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-
EN el
mes octavo, en el año segundo de
Darío, fué palabra de Jehová á
Zacarías profeta, hijo de Berechîas,
hijo de Iddo, diciendo:
-
Enojóse
Jehová con ira contra vuestros
padres.
-
Les
dirás pues: Así ha dicho Jehová de
los ejércitos: Volveos á mí, dice
Jehová de los ejércitos, y yo me
volveré á vosotros, ha dicho Jehová
de los ejércitos.
-
No seáis
como vuestros padres, á los cuales
dieron voces los primeros profetas,
diciendo: Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Volveos ahora de vuestros
malos caminos, y de vuestras malas
obras: y no atendieron, ni me
escucharon, dice Jehová.
-
Vuestros
padres, ¿dónde están? y los profetas
¿han de vivir para siempre?
-
Empero
mis palabras y mis ordenanzas que
mandé á mis siervos los profetas,
¿no alcanzaron á vuestros padres?
Por eso se volvieron ellos y
dijeron: Como Jehová de los
ejércitos pensó tratarnos conforme á
nuestros caminos, y conforme á
nuestras obras, así lo hizo con
nosotros.
-
A los
veinticuatro del mes undécimo, que
es el mes de Sebath, en el año
segundo de Darío, fué palabra de
Jehová á Zacarías profeta, hijo de
Berechîas, hijo de Iddo, diciendo:
-
Vi de
noche, y he aquí un varón que
cabalgaba sobre un caballo bermejo,
el cual estaba entre los mirtos que
había en la hondura; y detrás de él
había caballos bermejos, overos, y
blancos.
-
Entonces
dije: ¿Qué son éstos, señor mío? Y
díjome el ángel que hablaba conmigo:
Yo te enseñaré qué son éstos.
-
Y aquel
varón que estaba entre los mirtos
respondió, y dijo: Estos son los que
Jehová ha enviado á recorrer la
tierra.
-
Y ellos
hablaron á aquel ángel de Jehová que
estaba entre los mirtos, y dijeron:
Hemos recorrido la tierra, y he aquí
toda la tierra está reposada y
quieta.
-
Y
respondió el ángel de Jehová, y
dijo: Oh Jehová de los ejércitos,
¿hasta cuándo no tendrás piedad de
Jerusalem, y de las ciudades de
Judá, con las cuales has estado
airado por espacio de setenta años?
-
Y Jehová
respondió buenas palabras, palabras
consolatorias á aquel ángel que
hablaba conmigo.
-
Y díjome
el ángel que hablaba conmigo: Clama
diciendo: Así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Celé á Jerusalem y á Sión
con gran celo:
-
Y con
grande enojo estoy airado contra las
gentes que están reposadas; porque
yo estaba enojado un poco, y ellos
ayudaron para el mal.
-
Por
tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he
tornado á Jerusalem con
miseraciones; en ella será edificada
mi casa, dice Jehová de los
ejércitos, y la plomada será tendida
sobre Jerusalem.
-
Clama
aún, diciendo: Así dice Jehová de
los ejércitos: Aun serán ensanchadas
mis ciudades por la abundancia del
bien; y aun consolará Jehová á Sión,
y escogerá todavía á Jerusalem.
-
Después
alcé mis ojos, y miré, y he aquí
cuatro cuernos.
-
Y dije
al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué
son éstos? Y respondióme: Estos son
los cuernos que aventaron á Judá, á
Israel, y á Jerusalem.
-
Mostróme
luego Jehová cuatro carpinteros.
-
Y yo
dije: ¿Qué vienen éstos á hacer? Y
respondióme, diciendo: Estos son los
cuernos que aventaron á Judá, tanto
que ninguno alzó su cabeza; mas
éstos han venido para hacerlos
temblar, para derribar los cuernos
de las gentes, que alzaron el cuerno
sobre la tierra de Judá para
aventarla.
-
ALCÉ
después mis ojos, y miré y he aquí
un varón que tenía en su mano un
cordel de medir.
-
Y
díjele: ¿A dónde vas? Y él me
respondió: A medir á Jerusalem, para
ver cuánta es su anchura, y cuánta
su longitud.
-
Y he
aquí, salía aquel ángel que hablaba
conmigo, y otro ángel le salió al
encuentro,
-
Y
díjole: Corre, habla á este mozo,
diciendo: Sin muros será habitada
Jerusalem á causa de la multitud de
los hombres, y de las bestias en
medio de ella.
-
Yo seré
para ella, dice Jehová, muro de
fuego en derredor, y seré por gloria
en medio de ella.
