-
¿Quién
oyó cosa semejante? ¿quién vió cosa
tal? ¿parirá la tierra en un día?
¿nacerá una nación de una vez? Pues
en cuanto Sión estuvo de parto,
parió sus hijos.
-
¿Yo que
hago parir, no pariré? dijo Jehová.
¿Yo que hago engendrar, seré
detenido? dice el Dios tuyo.
-
Alegraos
con Jerusalem, y gozaos con ella,
todos los que la amáis: llenaos con
ella de gozo, todos los que os
enlutáis por ella:
-
Para que
maméis y os saciéis de los pechos de
sus consolaciones; para que
ordeñéis, y os deleitéis con el
resplandor de su gloria.
-
Porque
así dice Jehová: He aquí que yo
extiendo sobre ella paz como un río,
y la gloria de las gentes como un
arroyo que sale de madre; y
mamaréis, y sobre el lado seréis
traídos, y sobre las rodillas seréis
regalados.
-
Como
aquel á quien consuela su madre, así
os consolaré yo á vosotros, y en
Jerusalem tomaréis consuelo.
-
Y
veréis, y alegraráse vuestro
corazón, y vuestros huesos
reverdecerán como la hierba: y la
mano de Jehová para con sus siervos
será conocida, y se airará contra
sus enemigos.
-
Porque
he aquí que Jehová vendrá con fuego,
y sus carros como torbellino, para
tornar su ira en furor, y su
reprensión en llama de fuego.
-
Porque
Jehová juzgará con fuego y con su
espada á toda carne: y los muertos
de Jehová serán multiplicados.
-
Los que
se santifican y los que se purifican
en los huertos, unos tras otros, los
que comen carne de puerco, y
abominación, y ratón; juntamente
serán talados, dice Jehová.
-
Porque
yo entiendo sus obras y sus
pensamientos: tiempo vendrá para
juntar todas las gentes y lenguas; y
vendrán, y verán mi gloria.
-
Y pondré
entre ellos señal, y enviaré de los
escapados de ellos á las gentes, á
Tarsis, á Pul y Lud, que disparan
arco, á Tubal y á Javán, á las islas
apartadas que no oyeron de mí, ni
vieron mi gloria; y publicarán mi
gloria entre las gentes.
-
Y
traerán á todos vuestros hermanos de
entre todas las naciones, por
presente á Jehová, en caballos, en
carros, en literas, y en mulos, y en
camellos, á mi santo monte de
Jerusalem, dice Jehová, al modo que
los hijos de Israel traen el
presente en vasos limpios á la casa
de Jehová.
-
Y tomaré
también de ellos para sacerdotes y
Levitas, dice Jehová.
-
Porque
como los cielos nuevos y la nueva
tierra, que yo hago, permanecen
delante de mí, dice Jehová, así
permanecerá vuestra simiente y
vuestro nombre.
-
Y será
que de mes en mes, y de sábado en
sábado, vendrá toda carne á adorar
delante de mí, dijo Jehová.
-
Y
saldrán, y verán los cadáveres de
los hombres que se rebelaron contra
mí: porque su gusano nunca morirá,
ni su fuego se apagará; y serán
abominables á toda carne.
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