-
Eh, eh,
huid de la tierra del aquilón, dice
Jehová, pues por los cuatro vientos
de los cielos os esparcí, dice
Jehová.
-
Oh Sión,
la que moras con la hija de
Babilonia, escápate.
-
Porque
así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Después de la gloria me
enviará él á las gentes que os
despojaron: porque el que os toca,
toca á la niña de su ojo.
-
Porque
he aquí yo alzo mi mano sobre ellos,
y serán despojo á sus siervos, y
sabréis que Jehová de los ejércitos
me envió.
-
Canta y
alégrate, hija de Sión: porque he
aquí vengo, y moraré en medio de ti,
ha dicho Jehová.
-
Y
uniránse muchas gentes á Jehová en
aquel día, y me serán por pueblo, y
moraré en medio de ti; y entonces
conocerás que Jehová de los
ejércitos me ha enviado á ti.
-
Y Jehová
poseerá á Judá su heredad en la
tierra santa, y escogerá aún á
Jerusalem.
-
Calle
toda carne delante de Jehová, porque
él se ha despertado de su santa
morada.
-
Y
MOSTROME á Josué, el gran sacerdote,
el cual estaba delante del ángel de
Jehová; y Satán estaba á su mano
derecha para serle adversario.
-
Y dijo
Jehová á Satán: Jehová te reprenda,
oh Satán; Jehová, que ha escogido á
Jerusalem, te reprenda. ¿No es éste
tizón arrebatado del incendio?
-
Y Josué
estaba vestido de vestimentas viles,
y estaba delante del ángel.
-
Y habló
el ángel, é intimó á los que estaban
delante de sí, diciendo: Quitadle
esas vestimentas viles. Y á él dijo:
Mira que he hecho pasar tu pecado de
ti, y te he hecho vestir de ropas de
gala.
-
Después
dijo: Pongan mitra limpia sobre su
cabeza. Y pusieron una mitra limpia
sobre su cabeza, y vistiéronle de
ropas. Y el ángel de Jehová estaba
en pie.
-
Y el
ángel de Jehová protestó al mismo
Josué, diciendo:
-
Así dice
Jehová de los ejércitos: Si
anduvieres por mis caminos, y si
guardares mi ordenanza, también tú
gobernarás mi casa, también tú
guardarás mis atrios, y entre estos
que aquí están te daré plaza.
-
Escucha
pues ahora, Josué gran sacerdote,
tú, y tus amigos que se sientan
delante de ti; porque son varones
simbólicos: He aquí, yo traigo á mi
siervo, el Pimpollo.
-
Porque
he aquí aquella piedra que puse
delante de Josué; sobre esta única
piedra hay siete ojos: he aquí, yo
grabaré su escultura, dice Jehová de
los ejércitos, y quitaré el pecado
de la tierra en un día.
-
En aquel
día, dice Jehová de los ejércitos,
cada uno de vosotros llamará á su
compañero debajo de la vid, y debajo
de la higuera.
-
Y VOLVIÓ
el ángel que hablaba conmigo, y
despertóme como un hombre que es
despertado de su sueño.
-
Y
díjome: ¿Qué ves? Y respondí: He
mirado, y he aquí un candelero todo
de oro, con su vaso sobre su cabeza,
y sus siete lámparas encima del
candelero; y siete canales para las
lámparas que están encima de él;
-
Y sobre
él dos olivas, la una á la derecha
del vaso, y la otra á su izquierda.
-
Proseguí, y hablé á aquel ángel que
hablaba conmigo, diciendo: ¿Qué es
esto, señor mío?
-
Y el
ángel que hablaba conmigo respondió,
y díjome: ¿No sabes qué es esto? Y
dije: No, señor mío.
-
Entonces
respondió y hablóme, diciendo: Esta
es palabra de Jehová á Zorobabel, en
que se dice: No con ejército, ni con
fuerza, sino con mi espíritu, ha
dicho Jehová de los ejércitos.
-
¿Quién
eres tú, oh gran monte? Delante de
Zorobabel serás reducido á llanura:
él sacará la primera piedra con
aclamaciones de Gracia, gracia á
ella.
-
Y fué
palabra de Jehová á mí, diciendo:
-
Las
manos de Zorobabel echarán el
fundamento á esta casa, y sus manos
la acabarán; y conocerás que Jehová
de los ejércitos me envió á
vosotros.
-
Porque
los que menospreciaron el día de las
pequeñeces se alergrarán, y verán la
plomada en la mano de Zorobabel.
Aquellas siete son los ojos de
Jehová que recorren por toda la
tierra.
-
Hablé
más, y díjele: ¿Qué significan estas
dos olivas á la derecha del
candelero, y á su izquieda?
-
Hablé
aún de nuevo, y díjele: ¿Qué
significan las dos ramas de olivas
que por medio de dos tubos de oro
vierten de sí aceite como oro?
-
Y
respondióme, diciendo: ¿No sabes qué
es esto? Y dije: Señor mío, no.
-
Y él
dijo: Estos dos hijos de aceite son
los que están delante del Señor de
toda la tierra.
-
Y
TORNÉME, y alcé mis ojos, y miré, y
he aquí un rollo que volaba.
-
Y
díjome: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un
rollo que vuela, de veinte codos de
largo, y diez codos de ancho.
-
Díjome
entonces: Esta es la maldición que
sale sobre la haz de toda la tierra;
porque todo aquel que hurta, (como
está de la una parte del rollo) será
destruído; y todo aquel que jura,
(como está de la otra parte del
rollo) será destruído.
-
Yo la
saqué, dice Jehová de los ejércitos,
y vendrá á la casa del ladrón, y á
la casa del que jura falsamente en
mi nombre; y permanecerá en medio de
su casa, y consumirála, con sus
enmaderamientos y sus piedras.
-
Y salió
aquel ángel que hablaba conmigo, y
díjome: Alza ahora tus ojos, y mira
qué es esto que sale.
-
Y dije:
¿Qué es? Y él dijo: Este es un epha
que sale. Además dijo: Este es el
ojo de ellos en toda la tierra.
-
Y he
aquí, traían un talento de plomo, y
una mujer estaba asentada en medio
de aquel epha.
-
Y él
dijo: Esta es la Maldad; y echóla
dentro del epha, y echó la masa de
plomo en su boca.
-
Alcé
luego mis ojos, y miré, y he aquí
dos mujeres que salían, y traían
viento en sus alas, y tenían alas
como de cigüeña, y alzaron el epha
entre la tierra y los cielos.
-
Y dije
al ángel que hablaba conmigo: ¿A
dónde llevan el epha?
-
Y él me
respondió: Para que le sea edificada
casa en tierra de Shinar: y será
asentado y puesto allá sobre su
asiento.
-
Y
TORNÉME, y alcé mis ojos y miré, y
he aquí cuatro carros que salían de
entre dos montes; y aquellos montes
eran de metal.
-
En el
primer carro había caballos
bermejos, y el segundo carro
caballos negros,
-
Y en el
tercer carro caballos blancos, y en
el cuarto carro caballos overos
ruciorodados.
-
Respondí
entonces, y dije al ángel que
conmigo hablaba: Señor mío, ¿qué es
esto?
-
Y el
ángel me respondió, y díjome: Estos
son los cuatro vientos de los
cielos, que salen de donde están
delante del Señor de toda la tierra.
-
En el
que estaban los caballos negros,
salieron hacia la tierra del
aquilón; y los blancos salieron tras
ellos; y lo overos salieron hacia la
tierra del mediodía.
-
Y los
rucios salieron, y se afanaron por
ir á recorrer la tierra. Y dijo: Id,
recorred la tierra. Y recorrieron la
tierra.
-
Luego me
llamó, y hablóme deciendo: Mira, los
que salieron hacia la tierra del
aquilón hicieron reposar mi espíritu
en la tierra del aquilón.
-
Y fué á
mí palabra de Jehová, diciendo:
-
Toma de
los del cautiverio, de Heldai, y de
Tobías, y de Jedaía, los cuales
volvieron de Babilonia; y vendrás tú
en aquel día, y entrarás en casa de
Josías hijo de Sefanías;
-
Tomarás
pues plata y oro, y harás coronas, y
las pondrás en la cabeza del gran
sacerdote Josué, hijo de Josadac;
-
Y le
hablarás, diciendo: Así ha hablado
Jehová de los ejércitos, diciendo:
He aquí el varón cuyo nombre es
Pimpollo, el cual germinará de su
lugar, y edificará el templo de
Jehová:
-
El
edificará el templo de Jehová, y él
llevará gloria, y se sentará y
dominará en su trono, y será
sacerdote en su solio; y consejo de
paz será entre ambos á dos.
-
Y Helem,
y Tobías, y Jedaía, y Hen, hijo de
Sefanías, tendrán coronas por
memorial en el templo de Jehová.
-
Y los
que están lejos vendrán y edificarán
en el templo de Jehová, y conoceréis
que Jehová de los ejércitos me ha
enviado á vosotros. Y será esto, si
oyereis obedientes la voz de Jehová
vuestro Dios.
-
Y
ACONTECIÓ en el año cuarto del rey
Darío, que fue palabra de Jehová á
Zacarías á los cuatro del mes
noveno, que es Chisleu;
-
Cuando
fué enviado á la casa de Dios,
Saraser, con Regem-melech y sus
hombres, á implorar el favor de
Jehová,
-
Y á
hablar á los sacerdotes que estaban
en la casa de Jehová de los
ejércitos, y á los profetas,
diciendo: ¿Lloraremos en el mes
quinto? ¿haremos abstinencia como
hemos hecho ya algunos años?
-
Fué pues
á mí palabra de Jehová de los
ejércitos, diciendo:
-
Habla á
todo el pueblo del país, y á los
sacerdotes, diciendo: Cuando
ayunasteis y llorasteis en el quinto
y en el séptimo mes estos setenta
años, ¿habéis ayunado para mí?
-
Y cuando
coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis
para vosotros?
-
¿No son
estas las palabras que publicó
Jehová por mano de los profetas
primeros, cuando Jerusalem estaba
habitada y quieta, y sus ciudades en
sus alrededores, y el mediodía y la
campiña se habitaban?
-
Y fué
palabra de Jehová á Zacarías,
diciendo:
-
Así
habló Jehová de los ejércitos,
diciendo: Juzgad juicio verdadero, y
haced misericordia y piedad cada
cual con su hermano:
-
No
agraviéis á la viuda, ni al
huérfano, ni al extranjero, ni al
pobre; ni ninguno piense mal en su
corazón contra su hermano.
-
Empero
no quisieron escuchar, antes dieron
hombro rebelado, y agravaron sus
oídos para no oir:
-
Y
pusieron su corazón como diamante,
para no oir la ley ni las palabras
que Jehová de los ejércitos enviaba
por su espíritu, por mano de los
profetas primeros: fué, por tanto,
hecho grande castigo por Jehová de
los ejércitos.
-
Y
aconteció que como él clamó, y no
escucharon, así ellos clamaron, y yo
no escuché, dice Jehová de los
ejércitos;
-
Antes
los esparcí con torbellino por todas
las gentes que ellos no conocían, y
la tierra fué desolada tras de
ellos, sin quedar quien fuese ni
viniese; pues tornaron en
asolamiento el país deseable.
-
Y FUE á
mí palabra de Jehová de los
ejércitos, diciendo:
-
Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: Yo he
celado á Sión con grande celo, y con
grande ira la celé.
-
Así dice
Jehová: Yo he restituído á Sión, y
moraré en medio de Jerusalem: y
Jerusalem se llamará Ciudad de
Verdad, y el monte de Jehová de los
ejércitos, Monte de Santidad.
-
Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: Aun
han de morar viejos y viejas en las
plazas de Jerusalem, y cada cual con
bordón en su mano por la multitud de
los días.
-
Y las
calles de la ciudad serán llenas de
muchachos y muchachas, que jugarán
en las calles.
-
Así dice
Jehová de los ejércitos: Si esto
parecerá dificultoso á los ojos del
resto de este pueblo en aquellos
días, ¿también será dificultoso
delante de mis ojos? dice Jehová de
los ejércitos.
-
Asi ha
dicho Jehová de los ejércitos: He
aquí, yo salvo mi pueblo de la
tierra del oriente, y de la tierra
donde se pone el sol;
-
Y
traerélos, y habitarán en medio de
Jerusalem; y me serán por pueblo, y
yo seré á ellos por Dios con verdad
y con justicia.
-
Asi ha
dicho Jehová de los ejércitos:
Esfuércense vuestras manos, de
vosotros los que oís en estos días
estas palabras de la boca de los
profetas, desde el día que se echó
el cimiento á la casa de Jehová de
los ejércitos, para edificar el
templo.
-
Porque
antes de estos días no ha habido
paga de hombre, ni paga de bestia,
ni hubo paz alguna para entrante ni
para saliente, á causa del enemigo:
y yo dejé todos los hombres, cada
cual contra su compañero.
-
Mas
ahora no lo haré con el resto de
este pueblo como en aquellos días
pasados, dice Jehová de los
ejércitos.
-
Porque
habrá simiente de paz; la vid dará
su fruto, y dará su producto la
tierra, y los cielos darán su rocío;
y haré que el resto de este pueblo
posea todo esto.
-
Y será
que como fuisteis maldición entre
las gentes, oh casa de Judá y casa
de Israel, así os salvaré, y seréis
bendición. No temáis, mas
esfuércense vuestras manos.
-
Porque
así ha dicho Jehová de los
ejércitos: Como pensé haceros mal
cuando vuestros padres me provocaron
á ira, dice Jehová de los ejércitos,
y no me arrepentí;
-
Así
tornando he pensado de hacer bien á
Jerusalem y á la casa de Judá en
estos días: no temáis.
-
Estas
son las cosas que habéis de hacer:
Hablad verdad cada cual con su
prójimo; juzgad en vuestras puertas
verdad y juicio de paz:
-
Y
ninguno de vosotros piense mal en su
corazón contra su prójimo, ni améis
juramento falso: porque todas estas
son cosas que aborrezco, dice Jehová
-
Y fué á
mí palabra de Jehová de los
ejércitos, diciendo:
-
Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: El
ayuno del cuarto mes, y el ayuno del
quinto, y el ayuno del séptimo, y el
ayuno del décimo, se tornarán á la
casa de Judá en gozo y alegría, y en
festivas solemnidades. Amad pues
verdad y paz.
-
Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: Aun
vendrán pueblos, y moradores de
muchas ciudades;
-
Y
vendrán los moradores de la una á la
otra, y dirán: Vamos á implorar el
favor de Jehová, y á buscar á Jehová
de los ejércitos. Yo también iré.
-
Y
vendrán muchos pueblos y fuertes
naciones á buscar á Jehová de los
ejércitos en Jerusalem, y á implorar
el favor de Jehová.
-
Así ha
dicho Jehová de los ejércitos: En
aquellos días acontecerá que diez
hombres de todas las lenguas de las
gentes, trabarán de la falda de un
Judío, diciendo: Iremos con
vosotros, porque hemos oído que Dios
está con vosotros.
-
CARGA de
la palabra de Jehová contra tierra
de Hadrach, y de Damasco su reposo:
porque á Jehová están vueltos los
ojos de los hombres, y de todas las
tribus de Israel.
-
Y
también Hamath tendrá término en
ella; Tiro y Sidón, aunque muy sabia
sea.
-
Bien que
Tiro se edificó fortaleza, y
amontonó plata como polvo, y oro
como lodo de las calles,
-
He aquí,
el Señor la empobrecerá, y herirá en
la mar su fortaleza, y ella será
consumida de fuego.
-
Ascalón
verá, y temerá; Gaza también, y se
dolerá en gran manera: asimismo
Ecrón, porque su esperanza será
confundida; y de Gaza perecerá el
rey, y Ascalón no será habitada.
-
Y
habitará en Asdod un extranjero, y
yo talaré la soberbia de los
Palestinos:
-
Y
quitaré sus sangres de su boca, y
sus abominaciones de sus dientes, y
quedarán ellos también para nuestro
Dios, y serán como capitanes en
Judá, y Ecrón como el Jebuseo.
-
Y seré
real de ejército á mi casa, á causa
del que va y del que viene: y no
pasará más sobre ellos angustiador;
porque ahora miré con mis ojos.
-
Alégrate
mucho, hija de Sión; da voces de
júbilo, hija de Jerusalem: he aquí,
tu rey vendrá á ti, justo y
salvador, humilde, y cabalgando
sobre un asno, así sobre un pollino
hijo de asna.
-
Y de
Ephraim destruiré los carros, y los
caballo de Jerusalem; y los arcos de
guerra serán quebrados: y hablará
paz á las gentes; y su señorío será
de mar á mar, y desde el río hasta
los fines de la tierra.
-
Y tú
también por la sangre de tu pacto
serás salva; yo he sacado tus presos
del aljibe en que no hay agua.
-
Tornaos
á la fortaleza, oh presos de
esperanza: hoy también os anuncio
que os daré doblado.
-
Porque
entesado he para mí á Judá como
arco, henchí á Ephraim; y despertaré
tus hijos, oh Sión, contra tus
hijos, oh Grecia, y te pondré como
espada de valiente.
-
Y Jehová
será visto sobre ellos, y su dardo
saldrá como relámpago: y el Señor
Jehová tocará trompeta, é irá como
torbellinos del austro.
-
Jehová
de los ejércitos los amparará, y
ellos devorarán, y sujetarán á las
piedras de la honda, y beberán y
harán estrépido como tomados del
vino; y se llenarán como cuenco, ó
como los lados del altar.
-
Y los
salvará en aquel día Jehová su Dios
como á rebaño de su pueblo: porque
serán engrandecidos en su tierra
como piedras de corona.
-
Porque
¡cuánta es su bondad, y cuánta su
hermosura! El trigo alegrará á los
mancebos, y el vino á las doncellas.
-
PEDID á
Jehová lluvia en la sazón tardía:
Jehová hará relámpagos, y os dará
lluvia abundante, y hierba en el
campo á cada uno.
-
Porque
las imágenes han hablado vanidad, y
los adivinos han visto mentira, y
han hablado sueños vanos, en vano
consuelan: por lo cual se fueron
ellos como ovejas, fueron humillados
porque no tuvieron pastor.
-
Contra
los pastores se ha encendido mi
enojo, y castigaré los machos de
cabrío: mas Jehová de los ejércitos
visitará su rebaño, la casa de Judá,
y tornarálos como su caballo de
honor en la guerra.
-
De él
saldrá el ángulo, de él la clavija,
de él el arco de la guerra, de él
también todo apremiador.
-
Y serán
como valientes, que en la batalla
pisan al enemigo en el lodo de las
calles; y pelearán, porque Jehová
será con ellos; y los que cabalgan
en caballos serán avergonzados.
-
Porque
yo fortificaré la casa de Judá, y
guardaré la casa de José; y harélos
volver, porque de ellos tendré
piedad; y serán como si no los
hubiera desechado; porque yo soy
Jehová su Dios, que los oiré.
-
Y será
Ephraim como valiente, y alegraráse
su corazón como de vino: sus hijos
también verán y se alegrarán; su
corazón se gozará en Jehová.
-
Yo les
silbaré y los juntaré, porque los he
redimido; y serán multiplicados como
fueron multiplicados.
-
Bien que
los sembraré entre los pueblos, aun
en lejanos países se acordarán de
mí; y vivirán con sus hijos, y
tornarán.
-
Porque
yo los tornaré de la tierra de
Egipto, y los recogeré de la Asiria;
y traerélos á la tierra de Galaad y
del Líbano, y no les bastará.
-
Y la
tribulación pasará por la mar, y en
la mar herirá las ondas, y se
secarán todas las honduras del río:
y la soberbia de Assur será
derribada, y se perderá el cetro de
Egipto.
-
Y yo los
fortificaré en Jehová, y caminarán
en su nombre, dice Jehová.
-
OH
Líbano, abre tus puertas, y queme
fuego tus cedros.
-
Aulla,
oh haya, porque el cedro cayó,
porque los magníficos son talados.
Aullad, alcornoques de Basán, porque
el fuerte monte es derribado.
-
Voz de
aullido de pastores, porque su
magnificencia es asolada; estruendo
de bramidos de cachorros de leones,
porque la soberbia del Jordán es
destruída.
-
Así ha
dicho Jehová mi Dios: Apacienta las
ovejas de la matanza;
-
A las
cuales mataban sus compradores, y no
se tenían por culpables; y el que
las vendía, decía: Bendito sea
Jehová, que he enriquecido; ni sus
pastores tenían piedad de ellas.
-
Por
tanto, no más tendré piedad de los
moradores de la tierra, dice Jehová:
porque he aquí, yo entregaré los
hombres, cada cual en mano de su
compañero, y en mano de su rey; y
quebrantarán la tierra, y yo no
libraré de sus manos.
-
Apacenté
pues las ovejas de la matanza, es á
saber, los pobres del rebaño. Y me
tomé dos cayados; al uno puse por
nombre Suavidad, y al otro Ataduras;
y apacenté las ovejas.
-
E hice
matar tres pastores en un mes, y mi
alma se angustió por ellos, y
también el alma de ellos me
aborreció á mí.
-
Y dije:
No os apacentaré; la que muriere,
muera; y la que se perdiere, se
pierda; y las que quedaren, que cada
una coma la carne de su compañera.
-
Tomé
luego mi cayado Suavidad, y quebrélo,
para deshacer mi pacto que concerté
con todos los pueblos.
-
Y fué
deshecho en ese día, y así
conocieron los pobres del rebaño que
miran á mí, que era palabra de
Jehová.
-
Y
díjeles: Si os parece bien, dadme mi
salario; y si no, dejadlo. Y pesaron
para mi salario treinta piezas de
plata.
-
Y díjome
Jehová: Echalo al tesorero, hermoso
precio con que me han apreciado. Y
tomé las treinta piezas de plata, y
echélas en la casa de Jehová al
tesorero.
-
Quebré
luego el otro mi cayado Ataduras,
para romper la hermandad entre Judá
é Israel.
-
Y díjome
Jehová: Toma aún el hato de un
pastor insensato;
-
porque
he aquí, yo levanto pastor en la
tierra, que no visitará las
perdidas, no buscará la pequeña, no
curará la perniquebrada, ni llevará
la cansada á cuestas; sino que se
comerá la carne de la gruesa, y
romperá sus uñas.
-
Mal haya
el pastor de nada, que deja el
ganado. Espada sobre su brazo, y
sobre su ojo derecho: del todo se
secará su brazo, y enteramente será
su ojo derecho oscurecido.
-
CARGA de
la palabra de Jehová acerca de
Israel. Jehová, que extiende los
cielos, y funda la tierra, y forma
el espíritu del hombre dentro de él,
ha dicho:
-
He aquí,
yo pongo á Jerusalem por vaso de
temblor á todos los pueblos de
alrededor cuando estén en el sitio
contra Judá y contra Jerusalem.
-
Y será
en aquel día, que yo pondré á
Jerusalem por piedra pesada á todos
los pueblos: todos los que se la
cargaren, serán despedazados, bien
que todas las gentes de la tierra se
juntarán contra ella.
-
En aquel
día, dice Jehová, heriré con
aturdimiento á todo caballo, y con
locura al que en él sube; mas sobre
la casa de Judá abriré mis ojos, y á
todo caballo de los pueblos heriré
con ceguera.
-
Y los
capitanes de Judá dirán en su
corazón: Mi fuerza son los moradores
de Jerusalem en Jehová de los
ejércitos su Dios.
-
En aquel
día pondré los capitanes de Judá
como un brasero de fuego en leña, y
como una hacha de fuego en gavillas;
y consumirán á diestra y á siniestra
todos los pueblos alrededor: y
Jerusalem será otra vez habitada en
su lugar, en Jerusalem.
-
Y
librará Jehová las tiendas de Judá
primero, porque la gloria de la casa
de David y del morador de Jerusalem
no se engrandezca sobre Judá.
-
En aquel
día Jehová defenderá al morador de
Jerusalem: y el que entre ellos
fuere flaco, en aquel tiempo será
como David; y la casa de David como
ángeles, como el ángel de Jehová
delante de ellos.
-
Y será
que en aquel día yo procuraré
quebrantar todas las gentes que
vinieren contra Jerusalem.
-
Y
derramaré sobre la casa de David, y
sobre los moradores de Jerusalem,
espíritu de gracia y de oración; y
mirarán á mí, á quien traspasaron, y
harán llanto sobre él, como llanto
sobre unigénito, afligiéndose sobre
él como quien se aflige sobre
primogénito.
-
En aquel
día habrá gran llanto en Jerusalem,
como el llanto de Adadrimón en el
valle de Megiddo.
-
Y la
tierra lamentará, cada linaje de por
sí; el linaje de la casa de David
por sí, y sus mujeres por sí; el
linaje de la casa de Nathán por sí,
y sus mujeres por sí;
-
El
linaje de la casa de Leví por sí, y
sus mujeres por sí; el linaje de
Simei por sí, y sus mujeres por sí;
-
Todos
los otros linajes, los linajes por
sí, y sus mujeres por sí.
-
EN aquel
tiempo habrá manantial abierto para
la casa de David y para los
moradores de Jerusalem, para el
pecado y la inmundicia.
-
Y será
en aquel día, dice Jehová de los
ejércitos, que talaré de la tierra
los nombres de las imágenes, y nunca
más vendrán en memoria: y también
haré talar de la tierra los
profetas, y espíritu de inmundicia.
-
Y será
que cuando alguno más profetizare,
diránle su padre y su madre que lo
engendraron: No vivirás, porque has
hablado mentira en el nombre de
Jehová: y su padre y su madre que lo
engendraron, le alancearán cuando
profetizare.
-
Y será
en aquel tiempo, que todos los
profetas se avergonzarán de su
visión cuando profetizaren; ni nunca
más se vestirán de manto velloso
para mentir
-
Y dirá:
No soy profeta; labrador soy de la
tierra: porque esto aprendí del
hombre desde mi juventud.
-
Y le
preguntarán: ¿Qué heridas son éstas
en tus manos? Y él responderá: Con
ellas fuí herido en casa de mis
amigos.
-
Levántate, oh espada, sobre el
pastor, y sobre el hombre compañero
mío, dice Jehová de los ejércitos.
Hiere al pastor, y se derramarán las
ovejas: mas tornaré mi mano sobre
los chiquitos.
-
Y
acontecerá en toda la tierra, dice
Jehová, que las dos partes serán
taladas en ella, y se perderán; mas
la tercera quedará en ella.
-
Y meteré
en el fuego la tercera parte, y los
fundiré como se funde la plata, y
probarélos como se prueba el oro. El
invocará mi nombre, y yo le oiré, y
diré: Pueblo mío: y él dirá: Jehová
es mi Dios.
-
HE aquí,
el día de Jehová viene, y tus
despojos serán repartidos en medio
de ti.
-
Porque
yo reuniré todas las gentes en
batalla contra Jerusalem; y la
ciudad será tomada, y saqueadas
serán las casas, y forzadas las
mujeres: y la mitad de la ciudad irá
en cautiverio, mas el resto del
pueblo no será talado de la ciudad.
-
Después
saldrá Jehová, y peleará con
aquellas gentes, como peleó el día
de la batalla.
-
Y
afirmaránse sus pies en aquel día
sobre el monte de las Olivas, que
está en frente de Jerusalem á la
parte de oriente: y el monte de las
Olivas, se partirá por medio de sí
hacia el oriente y hacia el
occidente haciendo un muy grande
valle; y la mitad del monte se
apartará hacia el norte, y la otra
mitad hacia el mediodía.
-
Y
huiréis al valle de los montes;
porque el valle de los montes
llegará hasta Hasal; y huiréis de la
manera que huisteis por causa del
terremoto en los días de Uzzías, rey
de Judá: y vendrá Jehová mi Dios, y
con él todos los santos.
-
Y
acontecerá que en ese día no habrá
luz clara, ni oscura.
-
Y será
un día, el cual es conocido de
Jehová, que ni será día ni noche;
mas acontecerá que al tiempo de la
tarde habrá luz.
-
Acontecerá también en aquel día, que
saldrán de Jerusalem aguas vivas; la
mitad de ellas hacia la mar
oriental, y la otra mitad hacia la
mar occidental, en verano y en
invierno.
-
Y Jehová
será rey sobre toda la tierra. En
aquel día Jehová será uno, y uno su
nombre.
-
Y toda
la tierra se tornará como llanura
desde Gabaa hasta Rimmón al mediodía
de Jerusalem: y ésta será
enaltecida, y habitarse ha en su
lugar desde la puerta de Benjamín
hasta el lugar de la puerta primera,
hasta la puerta de los rincones; y
desde la torre de Hananeel hasta los
lagares del rey.
-
Y
morarán en ella, y nunca más será
anatema: sino que será Jerusalem
habitada confiadamente.
-
Y esta
será la plaga con que herirá Jehová
á todos los pueblos que pelearon
contra Jerusalem: la carne de ellos
se disolverá estando ellos sobre sus
pies, y se consumirán sus ojos en
sus cuencas, y su lengua se les
deshará en su boca.
-
Y
acontecerá en aquel día que habrá en
ellos gran quebrantamiento de
Jehová; porque trabará cada uno de
la mano de su compañero, y su mano
echará contra la mano de su
compañero.
-
Y Judá
también peleará en Jerusalem. Y
serán reunidas las riquezas de todas
las gentes de alrededor: oro, y
plata, y ropas de vestir, en grande
abundancia.
-
Y tal
como esto será la plaga de los
caballos, de los mulos, de los
camellos, de los asnos, y de todas
las bestias que estuvieren en
aquellos campamentos.
-
Y todos
los que quedaren de las gentes que
vinieron contra Jerusalem subirán de
año en año á adorar al Rey, Jehová
de los ejércitos, y á celebrar la
fiesta de las Cabañas.
-
Y
acontecerá, que los de las familias
de la tierra que no subieren á
Jerusalem á adorar al Rey, Jehová de
los ejércitos, no vendrá sobre ellos
lluvia.
-
Y si la
familia de Egipto no subiere, y no
vinere, sobre ellos no habrá lluvia;
vendrá la plaga con que Jehová
herirá las gentes que no subieren á
celebrar la fiesta de las Cabañas.
-
Esta
será la pena del pecado de Egipto, y
del pecado de todas las gentes que
no subieran á celebrar la fiesta de
las Cabañas.
-
En aquel
tiempo estará sobre las campanillas
de los caballos: SANTIDAD A JEHOVA;
y las ollas en la casa de Jehová
serán como los tazones delante del
altar.
-
Y será
toda olla en Jerusalem y en Judá
santidad á Jehová de los ejércitos:
y todos los que sacrificaren,
vendrán y tomarán de ellas, y
cocerán en ellas: y no habrá más
Cananeo alguno en la casa de Jehová
de los ejércitos en aquel tiempo.
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